GRANDES RELATOS DEL SUBFORO PUTAS

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Sir_Galahad

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CAPITULO I. MI DESVIRGACION POR UNA PUTA.
Hola a todos:

Tengo 34 años y estoy felizmente casado. He sido un putero durante algunos años de mi vida, y lo dejé cuando conocí a la que hoy es mi mujer (y aseguré los polvos, jejeje). Si es verdad que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, mis razones para ir de putas también son las más antiguas del mundo: las chicas nunca me han hecho caso y llegó un momento en que necesitaba algo más que pajearme a diario.

Es curioso: poco después de "ennoviarme", empezaron a salirme pretendientes y ligues por todas partes. Las mujeres tienen un misterioso sexto sentido que les permite "oler" a los hombres casados y/o comprometidos. Y estos hombres se convierten en algo apetecible para ellas. Pero esta es otra historia.

Como dije, después de mi último fracaso amoroso con una chica que me gustaba, tomé la decisión de perder la virginidad con una puta, como en su momento lo hizo mi padre y también mi abuelo. De modo que cogí un periódico y empecé a mirar anuncios. Empecé a hacer llamadas y pedir precios. Y finalmente me decidí por un piso-prostíbulo de la calle Jorge Juan, de Madrid.

Yo estaba como un flan. Muy nervioso. Y los nervios se aceleraron cuando aquélla puerta se abrió y apareció una auténtica Diosa Playboy. Se llamaba Noelia. Nunca olvidaré su nombre. Una morena preciosa...21 años...vestida con una blusita blanca y una minifalda negra...y por supuesto, zapatos de tacón negro...

El polvo me costó 10.000 pesetas de las de entonces. Pero os aseguro que mereció la pena.

Me hizo pasar, nos presentamos y pasamos al dormitorio. Ella me preguntó si era la primera vez que venía por allí. Yo agarré la ocasión al vuelo y le dije que no sólo era mi primera vez allí, sino también mi primera vez DE TODO. Ella captó perfectamente lo que quería decir. Al principio mostró sorpresa e incredulidad, pero después fue mi mejor maestra...cariñosa, paciente, profesional...logró desvirgarme de una manera preciosa, sin ningún tipo de sordidez ni mal rollo.

No os podeis imaginar lo que sentí mientras la desnudaba...tener por primera vez para mí solo el cuerpo perfecto de una chica...de piel suave, tetas firmes...claro, mi polla respondió de inmediato, y ella sabía bien mantener mi erección acariciándola con suavidad...poco después me tumbó y me hizo la primera mamada de mi vida...en ese momento yo hablaba con Dios...

Y llegó el gran momento. Ella se tumbó en la cama y abrió sus piernas. Yo me puse sobre ella y traté de penetrarla...pero mi inexperiencia me jugó una mala pasada...como no conseguía penetrarla, me puse nervioso y mi erección empezó a desaparecer. Y ahí surgió la profesionalidad de Noelia...ella me dijo que no me pusiera nervioso...que me tranquilizara...me dijo que le tocara las tetas para volver a ponerme erecto...así lo hice...esas tetas perfectas me devolvieron una erección potente...entonces ella me cogió la polla con delicadeza y me la dirigió hacia la entrada de su coño. Entonces me dijo que empujara...así lo hice y entonces por primera vez en mi vida penetré a una mujer.

Después de un rato penetrándola, me corrí (llevaba condón, claro). Y como aún sobraba un rato del "servicio", estuvimos comentando la jugada. La chica, supersimpática, yo deshaciéndome en halagos y agradecimiento. Todo de un buen rollo genial...esa tarde cayó el primero de los tópicos que yo tenía acerca de las prostitutas y la prostitución...me di cuenta que las prostitutas son chicas como cualquier otra...e incluso mejores que cualquier otra. Que no había sordidez en todo aquéllo, sino un buen rollo estupendo.

Quedé con ganas de repetir...pero eso será tema de otros posts.

Un saludo


CAPITULO II.

Quedé tan contento de mi primera puta que, a partir de entonces estuve como un año yendo a ese mismo prostíbulo de la calle Jorge Juan, y follando con distintas chicas.

La segunda vez, volví a repetir con Noelia. Como novedad, esta vez decidí introducirme en el noble arte del cunnilingus, y fue a Noelia la primera chica a quien se lo hice. Evidentemente, fue un inexperto tanteo, porque mi verdadera Maestra en dicho arte fue otra puta de la cual os hablaré en su momento. También probé el griego con ella, bueno, más bien lo intenté, porque resulta que ella era virgen analmente.

Es curioso, he comprobado que, aunque la gran mayoría de los prostíbulos ofrecen el griego entre sus servicios, la mayoría de las chicas son vírgenes por ahí, y te ponían una carita de susto y preocupación cuando se lo pedías que te daba un morbo...

