En defensa del chabacano

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27 Nov 2004
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El chabacano quiere sobrevivir y dejar de ser un 'español barriobajero' en Filipinas


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  • Se habla principalmente en el extremo sur de Filipinas.
  • Zamboanga, ciudad con 800.000 habitantes (la mayoría hablantes de chabacano), está considerada como "la ciudad latina de Asia".
  • Nacida hace casi 400 años, esta lengua (no reconocida como tal) comparte hoy el 60% de su vocabulario con el español.
  • Existen proyectos en escuelas para evitar que el chabacano se pierda con la muerte de los mayores de la zona.


El español criollo hablado al sur de Filipinas, llamado chabacano, quiere dejar atrás el estigma de idioma barriobajero que arrastra desde hace siglos y dar el salto a la letra impresa con una ortografía definida. "Conocemos el significado de la palabra 'chabacano' en español pero no nos gusta que prevalezca esa visión de idioma vulgar. Queremos darle una identidad definida", afirma a Efe Bert Torres, profesor de la Universidad de Mindanao Occidental y uno de los mayores impulsores de este idioma en Zamboanga.


Situada en el extremo sur de Filipinas, Zamboanga está considerada como "la ciudad latina de Asia" por ser casi el último bastión de este español criollo hablado por el 80% de sus cerca de 800.000 habitantes. Nacida hace casi 400 años entre los trabajadores de México y de diversas partes de Filipinas que fueron reclutados para construir una fortaleza, esta lengua comparte hoy el 60% de su vocabulario con el español. "Recuerdo que una vez iba hablando en chabacano con mi esposa en un avión y una pareja de extranjeros nos miraban sonriendo. Resultaron ser españoles y podíamos entendernos a la perfección", relata Torres.
A pesar de ser el idioma más empleado en la ciudad de Zamboanga y sus alrededores, el chabacano nunca ha sido considerado una lengua de pleno derecho sino un dialecto popular sin valor académico.
"Hay algunos padres que saben chabacano pero hablan a sus hijos en inglés o tagalo porque lo consideran más refinado. Queremos combatir esa mentalidad y hacer que la gente esté orgullosa de su idioma", dice el profesor. Torres ha escrito El primer alfabeto chabacano, un trabajo para fomentar la enseñanza del idioma entre los niños, y está enfrascado junto a sus colaboradores en la redacción de una ortografía.
"Será un libro que ayude a todo el mundo como punto de referencia de la lengua escrita, estoy trabajando en ello con amigos lingüistas", subraya el docente. Esta iniciativa académica está acompañada de un impulso institucional, con la colocación de algunos carteles oficiales en chabacano y un proyecto piloto de enseñanza en esta lengua en cuatro escuelas de primaria de la ciudad.
Solemos decir que el chabacano no es un español simplificado sino que el español es un chabacano complicado"Es el idioma español de Asia, no hay otra ciudad en el continente en que la mayor parte de los residentes puedan entenderse con hispanohablantes", afirma en castellano el alcalde de Zamboanga, Celso Lobregat. Este político descendiente de españoles destaca el avance que supone que las televisiones y radios locales hayan comenzado a difundir sus telediarios en chabacano.
"No hay periódico, porque sigue siendo una lengua más oral que escrita", lamenta el edil. Pese a la buena salud de la lengua hablada, Bert Torres advierte de que sólo los mayores de 60 años conversan en chabacano puro, mientras que las personas de entre 30 y 60 años lo mezclan con otros idiomas regionales y los más jóvenes lo adulteran aún más por influencia de los numerosos inmigrantes de otras zonas y de la televisión nacional, en tagalo e inglés.
¿Qué le diferencia del español?

En cuanto a las diferencias con el español, al margen del vocabulario tomado de dialectos filipinos, Torres aclara que la estructura gramatical está simplificada, sin distinción de género en las palabras ni tiempos verbales. "Para marcar el pasado usamos la partícula 'ya' y para el futuro 'ay', por ejemplo, 'he comido' se diría 'ya come yo' y casi siempre usamos el artículo 'el': el vaso, el silla, el camisa", explica el profesor universitario. "Solemos decir que el chabacano no es un español simplificado sino que el español es un chabacano complicado", bromea Lobregat.
La primera variante de este idioma nació en la base naval española de Cavite, cercana a Manila, a principios del siglo XVII, entre los trabajadores traídos de México y otras partes de Filipinas que mezclaron sus idiomas con el español que empleaba el capataz. En 1635, cuando la colonia española llegó a Zamboanga, a unos 890 kilómetros al sur de Manila, se produjo el mismo fenómeno durante la construcción del fuerte de San José.
El idioma sigue siendo utilizado por comunidades de las convulsas islas de Basilan y Jolo, al sur de Zamboanga, pero durante el siglo pasado se extinguió casi por completo en Cavite, en el barrio manileño de Ermita y en zonas del sur del país.
20minutos.com


¡Defendamos la nostra lengua! :lol:
 
Particularmente desconocia que esta lengua o dialecto existiera. Pensaba que en Filipinas el castellano había sida totalmente erradicado por los yankis (cargándse incluso a la población que lo hablaba)y sólo quedaba el talago con algunas palabras que provenian del mismo. Pero se ve que en algún reducto ha sobrevivido de una forma muy singular.


Me ha llamado la atención y leer el cartel escrito en chabacano es todo un LOL.


Toda una sorpresa, sin duda. Y más del particular origen que tiene.
 
su puta madre, hasta los confines de Asia llevamos nuestro imperio, y para lo que hemos quedao----:face:
 
norteño rebuznó:
su puta madre, hasta los confines de Asia llevamos nuestro imperio, y para lo que hemos quedao----:face:


Ya ves, sin marranos en todas sus versiones y sin borbones otro gallo nos hubiera cantado.
 
Hombre, eso de que los Judden hispanicus no financiaran la corona... A ver si se creen vuesas mercedes que Alfonso X y otros posteriores les dejaron morar en Toledo y demas aljamas por el amor de dios y el buen rollito civilimamon.:99 Nein, fue por la pastaca y su facil trapicheo interpueblos. Y ya no hablamos de los banqueros de la edad moderna, pa que...


Manda huevos lo del chabacano; es un simil patrio a lo del ingles cockney de la isla Pitcain. !Pero que se molestan vuesas mercedes! si de Bilbo a Burgos median no mas de un centenar de km y hablamos distinto....
 
Diez contra uno a que este hilo se convierte en un hilo de judens, por arte de birlibirloque. Cómo hiláis, macho, del chabacano a la expulsión judía sin solución de continuidad; se mete uno a un hilo interesante y no tarda ni cero coma en encontrarse con los temas de siempre :?
 
Entonces mejor edito mi post y lo enchoclo en otro hilo donde su presencia sea más coherente.
 
Tannhäuser rebuznó:
Entonces mejor edito mi post y lo enchoclo en otro hilo donde su presencia sea más coherente.

Coño, gracias.

Tannhäuser rebuznó:
Chabacano roolz y tal. Sería una übersprache taleguera.

:lol::lol::lol:


El cartelito es un lolazo de tres pares de cojones, francamente. Parece evidente que esta especie de lengua franca es básicamente un dialecto del español, un español corrompido. Como es natural, si el chabacano se hablase en España y no en Filipinas se le daría un estatus de Lengua Universal, con sus correspondientes Academias, se reivindicaría su estatus y se le pondría no a la altura del español, sino incluso por encima de él y atacado por este, y bajo su sombra florecería alguna clase de independentismo, que lo esgrimiría como "hecho diferenciador", y las subvenciones irían a hipervelocidad a los bolsillos de los que se afincasen el tema.

¿Se sabe algo más acerca de las características propias de este dialecto aparte de lo que viene en la Wikipedia?
 
