Jaume Bernis
Qué facil es atacar a unas monjitas
Le remito la presente con motivo del expediente de expropiación que el Ayuntamiento ha iniciado con el objetivo de echar de su propia casa a la Comunidad de Dominicas de Santa María de Montsio y apropiarse de su Monasterio.
Comprenderá que le manifieste mi sorpresa e indignación por unos hechos son totalmente inconcebibles en pleno siglo XXI y que infringen directamente los derechos más fundamentales de las personas.
Como usted bien sabe, no hay ninguna razón que justifique la expropiación del Monasterio: ni la necesidad de preservar el conjunto patrimonial ni la de posibilitar el acceso a dicho conjunto por parte de cualquier persona. El conjunto patrimonial ha sido preservado, desde su creación (S.XIV), precisamente por las distintas comunidades de religiosas que ahí han vivido a lo largo de los siglos. Gracias a ellas, solamente a ellas, el claustro ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado.
Y gracias también a ellas, cualquier persona puede visitar el claustro y los jardines cuando lo desee. Porque la Comunidad de Dominicas, siendo como es la única propietaria del Monasterio, ha abierto siempre y abre las puertas de su casa a cualquier persona que quiera visitar el conjunto patrimonial. De ello pueden dar fe muchas personas e instituciones de Catalunya. Incluso hay prevista una jornada de puertas abiertas el último domingo de cada mes. Y son precisamente las religiosas las que se encargan de recibir a los visitantes y de explicarles el conjunto patrimonial.
La actuación del Ayuntamiento es totalmente arbitraria y propia de épocas pasadas. Y el modo en cómo se está llevando a cabo es lamentable. Ningún responsable del Consistorio se dignó a informar de palabra a la Comunidad de religiosas. Se enteraron mediante una simple carta en la que se les informaba de que el Ayuntamiento había decidido quedarse con el Monasterio. Y el propio Ayuntamiento ya se ha encargado de dar por hecha la expropiación, anunciando en su publicación mensual que el Monasterio será de titularidad pública en breve. En Esplugues, la gente ya está convencida de que las monjas tienen que irse. La situación por la que están pasando las religiosas es angustiosa.
Por todo ello, por la presente le pido que transmita a sus lectores esta información que nos hace pensar que en pleno siglo XXI hay quién piensa la mayoría democrática permite destruir el estado de derecho. Eso es lo que pretende el acuerdo del Ayuntamiento por el cual se decidió la expropiación del Monasterio.
Recordar que el nazismo se impuso por vía democrática puede ayudar. Volver al atropello de los derechos de las personas y de la propiedad privada, ya experimentado en la antigua Unión Soviética -de triste memoria-, debería también hacer reflexionar a más de uno.
Desearía que su medio de comunicación se haga eco de esta majadería y pida, por favor, a todos nuestros representantes políticos un poco más de seriedad, de sentido común y de madurez humana y política.