Anoche tomando unas copas con algunos allegados tuve el gran deshonor de conocer a un sujeto que me hizo meditar sobre este asunto, de paso sirva de argumento para justificar que nunca existirá una amistad entre ambos.
Nuestro timbre de voz o tono de voz, hamijos, y todo lo que tiene que ver con ella al emitirse, expresan la personalidad de nosotros mismos
Hablando de extremos podemos encontrar estos 2 casos:
1- Una voz que nos resulte chillona, nos revela inconscientemente a una persona insegura, tímida, con cierto nervio, miedosa… para el caso masculino incluso cierta ambigüedad sexual (Maricón, aclaración para retards)
2- Sin embargo aquellas que poseen voz gruesa, estamos atendiendo (en nuestro pensamiento inconsciente reitero) a personas imponentes, autosuficientes, impulsivas, sosegadoras…
Cuando vd. van al psicólogo una vez por semana como de costumbre, sepan que les estudian su voz, y de acuerdo con ella pueden determinar ciertas características de su persona, por ejemplo si es vd. un grandísimo hijo de puta, o si es honesto, con un porcentaje elevado de acierto en su juicio.
Evidentemente al hacer un estudio se toma en consideración otros factores que influyen, como son la contextura física, su tamaño, su género… no a todas las personas se las analiza por el mismo patrón.
Resulta realmente increíble como una persona puede extraviar inevitablemente su belleza, su misterio y su erotismo en tan solo décimas de segundo…
Dialogar con un ser con un timbre de voz desagradable, por muy buenas que sean el resto de sus cualidades, es como entrar en un bar en el que sólo te ponen música de Camela.
El tono de tu voz es música. Es tu puta música. Gradúa el clímax de tus palabras. Es la banda sonora de tus charlas, de tus dichos, de tus reclamos, de tus ideas, de las pestes que sueltas por tu boca.
De nada sirve hacer comentarios inteligentes, brillantes, cargados de lol, de sentimiento. No vale. Todos están esperando a que ese hijo de puta se calle de una vez. Es su gran e irremediable defecto que estará con él de porvida y que le condenará a ser un inaceptado.
Puedes estar al lado de una gorda y soportarla, no hay problema, giramos la vista hacia otro sitio, o al lado de un corrompido, maloliente e infecto individuo que no conoce la sencilla palabra ‘higiene’, sin problemas, respiramos por la boca. Pero cuando irremediablemente topas en la vida con alguien con un timbre de voz insoportable de nada sirve subir el volumen de la música, taparte los oídos o intentar atender a otras conversaciones. Esa puta música de aullidos infernales en forma de palabras provenientes de esas fauces te hará pasar uno de los peores momentos de la noche.
Eso es todo lo que tenía que comentar con respecto a este tema, si alguno tiene experiencias, pensamientos, dudas, necesidad de hacerse una paja mental, o manifestarme su amor estoy aquí para leerle.
Nuestro timbre de voz o tono de voz, hamijos, y todo lo que tiene que ver con ella al emitirse, expresan la personalidad de nosotros mismos
Hablando de extremos podemos encontrar estos 2 casos:
1- Una voz que nos resulte chillona, nos revela inconscientemente a una persona insegura, tímida, con cierto nervio, miedosa… para el caso masculino incluso cierta ambigüedad sexual (Maricón, aclaración para retards)
2- Sin embargo aquellas que poseen voz gruesa, estamos atendiendo (en nuestro pensamiento inconsciente reitero) a personas imponentes, autosuficientes, impulsivas, sosegadoras…
Cuando vd. van al psicólogo una vez por semana como de costumbre, sepan que les estudian su voz, y de acuerdo con ella pueden determinar ciertas características de su persona, por ejemplo si es vd. un grandísimo hijo de puta, o si es honesto, con un porcentaje elevado de acierto en su juicio.
Evidentemente al hacer un estudio se toma en consideración otros factores que influyen, como son la contextura física, su tamaño, su género… no a todas las personas se las analiza por el mismo patrón.
Resulta realmente increíble como una persona puede extraviar inevitablemente su belleza, su misterio y su erotismo en tan solo décimas de segundo…
Dialogar con un ser con un timbre de voz desagradable, por muy buenas que sean el resto de sus cualidades, es como entrar en un bar en el que sólo te ponen música de Camela.
El tono de tu voz es música. Es tu puta música. Gradúa el clímax de tus palabras. Es la banda sonora de tus charlas, de tus dichos, de tus reclamos, de tus ideas, de las pestes que sueltas por tu boca.
De nada sirve hacer comentarios inteligentes, brillantes, cargados de lol, de sentimiento. No vale. Todos están esperando a que ese hijo de puta se calle de una vez. Es su gran e irremediable defecto que estará con él de porvida y que le condenará a ser un inaceptado.
Puedes estar al lado de una gorda y soportarla, no hay problema, giramos la vista hacia otro sitio, o al lado de un corrompido, maloliente e infecto individuo que no conoce la sencilla palabra ‘higiene’, sin problemas, respiramos por la boca. Pero cuando irremediablemente topas en la vida con alguien con un timbre de voz insoportable de nada sirve subir el volumen de la música, taparte los oídos o intentar atender a otras conversaciones. Esa puta música de aullidos infernales en forma de palabras provenientes de esas fauces te hará pasar uno de los peores momentos de la noche.
Eso es todo lo que tenía que comentar con respecto a este tema, si alguno tiene experiencias, pensamientos, dudas, necesidad de hacerse una paja mental, o manifestarme su amor estoy aquí para leerle.