Eros y Tanatos

stavroguin 11

RangoClásico
Registro
14 Oct 2010
Mensajes
3.780
Reacciones
2.948
El tema de este hilo se posó definitivamente sobre mis decrépitas células grises en un lugar digamos que inconveniente y poco ortodoxo: un tanatorio. Un poco a mi retaguardia, otra sala de velorio en la que un grupo de cenutrios convertían el duelo por una pobre anciana en un pandemonium desvergonzado de gritos, risas, compadreos y chascarrillos, a izquierda y derecha, adosados a las paredes adornadas con fotos deprimentes en blanco y negro, los rostros incrédulos, desencajados, de ojos hinchados y rojos de los deudos. En frente, el muerto en su caja, rodeado de coronas con frases estereotipadas, con manos cerúleas y facciones tranquilas. Sólo unas pocas horas antes bailaba alegremente con su mujer, una compañera de trabajo, cuando cayó fulminado como si un rayo vengador de Zeus lo hubiese partido por la mitad.

Unos días después, la tragedia ferroviaria que todos sabemos, muy cerca geográfica (y laboralmente), se impactó en los hocicos de los que vivíamos un alegre verano de sol y playa y nos trajo a primer plano la verdad última de la vida cuando lo lúdico parecía dominar el panorama; eso me dio la puntilla definitiva para lo que ahora escribo.

Existe una frontera en la vida de los hombres en la cual el fiel de la balanza cambia de lado: la obsesión por las mujeres, el sexo, el cachondeo y el vitalismo en general va dejando paso sutilmente a un tono vital más amortiguado al principio, mortecino después y francamente fúnebre al final. Yo situaría esa época en torno a los 40 años. La idea latente, abstracta y lejana de la muerte va tomando corporeidad, enjundia, como si nuestra mente fuese un alfarero que amasa el barro del subconsciente para darle forma de mujer con guadaña. Mientras tanto, la libido baja, y el desinterés que vamos provocando en las mujeres con las que todavía podríamos acostarnos sin avergonzarnos de nosotros mismos contribuye a que el sexo, antiguo motor de nuestra vida y mente, se nos asemeje un juego tan infantil como la rayuela si lo comparamos con el horizonte de enfermedad probable y muerte segura que vemos un poco más adelante.

Es curioso: soy médico y la idea de la muerte debería resultarme más natural y asumible que a la mayoría de al gente. Eso sólo es cierto mientras trabajo: puedo ver morir a un paciente sin inmutarme y sin repercusión emocional como parte de mi labor . Sin embargo, si un día más tarde me encontrase con su cortejo fúnebre, probablemente se me arruinaría la jornada. No recuerdo que escritor lo dijo: asusta más el aparato de la muerte que la muerte misma.

Probablemente la negrura y pesimismo de estas reflexiones se deban a un ambiente bajo en estímulos en el terreno sexual; el mucho tiempo transcurrido desde que una mujer me demostró la última señal de interés (IOIs los llamáis ahora, creo) puede ser el tinte que oscurezca un tono vital de por sí no muy elevado. Tal vez si vivo unos años más, la mayor proximidad teórica con el final desdramatice el asunto y me convierta en un alegre viejo verde desinhibido y follarín. O tal vez un día cualquiera recupere el pulso vital de la treintena y lo lúdico vuelva aprimer plano. Pero creo que esta fase empieza a durar demasiado como para pensar que pueda ser transitoria.
 
Me encanta el tema, cada noche, en la obscuridad de la habitación, juego a desconectarme, a imaginar el vacío infinito, la NADA, que no es la muerte. Cada vez vez vivimos mejor y cada vez morimos peor. La buena vida y la mala muerte. No sabemos lo que es la muerte, ya no es la presencia constante de antaño, hoy es algo abstracto, ajeno, imposible. Antes no, antes todas las mujeres sabían lo que era enterrar a uno o varios hijos. Todos los niños terminaban siendo huérfanos, todos habían convivido con varios ataúdes en la habitación del velatorio. Siempre había una guerra esperando su tributo, una mala cosecha, varios años de hambre, siempre había infecciones a destiempo y sin remedio. La muerte estaba presente en cada casa, era un presencia atmosférica, insoslayable, un cita reiterada con el cementerio.