Pues a Noelia le pasaba lo mismo. Era virgen por atrás. Y claro, entre eso y mi propia inexperiencia, sólo conseguí hacerle daño sin siquiera poder meterle ni un milímetro de mi polla. Incluso luego le entraron ganas de cagar...pero bueno, finalmente rematamos el polvo por la vía tradicional. Me acuerdo de cuando nos despedimos esa vez...le pedí disculpas por haberle hecho daño en nuestro intento de sexo anal. Ella se enrolló mucho y me dijo que no tenía que pedirle disculpas, porque yo era un auténtico caballero con ella.

Esa siempre ha sido mi constante cuando he follado con putas. Son putas, sí, pero también son mujeres con su corazoncito. Siempre las he tratado con consideración, caballerosidad y respeto. Y ellas SIEMPRE lo agradecen. Siempre agradecen un piropo, una palabra amable, cariñosa...al menos a mí siempre me han tratado mejor si yo a ellas las trataba bien. Están lamentablemente acostumbradas a que las traten a patadas, con frialdad o como objetos, y cuando me veían a mí cómo las trataba, se derretían, de verdad. Así que tomadlo como un consejo: si vais de putas, tratadlas bien, de verdad. Sed caballeros con ellas. Lo agradecerán y os lo van a hacer mucho mejor.

Durante el año que estuve yendo a ese prostíbulo, follé con varias chicas. lamentablemente Noelia ya no volvió por allí. Pero con el tiempo el nivel iba decreciendo. Cada vez las chicas eran más feas, y el trato no era tan bueno. una vez me atendió una chica bastante fea, ella decía que era brasileña, pero se veía que era una sudamericana del montón...lo que pasa es que fue la primera puta que me morreó...¡y cómo me morreaba!...además sin pedírselo yo ni nada. Me sorprendió comiéndome los morros así, de repente, sin previo aviso, con una pasión tremenda...a lo mejor yo le gustaba y le salió de dentro...el caso es que así logró ponerme tan cardiaco que el polvo mereció la pena.

Y finalmente, un día que volví a aparecer por allí, directamente nadie me abrió la puerta...desaparecieron, como tantas veces sucede en este negocio...y mi etapa en mi primer prostíbulo terminó con un sabor abridulce.

Pero el balance fue positivo. Aprendí a tratar a una prostituta...aprendí que son chicas normales, con sus problemas, con sus ilusiones...me fogueé sexualmente y empecé a controlar los resortes de la sexualidad femenina.

Continuará...
 
Capítulo III. El prostíbulo de la calle Hermosilla

CAPÍTULO III: Hermosilla

Como ya conté en el último capítulo, la última vez que acudí al prostíbulo de la calle Jorge Juan ni me abrieron la puerta. Se ve que se habían trasladado o disuelto. Mi cabreo fue monumental porque yo necesitaba follar aquélla tarde como fuera. De modo que improvisé: compré un periódico en el quiosco y me senté a ver los anuncios de putas.

Vi un anuncio de un prostíbulo en la Calle Hermosilla, 101 (seguro que más de un forero lo conoce), pedí precios y como se ajustaba más o menos a lo que venía gastando en el otro, pues me fui directamente para allá. Fue la primera vez que pisé aquél piso que se convertiría en mi prostíbulo de cabecera.

Era mucho mejor que el piso de Jorge Juan. Recién reformado, limpito, nuevecito...y con madame. En el otro follabas con la chica que te abría la puerta, fuera quien fuera. Aquí la madame te presentaba a las chicas y tú elegías. Las habitaciones, espaciosas, con camilla para masajes, duchas, hilo musical, televisión con cine porno...el paraíso para un putero ya experimentado como yo.

Y las chicas...uuufffff...acostumbrado al nivel medio tirando a bajo del anterior prostíbulo...aquí el nivel altísimo...españolas y extranjeras a partes iguales, de todas las razas y colores. Aquélla vez escogí a una chica exótica...alta, pelo rubio oscuro...piel color canela claro...resultó que era francesa de la Isla de la Reunión. Como anécdota, antes de que viniera la chica, la madame me dijo que tenía una mancha de nacimiento en uno de los pechos, lo que me advertía por si quería cambiar la chica.

Yo dije que me daba igual, y desde luego , la mancha no impedía apreciar la enorme belleza de la chica.

El servicio era de 45 minutos, con masaje previo y luego polvo. Primero, como siempre fue mi costumbre, desnudé yo a la chica. Poco a poco, sensualmente, besando cada centímetro de su piel que quedaba al descubierto. Con el tiempo descubrí que es una muy buena manera de predisponer a la chica, sobre todo si es joven, pues las putas están acostumbradas a que cada uno se desnude por su lado. Pero yo la desnudaba despacio, con caricias, diciendole lo bonita que era...y claro, cuando empieza el servicio no diré que estén excitadas...pero están ya cachondonas y predispuestas.