Por ejemplo esto:

¿Por qué el chabacano?
Mauro Fernández
Universidad de A Coruña
Departamento de gallego, portugués, francés y lingüística
Facultad de Filología, Universidad de A Coruña
Campus de Elviña, s/n
15071 - A Coruña, Spain
[email protected]
Title: Why the Chabacano?
Publicamos en este volumen siete de las ocho ponencias que fueron presentadas
en el Simposio Shedding Light on the Chabacano Language: Learning from General
Linguistics and Similar Cases, que tuvo lugar en Manila los días 19 y 20 de octubre
de 2000, organizado por el Instituto Cervantes de esa ciudad, con la colaboración del
Departamento de Historia de la Universidad Ateneo de Manila.
La denominación ‘chabacano’ se aplica actualmente al conjunto de las
variedades criollas hispano-filipinas, si bien originalmente designaba sólo la
variedad hablada en Zamboanga (véase el mapa). Las variedades que todavía se
hablan son: en la Bahía de Manila, el caviteño (en la ciudad de Cavite) y el ternateño
(en la ciudad de Ternate); y, en la distante isla de Mindanao, al sur del archipiélago,
persisten el davaeño (en la ciudad de Davao), el cotabateño (en la ciudad de
Cotabato) y, sobre todo, el zamboangueño (en la ciudad y comarca de Zamboanga, y
en la cercana isla de Basilan). Hasta fines de la segunda Guerra Mundial se hablaba
ampliamente chabacano en el barrio manileño de Ermita, pero es muy probable que
haya que considerar al ‘ermiteño’ (llamado a veces ‘ermitaño’) como ya extinguido.
Esta lengua criolla no ha recibido hasta ahora por parte del mundo académico la
atención que sin duda merece. No abundan las monografías, ni los artículos, y
escasean todavía más los congresos, simposios y actos similares. Sólo tengo noticia
de un congreso anterior al que presentamos en esta publicación: se trata de uno
celebrado en Zamboanga en el año 1999, con el título Cultiva el lenguaje Chavacano
ayer, ahora y hasta para cuando, organizado por la Universidad Ateneo de
Zamboanga en el marco del programa de cooperación entre España y Filipinas
Toward a Common Future, financiado por la Dirección General de Cooperación y
Copyright © Estudios de Sociolingüística 2(2), 2001, pp. i-xii
MAURO FERNÁNDEZ
ii
Comunicación Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (véase la
contribución de Michael Forman en este volumen, en la que se refiere con detalle a
este evento, en el que tuvo una participación destacada; véanse también, de paso, sus
reflexiones sobre las vacilaciones ortográficas b/v en el glotónimo que designa a este
conjunto de variedades). Los trabajos presentados en ese congreso zamboangueño
todavía no han sido publicados.
Ciertamente, ha habido algunos eventos más organizados por instituciones
académicas, pero con una finalidad más promocional que científica (lo que, dicho
sea de paso, no les resta valía, aunque sus méritos haya que situarlos en una
dimensión diferente de la del conocimiento lingüístico y sociolingüístico); un buen
ejemplo de este tipo de eventos podría ser la velada organizada por la Universidad de
Filipinas en diciembre de 1999, con la colaboración del Instituto Cervantes en
Manila: en esa ocasión, un grupo teatral de Cavite representó el sainete chabacano
Tindera de tinapa, y algunos oradores nos conmovieron con sus vibrantes discursos.
La única monografía publicada hasta ahora sobre los criollos hispano-filipinos
es la de Keith Whinnom (1956), Spanish Contact Vernaculars in the Philippine
Islands. Whinnom era por entonces lector de lenguas románicas en la Universidad de
Hong Kong, lo que le permitió tener un conocimiento de primera mano de algunas
variedades de criollos portugueses, como el de Macao, con su variante de Hong
Kong, y ello facilitó su acceso a los criollos hispano-filipinos (aunque la perspectiva
básicamente romanística con la que enfocó su estudio pudo también haber sido la
causa de algunos desaciertos). Dos años antes, un especialista en las lenguas de
Mindanao, Howard P. McKaughan, había publicado ya un extenso artículo, “Notes on
Chabacano grammar”, con datos procedentes de una hablante de Zamboanga.
Whinnom considera que estos datos reflejan una visión excesivamente homogénea y
‘pura’ de la variedad del criollo hablada en esa ciudad, en comparación con el
zamboangueño al que él tuvo acceso, y que percibió como una variedad carente de
cualquier atisbo de estándar, en pleno proceso de desintegración. Investigaciones
posteriores, sin embargo, probaron que los datos de McKaughan son tal vez más
fiables que los presentados por Whinnom, procedentes de relatos literarios, de una
tesis de maestría (Santos y Gómez, 1924), y de canciones populares zamboangueñas.
En cualquier caso, faltan todavía investigaciones sistemáticas de la lengua hablada en
situaciones reales, y no sólo en lo que se refiere al zamboangueño, sino en todas las
variedades de chabacano.
Obsérvese que estas publicaciones de los años cincuenta aparecen precisamente
cuando los lingüistas comienzan a interesarse seriamente por el estudio de las
lenguas criollas –excepción hecha, claro está, de los esfuerzos pioneros de
Schuchardt (el primer estudioso de la hibridación entre el español y las lenguas
filipinas; véase Schuchardt, 1883), y algunos otros lingüistas, sociólogos y
antropólogos–, interés que habría de desembocar en la organización del primer
¿POR QUÉ EL CHABACANO?
iii
congreso internacional sobre pidgins y criollos, que tuvo lugar en Mona, Jamaica, en
1968.
Pero este aumento del interés por las lenguas pidgins y criollas sólo tuvo
consecuencias marginales en el estudio de los resultados lingüísticos del contacto
entre el español y las lenguas filipinas.
En cuanto a tesis doctorales, según la información de que dispongo, sólo existen
tres, realizadas sin conexión entre ellas. La más antigua es la de Roselle Ing, sobre la
estructura fonológica del chabacano, presentada en la Universidad de Londres en
1968, y que no se menciona en ninguna de las otras dos. En 1972, Michael Forman
defendió su tesis sobre el zamboangueño en la Universidad de Cornell; formaban
parte del comité que la juzgó nada menos que Charles F. Hockett, la gran figura de
la lingüística estructural norteamericana de mediados del siglo pasado, y John U.
Wolff, gran conocedor del cebuano y de otras lenguas filipinas. Siendo el mismo
Forman un buen conocedor de alguna de las lenguas del archipiélago, como el
capampangano, su tesis corrige de modo importante el enfoque desde el que
Whinnom había escrito su monografía de 1956. Sin embargo, el enfoque romanístico
no ha desaparecido; pese a trabajos como los de Forman (1972) y Frake (1971, 1980),
encontramos todavía este enfoque unilateral en descripciones muy posteriores, como
en alguna publicada en España en los años noventa, con información recogida
básicamente a partir de cuestionarios redactados en español y desde el español. En
estas descripciones no figura, por ejemplo, ninguna de las muchas sutilezas del verbo
en chabacano (imperceptibles cuando se adopta una lengua romance como punto de
partida), e incluso aparece como modelo básico de orden de palabras el mismo del
español, SVO, siendo el orden habitual en chabacano VSO (véanse las reflexiones de
Sarah Thomason, en este volumen, acerca de cómo los informantes bilingües
suministran a veces la versión más próxima a la lengua del investigador, aunque no
sea la más habitual en la lengua investigada). Lamentablemente, la tesis de Forman
permanece inédita (aunque no inaccesible, pues se puede obtener a través de varios
servicios de reprografía). Por último, en 1976, Isabelita Riego de Dios presentó una
tesis sobre el cotabateño en la Universidad Ateneo de Manila, en la que sí hay alguna
referencia a la de Forman, pero no una utilización intensiva de la misma, ya que la
intención de la autora era básicamente hacer un diccionario del chabacano hablado
en Cotabato. El capítulo II de esa tesis, con una sumaria presentación del chabacano
de Ternate, Cavite, Zamboanga, y, con algo más de detalle, la génesis del de
Cotabato, puede ahora consultarse en Internet (www.audax.net/pcs/).
Además de estas tres tesis doctorales, se han presentado siete tesis de maestría
en universidades filipinas, entre 1924 y 1972 (véase la nota bibliográfica de la
ponencia de Lipski y su relación de referencias).
A esta menguada cosecha de trabajo académico debemos añadir una veintena de
artículos, de valor muy desigual –casi todos ellos mencionados en el conjunto de las
MAURO FERNÁNDEZ
iv
contribuciones a este volumen–, y el sencillo diccionario del zamboangueño de
Camins (1988[1999]), denominado Handbook con cierta exageración, pues contiene
no más de ocho páginas de descripción, seguidas de otras doce de ejemplos de
conversaciones, refranes y dichos comunes en chabacano, precediendo a las 108
páginas de entradas léxicas que constituyen el diccionario.
Algunas ausencias del chabacano son bastante llamativas: por ejemplo, en una
época en la que los criollos todavía tendían a ser englobados en el marco de los
estudios dialectales, llama la atención el hecho de que las variedades hispanofilipinas
ni siquiera se mencionen en el Manual de dialectología española de García
de Diego (1939), que tuvo numerosas ediciones y reimpresiones, aunque sí hay, en
cambio, referencias al criollo antillano papiamento, del que se dice que es “la única
lengua criolla de todo el antiguo Imperio hispánico” (p. 350). En la colección de
Textos hispánicos dialectales de Alvar (1960) sí figuran algunas muestras de
chabacano, aunque tomadas de una fuente poco fiable, por lo que se reproducen en
esta antología no sólo las erratas de la fuente, sino también algún error (véase al
respecto Knowlton, 1968).
Más llamativo aún que este desinterés de la filología española, poco interesada
en general en este tipo de lenguas, resulta el hecho de que en los diversos coloquios
sobre lenguas criollas de base léxica ibérica, que se vienen realizando desde 1985, no
