[Achtung, ladrillo incoming]
Como buenos sexólogos, sociólogos y psicólogos -de salón- que somos todos en este lugar, mi intención con este hilo es teorizar sobre cuáles son las causas que nos han conducido a esta surrealista situación actual respecto al sepso. Por esta situación me refiero, a la ausencia de líbido o "suicidio sexual" de celibato extremo por parte de sujetos en perfectas condiciones gonadales e incluso sexualmente activos y con experiencia, y también a la otra parte de las relaciones sociales cada vez más superficiales y breves basados en el soy puto/a, y mi gónada lo disfruta. Así pues, a filosofar.
Según creo, uno de estos factores responsables es internet, que ha sido aliado y enemigo por igual. Internet ha acercado a mucha gente y de ahí han salido cuantiosos amistades, polvos y parejas que de no ser por él no habrían tenido lugar, pero por otro lado se está cargando las relaciones sociales -y por ende, los polvos-.
El por qué de este daño se debe a tres factores; el primero se trata como bien apuntaba mister4, al descomunal mercado pornográfico donde cada vez es más frecuente encontrar salvajadas y la fantasía sexual más enfermiza está disponible de forma gratuita. Ante eso, la gente no encuentra novedad alguna y enseguida se aburre y no consigue encontrar nuevas experiencias con facilidad, amen de que esto en caso de emergencia puede suplir un polvete acompañado de un poco de onanismo casero.
El segundo son las redes sociales sin las cuales eres un don nadie. Si no se sigue la moda de poner morritos en una mierda de foto subida al facebook, comentar lo divertido que es desayunar garbanzos con coca cola en el twitter, se restriega la cebolleta a una pelandrusca en habbo o second life, o se acumulan hamijos en el tuenti, se está marginado de la sociedad o se recibe el cariñoso apelativo de asocial serás visto como alguien anormal. La gente empieza a dar más prioridad al mundo virtual que al real gracias a estas chorradas, tomándose más en serio lo que pueda darse en su perfil que en su entorno social físico. (Que acompañado de youtube u otras webs 2.0 reafirman la nueva moda neodescartiana; estoy en internec, luego existo, amadme o morid)
El tercero y último es una consecuancia directa de esto. Sin defender y posicionarme a favor de Reverte y su inmovilismo lingüistico, si que es cierto que la gente prefiere expresarse con un emoticoño o en el peor de los casos, el puñetero ascii y sus ^-^, *-* etc... y como estudiar cuesta dinero y esfuerzo y me sale más rentable currarme como mucho una FP o ni eso, pues peor que estamos. Al final la gente en vez de escribir una carta va a poner un conjunto de jeroglíficos de letras e iconos para expresarse pobremente como se siga por este camino, si es que quizás saben como manifestar sus intenciones por vía escrita u oral.
Dejando internet de lado, queda otro tema más profundo que es la propia sociedad de consumo/posmoderna, y en este punto todo el mundo puede darse cuenta a nada que tenga un par de luces de que algo no va bien.
Triunfa el hedonismo y carpe diem mal interpretado donde no solo es un derecho ser feliz "porque uno lo vale", si no que se tiene la obligación de serlo para estar socialmente aceptado, además, si no cuesta ningún esfuerzo y se accede de forma rápida tanto o más que mejor. Pertenecer a esta clase de sociedad donde es una imperiosa necesidad consumir cachibaches que no se necesitan y hacer ostentación de los mismos, acaba contagiando el resto de los planos como el de las relaciones sociales donde se les aplica el mismo criterio de usar, y cuando no me satisface tirarlo y comprarme uno nuevo. Hecho que se refleja en el aumento exponencial de divorcios, parejas rotas tras a la primera discusión banal, parajas que no consiguen cuajar por falta de compromiso... Con esto no merece la pena explayarse demasiado por estar muy trillado, quien quiera profundizar que lea a Zigmunt Bauman por decir uno, o que se de una vueltecilla por las bibliotecas en busca de sociólogos y filósofos chalados.