Crecemos con la absoluta incapacidad de comprenderla, nuestra mente se forma durante décadas sin darle el menor espacio a la posibilidad de desaparecer en el polvo estelar. Después ya es tarde. Los perros viejos aprenden mal los trucos. Con treinta o con cuarenta intenta mentalizarte, intenta buscarle un hueco en tu cerebro a esa idea tan incómoda y desesperante, a ver como la encajas, a ver como se lo explicas a tu arquitectura cerebral, recia, ingenua, omnipotente, que a ti también te va a tocar. Irremediablemente, absurdamente y de una forma y en unas circunstancias que no vas a poder controlar. Morirás de viejo repartiendo besos a los nietos o simplemente decrépito y solo delante del televisor. O morirás al cruzar la calle, al volver del trabajo, morirás por un ictus fulminante o por un paro cardiaco mientras vacías el vientre. La muerte no te dará ni una sola posibilidad de elegir, vendrá, cumplirá con lo previsto y no quedará de consuelo de aquel poeta que decía que el día de su muerte le gustaría estar vivo para saber cuantos de sus amigos iban a su entierro.

Eros y Tánatos. Ah...la "carne mortal y rosa". La carne que amamos, la carne que deseamos, la carne que envejece y se pudre como todas las carnes. Quizá la convivencia con la idea de la muerte inminente, porque la muerte siempre tiene la posibilidad de serlo, nos obligue a consolarnos con la satisfacción del deseo, nos impela a ser obsesivos con el placer, a distraernos de nuestra abyecta mortalidad a través del hedonismo. Tal vez el ascetismo y la contemplación sean el único bálsamo. Es posible que debamos refugiarnos en el nihilismo. ¿Quien sabe? Famoso son los adagios latinos del carpe diem, del memento mori o del tempus fugit. Famosa es la turbación de Gilgamesh cuando descubrió su naturaleza mortal. El hombre ha sufrido siempre ante esta perspectiva, pero el gran problema de el hombre de hoy ha sido el querer convertir una ridícula prórroga de décadas, embalsamado con afeites químicos y cirugías, en una promesa de eternidad.
 
Victor I rebuznó:
Eros y Tánatos. Ah...la "carne mortal y rosa". La carne que amamos, la carne que deseamos, la carne que envejece y se pudre como todas las carnes. Quizá la convivencia con la idea de la muerte inminente, porque la muerte siempre tiene la posibilidad de serlo, nos obligue a consolarnos con la satisfacción del deseo, nos impela a ser obsesivos con el placer, a distraernos de nuestra abyecta mortalidad a través del hedonismo. Tal vez el ascetismo y la contemplación sean el único bálsamo. Es posible que debamos refugiarnos en el nihilismo. ¿Quien sabe? Famoso son los adagios latinos del carpe diem, del memento mori o del tempus fugit. Famosa es la turbación de Gilgamesh cuando descubrió su naturaleza mortal. El hombre ha sufrido siempre ante esta perspectiva, pero el gran problema de el hombre de hoy ha sido el querer convertir una ridícula prórroga de décadas, embalsamado con afeites químicos y cirugías, en una promesa de eternidad.



Entré en mi casa, ví que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.


Añado otra referencia, más reciente e hispana, pero no menos grande por menos antigua, a su magistral aportación al tema.