hayan encontrado los criollos hispánicos de Filipinas quien quisiese dedicarles algo
de atención, antes de la reunión recientemente celebrada en Coimbra en junio de
2001, y en la que, por fin, se presentaron dos comunicaciones sobre el chabacano,
una de Angela Bartens y otra de Lojean Valles-Akil. Para mi satisfacción personal,
mencionaré que ambas comunicaciones tuvieron su origen en el simposio de Manila
que tuve el privilegio de organizar. Ojalá este interés continúe, ya que son muchas las
cuestiones que están todavía pendientes de estudio pormenorizado.
*
Whinnom escribió su monografía de 1956 con una cierta sensación de urgencia,
pues, si bien era consciente de lo azaroso de cualquier profecía sobre la extinción de
una lengua –“all kind of unreckoned loyalties come into play in keeping a language
alive” (1956: vii)– le parecía sin embargo plausible sostener que “in another
generation there will not be a native speaker of these languages left” (ibid.). El libro
de Whinnom no pasó desapercibido, pues en los tres años siguientes se publicaron al
menos once reseñas, algunas de ellas en revistas de amplia circulación en el ámbito
lingüístico académico, como Word, Bulletin de la Société Linguistique de Paris,
Modern Language Review o Hispanic Review. Aunque alguna de estas reseñas es
bastante crítica con el libro, en ninguna de ellas se cuestiona que el chabacano esté
¿POR QUÉ EL CHABACANO?
v
en peligro de extinción; todos los reseñantes, independientemente del valor que den
a la descripción técnica en sí misma y a los datos en que se sustenta, dan la
bienvenida a este libro sobre unos criollos moribundos.
Whinnom no efectuó por sí mismo estimaciones del número de hablantes de las
diversas variedades de chabacano, sino que aceptó la información que le proporcionó
al respecto Otley Beyer, profesor emérito de antropología en la Universidad de
Filipinas, y director del Museo de Arqueología y Etnografía de Manila. Según las
estimaciones de Beyer, en 1942 había unos 18.000 hablantes de caviteño, unos
12.000 de ermiteño, unos 1.300 de zamboangueño y unos 3.500 de davaeño;
Whinnom no suministra ninguna estimación del número de hablantes de chabacano
en Ternate, y Cotabato ni siquiera se menciona una sola vez en todo el libro. Algunos
años más tarde, Frake (1971), buen conocedor de Mindanao y del archipiélago de
Sulú, hizo notar que la estimación suministrada por Whinnom (y aceptada por otros
autores) acerca del número de hablantes de chabacano en Zamboanga era
excesivamente baja. Según Frake, Whinnom (o mejor dicho, su fuente, Otley Beyer)
probablemente tomó los datos del censo de 1939, que, efectivamente, nos informa de
que había sólo 1.290 hablantes de chabacano en Zamboanga. Sin embargo, el censo
de 1948 da una cantidad casi ochenta veces mayor: 100.645 hablantes, y el de 1960
da 110.376 hablantes. A los analistas de la información del censo de 1948 no les pasó
inadvertido el enorme incremento de hablantes de chabacano en relación con el censo
anterior de 1939, a juzgar por la siguiente nota: “The phenomenal increase of the
number of persons able to speak Chabacano is due to the instruction given to census
enumerators to report as able to speak Spanish only those persons who speak the pure
language of Cervantes” (ápud Frake, 1971: 239). Esta aclaración parece sugerir que,
en el censo de 1939, la mayoría de los hablantes de chabacano fueron incluidos en la
categoría de los hablantes de español, bien por decisión de los recopiladores de la
información, bien porque los hablantes del criollo se presentaron a sí mismos como
hispanófonos, sin que los recopiladores, faltos de instrucciones específicas, creyesen
necesario corregir ese modo de auto-presentarse (explicación esta última que le
resulta a Frake poco convincente, según me indica en comunicación personal que
agradezco). En cualquier caso, a Whinnom no le pasó desapercibido que es
precisamente en Zamboanga donde el chabacano “has fared best, perhaps, of all the
contact vernaculars” (1956: 14).
En contraste con la estimación exageradamente baja del censo de 1939, no faltan
estimaciones al alza: el Calendario Atlante de Agostini de 1991 da un total de
689.000 hablantes de chabacano (ápud Quilis, 1992: 82, quien los suma a los
hablantes de español, 1.761.690, según el citado calendario).
Entre ambos extremos, Romanillos (1999), usando datos del censo de 1995, da
las siguientes estimaciones: 34.215 hablantes en Cavite, 6.843 en Ternate, 54.744 en
Davao, 20.529 en Cotabato y nada menos que 307.940 en Zamboanga, donde es
MAURO FERNÁNDEZ
vi
claramente la lengua mayoritaria. Ello da un total 424.273 hablantes de chabacano en
Filipinas, la cifra más elevada que se ha obtenido hasta ahora a partir de los censos
de población.
Son bien conocidos los problemas que presentan los censos como fuente para
estimar el número de hablantes de una lengua, especialmente en países como
Filipinas, con un gran número de ellas y donde prácticamente todos los individuos
son multilingües: las preguntas rara vez son lo suficientemente precisas, y suelen
cambiar de unos censos a otros. Sor Isabelita Riego de Dios (1976) muestra una gran
desconfianza sobre el número de hablantes de chabacano en Cotabato según el censo
de 1969, que da tan sólo 7.102 hablantes en una población ligeramente superior al
millón de personas:
I believe that the methodology employed by the Bureau of Census and Statistics is
not adequate to reflect the authentic statistical variables. In the more than 25 years as
a Religious for instance, I never knew of any census team coming to the convent to
gather such information and other pertinent data on what language the citizens speak.
(cap. 2.21, nota al pie núm. 3)
En cualquier caso, a la vista de los datos del censo de 1995 parece cuestionable
que el chabacano esté en peligro de extinción. En la relación de lenguas filipinas de
la decimotercera edición de Ethnologue (1996) se atribuyen al chabacano 280.000
hablantes (datos del Summer Institute of Linguistics, 1981), según lo cual esta lengua
ocuparía, por número de hablantes, el lugar dieciocho de la lista (de un total de 155),
inmediatamente por debajo del tausug, lengua que, ciertamente, no está amenazada
(y que algunos hablantes de chabacano de Zamboanga perciben más bien como
amenaza a la suya propia).
Podría ser, pues, criticable que nuestro simposio se haya organizado en el marco
de los esfuerzos de protección y promoción de las lenguas en peligro; que fue ése y
no otro el enfoque que adoptamos como punto de partida se puede ver con suma
claridad en alguna de las ponencias, como la de Stephen A. Wurm, que inauguró el
Simposio. Y siendo nuestro enfoque criticable desde la perspectiva del número de
hablantes, no podían dejar de aparecer las objeciones en el simposio mismo: alguno
de los ‘discussants’ nos recordó que el chabacano estaba ‘alive and kicking’. Sin
embargo, los participantes de Cotabato protestaron ante ese cuestionamiento de que
el chabacano esté realmente en peligro, y sostuvieron que en esa localidad la lengua
sí está seriamente amenazada, puesto que su transmisión a las nuevas generaciones
es muy escasa. Lo mismo podría suceder en Cavite, donde los hablantes del criollo
se pierden en medio de una masa creciente de hablantes de tagalo, pese a los
esfuerzos que se hacen en esa comunidad para forjar una identidad chabacana:
“Cavite, el lugar de nisos”, en chabacano, es el lema de la ciudad. Y no había entre
los participantes ninguno procedente de Ternate, pero me gustaría conocer qué se
¿POR QUÉ EL CHABACANO?
vii
piensa al respecto en esa localidad. Actualmente sabemos que incluso una lengua con
un elevado número de hablantes puede decaer rápidamente, en especial cuando se
altera de forma radical toda la ecología lingüística que había venido actuando como
soporte de un alto grado de diversidad (véase al respecto Mühlhäusler, 1996). De
modo que el puesto número dieciocho por número de hablantes (o el que realmente
le corresponda al chabacano) entre las lenguas de Filipinas no implica
necesariamente que esté a salvo de un rápido declive, que podría afectar a la mayoría
de ellas.
*
Quisiera justificar brevemente el porqué de la intervención en este tema de una
institución dedicada a la difusión del español, como es el Instituto Cervantes.
Durante mi estancia en Filipinas como Director de esa institución en Manila, varias
personas de Cavite, de Zamboanga, de la propia capital del archipiélago e incluso de
España, me solicitaron algún tipo de intervención en favor del chabacano. Siendo yo
un lingüista de profesión, con un marcado sesgo hacia los estudios sociolingüísticos,
es evidente que nada podría complacerme más que contribuir de algún modo a la
preservación y promoción de esta lengua. Como sociolingüista, sé bien que quienes
mantienen, fortalecen o recuperan las lenguas son los hablantes, y que las
intervenciones procedentes de otros ámbitos son ineficaces (en el mejor de los
casos), o incluso dañinas (en el peor). En el caso de un criollo como el chabacano,
una intervención que surge de una institución cuya función primordial es la difusión
del español podría ser, además de anómala, especialmente nociva, del mismo modo
que lo sería la intervención de L’Alliance Française para la protección y promoción
del criollo de Haití, o la del British Council en la protección y promoción de los
numerosos criollos de base léxica inglesa que existen por todo el mundo. La razón
por la que estas intervenciones podrían ser no deseables es muy sencilla, y se puso
de manifiesto reiteradamente durante nuestro simposio: el paso esencial para la
protección y promoción de una lengua criolla es que sus hablantes tomen conciencia
de que aquello que hablan no es una variedad degradada de otra lengua, sino una
lengua de pleno derecho. No parece, pues, que una institución como el Instituto
Cervantes deba desempeñar un papel importante en la promoción del chabacano. Sin