Y ya por último, los factores históricos y sociopolíticos. Aquí tiene un profundo calado la religión y la moral del país. Partimos de una historia ciertamente truculenta con la noble inquisición, y el nacionalcatoliscismo del posterior franquismo. La tradición moral y religiosa tenía un hondo calado por muy ateo que se fuera, y esto se refleja en la represión y discriminación sexual hacia la figura femenina por ser la tentadora hija de Lilith que hace abandonar la recta senda al hombre. Como ejempo breve, actualmente se puede reflejar en la monogamía y lo mucho que nos duelen los cuernos (herencia cristiana), cuando bien podría ser un "poliamor" a lo romano, o lo mal visto que esta haber retozado con muchísima gente a lo largo de la vida.
Avanzando algunos añitos con eso de la transición -si es que en realidad lo fue-, nos encontramos con que se han suprimido los recortes de libertades que ahora han pasado a ser libertinaje (hecho acentuado por la sociedad de consumo). Y es en este punto cuando entran en escena los motivos políticos.
Por desgracia, a día de hoy se ha pensado que la mejor forma de invertir la represión franquista consiste en darle la vuelta a la tortilla en lugar de buscar el consenso (que no igualdad) entre los sexos. La secta Bibianesca considera que todo hombre por el hecho de tener minga es un delincuente en potencia, y toda mujer por tener un chumino esta desvalida y vulnerable, además de otras muchas abominaciones fruto de la "discriminación positiva". Con esto lo único que se consigue es un auge del hembrismo y del machismo a partes iguales, que lejos de unir a los sexos lo que produce es una guerra entre ellos pasando cada uno del otro cuando se tensa la cuerda demasiado.
El reflejo de todo este tocho en la mujer española, se puede sentir en que ella se ve "liberada" y no se la tilda de putón verbenero por cepillarse a 20 en una noche si no "sexualmente liberada", ayudada por el derrumbe de toda restriccion moral. Además, se siente amparada y cuando no empujada por la ley, que ahora la defiende más que nunca, y se llega a creer superior al hombre. Y por supuesto, como en la televisión bombardean las consignas hedonistas posmodernas, la mujer con cerebro de serrín decide hacerle caso y corresponderlas con sonoros aplausos vaginales en un mundo lorealista de fantasias, principes y princesas, e inmediatamente sus humos alcanzan cotas estratosféricas. Total, que aquellas féminas que no consignen con estas máximas del INGSOC ni hagan caso a los cantos de sirena (si es que existe esta clase de mujer), acabarán siendo perfiles del meetic o buscando un homólogo del sexo opuesto dada su marginación entre las compañeras de su gremio, incluso en casos extremos, por los propios machomenes.
Ante esto se presenta con escasa gallardía el superhombre, totalmente cogido por los huevos por papi estado, y obligado a convertirse en un pagafantas lametacones si desea mojar el churro, e incluso adoptar la misma espiral de autodestrucción que sus codiciadas mujeres. Para mojar el churro, las escasas opciones que le quedan son; colocarse una mascara e interpretar un rol que no le va, ser un baboso lametacones pagafantas, seguir firme en sus convicciones buscando una hembra que le merezca la pena con escasa precisión -en extinción-, o utilizar sus mismas armas y ser un completo cabrón busca coños (y el que casi olvido, el hombre putero).
Cada uno de estos caminos más tarde o más temprano en función de cuál sea, termina en una profunda frustración. Ante esto el hombre viéndose cuestionada su virilidad -e incluso sus derechos- al tener que satisfacer más demandas que las que pide un banco para otorgar un prestamo hipotecario a un mileurista, aboga por pasar absolutamente de todo eliminando su persona de la competición por ver quién conquista a la princesa más cotizada para centrarse en su vida exclusivamente.
Como corolario para no seguir con esto:
La cosa pinta muy fea y la única solución a corto plazo es volver a la edad de hierro o alejarse de las urbes, cuando no volverse hermafrodita y autosatisfacerse para los más aventureros.
¿Qué causas creen que pueden haber degenerado hasta límites absurdos las relaciones sociales? ¿Cuáles podrían ser sus soluciones?
PD: Mis disculpas por las posibles incongruencias, redundancias o faltas, pero tengo prisa y apenas he tenido tiempo de depurarlo.
