Veamos, a modo de notas:
- En mi caso, no tenía novia cuando estudié las oposiciones, así que me podía permitir
el lujo de estudiar de ocho a diez horas diarias
netas, descontando las que pasaba en la academia (que sólo orienta, pese a lo que algunos opositores estúpidos quieren creer). Empezamos veintipico y terminamos media docena, de los cuales aprobamos dos, habiéndose ofertado menos de cincuenta plazas en el aquel entonces llamado "territorio Ministerio", mucho más amplio que el actual. Después de aprobar, nos tuvieron año y medio esperando para tomar posesión, para regocijo y disfrute de los interinos, los más lameculos e ignorantes con que un justiciable, profesional o titular puede topar.
En la academia me contaron el caso de una madre de familia, casada y trabajando en la privada, que se pasó años durmiendo cuatro horas al día para acceder al entonces cuerpo de agentes judiciales (oposición entonces más jodida que la inmediatamente superior, auxiliar de Justicia).
Un caso de primera mano: una amiga que, antes de aprobar el entonces cuerpo de oficiales, estuvo con la de inspector de Hacienda. Se casó (fui a la boda) y se quedó embarazada mientras estudiaba la mal llamada promoción interna al -también entonces- cuerpo de secretarios judiciales (que en verdad es una oposición de turno restringido). Mientras estaba en el hospital, siguió estudiando, con importantes quejas de su marido, que decía que no hacía caso de él ni del niño. Aprobó la tía, con dos ovarios; antes se pasó al menos un año durmiendo, como mucho, cinco horas al día, mientras trabajaba.
- Respecto a jueces y fiscales: estuve un tiempo leyendo un foro de opositores a dicha oposición, y los usuarios eran en su mayoría mujeres. Se quejaban de dolencias anales, al pasar tanto tiempo sentadas; no desgarros, que os conozco

. Muchas decían que sus novios las habían dejado (hablamos de una media de estudio de cuatro años, salvo potra máxima). Esa gente dice estudiar doce horas al día, algo que intenté en tres jornadas no consecutivas con nefastos resultados; o hacen como los chinos en su badulaque y comen mientras estudian, lo cual es improbable, o bien cuentan las horas brutas.
- La hermana de un amigo (que estaba bastante buena) apoyó a su novio, opositor a notarías, durante un porrón de años (la media estaba en un mínimo de cinco). El tío se las acabó ganando, así que salió bien la cosa.
Me contaron la anécdota de uno que aprobó registros, al cual uno le dio la enhorabuena:
- Felicidades. Ahora, a celebrarlo con tus amigos.
- ¿Qué amigos?
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