embargo, ¿cómo negarse a cualquier tipo de intervención, si son los miembros de las
propias comunidades de hablantes quienes solicitan nuestra colaboración?
Tal demanda no podía quedar desatendida, máxime cuando creo que tenemos
una especie de deuda histórica originada en la actitud despectiva con la que
generalmente se han visto desde España estas variedades de contacto. Wenceslao
Retana, destacado historiador y el mayor especialista en bibliografía filipina, hizo en
su Diccionario de filipinismos (1921) afirmaciones que indican no poco desprecio
MAURO FERNÁNDEZ
viii
hacia las aportaciones de los filipinos al español hablado en el archipiélago:
La simple fisonomía del vocablo rara vez deja de decirnos quién fue su procreador:
agachona, aplatanarse, araña, balance, caída, etc. no ofrece duda que son de estirpe
española; bandejado, malunquear, pagón, pichido, etc., nadie dudará que son de
estirpe filipina. El filipinismo engendrado por el español tiene algo que le diferencia
del engendrado por el filipino. Y no se atribuya esto a la naturaleza de la raíz: de raíz
filipina son abacalero, anitería, batilla, palayero, creados por españoles, y de raíz u
origen castellano apetitos, are, corrido, parteadora, etcétera, creados por filipinos.
Dígase de una vez: el filipinismo acuñado por el español tiene más noble estructura
y más grato sabor que el acuñado por el filipino. (Retana, 1921: 5)
Y sus afirmaciones sobre el español del barrio caviteño de San Roque (es decir,
el chabacano) no fueron más amables. Había pues, por mi parte, una evidente
intención compensatoria. Pero en cuanto Director del Instituto Cervantes de Manila,
no podía olvidar cuál es nuestra función en Filipinas. ¿Cómo resolver este dilema?
Ciertamente, tuvimos que rechazar algunas sugerencias concretas que se nos
hicieron. El Instituto Cervantes no puede dar ni patrocinar clases de chabacano, con
el pretexto de que forma parte de las variedades del español. Por mucho que nos guste
acoger al chabacano bajo el paraguas del español (ya que ello nos permitiría decir
con razón que el español sigue realmente vivo como lengua materna en Filipinas), tal
razón es lingüísticamente incorrecta, y peligrosa para la superv ivencia del
chabacano, a no ser, claro está, que sea la propia comunidad de hablantes la que da
pasos inequívocos en esa dirección. También se nos preguntó que por qué no
dábamos clases de español a los hablantes de chabacano. Naturalmente, el Instituto
Cervantes está dispuesto a enseñar español a todos los que quieran aprenderlo (y los
hablantes de chabacano podrían hacerlo con cierta facilidad); pero enseñar español
es promocionar el español, y no el chabacano.
Finalmente, en esta búsqueda de una posibilidad de ayuda que no interfiriese
con las iniciativas y deseos de las respectivas comunidades de hablantes, y que
tampoco entrase en conflicto con la misión del Instituto Cervantes, llegué a la
conclusión de que la mejor contribución que podíamos hacer en ese momento era,
por una parte, invitar a ir a Manila a un grupo selecto de especialistas en el estudio
del chabacano o de otras lenguas criollas con problemas similares (e incluso lenguas
que sin ser criollas, como el chamorro, tienen un más que notable aporte del español),
pero que raramente tienen oportunidad de ir a Filipinas, y por otra, invitar a un grupo
de filipinas y filipinos profundamente implicados en la conservación y promoción
del chabacano, pero que no tienen muchas ocasiones que les permitan intercambiar
opiniones directamente con los especialistas en el estudio de este tipo de lenguas. A
los ponentes les dimos libertad para la elección de su tema, en el marco de una
orientación sociolingüística general, dejando para mejor ocasión las tan necesarias
¿POR QUÉ EL CHABACANO?
ix
discusiones gramaticales.
Tal como esperábamos, el diálogo entre estos dos grupos de participantes fue
fructífero. Nuestros huéspedes internacionales ganaron en conocimiento acerca del
chabacano y de los intereses y preocupaciones de sus hablantes, a menudo tan
diferentes de los de los especialistas; mientras que nuestros huéspedes filipinos
pudieron contrastar su práctica y encontrar nuevas ideas y nuevas vías de acción.
No debo terminar sin dejar constancia explícita de mi más sincero
agradecimiento a todos quienes hicieron posible la celebración de este simposio. En
primer lugar, a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y a la Sede
Central del Instituto Cervantes en Madrid, que respaldaron esta iniciativa y la
financiaron en su totalidad (la ayuda de la AECI ha ido más allá de la realización del
evento, y ha llegado hasta la financiación parcial de esta publicación, para su
distribución gratuita en los círculos chabacanistas de Filipinas). Gracias también a la
Embajada de España y a su entusiasta embajador, Delfín Colomé, quien siempre tuvo
claro que la inclusión del chabacano en el repertorio de la herencia hispánica pasa
por su dignificación y el mantenimiento de su peculiaridad. La Universidad Ateneo
de Manila, a través del decano de su Facultad de Ciencias Sociales, Dr. Joey Cruz, y
de la directora del Departamento de Historia, Dra. Felice Noelle Rodríguez, con la
ayuda del Dr. Francis Gealogo, coorganizaron el encuentro y pusieron a nuestra
disposición su magnífico Escaler Hall, aparte de ocuparse de importantes asuntos
administrativos y de intendencia, entre ellos, la selección de los participantes
filipinos. Katerina Ortega e Isabel Fernández, del Instituto Cervantes de Manila, se
ocuparon con notable eficacia de los múltiples y menudos detalles que conlleva la
organización de un encuentro de estas características.
Debo agradecer a Rosa Salas Palomo su interesante ponencia, The Chamoru
language today: 400 years and four colonial powers later, de la que, lamentablemente,
no pude obtener una versión escrita para incluir en este volumen. Gracias
también a ciertos ausentes: Peter Mühlhäusler, Armin Schwegler y Rafael Rodríguez-
Ponga me comunicaron su disponibilidad para participar, que se vio truncada por
acontecimientos imprevistos de última hora. Sus intervenciones previstas sobre
ecología lingüística y lenguas criollas (Mühlhäusler), sobre las enseñanzas que lo
sucedido con el ‘palenquero’colombiano puede aportar a los hablantes de chabacano
(Schwegler) y sobre las discusiones ortográficas en torno al chamorro (Rodríguez-
Ponga) sin duda hubiesen enriquecido nuestro simposio.
Y sobre todo, gracias, a los protagonistas reales del encuentro: a los filipinos
que se desplazaron desde Zamboanga, Cotabato, Cavite, y no menos a quienes
acudieron desde la propia Manila, desafiando el desesperante tráfico de esa ciudad.
Gracias a los profesores y profesoras de universidades filipinas que actuaron como
‘discussants’: Emmanuel Luis Romanillos para la ponencia de Stephen A. Wurm,
Mario C. Francisco para la de Angela Bartens, Emma Porio para la de Rosa Salas
MAURO FERNÁNDEZ
x
Palomo, Fernando N. Zialcita para la de John Holm, Luis S. David para la de Michael
Forman y Wystan de la Peña para la de John Lipski. Sus interesantes observaciones
merecían haber sido recogidas en este volumen; pero, lamentablemente, mi marcha
de Manila dificultó la obtención de una versión publicable de sus intervenciones.
Aunque problemas técnicos impidieron que Karl Go y Soledad S. Reyes comentasen,
como estaba previsto, las ponencias de Sarah Thomason y Louis-Jean Calvet
respectivamente, gracias también a ellos. Y gracias finalmente a los ponentes, ya
mencionados: todos ellos hicieron un largo viaje para compartir su saber de
especialistas con quienes luchan por fortalecer el chabacano.
Una mención muy especial merece Stephen A. Wurm: lleno de vitalidad y
entusiasmo, nadie nos hubiese podido hacer creer, en aquellos días, que iniciaba el
último año de su vida. Infatigable, como siempre, atendió infinidad de preguntas y
cerró nuestro simposio con una brillante síntesis de todo lo dicho. Su reciente
fallecimiento, a los setenta y nueve años de edad, supone una pérdida irreparable para
la lingüística. No pudiendo ofrecerle nada mejor, vaya dedicada a él, in memoriam,
esta publicación.
Referencias bibliográficas
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Cervantes.
Camins, B. (1988[1999]). C h abacano de Zamboanga Hanbook and
Chabacano–English–Spanish Dictionary. Zamboanga: Office of the Mayor
(2ª ed.).
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Universidad de Cornell.
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Spanish”. In D. Hymes (ed.), Pidginization and Creolization of Languages.
Cambridge: Cambridge University Press, 223-42.
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and Cultural Description: Essays by Charles O. Frake. Stanford: Stanford
University Press, 277-310.
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Hispánica (2ª ed. corr. y aum.).
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McKaughan, H.P. (1954). “Notes on Chabacano grammar”. Journal of East Asiatic
Studies (University of Manila) 3(2), 205-43.
¿POR QUÉ EL CHABACANO?
xi
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Imperialism in the Pacific Region. Londres & Nueva York: Routledge.
Quilis, A. (1992). La lengua española en cuatro mundos. Madrid: MAPFRE.
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Tesis doctoral, Universidad Ateneo de Manila.
Romanillos, E. (1999). “El chabacano de Filipinas”. Actas del congreso El
humanismo latino en la región asiático-pacífica: herencia y perspectivas.
Manila: Unión Latina, 220-28.
Santos y Gómez, A. (1924). Caviteño Dialect. Tesis de maestría, Universidad de
Filipinas.
Schuchardt, H. (1883). “Kreolische Studien III: Über das Malaiospanische der
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Summer Institute of Linguistics (1996). Ethnologue (13ª ed.).
Whinnom, K. (1956). Spanish Contact Vernaculars in the Philippine Islands. Hong
Kong: Hong Kong University Press.
MAURO FERNÁNDEZ
xii

