ElSapoDeLaTrancaEmpinada
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El miedo nacionalista al bilingüismo
Los nacionalistas sienten pánico ante el bilingüismo. Por eso fantasean sobre las centenares de lenguas que se hablan en España gracias a los inmigrantes; por eso subvencionan el bereber; por eso prefieren la inmigración procedente de Africa o Asia a la de América Latina.
Cuantas más lenguas creamos que se manejan a diario en cualquier zona con histeria identitaria, menos espacio para el español y más argumentos para esa trampa de la neolengua que es la “lengua propia”.
Cuanto más inmigrantes que no tengan el español como lengua materna, más facilidades para manipularlos desde el punto de vista lingüístico pero también político. Y para chantajearlos: ¿repasamos los artículos publicados en la prensa en el último año en los que los nacionalistas proponen como argumento para que los inmigrantes hablen catalán el hecho de que, según ellos, “así encontrarás trabajo más fácilmente”?
Los nacionalistas vascos reconocen ya que van a suprimir de los planes de estudios de la CAV el modelo educativo en español. Los nacionalistas catalanes hablan de bilingüismo pero limitan los derechos de los castellanohablantes y persiguen las manifestaciones públicas del español.
Hay una solución muy sencilla para resolver la cuestión: que las autoridades regionales nacionalistas y socialistas dejen que los ciudadanos decidan lo que quieren hacer sin ningún tipo de coacción. Y que luego dispongan lo necesario para que haya una real igualdad de oportunidades para todas las opciones. Eso se concreta, por ejemplo, en dos líneas educativas distintas en Cataluña, Galicia y el País Vasco: la una en español con una asignatura de lengua catalana, gallega y vasca; la otra únicamente en las lenguas regionales.
¿Por qué no dejan que la gente escoja la opción que más le interese? ¿Por qué les aterra la igualdad de oportunidades y contraponen a la libertad individual la inmersión lingüística? Dejémonos de rodeos. La respuesta es muy sencilla: si no presionaran desde las instituciones, si no impusieran las lenguas regionales, si no persiguieran y multaran al español, muy poca gente utilizaría esas lenguas que la ciudadanía percibe cada vez más como impuestas.
Por cierto, el nuevo partido, cuya constitución se formalizará este mismo mes, ¿qué va a plantear al respecto? ¿Va a defender la inmersión lingüística tal como se viene practicando o va a proponer que cada cual haga lo que le dé la real gana con su lengua? ¿Qué vamos a decir con respecto a la creación de sistemas educativos en lenguas distintas?
Hace unos días el pánico nacionalista al bilingüismo real aparecía de nuevo al hilo de una conversación entre Joan Puigcercós y Pedro J. Ramírez, publicada en El Mundo:
P. J. R.- La forma en que se aplica la política lingüística priva a una parte de los ciudadanos de Cataluña de uno de los derechos más elementales: el de recibir la enseñanza en la lengua materna.No sé con qué argumentos defienden que no haya más posibilidad en Primaria que recibir la enseñanza en catalán.
J. P.- Defendemos que hay una lengua propia de Cataluña y dos lenguas oficiales. La realidad es que Cataluña es bilingüe.
P. J. R.- Pero no en la enseñanza...
J. P.- La enseñanza es bilingüe. Lo digo por lo que sé y por la ley, que no es nuestra, sino de CiU. Puede haber algún caso excepcional, pero los alumnos salen de la escuela dominando las dos lenguas.
P. J. R.- Yo no le pregunto eso, sino si existe el derecho de los ciudadanos de Cataluña a recibir enseñanza en castellano.
J. P.- Mis hijos van a una escuela que tiene el catalán como lengua vehicular y que, a partir de primero de Primaria, da asignaturas en castellano. No vamos a defender nunca un modelo de dos líneas lingüísticas, porque no es bueno: se crearía una población separada, gente que sería extranjera en Cataluña porque no domina la lengua. Defendemos la inmersión lingüística.
P. J. R.- También podría defenderse que, con el castellano como lengua vehicular, se aprenda el catalán.
J. P.- Sí, pero estaríamos haciendo dos modelos. Defendemos que el catalán es la lengua propia como norma general. Luego hay que estudiar caso por caso, buscar soluciones para que no se vulneren los derechos de nadie.
P. J. R.- Hay tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en las que les dicen que se está vulnerando un derecho fundamental, y que la forma de resolverlo es facilitando impresos en los que las familias puedan elegir una casilla u otra.
J. P.- Pues la Generalitat tendrá que cumplir las leyes. En esto no hay margen. Pero el modelo que defiende ERC es el que nace en la ley del 98, el que permite una sociedad bilingüe. Lo ideal sería una sociedad políglota, eso sí. El Departamento de Educación está preparando introducir el inglés como idioma oficial, que se den asignaturas en este idioma.
