Después de haber apoyado al nacionalismo catalán, fue obligado a abandonar España por la
dictadura de Primo de Rivera en 1925. El campo de Les Corts fue clausurado durante tres meses por el gobierno central por haber abucheado el himno español y aplaudido el himno británico. A partir de ahí, Hans Gamper perdió su habitual entusiasmo y su salud empeoró. Más tarde, las autoridades lo dejaron volver a Barcelona pero bajo ciertas condiciones, como lo explica el responsable del centro de documentación y estudios del FC Barcelona, Manuel Tomás:
Como condición para su vuelta, le prohibieron cualquier tipo de vinculación con el club. Le resultó muy difícil superar esta realidad y cayó en una depresión. Fueron cinco años terribles que finalmente le llevaron a la muerte en 1930, año en el que acabó con su vida. La puntilla la puso la
Gran Depresión del 1929 que le arruinó completamente.
Hans Gamper puso fin a sus días el 30 de julio de 1930 de un disparo en su domicilio barcelonés. El entierro de Hans Gamper fue multitudinario y una impresionante manifestación de duelo para la ciudad, como lo recoge el diario
La Vanguardia del 1 de agosto.