Libros El Motel del Voyeur

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Spawner
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

Spawner

RangoMuerto por dentro
Registro
10 Dic 2005
Mensajes
34.971
Reacciones
3.941
Hace tiempo escuché un podcast de la Cultureta -altamente recomendable- en el que discutían sobre los límites del periodismo a colación de un artículo, extracto de un libro, que Gay Talese había publicado y cuya versión completa vería la luz en breve.

img_djuarez_20160412-111959_imagenes_lv_otras_fuentes_motel-kdy--572x272@LaVanguardia-Web.JPG


En esencia, se trata de un protoforero, antiguo marine y no sé cuántas cosas más que, desde pequeñito, ha tenido una pulsión sexual voyeurística que no ha podido satisfacer. Criado en una familia en la que el sexo era una especie de tabú, éste señor, Gerld Foos, empieza a espiar a su tía, pelirroja y buenorra, en sus años de infancia, allá por los 60's. Y se masturbaba como un mono mientras lo hacía.

El tiempo pasa y la vida transcurre por diversos derroteros. Se mete en el ejército y eso le da la posibilidad de ir a países en los que follar como un cerdo con gente de toda clase. Sin embargo, el voyeurismo es lo que a él le pone y sigue sintiendo que no es capaz de explotar esa vía de la manera en la que a él le gustaría. Vuelve a su pueblo natal y allí coincide con una antigua compañera de clase, Donna, con la que terminará por casarse y que, además, en cierto moto entiende sus peculiares aficiones. Durante años sigue cavilando cómo poder dar rienda suelta a su imaginación hasta que, por fin, da con una idea genial: comprar un motel de carretera, la Manor House, una edificación de una única planta pero con tejado a dos aguas bajo el que parece haber un desván corrido, e instalar, en el techo de cada habitación, a modo de rejillas de ventilación, unas pequeñas aperturas que le permiten espiar a sus huéspedes sin que éstos lo sepan.

Su mujer, además, es su cómplice y le asiste a la hora de colocar estas escotillas de observación. Durante más de 15 años lleva un riguroso diario de sus horas de ocio voyeurístico y llega, incluso, a tener relaciones con su primera mujer, Donna, mientras ambos espían a las parejas follando a escasos 2 metros de ellos.

Finalmente, se pone en contacto con Talese para que éste sea conocedor de la historia a condición de que el escritor no la publique revelando sus identidades. Lo que Talese hace es publicarla una vez los delitos que Gerald Foos ha cometido [entre los que se encuentra el ser testigo de un asesinato] hayan prescrito.

Pues la empecé el sábado por la noche y casi la he terminado ya. Talese, tras la controversia generada, ha dado un poco de marcha atrás, ha hecho un que sí, que no y ahora dice que no todo lo que hay en la novela es real a pesar de haber fotos de diarios, de incluir imágenes de la Manor House antes y después de su demolición... Que la credibilidad de Foos es dudosa, pese a haber visitado él mismo la Manor House y haber sido testigo oculto del coito entre una pareja de treintañeros.

Sea como fuere, el protagonista, en su diario, es capaz de extraer conclusiones de la personalidad y vida de cada individuo objeto de observación a partir de la forma en la que folla y eso, cuanto menos, es interesante.

Muy recomendable.
 
Última edición:
Por cierto, me da igual que hablemos sólo de la obra o que se enlace al general y se hable del voyeurismo como filia. Me es indiferente mientras haya meneo.
 
Me gustaría observarte mientras te follas a tu novia, Spawner. Si te va ese rollo ponte en contacto conmigo vía mp o por aquí.

Si
 
Si vienes a Granada avisa, todo es probar.
 
Tú ven. Conviértete a la secta granadina.
 
Pues a mí me parece una historia de puta madre, la verdad.

Empatizo con el voyeur y con el periodista. ¿A quién no le gustaría tener acceso virtual a las alcobas de mucha gente y poder así ver qué hacen y qué no hacen? Por otro lado, ¿no resulta una profesión fantástica la del periodista que hace este tipo de reportajes o escribe este tipo de novelas, para las cuales debe adentrarse en estos submundos?

De la obra, me temo, pocos podemos hablar porque pocos la hemos leído; del voyeurismo como filia sí que somos muchos los que podríamos hacerlo.

Mención aparte para el puto jefazo ese que se construye un motel con agujeritos en los conductos de ventilación para satisfacer sus ansias; es como si Verruga se construyera un colegio de chinas. Un tío con las ideas claras, sí señor, con iniciativa.
 