Tal vez tenga razón: antes la muerte pintaba los muros de nuestra vida, ahora sólo los salpimentea, y es muy probable llegar a una edad más que mediana habiendo recibido sólo mordeduras de escaso radio, sin ver desaparecer de nuestras vidas a no demasiados de nuestros coetáneos y muy pocos de los más jóvenes: ya no existe el hijo muerto de viruela o difteria, el hermano arrancado de casa al anochecer y fusilado contra la tapia, el joven padre escupiendo tisis en el pañuelo, la madre muerta de fiebre puerperal. De las 3 grandes letras C que nos llevan a cruzar la laguna Estigia, el cáncer y las coronarias suelen cobrarse tributos de edad provecta, y sólo la carretera sustituye parcialmente a las plagas de antaño.

Decía Fénelon que el sol y la muerte no pueden mirarse de frente. Y precisamente por ello es fácil olvidarlos hasta el momento en que notamos la proximidad de su urente quemadura. Vivir pensando en la muerte convertiría nuestra vida en un funeral anticipado, en una conciencia de transietoriedad incompatible con todo goce; olvidarla mucho tiempo metamorfosea nuestra existencia en un remedo de perpetuidad del que un golpe brusco nos despertará en cualquier momento. No hay solución perfecta. Es imposible la total aceptación de esa amarga verdad, es imposible negarla. Debemos aprender a caminar en el filo de la navaja, llevándola detrás como una sombra que algún día ocupará el lugar del original.
 
Hay que ser mongo para concederle amargura al tema de la muerte. Una cosa ínfimamente buena otorga el haber tenido una enfermedad jodida: que no me voy a librar de vivir otra vez, sé que nadie se va a librar. Sé que tantas matemáticas, tanta física, química, arte, tanta magia, tantos fenómenos, tanta gente padeciendo guerras y dolores, tanta similitud entre los individuos de cada especie, tanta gente naciendo guapa y multimillonaria, tantas explicaciones que surgen, tantos paraísos, tan inmensa cantidad de mujeres bellas naciendo -bellas gratuitamente, se supone, por su condición vitalicia de inútiles, pero es no-, tanta libertad y tanta esclavitud, tanto poder, la existencia de los ojos, del hígado, del oído, la creación de vida o la posesión de un cuerpo, tanta maldad y tanto progreso inverosímil y sin fin, no culmina su sentido conque una célula nace y al poco tiempo muere.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Vivir pensando en la muerte convertiría nuestra vida en un funeral anticipado, en una conciencia de transietoriedad incompatible con todo goce; olvidarla mucho tiempo metamorfosea nuestra existencia en un remedo de perpetuidad del que un golpe brusco nos despertará en cualquier momento. No hay solución perfecta. Es imposible la total aceptación de esa amarga verdad, es imposible negarla. Debemos aprender a caminar en el filo de la navaja, llevándola detrás como una sombra que algún día ocupará el lugar del original.


Nunca me ha tocado muy de cerca la muerte, y en el único caso en que lo ha hecho ha sido casi más un bálsamo liberador que un castigo arrebatador, sin embargo la idea de la muerte nunca me ha sido ajena, a lo mejor tengo progeria mental y pensaba en esas cosas antes de la edad que me correspondía (los 40 según Stav o nunca en estos tiempo según Víctor) y será por eso que siempre he pensado en la muerte como en algo inmediato que mañana mismo podía pasar, no le tengo miedo, ya me he acostumbrado, pero no puedo dejar de sentir una profunda inquina hacia ella por todo lo que me va a arrebatar.

Cuando pienso en ello lo que más me duele es el conocimiento que aún no tengo y que nunca tendré tiempo de tener y sobre todo el que queda por llegar y aún no se ha descubierto y no las tías que me quedan por conocer o follar.

No es justo que esa mala pécora me vaya a dejar sin ver todo lo que el futuro traerá como no es justo que por una broma de mal gusto de las serendipias evolutivas, o por un Dios que de existir solo se puede adjetivar de macabro, encima nosotros seamos conscientes de todo esto sin poder ponerle remedio alguno.