Me dio el masaje en la cama (muy relajante...aprovecho para deciros que mis visitas a los prostíbulos solían ser los viernes por la tarde, con todo el cansancio acumulado de una semana de trabajo...así que el masaje me venía muy bien)

Y cuando llegó el momento de follar, yo suelo tomar la iniciativa, y eso hice con esta chica también...ellas a veces se sorprendían de que yo les pidiera que se tumbaran y se dejaran hacer...le besé el cuello y me detuve en comerle las tetas...bajé por el vientre y le abrí las piernas. Por primera vez me atreví a comerle el coño a una chica.

Sé que la mayoría de vosotros considera asqueroso el comerle el coño a una puta. Y vuestras razones son lógicas. Las mías también. La chica estaba extremadamente limpia. (nos dimos una ducha previa al polvo), de modo que empecé a lamerle el coño lentamente, explorando, habituándome al tacto, a la textura...la chica evidentemente no se corrió pero pasó un buen rato, y yo empecé a cogerle el gustillo a esto del cunnilingus.

Luego rematamos el polvo en dos posturas...primero un rato ella sobre mí, y luego en la postura del misionero, donde ya me corrí.

Quedé muy contento con este prostíbulo, y prometí volver.

Y cuando volví...conocí a Rocío. una de las mujeres más maravillosas que he conocido.

Pero eso será materia del Capítulo IV.
 
Capítulo IV: Rocío

CAPITULO IV: ROCIO

No sé si fue la segunda o la tercera vez que fui a la Calle Hermosilla, el caso es que en una de éstas la madame me presenta a las chicas y entonces la elijo a ella. Se llamaba Rocío, 22 añitos, la típica chica andaluza (con su acento y todo)...morenaza, delgadita...tetas firmes y más bien tirando a pequeñas...culo como el pedernal...vamos, un bomboncito.

Follar, follaba muy bien...pero lo que me cautivó de ella fue su simpatía, su desparpajo, lo enrrollada que era...me encapriché de ella y siempre que podía, follaba con ella. Simplemente llamaba por teléfono y pedía que me la reservaran. A veces no era posible, y follaba con otra, pero mientras Rocío estuvo en ese prostíbulo, yo fui cliente fijo, amigo y admirador.

Porque Rocío era de las que te contaba su vida. Después de follar, solíamos hablar. Yo me ponía tierno y la abrazaba cubriéndola de besos. Ella me contaba que daba clases de baile flamenco a niños. Yo flipaba y me daba más morbo. Solía preguntarle por su familia, por sus problemas, cuando los tenía. Naturalmente a la hora del folleteo me deshacía en ternura con ella, en piropos...y ella se ponía más contenta que unas castañuelas...me comparaba con otros clientes, más brutos. Ella era un encanto...si a veces, por problemas personales mios, no estaba muy concentrado y no se me empinaba, ella se preocupaba, preguntaba si era culpa de ella...un amor.

Durante el tiempo que follamos juntos tuvimos una especial relación puta-cliente basada en la ambigüedad. Recuerdo una tarde en la que ella me estaba follando empalada encima mío y moviéndose (es una postura que practicaba mucho con ella). En un momento de pasión, le di un pico en sus labios...ella, no se enfadó, se ve que no le disgustó...me dijo con retintín..."uyyyyy...qué malo eres...me has robado un beso..." (cosa que repetí más de una vez"

Pero lo más desconcertante fue lo que sucedió otra tarde. Como siempre, nuestra sesión fue llena de sensualidad, de cariño...antes de follármela , le pregunté que cuál era su postura favorita. Ella me dijo que la del misionero. Entonces la penetré en esa su postura favorita. En ese momento por el hilo musical empieza a sonar una romántica balada de Chayanne...no sé qué nos pasó pero nuestra follada se tornó algo lento...nos saboreábamos el uno al otro...supongo que nos dejamos llevar por la música porque busqué sus labios deliberadamente y mientras la follaba nos propinamos un morreo con lengua intensísimo. Fue la primera y última vez que nos morreamos. Fue algo muy lindo. Pero lo mejor estaba por llegar...cuando me corrí, y fui a salirme de dentro de ella, ella me retuvo...diciéndome.."no te vayas...quédate dentro de mí"...y así estuvimos, abrazados...que cada quien saque sus conclusiones.

Otro de los motivos por los que Rocío se convirtió en muy especial para mí fue porque ella se convirtió en mi Maestra de Cunnilingus.