Ve adelantando algo, ¿qué me voy a encontrar y qué voy a saber de ti al verte follar? ¿Y de ella?
 
Pues si que es verdad que Verruga es el mejor forero del momento.

Lo de esta historia pues posiblemente sea verdad, es una fantasía típicamente voyeuristica y no demasiado complicada de llevar a cabo. Ademas esta el precedente del “Holmes Castle” que era un poco lo mismo pero a lo bruto.
 
Hace tiempo escuché un podcast de la Cultureta -altamente recomendable- en el que discutían sobre los límites del periodismo a colación de un artículo, extracto de un libro, que Gay Talese había publicado y cuya versión completa vería la luz en breve.

img_djuarez_20160412-111959_imagenes_lv_otras_fuentes_motel-kdy--572x272@LaVanguardia-Web.JPG


En esencia, se trata de un protoforero, antiguo marine y no sé cuántas cosas más que, desde pequeñito, ha tenido una pulsión sexual voyeurística que no ha podido satisfacer. Criado en una familia en la que el sexo era una especie de tabú, éste señor, Gerld Foos, empieza a espiar a su tía, pelirroja y buenorra, en sus años de infancia, allá por los 60's. Y se masturbaba como un mono mientras lo hacía.

El tiempo pasa y la vida transcurre por diversos derroteros. Se mete en el ejército y eso le da la posibilidad de ir a países en los que follar como un cerdo con gente de toda clase. Sin embargo, el voyeurismo es lo que a él le pone y sigue sintiendo que no es capaz de explotar esa vía de la manera en la que a él le gustaría. Vuelve a su pueblo natal y allí coincide con una antigua compañera de clase, Donna, con la que terminará por casarse y que, además, en cierto moto entiende sus peculiares aficiones. Durante años sigue cavilando cómo poder dar rienda suelta a su imaginación hasta que, por fin, da con una idea genial: comprar un motel de carretera, la Manor House, una edificación de una única planta pero con tejado a dos aguas bajo el que parece haber un desván corrido, e instalar, en el techo de cada habitación, a modo de rejillas de ventilación, unas pequeñas aperturas que le permiten espiar a sus huéspedes sin que éstos lo sepan.

Su mujer, además, es su cómplice y le asiste a la hora de colocar estas escotillas de observación. Durante más de 15 años lleva un riguroso diario de sus horas de ocio voyeurístico y llega, incluso, a tener relaciones con su primera mujer, Donna, mientras ambos espían a las parejas follando a escasos 2 metros de ellos.

Finalmente, se pone en contacto con Talese para que éste sea conocedor de la historia a condición de que el escritor no la publique revelando sus identidades. Lo que Talese hace es publicarla una vez los delitos que Gerald Foos ha cometido [entre los que se encuentra el ser testigo de un asesinato] hayan prescrito.

Pues la empecé el sábado por la noche y casi la he terminado ya. Talese, tras la controversia generada, ha dado un poco de marcha atrás, ha hecho un que sí, que no y ahora dice que no todo lo que hay en la novela es real a pesar de haber fotos de diarios, de incluir imágenes de la Manor House antes y después de su demolición... Que la credibilidad de Foos es dudosa, pese a haber visitado él mismo la Manor House y haber sido testigo oculto del coito entre una pareja de treintañeros.

Sea como fuere, el protagonista, en su diario, es capaz de extraer conclusiones de la personalidad y vida de cada individuo objeto de observación a partir de la forma en la que folla y eso, cuanto menos, es interesante.

Muy recomendable.

Y tu te lo crees. Es una estrategia para vender el libro.
Si fuera cierto le caerían las demandas a cascoporro.
 
Ni me lo creo ni me lo dejo de creer. Me es indiferente. Ya conocía al autor y sabía qué tipo de lectura iba a encontrar.

Si es fantasía, realidad, realidad novelada o fantasía basada en hechos reales me da un poco igual.
 
Última edición:
Leí un artículo en el país hace un par de meses y me pareció la hostia la historia. Me puse bastante palote con los ejemplos que se ponían en el artículo y tengo en mente leerlo.
Por mi parte, en el tacsi a veces se han metido mano a saco y me ha dado mucho corte mirar pero no me jodas, este verano una con una teta fuera y el novio chupando pues como que se me iban los ojos un poco y joder, casi mejor no hacerlo otra vez porque me pasé palote todo el día.
Antes con la mía mamma, vivía al lado de un picadero ande iban a parar los coches de jovenzuelos y servidor volvía por allí muchas veces y alguna vez me quedé mirando desde la distancia y bueno, pues si que mola bastante ver a los demás folleteando pero me quedo con una escena: una chica abriendo la puerta, sacando la cabeza y escupiendo toda la lefa.
1 mes estuve ejercitando el antebrazo con esa escena.
 