¿Os habeis puesto a pensar en qué hubiera pasado si España no hubiera ido a la guerra con los jud, perdon, con EEUU?

Por ejemplo, supongamos que antes de la pantomima de Pearl, perdón, del Maine, España hace un referendum en Cuba, lo pierde, y otorga la independencia controlada a la isla. Quizá hoy la isla Guam, carolinas, marianas etc. serían aun españolas, quizá el chabacano fuese la lengua oficial de todas las filipinas, quizá se pareciese aun más al español, quizá ni siquiera fuese necesario considerarlo un idioma aparte. Quizá puerto Rico fuese español, una especie de guyana francesa, o quizá su hubiese independizado en los años 60 y no fuese un estado asociado(o lo fuese de España).

Hubo un moderador de PL que un día se marcho a las filipinas, quien sabe si impulsado por el afán de descubrir los secretpos del chabacano, no se ha vuelto a saber nada de él, de Jimmy Rajatangas, ¿hay alguna información que puedas compartir con nosotros ILG? ¿o es top secret?

Yo es que me quedé picado con aquel hilo de turismo kamikaze que quizás el frente moro de liberación nacional truncó para siempre.
 
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Y un poema de LOL

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Chabacano es sinónimo de vulgar. Explicación quiero

Por ejemplo, supongamos que antes de la pantomima de Pearl, perdón, del Maine, España hace un referendum en Cuba, lo pierde, y otorga la independencia controlada a la isla. Quizá hoy la isla Guam, carolinas, marianas etc. serían aun españolas, quizá el chabacano fuese la lengua oficial de todas las filipinas, quizá se pareciese aun más al español, quizá ni siquiera fuese necesario considerarlo un idioma aparte. Quizá puerto Rico fuese español, una especie de guyana francesa, o quizá su hubiese independizado en los años 60 y no fuese un estado asociado(o lo fuese de España).


:roll:

Quizas el castellano siguiese siendo mayoritario en Filipinas pero todas esas posesiones que nombras en el Pacífico hubiesen sido invadidas por los japoneses y despues tomadas por los useños y dudo que las hubiesen devuelto..quizas Puerto Rico siguiese siendo española pero dada la cercania con los jusa dudo que fuese muy diferente de lo que es ahora
 
1984 reload rebuznó:
Chabacano es sinónimo de vulgar. Explicación quiero


Tiene fama de idioma hablado en casa y no en el ámbito académico, amén de venir de una degeneración del castellano.
 
ilovegintonic rebuznó:
Coño, gracias.

:lol::lol::lol:


El cartelito es un lolazo de tres pares de cojones, francamente. Parece evidente que esta especie de lengua franca es básicamente un dialecto del español, un español corrompido. Como es natural, si el chabacano se hablase en España y no en Filipinas se le daría un estatus de Lengua Universal, con sus correspondientes Academias, se reivindicaría su estatus y se le pondría no a la altura del español, sino incluso por encima de él y atacado por este, y bajo su sombra florecería alguna clase de independentismo, que lo esgrimiría como "hecho diferenciador", y las subvenciones irían a hipervelocidad a los bolsillos de los que se afincasen el tema.

¿Se sabe algo más acerca de las características propias de este dialecto aparte de lo que viene en la Wikipedia?

La gran mayoría de lingüistas e historiadores coinciden en que el chabacano desciende del farfullo. Se basan en documentacion hallada en el Archivo General de Indias referente a don Austrasigildo López de Pedorreta, quien al frente de un pequeña pero aguerrida mesnada, (compuesta por parientes suyos, oriundos como él de Rebollar de la Mata) fundó la muy noble y leal villa de Zamboanga en 1596.
Los actuales habitantes son descendientes directos de la unión de aquellos intrépidos conquistadores con las mujeres nativas.

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BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
Por ejemplo esto:


¿Os habeis puesto a pensar en qué hubiera pasado si España no hubiera ido a la guerra con los jud, perdon, con EEUU?

Pos no sé, mi cuate ¿qué hubiera ido a la guerra con Alemania?

Crisis de las Carolinas - Wikipedia, la enciclopedia libre

[
La llamada Crisis de las Carolinas es un conflicto que enfrentó en 1885 a España con el Imperio Alemán por la posesión del archipiélago de las Carolinas en el océano Pacífico.

Desde el comienzo de la década, comprobando la antigüedad y el desgaste de la flota construida en tiempos de Isabel II, habían tenido lugar sucesivos, aunque por el momento frustrados, intentos de reconstruir la escuadra. Así conocieron la luz los proyectos de escuadra de Durán (1880), Pavía (1883) y Antequera (1884). Pese a estos fracasos, la urgencia de dotar al país de unas adecuadas fuerzas navales en una época progresivamente convulsa en un ultramar colonial, hizo que se encargaran fuera de programa una larga serie de unidades. Sin embargo, pocas de éstas estaban disponibles cuando estalló una crisis que amenazó por un momento por comprometer tanto la integridad de España, como la de su sistema político.

Antecedentes

En el Pacífico español, amplias zonas estaban sólo teóricamente bajo el dominio de la corona española. Esto planteaba serios problemas en la era del imperialismo, máxime cuando, junto con África, el Pacífico era una de las zonas sin repartir entre las potencias y, a diferencia de África, sin planificación colonial. En el Pacífico no se había llegado a un acuerdo internacional como el de Berlín de 1884.

Los problemas de España comenzaron a ser manifiestos desde 1870, pues tanto Gran Bretaña como el Imperio Alemán tenían intereses en Joló y el Norte de Borneo lo suficientemente importantes como para poner en cuestión la soberanía española sobre tales territorios. El asunto se demoró en unas largas negociaciones diplomáticas, no exentas de alguna acritud e incidentes, hasta su resolución por el Protocolo de 7 de marzo de 1885, cediendo España Borneo y concediendo franquicias comerciales en Joló.

Pero la redistribución de los territorios situados bajo una discutible soberanía española no acabó en marzo de 1885; poco después, en abril y tras un cambio de notas, Gran Bretaña y el Imperio Alemán llegaban a un acuerdo sobre esferas de influencia que colocaba dentro de la alemana el archipiélago de las Carolinas.

Aunque descubierto por los españoles, y tradicionalmente considerado posesión española, el archipiélago no había sido objeto de asentamiento ni de ocupación por parte de España. Los únicos actos de soberanía por parte de España en todo el siglo XIX se debían a unas reclamaciones del cónsul español en Hong Kong en 1875 y a la visita del crucero «Velasco» en febrero de 1885. Por el contrario, se habían instalado allí unos misioneros estadounidenses y comerciantes de distintas nacionalidades.
[editar] Partida de las expediciones

Decidida por parte española la ocupación y toma de posesión efectiva se preparó en Manila una expedición compuesta por los transportes de guerra «Manila» y «San Quintín», al mando del Capitán de Fragata D. Guillermo España, llevando como gobernador de las islas al Teniente de Navío D. Enrique Capriles y Osuna. Los dos buques zarparon de Manila el 8 y 10 de agosto de 1885 respectivamente. Sin embargo a los jefes de la expedición no se les dio ninguna orden de apresurarse o puesto en su conocimiento la situación; sólo se les recomendaba respecto a buques intrusos que
si... intentaran ejercer actos de soberanía, se les hará comprender con toda la prudencia posible que la situación de aquellas islas ha variado por completo desde que el gobierno de S. M., en uso de su legítimo derecho, ha establecido allí su pabellón. Si a pesar de ello insistieran en su temeraria empresa, se formulará la correspondiente protesta, a fin de que por el Gobierno General de este archipiélago, o el de S. M., según los casos, se hagan las gestiones oportunas en evitación de conflictos que no deben surgir dado nuestro reconocido derecho sobre aquellas islas.