Pero lo que me resulta más indignante de todo es que tengo la certeza absoluta de que "nosotros" y "ahora" no somos capaces de remediarlo pero que dentro de un tiempo, sean lustros o siglos, sí podrán hacerlo y eso se mire por donde se mire no es de recibo.

Y es que por mucha fe que uno pueda tener cuando sumas dos y dos el resultado es que, desde el punto de vista de la muerte, en estos tiempos, la vida es una puta mierda sino eres lo bastante estúpido como para poder ignorarla.

La única alternativa que que veo atractiva después de esta vida es la que me permitiera seguir gozando, aunque solo fuera como espectador, de hasta dónde será capaz de llegar el ser humano.


PD: Solo he vuelto para lamerles el escroto a Uds. (Stav y Victor), me retiro a de nuevo a mi agujero a la espera de que la parca me encuentre lo más tarde que pueda y a ser posible en una pose totalmente indecorosa, ya que el encuentro a mí no me va a servir de nada, al menos que mis deudos tengan algo de qué hablar en esas aburridas tardes de velatorio.
 
Como Stav, mi difunto padre era medico (cirujano cardiovascular especializado en niños) como Victor afirmaba que vivimos de espaldas a la muerte y que cuando llegaba las familias se negaban a aceptarla especialmente en el caso de los niños.

Hoy vivimos con el temor a la muerte, al paro, a la enfermedad, al mal tiempo, a la crisis, a la soledad... Con tantos miedos se nos olvida como vivir, vivimos una vida conservadora, a la defensiva, para huir de los banes de la vida, el recurso es no postear o hacerlo mortecina ente. Creo que no nos damos cuenta que lo terrible de la muerte no es la muerte sino la ausencia de vida y con ese miedo en vez de vivir la vida por si misma la vivimos huyendo de nuestros miedos, que no son sino el miedo a la muerte. Que tremenda contradiccion la de morir en vida huyendo de la muerte, lo tremendo que es no vivir por miedo a morir, en definitiva.

Vivir es fracasar, hacer, elegir, arriesgar, dolor y placer, vivir es eso y recordad cuando os pareció que estabais vivos y cuando, de pronto, te das cuenta que tus días son copias los unos de los otros y que, en realidad no estas viviendo ya que buscando la seguridad, huyendo de la muerte estas perdiendo la vida.

Es en ese momento cuando se llega a ese estado de lucidez cuando se quiere recuperar la vida, se dinamitan matrimonios, se buscan núbiles amantes que nos devuelvan a la vida perdida, se compran motos y se salta desde barrancos...

Pero casi siempre es tarde y la melancolia acaba por aplastarte rindiendote por segunda vez. [/CODE]
 
Literatura. Hesse, Camus y Kipling. Al menos a mí me funcionan.

Y saber que todo tiene que ver con la ilusión de inmortalidad que es la paternidad.
 
No es triste, es sólo que no es de este subforo. Luego lo movemos al General.
 
ruben_clv rebuznó:
Literatura. Hesse, Camus y Kipling. Al menos a mí me funcionan.

Y saber que todo tiene que ver con la ilusión de inmortalidad que es la paternidad.

Dicen que el mayor drama para un padre es sobrevivir a su propio hijo. Yo en cambio lo consideraría una victoria. Un TRIUNFO del original sobre la copia.
 
Se tiene miedo a la muerto por no entender lo que es la vida.
 
yo cuando me dicen de ir a un tanatorio, alquilo una de las salas, lo mas centrica posible, alli metemos al cepas, que es un colega mio que tiene cara de quedarle 4 dias vivo, le ponemos unas flores de plastico, y a mis colegas alrededor como llorando.

Luego entro yo vestido de emilio aragon senior, y grito "COMO ECHTAN UCTEDE?" y el que hace de fiambre, se incorpora para la estupefaccion del publico y grita "MUERTOS".

Y despues ya voy dando el pesame a mis familiares.
 
a mí el tanatorio que me mola es el que está al lado del Calderón, el de la empresa esa privada.

hay aperitivos, en el último me dio por comer y no beber, y salí con la boca como Trinidad.
 