Con trece años más o menos solía espiar a las jornaleras lozanas que alquilaban una casa a mis padres. La casa alquilada compartía patio con la mía y mi madre les dejaba que tendiesen la ropa en él, restregaba mi cara entre sus bragas y sujetadores tendidos. Tenía acceso al hueco que queda entre el falso techo y el tejado, no sé cómo se llama eso. Me movía por allí como un gato, con los que me encontraba bastante a menudo y salían como alma que lleva el diablo al verme. Los cables de la luz iban por allí arriba y en cada habitación había un agujero por donde bajaba el cable que enganchaba el casquillo de la bombilla. Si pegabas el ojo al agujero hecho en el bovedilla plana del falso techo, podías ver la cama de las muchachas.

Eran todas jóvenes en plenitud, algunas no habrían salido de su pueblo en la vida. La zona de los Ibores, Cañamero y demás pueblos de montaña abandonados de la mano de dios. El caso es que llegaban a mi pueblo y se desataban, se echaban novio y le daban alegría al cuerpo, salían al baile y gozaban de la libertad que no tenían en sus aldeas. Que no todo iba a ser trabajar en el campo y a casa para al final de campaña volver al pueblo con lo ganado y comprarse el ajuar para la boda.

Bueno, pues una se echó un novio del pueblo y se le llevaba a casa los domingos por la tarde. Tenía pinta de puritana, de pavisosa, de gaznápira. Era la más fea de las tres que había aquel año, pero no desaprovechó la oportunidad.
Siempre que les oía entrar en la casa me subía raudo y silencioso al falso techo y pegaba mi inocente ojo al agujero para ver el espectáculo. Me daba un morbazo increíble, allí mirando sin ser visto, conteniendo la respiración para no hacer ruido, nervioso y alerta de todo por si yo mismo era sorprendido mientras espiaba.

Jugaban, eran como dos niños grandes jugando al pilla pilla sin moverse del sitio, ella hacía como que no quería, y él le hacía cosquillas y le metía mano como buenamente podía. Se reían como pazguatos. Él la empujaba contra la cama y se echaba encima y seguía con el juego de meter mano y hacerle cosquilla, ella se hacía la estrecha y a la vez le incitaba a seguir. Todo ello vestidos.

Se quitaban la ropa, ella usaba sujetadores de color carne clara. Jerséis de lana que se llevan por la época y unas bragas grandísimas que era lo que se estilaba por entonces. Chocho peludo se le adivinaba por el bulto que le hacía la braga, pero nunca se lo vi. Muchos besos, se besaban mucho, supongo que ella no era ninguna cualquiera y se lo dejaba bien claro a él, que para montarla la tenía que acariciar primero.

Dejé de hacerlo porque en una ocasión fui demasiado deprisa hacia el agujero porque se me había pasado su llegada, y se conoce que hice ruido, ella estaba alerta, y en nada me que moví un poco en el techo sintió la vibración en la estructura de la casa o en las paredes o lo oyó, que sé yo, el caso es que paró el juego y dijo: otra vez, suena algo. Miraban por la ventana y se quedaron como dos conejos a la expectativa. Abortaron el cortejo y se vistieron.

Algo les oía yo murmuran sobre el techo, que se movía, que sonaba. Me bajé rápido de allí y no volví a subir, me dio miedo de que le dijesen algo a mi madre y me llevase hostias hasta en el cielo la boca.

Ahora son pareja, se casaron y viven en mi pueblo, alguna vez los veo y aunque ella es un mostrenco gorda mórbida y con pinta de machorro. Rápido se me viene a la mente el recuerdo de cuando era una virgen mojigata de pueblo que entregaba su virgo al que sería su marido visto a través de un agujerito redondo con un marco negro que se me quedó grabado en la retina de mi curioso e inocente ojo.
 
Última edición por un moderador:
Ese libro tengo que leerlo, me tengo que quitar el mal gusto de Rayuela.

Cómo me gustaría espiar por un agujerito a gente follando... No por el acto en sí, que probablemente nada tenga que ver con la inspiración Hight Quality que necesito y a la que uno se acostumbra, sino por ver el tipo de interacción, la actuación personal en sí, qué se hace en una pareja común, ver si tiene algo que ver con lo que hago yo.