El día 6 de agosto verbalmente y el 11 por una nota escrita, el embajador de Alemania en Madrid, Conde Solms-Sonnewalde, anuncia al gobierno español el propósito de Alemania de ocupar las islas Carolinas, ya que las considera territorio sin dueño (res nullius). La contestación española se produjo el día 12, oponiéndose a tal circunstancia, pero ya los dos buques españoles y el cañonero alemán «Iltis» se dirigían hacia el archipiélago.

La nota produjo un considerable revuelto en España: grandes manifestaciones patrióticas y encendidos manifiestos. Dejando a un lado intereses partidistas o el vocerío de una prensa más o menos responsable, existían algunos motivos para la indignación: en primer lugar, un cierto acercamiento hispano alemán, aunque sometido a altibajos, era visible desde hacía varios años; fruto tangible de este acercamiento era el protocolo antedicho y las avanzadas conversaciones para ceder un depósito de carbón y otras facilidades a Alemania en Fernando Poo.
[editar] El incidente

El 21 de agosto y el 22, respectivamente, llegaron a Puerto Tomil (Yap) el «San Quintín» y el «Manila». Pronto comenzaron los preparativos para levantar acta de posesión, que incluían la adhesión de los caciques locales y el reconocimiento para elegir el emplazamiento de la colonia.

Estando en estos trámites, fondeó el día 25, a las 5:20 de la tarde, el «Iltis» en medio de un chubasco y con escasa visibilidad. Los españoles no recelaron nada, pero a las 7:00 un oficial alemán se presentó en el «San Quintín» para comunicar oficialmente
que había declarado solemnemente y con todos los requisitos del tratado de Berlín, todo el archipiélago bajo la protección de S. M. el Emperador Guillermo de Alemania, mostrando a la vez el acta de posesión firmada, no sólo por los extranjeros residentes en Yap, sino también por los residentes del país.

La reacción del gobernador español, Capriles, ante tan manifiesta muestra de la tópica efectividad teutónica, no se hizo esperar:
como es posible que el comandante de dicho buque pretenda alegar derechos para sostener la ocupación... debo manifestar a V. S. que estoy resuelto a sostener izado a todo trance nuestro honroso pabellón para lo cual reclamo el auxilio moral y material de V. S.

En efecto, Capriles había ordenado arbolar pabellón español en tierra. Al día siguiente, los alemanes protestaron por que el pabellón estaba izado «en territorio alemán».

La crisis estaba a punto de estallar y con ello el enfrentamiento armado. Las fuerzas allí presentes estaban tan igualadas, pese a contar España con un pequeño contingente de infantes de marina, que de haberse producido el enfrentamiento habría resultado en una victoria pírrica por parte de cualquiera de los dos bandos, quedando ambos sumamente debilitados.

Sin embargo, el capitán de fragata España decidió asumir el mando, retirar la bandera y formular la oportuna propuesta; las espadas, sin embargo, quedaban en alto.
[editar] La reacción

La reacción en España al saberse lo acontecido fue agria: alborotos populares, intento de ataque con rotura del escudo y bandera de la embajada alemana en Madrid, y alteraciones similares en las principales capitales. La actuación del «Iltis» fue considerada poco menos que pirática y, desde luego, abiertamente provocadora.

Aunque se era consciente de la inferioridad naval española, la opinión general era que estaba en juego la honra, y que por ella se debía arrostrar cualquier inferioridad material. Así se mostró en la manifestación patriótica de Madrid, en la cual al pasar delante del Ateneo, se exhibió desde éste un retrato del almirante Méndez Núñez, mientras que O. Alberto Aguilera repetía en su alocución la frase atribuida al marino: «más vale honra sin barcos que barcos sin honra», poniéndola como modelo de conducta en las circunstancias del momento.

Pese a los proyectos y programas navales, lo cierto es que en 1885 la Armada Real no había visto incrementados o renovados sus buques. La mayor parte de los encargados a los arsenales o al extranjero estaban aún lejos de poder entrar en servicio. Esta situación, no por divulgada y discutida, menos irresuelta, estaba empezando a minar de forma apreciable la moral de los oficiales de la Armada.

Ya años antes, en 1881, y en la Revista General de Marina, se había publicado un artículo que intentaba predecir el resultado de una futura guerra naval. En ella, una pequeña potencia se enfrentaba a España con un único acorazado moderno. El buque enemigo, tras interrumpir el tráfico y bombardear las ciudades costeras, se enfrentaba a la escuadra española, compuesta de las ya anticuadas fragatas acorazadas Numancia, Vitoria y Zaragoza. Tras dejar atrás a la tercera por su escasa velocidad, el blindado enemigo averiaba a la segunda y hundía a la primera (insignia). El resultado no podía ser, pues, más descorazonador.

Otro artículo, del mismo Concas, escrito en 1884, reiteraba de forma más cruda lo que podría pasar:
Los buques irán donde sea necesario y se batirán con el enemigo que Dios les depare, aunque sea un disparate, pues el honor militar y la crueldad de la opinión pública, en todas partes y en España sobre todo, dispuesta a ver a sus marinos volar la Santa Bárbara para aclamarlos en el número de los héroes y dedicarles una procesión cívica con su correspondiente responso.

Realmente, la situación de la fuerza naval era decepcionante. Atendiendo a su despliegue, la Armada española disponía de los siguientes buques:

Cuatro fragatas acorazadas (Numancia, Vitoria, Sagunto y Zaragoza, dos de ellas de casco de madera, botadas entre 1863 y 1869 desplegadas entre la península, Canarias y Guinea.
En Cuba había una vieja fragata de madera, la Concepción, dos pequeños cruceros, los Jorge Juan y Sánchez Barcaiztegui comprados en Francia al final del Sexenio. Un aviso, el Fernando el Católico, de idéntica procedencia, e igualmente metálico, y luego la habitual colección de vapores, goletas y cañoneros, por lo general en mal estado.
En Filipinas había por su parte un crucero de madera, el Aragón, gemelo del Castilla y del Navarra, un crucero de hierro, el Velasco, un aviso, el Marqués de Duero, similar al Femando el Católico, cuatro goletas de hélice: Vencedora de 1861, Sirena de 1863 y las Valiente y Animosa de 1860; aparte los transportes mencionados y pequeños cañoneros.

Pero si la fuerza naval de Filipinas se hallaba en una situación de inferioridad ya en el plano teórico, el estado real de los buques hacía su situación casi desesperada.

La obra muerta de la goleta Vencedora se hallaba podrida, y el estado de las demás no era mucho mejor. La Sirena, por ejemplo, no había limpiado fondos en más de tres años, achaque común a las dos restantes. En todas ellas faltaban efectos.

Para colmo de desdichas, se supo que uno de los dos cruceros, el Velasco, tenía averías que si bien no le impedían navegar, sólo podían ser reparadas en Hong Kong, cosa harto difícil si se rompían las hostilidades y se sucedía una previsible declaración de neutralidad por parte de los británicos.

El 15 de agosto el Gobernador del Archipiélago notificaba a Capriles la situación tal como se la describía el Ministro de Estado, y añadía:
Desgraciadamente, Vd. no desconoce la falta absoluta que tenemos de medios materiales para rechazar tan inicua agresión, agravada con los temores que abriga el gobierno de S. M. de que a la vez pueda ser amenazada esta capital (Manila) por fuerzas alemanas.

Como todo refuerzo a tan débil escuadrilla, escasa o nulamente apoyada por baterías de costa o minas, sólo se pudo enviar desde la península la vieja corbeta de madera María de Molina, botada en Cádiz en 1868.

El 3 de enero de 1886, tras una larga travesía dilatada por el mal estado de sus calderas, que llegaron sólo a dar 4,5 nudos, el María de Molina' fondeó en Cavite.