Vaya, que curioso. Abro un hilo en el rapiñas y contesto recientemente en otro y ambos movidos al general. Supongo que es mucho más cómodo que banearme arbitrariamente.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Vaya, que curioso. Abro un hilo en el rapiñas y contesto recientemente en otro y ambos movidos al general. Supongo que es mucho más cómodo que banearme arbitrariamente.

pero tu quien eres, y cocreta el trinidad que yo sepo? quicir, el que se comia kilate y medio de judias con un pan de hogaza, arremojando en la sarten? Si es que no dimelo, que a alguien lo tengo que reinventar a mano abierta.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Existe una frontera en la vida de los hombres en la cual el fiel de la balanza cambia de lado: la obsesión por las mujeres, el sexo, el cachondeo y el vitalismo en general va dejando paso sutilmente a un tono vital más amortiguado al principio, mortecino después y francamente fúnebre al final. Yo situaría esa época en torno a los 40 años.

Otros la situaríamos en torno a los 20 años; y ya ha llovido desde que los cumplí y sigo pensando en la muerte, casi a diario. ¿Termina uno por acostumbrarse? Raro es el día en que no me cago varias veces en toda la creación. Supongo que al hacerse viejo la energía vital va disminuyendo, termina uno por aburrirse de existir y llega el momento de aceptar la muerte. Pero nunca antes.
 
Uncle Meat rebuznó:
Otros la situaríamos en torno a los 20 años; y ya ha llovido desde que los cumplí y sigo pensando en la muerte, casi a diario. ¿Termina uno por acostumbrarse? Raro es el día en que no me cago varias veces en toda la creación. Supongo que al hacerse viejo la energía vital va disminuyendo, termina uno por aburrirse de existir y llega el momento de aceptar la muerte. Pero nunca antes.

Joder, pero eso son maneras de ver las cosas, yo tambien pienso en la muerte a diario, no hay dia que no me acuerde de la ostia que me pegue con el coche que di vueltas de campana y de todo, pero eso me motiva a vivir cada dia como si fuera el ultimo, a tope, eso si, en el foro claro, y con la persiana bajada que no me de la luz.
 
Black Adder rebuznó:
Dicen que el mayor drama para un padre es sobrevivir a su propio hijo. Yo en cambio lo consideraría una victoria. Un TRIUNFO del original sobre la copia.

Permítame discrepar. Imagine que su primogénito muere. Ya no es sólo el dolor emocional de enterrar a un hijo -que también- es todo el empeño, el tiempo y el dinero que ha gastado en su formación como persona, su formación emocional y todos los momentos juntos vividos.

Piense la de dinero en alimentación, ropa, caprichos de mierda y etc. que gastaría para nada, pues su promogénito muere "antes de tiempo". Piense la de cuotas del gimnasio que habría pagado a su hijo, para que muriese antes de levantar 4x150 en press banca.

Piense la de veces que le tienes que rectificar el press banca al muchacho porque se hace daño en el hombro, piense la de veces que le tienes que rectificar las sentaidllas, porque el muchacho es subnormal y se lo has dicho 27 veces, pero él sigue haciéndolo mal y luego le duele la espalda. Piense la de veces que le insiste al muchacho que haga "piernas" en el gimnasio, porque liberan mucha hormona del crecimiento y es más fácil crecer así.

Piénselo fríamente. Verá como no hay triunfo por ningún lado :cry:
 
La muerte no es algo negativo o al menos no debe ser considerada de manera negativa pues nuestro regreso al punto de partida, a la nada.

Los japoneses son los más inteligentes y en vez de guardar luto celebran una gran fiesta en la que se celebra el tránsito y los éxitos logrados por el interfecto que se marcha ofreciendo una gran vianda y alegría, igual que al celebrar el nacimiento. Ellos piensan que si has hecho las cosas bien por qué debes estar triste, debes estar contento y celebrar tu adiós.