Por otra parte, me excita muchísimo ser visto. Una vez, cuando era más joven y follaba en el coche, al mirar hacia atrás vi a un tío pajeándose mientras nos miraba. Al verse descubierto, puso pies en polvorosa, chorra al aire. El pobre hombre no sabía que nada más lejos de mis intenciones pegarle, si se estaba calladito, podríamos haberle ofrecido un bis. Sin participar, que eso ya son palabras mayores. En otra ocasión, otro hombre distinto que nos vio en plena acción, en el coche también, nos siguió con su vehículo del pueblo donde estábamos a mi ciudad, y no paró hasta que le bajamos la ventanilla a ver que quería, y lo que pretendía era pagarnos por dejarle unirse. A este creo que le faltaba un hervor, porque no desistía y tuvimos que aparcar en la puerta de una comisaría a ver si nos dejaba en paz. A veces obligo a los vecinos a oir gritar a mi mujer metiéndosela tan fuerte que le hago daño o haciendo que pida clemencia después de hacerle que se corra tres veces.

Me he excitado mucho escribiendo esto. Voy a despertar a mi mujer de la siesta, vamos a follar y dejaré el hilo abierto, para que vuestros avatares nos vean.
 
Muchos besos, se besaban mucho, supongo que ella no era ninguna cualquiera y se lo dejaba bien claro a él, que para montarla la tenía que acariciar primero.

Grande, pero mucho. Esa doble moral de pueblo, ese no quiero pero si creo que piensas que no soy una cualquiera puede venga, métemela hasta el corvejón.

Y las caricias claro, que parezca que es algo que va surgiendo y no que te ha subido para comerte hasta el alma.

Grande.
 
El voyeurismo siempre ha despertado interés. Todos, en un momento dado hemos querido ser como el diablo cojuelo para ver que acontecía en la intimidad de los hogares ajenos.

Solo un buen autor puede llevar a la literatura o al cine (recordad La ventana indiscreta) lo que suele ser objeto de peeping tom o descampado en las afueras. Para todo lo demás, ya tenemos a Verruga, el heredero natural de Benito.

No sé si llegaré a leer el libro, la profesionalización del vicio me parece una degeneración aburrida. Espero que todo se lo haya inventado Talese, así al menos tendría su gracia.
 
Siento una mezcla de paz y alegría viendo a esta simpática moza bailar enérgica y despreocupadamente, transmite felicidat, muy asmr. Pensé poner el video en el hilo aquel del coleccionista de mujeres, pero he visto este en el General, y me viene como polla a culo, podría observarla durante horas.

 
Yo en la playa y en la montaña he visto de todo absolutamente y también me han visto hacerlo, la gente ya no nos cortamos para nada y se folla a ojos vista de cualquiera.
Se ha perdido el misterio.

La última escena fuerte que vi una pareja madura, el tío sentado comiéndole el coño a la mujer de pie junto al río a la vista de todo el que pasaba por el camino a 10 metros, una cosa muy muy rara. Si lo vio algún niño se debió traumatizar todito.

Hace años cuando el hippismo y la revolución del 68 legó a España con 20 años de retraso se hablaba de colectivos que proclamaban el amor libre por la calle y el pade de mi novia dijo que menudo asco las aceras llenas de semen :121 :lol: .
 
He terminado el libro hoy, y me ha decepcionado un poco, tampoco esperaba mucho.

Por lo general me resultaban más amenos e interesantes los extractos del diario del voyeur que lo que escribe el autor que prácticamente se limita a meter morralla para que el libro no se quede corto.

Gerald escribe de una forma simple y directa, aunque para mi queda claro que parte de lo que cuenta es fantasía o una versión fantasiosa de la realidad. Tan tanta tetona copa D… las fechas que no coinciden, el crimen que del que no hay constancia. Gerald mira, espía pero también fantasea como forma de evasión y se cree sus propias fantasías. Se toma en serio ese papel de investigador social, cultural y sexual que el solo se adjudica. Se inventa motivaciones y futuros posibles para sus huéspedes y los toma con verdades absolutas. Todo filtrado por la compasión y la empatía. La personalidad de Gerald y por lo tanto su percepción del mundo está condicionada por esa compasión por los débiles, los solitarios… y el desprecio por los arrogantes. Eso y el constante evocación de su infancia que él recuerda casí perfecta debería decirnos mucho de la verdadera personalidad de Gerald, de su debilidad y su necesidad de mirar (donde consigue poder sin arriesgarse) y de auto engañarse y de cómo se vuelve cada vez menos sociable.