En la Península, la situación no era mucho mejor. La Escuadra de Instrucción había quedado al mando del vicealmirante D. Juan Bautista Antequera, quien precisamente había dimitido poco antes como Ministro de Marina ante el rechazo de su plan de escuadra. La escuadra se componía de las fragatas Numancia, Vitoria, Gerona y Carmén, el cañonero Paz y los torpederos Rigel y Cástor, a la que se añadieron poco después la fragata «Almansa» y el crucero «Navarra». Es decir, dos fragatas acorazadas ya algo anticuadas, tres fragatas de madera que ya lo eran decididamente, un crucero nuevo, pero igualmente de madera, un pequeño cañonero y dos torpederos, uno de ellos armado sólo con torpedos de botalón. Todos ellos en no muy buen estado, salvo el Navarra que era nuevo, pero que desde su entrada en servicio hacía un año, sólo había efectuado un ejercicio de tiro.

La escuadra se concentró en Mahón, donde el celo de Antequera obró milagros en la preparación de sus buques y dotaciones. Esta medida iba destinada a evitar un golpe de mano alemán sobre las Baleares. En efecto, se temía que se utilizaran como moneda de cambio tras la contienda, algo mucho más peligroso que el que la escuadra alemana bloqueara o bombardeara las costas peninsulares.

De cualquier modo, la situación era lo bastante grave como para arbitrar otro tipo de soluciones, y la más obvia era intentar comprar buques de guerra en el extranjero.

El 25 de agosto se enviaba una circular a los jefes de las Comisiones de Marina en el extranjero en los siguientes términos:
Con todo sigilo y sin perder momento, sírvanse V. E. investigar los buques de combate, enteramente listos, cuya adquisición sea posible y conveniente; enviando con toda urgencia proposiciones de venta, y especificaciones de los mismos. Nunca, como en esta ocasión, el reconocido celo e inteligencia de V. S. podrá prestar un importante servicio a la Patria.

Pese a que en todas las negociaciones de los Ministerios de Marina y Estado se encomiaba especialmente la reserva, el asunto no tardó en hacerse público, y el 5 de septiembre los periódicos belgas daban la noticia de que España pensaba gastar nada menos que «300 millones de pesetas para comprar acorazados en donde quiera que los haya». El asunto generó una serie de propuestas, por lo general poco serias.

Por su parte, en España al enterarse de esta noticia, el ardor patriótico, muy típico de su época, hizo que se abriesen suscripciones nacionales para la compra de buques de guerra. La Gaceta Universal pedía un empréstito forzoso de dos mil millones de reales, el diario El Liberal recaudaba fondos para un buque que se llamaría Patria. El Imparcial proponía que cada región sufragase un buque, y La América Española otro que se llamase Cervantes. El Resumen otro que se llamara Prensa. La Gaceta Universal abría con 10.000 reales para otra suscripción, etc.

Todo ello quedó en nada, salvo la iniciativa, más seria, del Centro del Ejército y de la Armada, entidad que sufragó la construcción del torpedero Ejército en los astilleros de Otero, Gil y Cía. de la Graña, buque que, evidentemente, no podía llegar a prestar servicio en la peligrosa coyuntura.

Por lo demás, los grandes capitales no se quedaron atrás. El Marqués de Comillas ofreció al gobierno su flota, y sus servicios el Banco Hispano Colonial, el Crédito Mercantil, los Ferrocarriles del Norte de España y muchas otras entidades; sobresalieron las empresas industriales con alguna relación con lo naval.
[editar] La marina imperial alemana

En 1885, pese a no disponer de buques realmente modernos (se la consideraba una marina de segundo orden) y apegada todavía a una mentalidad defensiva y esencialmente continental, la marina imperial era muy superior a la española por varios motivos:

Uno era el de la calidad y cantidad de buques.
Otro, el de la organización de los arsenales para el rápido alistamiento de los buques.
Otro más era el considerable despliegue de su industria pesada, que proporcionaba, entre otros, el excelente material de artillería de Krupp, cuyas piezas a retrocarga eran superiores a las británicas de avancarga comunes por entonces en los buques españoles.

Pese a ser todavía una marina de segundo rango, basta una somera exposición de su orden de batalla para mostrar su superioridad sobre la española. En 1885. la flota imperial disponía de:

Ocho fragatas acorazadas de arboladura completa, semejantes a las españolas, pero de mayor tamaño, velocidad, armamento y modernidad, botadas entre 1867 y 1874, de 6.197 toneladas a 10.591: Friedrich Karl, Kronprinz, König Wilhem, Hansa, Friedrich der Grosse, Preussen, Kaiser y Deustchland.
Cuatro acorazados más modernos, pero de limitado radio de acción y 7.677 toneladas: Sachsen, Bayern, Würtemberg y Baden, botados entre 1877 y 1870.
Doce corbetas de hierro (y tres más alistándose) botadas entre 1875 y 1881, de 4.553 y 2.387 toneladas, superiores tanto a las fragatas de hélice españolas como a los cruceros.
Seis fragatas y corbetas de hélice y casco de madera de ya escaso valor militar.
Diez grandes cañoneros (donde se incluía el Iltis).
Catorce guardacostas acorazados de pequeño tamaño entre las 1.800 toneladas del mayor y las 914 de los más pequeños.
Una treintena de torpederos, número en rápida expansión con modelos de prestigio internacional.

El jefe de la Comisión en Alemania, O. Segismundo Bermejo (Ministro de Marina en 1898), señalaba el 19 de septiembre que la escuadra de instrucción alemana en vez de desarmarse según costumbre el 10 de octubre, había recibido orden de concentrarse en Wilhelmshaven, estar lista para recibir comisión y ocuparse en ejercicios de artillería y desembarco, recibiendo víveres para seis meses.

La escuadra la componían los acorazados Friedrich Karl Hansa y Bayern, así como las corbetas de hierro Stein, Sophie y Olga y el pequeño aviso Sperber.
[editar] La resolución del conflicto

Afortunadamente para todos la situación no degeneró en un conflicto abierto. Propuesto por España el arbitraje papal, el pontífice emitió un laudo, firmado como Protocolo en Roma por ambas potencias el 17 de diciembre de 1885. Según éste, España conseguía la soberanía sobre el archipiélago pero concedía al Imperio Alemán la libertad de comercio, navegación y pesca, así como de establecimientos agrícolas. Por otra parte se concedía una estación naval y un depósito de carbón a la marina alemana. Estos beneficios fueron ampliados a Gran Bretaña el 6 de enero de 1886.

De manera aún más satisfactoria, Alemania renunció a la estación naval y al depósito el carbón el 20 de agosto de 1886.

Tal arreglo se debió fundamentalmente a la visión de Bismarck; éste se expresó después de los acontecimientos de forma clara:
¿Qué hacer?... ¿Bombardear las fortalezas marítimas españolas? Muchos me impulsaban a hacerlo, pero yo pensaba que seria preciso gastar quizá unos 100 millones en nuevos odios y en nuevas discordias...

Evidentemente, para Bismarck, las islas no merecían una guerra y la enemistad de España, quien pudiera aproximarse a Francia, comprometiendo buena parte de la labor del canciller por aislarla.

En cuanto al régimen político, debió soportar la desaparición de Alfonso XII, que falleció en aquel crítico otoño, y la última seria intentona republicana del XIX, la del general Villacampa en 1886. De haberse añadido un desastre militar y la pérdida de territorios, tal vez las cosas hubieran podido ser mucho más graves para el sistema de la Restauración.
[editar] Conclusiones

En el aspecto naval, la crisis de las Carolinas presenta sorprendentes paralelismos con la de 1898.

Ante una situación de indefensión, la opinión cree ingenuamente poderla afrontar con el recurso al corso y a defensas numantinas en tierra, con las suscripciones para la compra de buques o el recuerdo de glorias pasadas.

La escuadra debe de ponerse a punto improvisada y rápidamente, uniendo estas deficiencias a las ya impuestas por la inferioridad o antigüedad de los buques. Faltan defensas costeras que amparen tanto a la fuerza naval como al litoral mismo. Y, de nuevo, se carga la responsabilidad tanto política como militar en los marinos: mientras se decretan puntos de concentración distantes de las bases reales de la escuadra.

También, y del mismo modo que en 1898, se inician unas precipitadas y poco exitosas negociaciones de última hora para adquirir buques de cualquier clase en el extranjero.

Poco o nada se aprendió en 1885, cuando trece años después, y de forma entonces trágica, se repitieron muchos de los mismos errores.
[editar] Véase también



Por ejemplo, supongamos que antes de la pantomima de Pearl, perdón, del Maine, España hace un referendum en Cuba, lo pierde, y otorga la independencia controlada a la isla. Quizá hoy la isla Guam, carolinas, marianas etc. serían aun españolas, quizá el chabacano fuese la lengua oficial de todas las filipinas, quizá se pareciese aun más al español, quizá ni siquiera fuese necesario considerarlo un idioma aparte. Quizá puerto Rico fuese español, una especie de guyana francesa, o quizá su hubiese independizado en los años 60 y no fuese un estado asociado(o lo fuese de España).

La_Lechera.png


Tú, como don Adolfo Quijano, siempre ves judíos donde sólo hay molinos de viento.

