Lo primero, estoy amoroso y vengo perjudicado a m de fiestas de una bonita ciudad de provincias por la que no quiero ver asomar vuestras bastardas almas.
Lo segundo, me vais a tener que aguantar el ciego. Os jodéis.
Bien, para que esto no sean solamente las divagaciones de un jodido Motörhead narcisista, os voy a contar un a pequeña anécdota breve que acabo de protagonizar hace veinte minutos y con la cual quiero centrar el tema del hilo.
A ver, a estas alturas es público y notorio que soy un cabronazo sexy y sexualmente muy atractivo. Seguro que alguna vez os lo había comentado. Me parezco a este, por cierto.
Fuck yeah baby.
Por eso, a veces me puedo tomar ciertas libertades que los que tenéis un aspecto igual de feo que las almas de los que aquí habitamos no podríais soñar, como por ejemplo y al turrón. Hace veinte minutos cruzaba la almendra medieval de esta ciudad en fiestas y amoroso y con un glorioso pedal, me he echado mano al rabo de camino a casa para descapullarme el penis y que con el roce del andar y el amor químico que llevaba encima, me diese gustico en el glande viendo a las perras jovenzuelas que me cruzaba y en cuyos turgentes pechos me gustaría eyacular. Probadlo, mola andar con el capullo tirado para atrás.
En una de estas, por una callejuela del centro he atisbado a lo lejos algo que podría ser del agrado de mi rabo mientras poco a poco me iba acercando a lo que iba a resultar ser una beldad. A una chiquilla rubia jodidamente guapa del operativo de limpieza municipal. Muy guapa, la chica más guapa que me he cruzado esta puta noche, y claro, abusando de mi viril apostura y apolíneo porte, he llamado su atención diciéndole simplemente ¡Chavala! Jugando, claro, con un tono de voz entre exclamtaivo, firme e imperativo.
Ella ha levantado entonces, ante mi tono de voz, la vista de la escoba y la pala con la mirada entre curiosa y cauta que dirigimos ante la voz segura de la autoridad cuando nos pillan en un renuncio. Entonces, y con su plena atención, simplemente le he dicho;
Venga, que ya queda poco para vacaciones.
La sonrisa que ella ha dibujado ante esta chorradilla en su rostro, os puedo jurar que era completamente genuina y de agradecimiento y reconocimiento ante su labor, y el millezker (Gracias) con el que me ha respondido a la cortesía, os juro que lo suficientemente bonito y sincero como para que un cabronazo como yo venga aquí perdiendo el culo para contároslo.
Y este va a ser el tema del hilo, que contéis sin tapujos ni vergüenza alguna las pequeñas cositas que os suceden o hacéis, que os alejan de nuestro espíritu de corps cínico y enfermo, y os acercan a algo parecido a un ser humano y que os hacen sentir cierto hojullo de ser una buena personita.
Venga puercos, creo algo de hedionda bondad habita todavía en la fosa séptica descreída y sádica que llamáis alma, y creo que exponerlo aquí puede ayudarnos a todos para terminar de erradicarlo de una puta vez.
Lo segundo, me vais a tener que aguantar el ciego. Os jodéis.
Bien, para que esto no sean solamente las divagaciones de un jodido Motörhead narcisista, os voy a contar un a pequeña anécdota breve que acabo de protagonizar hace veinte minutos y con la cual quiero centrar el tema del hilo.
A ver, a estas alturas es público y notorio que soy un cabronazo sexy y sexualmente muy atractivo. Seguro que alguna vez os lo había comentado. Me parezco a este, por cierto.
Fuck yeah baby.
Por eso, a veces me puedo tomar ciertas libertades que los que tenéis un aspecto igual de feo que las almas de los que aquí habitamos no podríais soñar, como por ejemplo y al turrón. Hace veinte minutos cruzaba la almendra medieval de esta ciudad en fiestas y amoroso y con un glorioso pedal, me he echado mano al rabo de camino a casa para descapullarme el penis y que con el roce del andar y el amor químico que llevaba encima, me diese gustico en el glande viendo a las perras jovenzuelas que me cruzaba y en cuyos turgentes pechos me gustaría eyacular. Probadlo, mola andar con el capullo tirado para atrás.
En una de estas, por una callejuela del centro he atisbado a lo lejos algo que podría ser del agrado de mi rabo mientras poco a poco me iba acercando a lo que iba a resultar ser una beldad. A una chiquilla rubia jodidamente guapa del operativo de limpieza municipal. Muy guapa, la chica más guapa que me he cruzado esta puta noche, y claro, abusando de mi viril apostura y apolíneo porte, he llamado su atención diciéndole simplemente ¡Chavala! Jugando, claro, con un tono de voz entre exclamtaivo, firme e imperativo.
Ella ha levantado entonces, ante mi tono de voz, la vista de la escoba y la pala con la mirada entre curiosa y cauta que dirigimos ante la voz segura de la autoridad cuando nos pillan en un renuncio. Entonces, y con su plena atención, simplemente le he dicho;
Venga, que ya queda poco para vacaciones.
La sonrisa que ella ha dibujado ante esta chorradilla en su rostro, os puedo jurar que era completamente genuina y de agradecimiento y reconocimiento ante su labor, y el millezker (Gracias) con el que me ha respondido a la cortesía, os juro que lo suficientemente bonito y sincero como para que un cabronazo como yo venga aquí perdiendo el culo para contároslo.
Y este va a ser el tema del hilo, que contéis sin tapujos ni vergüenza alguna las pequeñas cositas que os suceden o hacéis, que os alejan de nuestro espíritu de corps cínico y enfermo, y os acercan a algo parecido a un ser humano y que os hacen sentir cierto hojullo de ser una buena personita.
Venga puercos, creo algo de hedionda bondad habita todavía en la fosa séptica descreída y sádica que llamáis alma, y creo que exponerlo aquí puede ayudarnos a todos para terminar de erradicarlo de una puta vez.
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