Esto y los bukakes y perversiones varias hacen de su cultura la más avanzada con diferencia.

Lo único claro que tengo es que la vida es infinitamente más divertida que ese vacío existencial, puesto que poseemos consciencia y podemos hasta un cierto punto disfrutar de todas las cosas buenas que hay en el mundo, que son muchas.
 
conchudo rebuznó:
Permítame discrepar. Imagine que su primogénito muere. Ya no es sólo el dolor emocional de enterrar a un hijo -que también- es todo el empeño, el tiempo y el dinero que ha gastado en su formación como persona, su formación emocional y todos los momentos juntos vividos.

Piense la de dinero en alimentación, ropa, caprichos de mierda y etc. que gastaría para nada, pues su promogénito muere "antes de tiempo". Piense la de cuotas del gimnasio que habría pagado a su hijo, para que muriese antes de levantar 4x150 en press banca.

Piense la de veces que le tienes que rectificar el press banca al muchacho porque se hace daño en el hombro, piense la de veces que le tienes que rectificar las sentaidllas, porque el muchacho es subnormal y se lo has dicho 27 veces, pero él sigue haciéndolo mal y luego le duele la espalda. Piense la de veces que le insiste al muchacho que haga "piernas" en el gimnasio, porque liberan mucha hormona del crecimiento y es más fácil crecer así.

Piénselo fríamente. Verá como no hay triunfo por ningún lado :cry:

Joder, solo pensar en todo eso me ha entrado tal pereza que me voy a ir a dormir.
 
conchudo rebuznó:
Permítame discrepar. Imagine que su primogénito muere. Ya no es sólo el dolor emocional de enterrar a un hijo -que también- es todo el empeño, el tiempo y el dinero que ha gastado en su formación como persona, su formación emocional y todos los momentos juntos vividos.

Piense la de dinero en alimentación, ropa, caprichos de mierda y etc. que gastaría para nada, pues su promogénito muere "antes de tiempo". Piense la de cuotas del gimnasio que habría pagado a su hijo, para que muriese antes de levantar 4x150 en press banca.

Piense la de veces que le tienes que rectificar el press banca al muchacho porque se hace daño en el hombro, piense la de veces que le tienes que rectificar las sentaidllas, porque el muchacho es subnormal y se lo has dicho 27 veces, pero él sigue haciéndolo mal y luego le duele la espalda. Piense la de veces que le insiste al muchacho que haga "piernas" en el gimnasio, porque liberan mucha hormona del crecimiento y es más fácil crecer así.

Piénselo fríamente. Verá como no hay triunfo por ningún lado :cry:

Y a pesar de todo yo vivo. Él muere. El TRIUNFO del original sobre la copia.
 
Yo soy un zagal, no un viejo como vosotros, así que si yo disfruté con esta canción imagino que vosotros sacaréis más jugo de ella.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.


When I was seventeen
It was a very good year
It was a very good year for small town girls
And soft summer nights
We'd hide from the lights
On the village green
When I was seventeen

When I was twenty-one
It was a very good year
It was a very good year for city girls
Who lived up the stair
With all that perfumed hair
And it came undone
When I was twenty-one

When I was thirty-five
It was a very good year
It was a very good year for blue-blooded girls
Of independent means
We'd ride in limousines
Their chauffeurs would drive
When I was thirty-five

But now the days are short
I'm in the autumn of the year
And now I think of my life as vintage wine
From fine old kegs
From the brim to the dregs
It poured sweet and clear
It was a very good year
 
stavroguin 11 rebuznó:
Vaya, que curioso. Abro un hilo en el rapiñas y contesto recientemente en otro y ambos movidos al general. Supongo que es mucho más cómodo que banearme arbitrariamente.


Normal que escribas ladrillos, con sólo dos líneas corres el peligro de que te lean y salir retratado.
 
Atrás
Arriba Pie