P. J. R.- O sea, ¿que el inglés podría ser lengua vehicular?
J. P.- Como lo es el castellano
Los nacionalistas sienten pánico ante el bilingüismo. Por eso fantasean sobre las centenares de lenguas que se hablan en España gracias a los inmigrantes; por eso subvencionan el bereber; por eso prefieren la inmigración procedente de Africa o Asia a la de América Latina.
Cuantas más lenguas creamos que se manejan a diario en cualquier zona con histeria identitaria, menos espacio para el español y más argumentos para esa trampa de la neolengua que es la “lengua propia”.
Cuanto más inmigrantes que no tengan el español como lengua materna, más facilidades para manipularlos desde el punto de vista lingüístico pero también político. Y para chantajearlos: ¿repasamos los artículos publicados en la prensa en el último año en los que los nacionalistas proponen como argumento para que los inmigrantes hablen catalán el hecho de que, según ellos, “así encontrarás trabajo más fácilmente”?
Los nacionalistas vascos reconocen ya que van a suprimir de los planes de estudios de la CAV el modelo educativo en español. Los nacionalistas catalanes hablan de bilingüismo pero limitan los derechos de los castellanohablantes y persiguen las manifestaciones públicas del español.
Hay una solución muy sencilla para resolver la cuestión: que las autoridades regionales nacionalistas y socialistas dejen que los ciudadanos decidan lo que quieren hacer sin ningún tipo de coacción. Y que luego dispongan lo necesario para que haya una real igualdad de oportunidades para todas las opciones. Eso se concreta, por ejemplo, en dos líneas educativas distintas en Cataluña, Galicia y el País Vasco: la una en español con una asignatura de lengua catalana, gallega y vasca; la otra únicamente en las lenguas regionales.
¿Por qué no dejan que la gente escoja la opción que más le interese? ¿Por qué les aterra la igualdad de oportunidades y contraponen a la libertad individual la inmersión lingüística? Dejémonos de rodeos. La respuesta es muy sencilla: si no presionaran desde las instituciones, si no impusieran las lenguas regionales, si no persiguieran y multaran al español, muy poca gente utilizaría esas lenguas que la ciudadanía percibe cada vez más como impuestas.
Por cierto, el nuevo partido, cuya constitución se formalizará este mismo mes, ¿qué va a plantear al respecto? ¿Va a defender la inmersión lingüística tal como se viene practicando o va a proponer que cada cual haga lo que le dé la real gana con su lengua? ¿Qué vamos a decir con respecto a la creación de sistemas educativos en lenguas distintas?
Hace unos días el pánico nacionalista al bilingüismo real aparecía de nuevo al hilo de una conversación entre Joan Puigcercós y Pedro J. Ramírez, publicada en El Mundo:
P. J. R.- La forma en que se aplica la política lingüística priva a una parte de los ciudadanos de Cataluña de uno de los derechos más elementales: el de recibir la enseñanza en la lengua materna.No sé con qué argumentos defienden que no haya más posibilidad en Primaria que recibir la enseñanza en catalán.
J. P.- Defendemos que hay una lengua propia de Cataluña y dos lenguas oficiales. La realidad es que Cataluña es bilingüe.
P. J. R.- Pero no en la enseñanza...
J. P.- La enseñanza es bilingüe. Lo digo por lo que sé y por la ley, que no es nuestra, sino de CiU. Puede haber algún caso excepcional, pero los alumnos salen de la escuela dominando las dos lenguas.
P. J. R.- Yo no le pregunto eso, sino si existe el derecho de los ciudadanos de Cataluña a recibir enseñanza en castellano.
J. P.- Mis hijos van a una escuela que tiene el catalán como lengua vehicular y que, a partir de primero de Primaria, da asignaturas en castellano. No vamos a defender nunca un modelo de dos líneas lingüísticas, porque no es bueno: se crearía una población separada, gente que sería extranjera en Cataluña porque no domina la lengua. Defendemos la inmersión lingüística.
P. J. R.- También podría defenderse que, con el castellano como lengua vehicular, se aprenda el catalán.
J. P.- Sí, pero estaríamos haciendo dos modelos. Defendemos que el catalán es la lengua propia como norma general. Luego hay que estudiar caso por caso, buscar soluciones para que no se vulneren los derechos de nadie.
P. J. R.- Hay tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en las que les dicen que se está vulnerando un derecho fundamental, y que la forma de resolverlo es facilitando impresos en los que las familias puedan elegir una casilla u otra.
J. P.- Pues la Generalitat tendrá que cumplir las leyes. En esto no hay margen. Pero el modelo que defiende ERC es el que nace en la ley del 98, el que permite una sociedad bilingüe. Lo ideal sería una sociedad políglota, eso sí. El Departamento de Educación está preparando introducir el inglés como idioma oficial, que se den asignaturas en este idioma.
P. J. R.- O sea, ¿que el inglés podría ser lengua vehicular?
J. P.- Como lo es el castellano