Talese, no sabe manejar lo que tiene, se limita a rellenar espacios entre los diferentes extractos con cosas sin interés, no me importa que otros libros escribió mientras recibía las cartas de Gerald. No me importa donde viajaste ni si tu padre era sastre.

En ciertas partes me he sentido identificado ya que he sido voyeur por oportunidad, no creo que este en mi naturaleza, en las pocas veces que se ha presentado la oportunidad la he aprovechado.
En verano una casa vecina se alquila a turistas, dejándome una vista al patio trasero y gran ventanal de unos de los dormitorios. Con cierta discreción y con algo de riesgo de que me pillaran he visto como tres mujeres de la misma familia se duchaban desnudas en el patio trasero cada vez que volvían de la playa, estoy lo hacían creyendo que nadie de fuera las podía ver, pero sin importarle que las vieran sus hijos y sobrinos, algunos pequeños y otros adolescentes o sus cuñados respectivos. En el libro se habla de la necesidad del mirón de comentar con alguien sus actividades secretas. Eso me ha pasado a mi, en algún momento me hubiera gustado poder comentar con alguien lo que había visto, por parecerme excitante o simplemente curioso. Como decirle a un conocido, “oyes, mi vecina de atrás, cuando se desnuda para ducharse, siempre huele la entrepierna de las bragas del bikini que se acaba de quitar, será guarra”

Y al igual que Gerald no me he sentido culpable de ningún modo, tampoco me he llegado a excitar sexualmente pero si he almacenado imágenes para recordarlas luego e incluso llegue ha grabar algún video.

En esa misma casa he visto a adolescentes salir desnudas de la ducha y vestirse en el dormitorio, a una mujer limpiar la casa en tanga o a un quinceañera sacarse las tetas y pellizcarse los pezones durante un segundo delante de su hermano de 11 años. El chaval no reacciono de ninguna manera.

También escenas tiernas como un marido robarle un beso a su mujer enfadada y como ella se desarmaba con este simple gesto de complicidad.

Como ya he dicho era mirón de oportunidad lo significa que pocas veces tenía oportunidad de ver algo o no me iba a pasar el tiempo haciendo guardia.

Con mis parejas el voyerismo y el exhibicionismo han formado parte de los juegos y fantasias pero a nivel muy secundario.

A la señorita número uno le gustaba mandarle fotos de mi polla a su mejor amiga, lesbiana por cierto, que debía estar harta de que le mandaran fotos que no le interesaban nada. Esto se debe a que la señorita número uno tiene una sexualidad muy falocentrica, desea alardear de mi polla pero a la vez es muy posesiva y ni se le ocurriría mandarle las fotos a alguna de sus amigas heterosexuales por el miedo injustificado a que intenten seducirme.

La señorita número uno tenía la fantasía de ir a un club de intercambio a follar en público, pero solo conmigo, que un grupo de desconocidos se excitaran viéndonos. Yo por mi parte fantaseaba más con ser espiado mientras follabamos por una única mujer, a ser posible que estuviera relacionada de alguna manera, siendo amiga, familiar o compañera de trabajo, que a pesar de sus intentos de mantenerse oculta masturbándose mientras mira por la rendija de la puerta o algo así, yo me diera cuenta y me esforzara en darle un buen espectáculo. Evidentemente ninguna de las dos fantasías se llevo a cabo.

La señorita número dos tenía fuertes tendencias sumisas, un complejo de Electra mal resuelto y entre otras cosas disfruta pasando vergüenza. La llevé a un parque público vistiendo una minifalda sin ropa interior debajo, hice que se sentara en un banco delate de mi como si fuéramos desconocido pero a través de discreto gesto le voy ordenado que separe las piernas y me enseñe el coño cuando no hay nadie cerca, poco a poco va separando más las piernas, subiéndose más la falda o arriesgándose cuando acaba de pasar alguien.

La señorita número dos tenía fuertes fantasías de ser sometida y torturada pero no se atreve a hacerlas realidad. Así todo eso se une en otra fantasía donde ella espía manteniéndose oculta, como un amo especialmente cruel somete a una sumisa jovencita a todas las cosas que a ella le gustaría que le hicieran. Le elaboro más esa fantasía diciéndole que mientras ella espía me colocare tras de ella y abuso de su miedo a que la descubran espiando y le castiguen de la misma forma que la sumisa que está mirando. Se deja hacer mientras la penetro lentamente y le susurro al oído obscenidades sobre el espectáculo que no dan el amo y la sumisa. ¿Hace falta decir que no se llevo a cabo?