Como buenos sexólogos, sociólogos y psicólogos -de salón- que somos todos en este lugar, mi intención con este hilo es teorizar sobre cuáles son las causas que nos han conducido a esta surrealista situación actual respecto al sepso. Por esta situación me refiero, a la ausencia de líbido o "suicidio sexual" de celibato extremo por parte de sujetos en perfectas condiciones gonadales e incluso sexualmente activos y con experiencia, y también a la otra parte de las relaciones sociales cada vez más superficiales y breves basados en el soy puto/a, y mi gónada lo disfruta. Así pues, a filosofar.
Según creo, uno de estos factores responsables es internet, que ha sido aliado y enemigo por igual. Internet ha acercado a mucha gente y de ahí han salido cuantiosos amistades, polvos y parejas que de no ser por él no habrían tenido lugar, pero por otro lado se está cargando las relaciones sociales -y por ende, los polvos-.
El por qué de este daño se debe a tres factores; el primero se trata como bien apuntaba mister4, al descomunal mercado pornográfico donde cada vez es más frecuente encontrar salvajadas y la fantasía sexual más enfermiza está disponible de forma gratuita. Ante eso, la gente no encuentra novedad alguna y enseguida se aburre y no consigue encontrar nuevas experiencias con facilidad, amen de que esto en caso de emergencia puede suplir un polvete acompañado de un poco de onanismo casero.
El segundo son las redes sociales sin las cuales eres un don nadie. Si no se sigue la moda de poner morritos en una mierda de foto subida al facebook, comentar lo divertido que es desayunar garbanzos con coca cola en el twitter, se restriega la cebolleta a una pelandrusca en habbo o second life, o se acumulan hamijos en el tuenti, se está marginado de la sociedad o se recibe el cariñoso apelativo de asocial serás visto como alguien anormal. La gente empieza a dar más prioridad al mundo virtual que al real gracias a estas chorradas, tomándose más en serio lo que pueda darse en su perfil que en su entorno social físico. (Que acompañado de youtube u otras webs 2.0 reafirman la nueva moda neodescartiana; estoy en internec, luego existo, amadme o morid)
El tercero y último es una consecuancia directa de esto. Sin defender y posicionarme a favor de Reverte y su inmovilismo lingüistico, si que es cierto que la gente prefiere expresarse con un emoticoño o en el peor de los casos, el puñetero ascii y sus ^-^, *-* etc... y como estudiar cuesta dinero y esfuerzo y me sale más rentable currarme como mucho una FP o ni eso, pues peor que estamos. Al final la gente en vez de escribir una carta va a poner un conjunto de jeroglíficos de letras e iconos para expresarse pobremente como se siga por este camino, si es que quizás saben como manifestar sus intenciones por vía escrita u oral.
Dejando internet de lado, queda otro tema más profundo que es la propia sociedad de consumo/posmoderna, y en este punto todo el mundo puede darse cuenta a nada que tenga un par de luces de que algo no va bien.
Triunfa el hedonismo y carpe diem mal interpretado donde no solo es un derecho ser feliz "porque uno lo vale", si no que se tiene la obligación de serlo para estar socialmente aceptado, además, si no cuesta ningún esfuerzo y se accede de forma rápida tanto o más que mejor. Pertenecer a esta clase de sociedad donde es una imperiosa necesidad consumir cachibaches que no se necesitan y hacer ostentación de los mismos, acaba contagiando el resto de los planos como el de las relaciones sociales donde se les aplica el mismo criterio de usar, y cuando no me satisface tirarlo y comprarme uno nuevo. Hecho que se refleja en el aumento exponencial de divorcios, parejas rotas tras a la primera discusión banal, parajas que no consiguen cuajar por falta de compromiso... Con esto no merece la pena explayarse demasiado por estar muy trillado, quien quiera profundizar que lea a Zigmunt Bauman por decir uno, o que se de una vueltecilla por las bibliotecas en busca de sociólogos y filósofos chalados.
