pai-mei
Muerto por dentro
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- 18 Mar 2006
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En ocasiones, me gusta jugar a ser Dios con la mente: me imagino cogiendo una máquina del tiempo y yendo a visitar a un pequeño Rusas macizas a su/nuestra Asturias natal hace varias décadas para enseñarle a multiquotear en su más tierna infancia.
-Ach, Ich bin hasta los cojones...hablo 30 lenguas a nivel cuasi nativo, little schweinehund...sechshundert sechsundsechzig!!!!!!
-Das LoL.
A pesar del título, no es el que nos ocupa un homenaje a ningún relato de Howard Phillips Lovecraft. Despreciado (a veces con razón) autorcillo de ciencia ficción, onirómano amateur e involuntario causante, muchas décadas después de su muerte, de leves sonrojos en mejillas gafapastas al confesarse ellos mismos, en un acto de contricción literaria sin límites, como lectores ocasionales de las aventuras y desventuras de los primigenios. No: esto es un homenaje a la gente que, como al bueno de Howard Phillips, nos aterra el aspecto completamente irracional en que los viri elegimos a las mujeres (sí, está todo cogido por los pelols pero es mi
scattergories y me lo llevo).
-Hijos de puta, he sudado mucho para poder casarme al fin con este receptáculo de semen que yace abrazado a mis férreas pantorrillas.
Ella será la madre de mis hijos. Por ella he robado, matado, mutilado y pagado una hipoteca.
Ella es diferente, especial, un ser angelical al que no le importa el dinero...de ella depende mi futura felicidad. ¿Cómo te llamas, tú, la que está destinada a hacer mi vida más amena?
-Bell malena.
El criterio masculino es sutil y ladino; es un tanto sibilino y no cree en el destino. El hombre es capaz de mover montañas al tiempo que se traga cualquier patraña: somos el mal absoluto.
El hombre es un topo cuyo ingenio le permite horadar el pavimento pero todo para que, al final del túnel, su único premio sea una mujer con la cara dura como el cemento.
Nos rodeamos de coches caros porque (según nosotros) atraen a las nenas, pero no nos preguntamos si queremos a nuestro lado a una mujer que nos ame por nuestro vehículo y no sepa ni hacer la cena: eso sería toda una condena.
Culpamos a las féminas de nuestra desgracia pero suplimos con cheques y regalos caros lo que nos falta en verbigracia...somos un producto perfectamente manufacturado y homogeneizado por un lobby empresarial malvado, contamos con un potencial para la miseria medido por encuestas de mercado....AY, ES QUE POR ELLA ME SIENTO ANULADO.
Somos consumidores perfectamente concienciados: conocemos nuestros derechos pero, entre tantos privilegios, perecemos en un mar de ofertas ahogados (y con la mujer equivocada durmiendo a nuestro lado). Procesa toda la amplísima información que yace libremente a tu disposición y toma una y otra vez la decisión equivocada, campeón.
Ellas no tienen la culpa: trabajan fuera de casa para no sentirse machacadas por la culpa de no contribuir a una sociedad insulsa...jajajajajaj tener hijos no es ninguna disculpa.
JAJAJAJAAJAJ tengo en el ogame deuterio, las obras completas en la fnac del abad Tritemio, tengo un dvd con las obras maestras de las pelis de misterio...cojones: dónde coño he olvidado el criterio???
Me voy pa la cama.

-Ach, Ich bin hasta los cojones...hablo 30 lenguas a nivel cuasi nativo, little schweinehund...sechshundert sechsundsechzig!!!!!!
-Das LoL.
A pesar del título, no es el que nos ocupa un homenaje a ningún relato de Howard Phillips Lovecraft. Despreciado (a veces con razón) autorcillo de ciencia ficción, onirómano amateur e involuntario causante, muchas décadas después de su muerte, de leves sonrojos en mejillas gafapastas al confesarse ellos mismos, en un acto de contricción literaria sin límites, como lectores ocasionales de las aventuras y desventuras de los primigenios. No: esto es un homenaje a la gente que, como al bueno de Howard Phillips, nos aterra el aspecto completamente irracional en que los viri elegimos a las mujeres (sí, está todo cogido por los pelols pero es mi
scattergories y me lo llevo).

-Hijos de puta, he sudado mucho para poder casarme al fin con este receptáculo de semen que yace abrazado a mis férreas pantorrillas.
Ella será la madre de mis hijos. Por ella he robado, matado, mutilado y pagado una hipoteca.
Ella es diferente, especial, un ser angelical al que no le importa el dinero...de ella depende mi futura felicidad. ¿Cómo te llamas, tú, la que está destinada a hacer mi vida más amena?
-Bell malena.
El criterio masculino es sutil y ladino; es un tanto sibilino y no cree en el destino. El hombre es capaz de mover montañas al tiempo que se traga cualquier patraña: somos el mal absoluto.
El hombre es un topo cuyo ingenio le permite horadar el pavimento pero todo para que, al final del túnel, su único premio sea una mujer con la cara dura como el cemento.
Nos rodeamos de coches caros porque (según nosotros) atraen a las nenas, pero no nos preguntamos si queremos a nuestro lado a una mujer que nos ame por nuestro vehículo y no sepa ni hacer la cena: eso sería toda una condena.
Culpamos a las féminas de nuestra desgracia pero suplimos con cheques y regalos caros lo que nos falta en verbigracia...somos un producto perfectamente manufacturado y homogeneizado por un lobby empresarial malvado, contamos con un potencial para la miseria medido por encuestas de mercado....AY, ES QUE POR ELLA ME SIENTO ANULADO.
Somos consumidores perfectamente concienciados: conocemos nuestros derechos pero, entre tantos privilegios, perecemos en un mar de ofertas ahogados (y con la mujer equivocada durmiendo a nuestro lado). Procesa toda la amplísima información que yace libremente a tu disposición y toma una y otra vez la decisión equivocada, campeón.
Ellas no tienen la culpa: trabajan fuera de casa para no sentirse machacadas por la culpa de no contribuir a una sociedad insulsa...jajajajajaj tener hijos no es ninguna disculpa.
JAJAJAJAAJAJ tengo en el ogame deuterio, las obras completas en la fnac del abad Tritemio, tengo un dvd con las obras maestras de las pelis de misterio...cojones: dónde coño he olvidado el criterio???
Me voy pa la cama.