La señorita número tres practicaba el nudismo de forma asidua y en familia, iba a la playa nudista con su hermano y su cuñada. Intenta convencerme para que yo también vaya, su fantasía era hacer el amor dentro del agua, de forma lenta y sin que la gente que esta alrededor se de cuenta. Al parecer vio a una pareja hacerlo y desde entonces quería probar. La señorita número tres era de naturaleza bondadosa y un poco inocente. En su fantasía prima más el romanticismo que el exhibicionismo. Esta fantasía no se llevó a cabo porque la señorita número tres veía en mí un posible novio cuando yo lo la veía como amante, rompí la relación antes de hacerle más daño.

Me ha tocado también estar en el otro lado, y ser el objeto del exhibicionismo de otros.

Una pareja madura, él fondón pero ella muy bien conservada el último tramo de los cuarenta. Estoy en el trabajo y ella de forma aparentemente descuida va adoptando posturas que enseñan más de la cuenta. En principio parecía casualidad pero los supuestos descuidos continúan. Además él no pierde ojo de mi reacción, pero no parece excitado si no más bien inseguro y expectante, ella sin embargo estaba completamente indiferente. Discretamente le comenté la situación a un compañero, que me confirmo que él también se había dado cuenta. Esta situación lejos de excitarme, me hizo sentir incomodo, aunque la mujer era atractiva, yo estaba en el trabajo, había niños cerca y de cualquier forma me reducía al papel de juguete tonto.
 
Última edición:
En verano una casa vecina se alquila a turistas, dejándome una vista al patio trasero y gran ventanal de unos de los dormitorios. Con cierta discreción y con algo de riesgo de que me pillaran he visto como tres mujeres de la misma familia se duchaban desnudas en el patio trasero cada vez que volvían de la playa, estoy lo hacían creyendo que nadie de fuera las podía ver, pero sin importarle que las vieran sus hijos y sobrinos, algunos pequeños y otros adolescentes o sus cuñados respectivos.

Alemanas o francesas, me juego las pelotas.
 
Me gustaría observarte mientras te follas a tu novia, Spawner. Si te va ese rollo ponte en contacto conmigo vía mp o por aquí.

Si

Ese es el sueño de cualquier forero.

Grande, pero mucho. Esa doble moral de pueblo, ese no quiero pero si creo que piensas que no soy una cualquiera puede venga, métemela hasta el corvejón.

Y las caricias claro, que parezca que es algo que va surgiendo y no que te ha subido para comerte hasta el alma.

Grande.

Igualico que la guiris, he visto videos del Magaluf de tias de estas chupando vergas sin mediar palabra. Que injusticia dios mio, en este país nos tiene que tocar lo peor siempre cojones.

-----------

Anecdota de mierda, pero sobre todo para reflexionar sobre como las hormonas te cambia la mentalidad, eran los 80, yo tendría 9 años o cosa así, e iba hacia Madrid con mi padre en un vagón litera, pues en el mismo habitáculo nos toco 2 guiris teens mochileras.

A mi me hacía ilusión ir en la cama de arriba, pero mi padre dijo que un carajo, que esa era para él, sus razones tendría. Las 2 guiris se pusieron en bragas nada mas llegar. Yo estaba en esa edad en la que estas cosas no tienen prioridad, ni se toca la chorrica, pero que tampoco es de piedra ante una melena rubia y unos ojos azules y unas bragas entremetidas por el culo, por lo menos la de abajo, que es la que pude mirar alguna vez de reojo, aunque me pase todo el viaje mirando hacia el otro lado por vergüenza (siempre he sido un puto retrasao)

Todo este recuerdo lo construí con el tiempo, en aquella época no era de esas cosas que se te quedan a fuego, pero que sin embargo pasado los años uno aprecie en su verdadera dimensión. No le dí mayor importancia, y ahora me pregunto que se le pasaría a mi padre por la cabeza, que en aquella época tendría treinta y poco años y era un tipo atlético y con buena genética. Yo no hubiera pegado ojo en toda la noche, teniendo a poco mas de 1 metro distancia a 2 guiris buenorras enseñando culo, y la compañia de tu puto desecho genético a modo de conciencia.

Recuerdo muchas anecdotas morbosas incluso ya en edad de lechar, que no aproveché, y cuanto mas viejo me hago mas retorcido me pongo.
 
Última edición:
Arriba Pie