Y ya por último, los factores históricos y sociopolíticos. Aquí tiene un profundo calado la religión y la moral del país. Partimos de una historia ciertamente truculenta con la noble inquisición, y el nacionalcatoliscismo del posterior franquismo. La tradición moral y religiosa tenía un hondo calado por muy ateo que se fuera, y esto se refleja en la represión y discriminación sexual hacia la figura femenina por ser la tentadora hija de Lilith que hace abandonar la recta senda al hombre. Como ejempo breve, actualmente se puede reflejar en la monogamía y lo mucho que nos duelen los cuernos (herencia cristiana), cuando bien podría ser un "poliamor" a lo romano, o lo mal visto que esta haber retozado con muchísima gente a lo largo de la vida.
Avanzando algunos añitos con eso de la transición -si es que en realidad lo fue-, nos encontramos con que se han suprimido los recortes de libertades que ahora han pasado a ser libertinaje (hecho acentuado por la sociedad de consumo). Y es en este punto cuando entran en escena los motivos políticos.
Por desgracia, a día de hoy se ha pensado que la mejor forma de invertir la represión franquista consiste en darle la vuelta a la tortilla en lugar de buscar el consenso (que no igualdad) entre los sexos. La secta Bibianesca considera que todo hombre por el hecho de tener minga es un delincuente en potencia, y toda mujer por tener un chumino esta desvalida y vulnerable, además de otras muchas abominaciones fruto de la "discriminación positiva". Con esto lo único que se consigue es un auge del hembrismo y del machismo a partes iguales, que lejos de unir a los sexos lo que produce es una guerra entre ellos pasando cada uno del otro cuando se tensa la cuerda demasiado.
El reflejo de todo este tocho en la mujer española, se puede sentir en que ella se ve "liberada" y no se la tilda de putón verbenero por cepillarse a 20 en una noche si no "sexualmente liberada", ayudada por el derrumbe de toda restriccion moral. Además, se siente amparada y cuando no empujada por la ley, que ahora la defiende más que nunca, y se llega a creer superior al hombre. Y por supuesto, como en la televisión bombardean las consignas hedonistas posmodernas, la mujer con cerebro de serrín decide hacerle caso y corresponderlas con sonoros aplausos vaginales en un mundo lorealista de fantasias, principes y princesas, e inmediatamente sus humos alcanzan cotas estratosféricas. Total, que aquellas féminas que no consignen con estas máximas del INGSOC ni hagan caso a los cantos de sirena (si es que existe esta clase de mujer), acabarán siendo perfiles del meetic o buscando un homólogo del sexo opuesto dada su marginación entre las compañeras de su gremio, incluso en casos extremos, por los propios machomenes.
Ante esto se presenta con escasa gallardía el superhombre, totalmente cogido por los huevos por papi estado, y obligado a convertirse en un pagafantas lametacones si desea mojar el churro, e incluso adoptar la misma espiral de autodestrucción que sus codiciadas mujeres. Para mojar el churro, las escasas opciones que le quedan son; colocarse una mascara e interpretar un rol que no le va, ser un baboso lametacones pagafantas, seguir firme en sus convicciones buscando una hembra que le merezca la pena con escasa precisión -en extinción-, o utilizar sus mismas armas y ser un completo cabrón busca coños (y el que casi olvido, el hombre putero).
Cada uno de estos caminos más tarde o más temprano en función de cuál sea, termina en una profunda frustración. Ante esto el hombre viéndose cuestionada su virilidad -e incluso sus derechos- al tener que satisfacer más demandas que las que pide un banco para otorgar un prestamo hipotecario a un mileurista, aboga por pasar absolutamente de todo eliminando su persona de la competición por ver quién conquista a la princesa más cotizada para centrarse en su vida exclusivamente.
Como corolario para no seguir con esto:
La cosa pinta muy fea y la única solución a corto plazo es volver a la edad de hierro o alejarse de las urbes, cuando no volverse hermafrodita y autosatisfacerse para los más aventureros.
¿Qué causas creen que pueden haber degenerado hasta límites absurdos las relaciones sociales? ¿Cuáles podrían ser sus soluciones?
PD: Mis disculpas por las posibles incongruencias, redundancias o faltas, pero tengo prisa y apenas he tenido tiempo de depurarlo.