Veamos, en 1898 los Estados Unidos tenían setenta y cinco millones de habitantes, eran ya la segunda o tercera potencia económica mundial y contaban con una de las escuadras de guerra más potentes de la época. Cuba se encuentra a 145 kilómetros de Florida y a casi 7.000 de España.
¿Verdaderamente hace falta recurrir a los judíos para explicar por qué pasó lo que pasó?



Hubo un moderador de PL que un día se marcho a las filipinas, quien sabe si impulsado por el afán de descubrir los secretpos del chabacano, no se ha vuelto a saber nada de él, de Jimmy Rajatangas, ¿hay alguna información que puedas compartir con nosotros ILG? ¿o es top secret?

Yo es que me quedé picado con aquel hilo de turismo kamikaze que quizás el frente moro de liberación nacional truncó para siempre.

No lo creo: habría salido en la tele.
 
Coño, lo mismo el chavacano ese acabó en la India y los filólogos y Linguistas no se han coscao....:lol:

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A la vista de ese cartel, está claro que muchos jóvenes españoles de entre 13 y 18 años, no tendrán problemas de comunicación con la población local.

Zamboaga, hogar de ni-nis patrios.:lol:
 
BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
Por ejemplo esto:



¿Os habeis puesto a pensar en qué hubiera pasado si España no hubiera ido a la guerra con los jud, perdon, con EEUU?

Por ejemplo, supongamos que antes de la pantomima de Pearl, perdón, del Maine, España hace un referendum en Cuba, lo pierde, y otorga la independencia controlada a la isla. Quizá hoy la isla Guam, carolinas, marianas etc. serían aun españolas, quizá el chabacano fuese la lengua oficial de todas las filipinas, quizá se pareciese aun más al español, quizá ni siquiera fuese necesario considerarlo un idioma aparte. Quizá puerto Rico fuese español, una especie de guyana francesa, o quizá su hubiese independizado en los años 60 y no fuese un estado asociado(o lo fuese de España).

Hubo un moderador de PL que un día se marcho a las filipinas, quien sabe si impulsado por el afán de descubrir los secretpos del chabacano, no se ha vuelto a saber nada de él, de Jimmy Rajatangas, ¿hay alguna información que puedas compartir con nosotros ILG? ¿o es top secret?

Yo es que me quedé picado con aquel hilo de turismo kamikaze que quizás el frente moro de liberación nacional truncó para siempre.


Un forero que se marcha a las filipinas ya sabemos todos a que va. Asi que habra muerto de sidra o estará en alguna cárcel.
 
Si se habla del chabacano y aparecen los judíos en escena, es obligado hacerlo también del ladino, una lengua que en su momento llegó a tener cierta importancia algunas ciudades del Egeo y alrededores como Salónica o la mismísima Estambul.

Idioma judeoespañol - Wikipedia, la enciclopedia libre


Ser antisionista no puede cerrar ni mis ojos ni mis oídos a un acento indiscutiblemente bello, con aromas medievales, evocador y poético. Como curiosidad, y para continuar con el tema del chabacano, comentar que el español dejó su huella en el tagalo, ya que con frecuencia se usan los números en castellano.
 
La reacción en España al saberse lo acontecido fue agria: alborotos populares, intento de ataque con rotura del escudo y bandera de la embajada alemana en Madrid, y alteraciones similares en las principales capitales. La actuación del «Iltis» fue considerada poco menos que pirática y, desde luego, abiertamente provocadora.
Aunque se era consciente de la inferioridad naval española, la opinión general era que estaba en juego la honra, y que por ella se debía arrostrar cualquier inferioridad material. Así se mostró en la manifestación patriótica de Madrid, en la cual al pasar delante del Ateneo, se exhibió desde éste un retrato del almirante Méndez Núñez, mientras que O. Alberto Aguilera repetía en su alocución la frase atribuida al marino: «más vale honra sin barcos que barcos sin honra», poniéndola como modelo de conducta en las circunstancias del momento.

Y de aquí hemos pasado al: -las bonvas de Bagdat esplotan en Madric gñe-

Nos merecemos desde la primera violación hasta el ultimo atraco; que los latin mierdas nos caguen en la boca y que los moros nos vuelen los trenes de la Renfe y por supuesto merecemos que nos llamen dagos, pigs y ser el hazmereir de Europa, este basureo hace mucho que perdio la dignidad.

La rojigualda, con torito o sin torito, para lo único que vale es para que los canis salgan borrachos/endrojados a la calle cuando 11 gañanes millonarios ganan algo en el furmgol (igual que la albiceleste de los cojones mira)

:93ESPAÑA
 
BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
Hubo un moderador de PL que un día se marcho a las filipinas, quien sabe si impulsado por el afán de descubrir los secretpos del chabacano, no se ha vuelto a saber nada de él, de Jimmy Rajatangas, ¿hay alguna información que puedas compartir con nosotros ILG? ¿o es top secret?

Pues el caso es que el gran Jimmy desapareció de la noche a la mañana al poco de su vuelta de Filipinas, y se le echa de menos. Ese hilo que nombras es sin duda uno de los más enormes que recuerdo de -ojo- toda la historia foril. Jimmy vivía (o vive) en China, quizá el régimen de ahí, poco tolerante con la internet en general y con las páginas porno en particular, haya cortado el acceso a sus habitantes a esta página y le tengamos llorando en un rincón de Shangai desde entonces porque no puede conectarse. Pocas vueltas de foreros me alegrarían tanto como la de Jimmy, un auténtico MASTER, un PUTO AMO que lo primero que hizo tras acceder a la moderación fue chantajear a toda fémina foril para que le mandaran foto con un cartel diciendo "Jimmy Rajatangas me extorsiona" o se llevaban un ban. Y lo mejor de todo es que se la mandaron. Bueno, no, no, lo mejor de todo es que las publicó todas, muy ufano y generoso él.

Y hasta aquí el off topic. Ya siento offtopiquear, me ha podido el sentimiento. :(
 
1984 reload rebuznó:
La rojigualda, con torito o sin torito, para lo único que vale es para que los canis salgan borrachos/endrojados a la calle cuando 11 gañanes millonarios ganan algo en el furmgol (igual que la albiceleste de los cojones mira)

:93ESPAÑA

Donde esté una buena estelada, eh?;)

nous-catalans.jpg
 
ilovegintonic rebuznó:
Pues el caso es que el gran Jimmy desapareció de la noche a la mañana al poco de su vuelta de Filipinas, y se le echa de menos. Ese hilo que nombras es sin duda uno de los más enormes que recuerdo de -ojo- toda la historia foril. Jimmy vivía (o vive) en China, quizá el régimen de ahí, poco tolerante con la internet en general y con las páginas porno en particular, haya cortado el acceso a sus habitantes a esta página y le tengamos llorando en un rincón de Shangai desde entonces porque no puede conectarse. Pocas vueltas de foreros me alegrarían tanto como la de Jimmy, un auténtico MASTER, un PUTO AMO que lo primero que hizo tras acceder a la moderación fue chantajear a toda fémina foril para que le mandaran foto con un cartel diciendo "Jimmy Rajatangas me extorsiona" o se llevaban un ban. Y lo mejor de todo es que se la mandaron. Bueno, no, no, lo mejor de todo es que las publicó todas, muy ufano y generoso él.

Y hasta aquí el off topic. Ya siento offtopiquear, me ha podido el sentimiento. :(
ZIP o BAN.
 
Estilita rebuznó:
Si se habla del chabacano y aparecen los judíos en escena, es obligado hacerlo también del ladino, una lengua que en su momento llegó a tener cierta importancia algunas ciudades del Egeo y alrededores como Salónica o la mismísima Estambul.

Idioma judeoespañol - Wikipedia, la enciclopedia libre


Ser antisionista no puede cerrar ni mis ojos ni mis oídos a un acento indiscutiblemente bello, con aromas medievales, evocador y poético. Como curiosidad, y para continuar con el tema del chabacano, comentar que el español dejó su huella en el tagalo, ya que con frecuencia se usan los números en castellano.


El ladino, un idioma hablado por judens no podía tener otro nombre. :137
 
mecagoenSatán rebuznó:
Donde esté una buena estelada, eh?;)

nous-catalans.jpg


Cataluña da muchiiiiisima mas ascopena en este sentido, pero por si acaso estas insinuando que me he vuelto un Oriolet de la vida te recuerdo que el punto neuralgico del pásalo y las manifas del 13M fue Mandril...no solo es Catalunya la que está podrida de progresismo mal entendido :99
 
1984 reload rebuznó:
Cataluña da muchiiiiisima mas ascopena en este sentido, pero por si acaso estas insinuando que me he vuelto un Oriolet de la vida te recuerdo que el punto neuralgico del pásalo y las manifas del 13M fue Mandril...no solo es Catalunya la que está podrida de progresismo mal entendido :99


Este es un hilo para hablar del chabacano, no para hablar de sujetos chabacanos. :1
 
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