Cuando la conocí, le apliqué el mismo tratamiento que a las demás...un cunnilingus antes de follármela. Como todas, ella al principio se resistía...no entendía que un cliente quisiera darle placer A ELLA. Pero ante mi insistencia ella cedía...poco a poco fue explicándome cómo tenía que hacerlo bien (y me decía que en verdad cada vez lo hacía mejor)...hasta que un día ella se corrió en mi lengua...desde entonces SIEMPRE hago que la puta se corra con mi lengua antes de gozar yo. No os podéis imaginar lo que sentí...siempre había tenido la idea de que las putas no gozan con su trabajo, o como mucho fingen un orgasmo...entonces que una puta se corra en tu propia lengua retorciéndose de tal modo que parece necesaria una camisa de fuerza...por eso siempre digo que mi técnica de cunnilingus está sólidamente adquirida: mis maestras fueron putas. con eso os digo todo. Desde entonces NI UNA SÓLA mujer (puta o civil) ha dejado de tener su orgasmo asegurado con mi lengua.

Naturalmente, llegó un momento en que Rocío dejó de trabajar allí. Lo sentí mucho, pero así es la vida y, afortunadamente, en Hermosilla, 101, había muchos bellezones donde elegir...ese será el tema del Capítulo V.
 
Capítulo Inciso: Cómo comerle la rajita a una puta

INCISO: CÓMO COMERLE LA RAJITA A UNA PUTA

Estimado Sagitario:

Me ha parecido buena idea tu petición de capítulo inciso dedicado al difícil y gratificante arte de comer rajitas. Voy aquí a comentar mi técnica aplicada a las putas. Para las civiles, mi técnica varía un poco. Si estáis interesados, también os la comentaré, pero en principio voy a explicaros mi técnica para que una puta se corra a gusto en vuestra lengua.

Lo primero y esencial para que una puta disfrute cuando le comáis el coñito es que esté previamente excitada o, al menos, cachondona. ¿Cómo consigo esto?, como ya os comenté en alguno de mis capítulos anteriores, desnudándola yo mismo. Con sensualidad, besando cada centimetro de piel que va apareciendo, diciéndole cosas bonitas, acariciándola con criterio.

Después, en la cama, tomo yo la iniciativa. La beso el cuello, y le como las tetas con dedicación. Esto es fundamental. Yo solía hacer una prueba cuando follaba con putas. Después de un rato comiéndole las tetas en condiciones, con mis deditos le tentaba la vagina para ver cómo estaba el asunto. Y no fallaba: mojadito mojadito. Ese es el momento de bajarse al coñito.

Como los servicios son con tiempo limitado, la clave es no estar demasiado tiempo comiendoselo, pero intensamente concentrado en los puntos clave. Una breve introducción besando y lamiendo la cara interior de sus muslos. Y luego aplicaba directamente mi lengua en su vulva. Primero, haciendo lametones despaciosos de arriba abajo, recorriendo la rajita por la parte exterior, sin introducir mucho la lengua dentro. Si seguís mis consejos, en ese momento la puta empezará a gemir y a mover sus caderas lentamente buscando el frotamiento con vuestra boca. Si sucede esto, vais bien.

En ese momento (es como una señal), teneis que concentraros en su clítoris. Primero, con suavidad, con la punta de la lengua podeis hacer circulitos en torno a su cabecita. No te cortes: si no asoma mucho, abrele los labios vaginales con dos dedos y aplica tu lengua. Después de los circulitos, lame su tronco y finalmente, con la puntita, empieza a frotar el glande del clitoris con ritmo sostenido. Si la puta te coge de las dos manos y entrelaza sus dedos con los tuyos, entonces la tienes ya en el bote sin posibilidad de escapatoria. Entonces se trata de resistir: lame la punta del clitoris cada vez más rapido, sin desistir del ritmo. Aunque te empiece a doler la mandíbula, tú no pares. O si paras, que sea un descanso muy breve. Si la puta empieza a retorcerse de placer, sujetala bien de sus manos (si te ha cogido de las manos) o por las caderas, tu lengua BAJO NINGÚN CONCEPTO debe separarse de su clítoris.

Si continuáis con esta técnica, en pocos minutos ella explotará en un orgasmo intenso. ¿que cómo sé que no finge?...muy sencillo...en el 95% de los casos, ella mientras se corre apartará tu cabeza de un manotazo, no dejará que te acerques a su clítoris porque en ese momento es hipersensible y es molesto cualquier contacto.

Ya me contaréis qué tal os va.
 
He leido la aportación de "calosgouzy" y me ha parecido excelente.
El sexo, o la pura genitalidad, por mucho que queramos no se puede separar de la afectividad ( entendida como una necesidad de sentirse apreciado, valorado, querido..). Es cierto que hay distintas intensidades de interacción afectiva, no es lo mismo la relación con la familia, con los amigos, con la novia, con los compañeros de trabajo; pero incluso en el trabajo sino nos sentimos suficientemente apreciados por el jefe la situación se convierte en un puto infierno.
Creo que esto tambien sucede en el caso de copular con una meretiz; si tu la tratas como una mujer, ella te devolverá el trato, si la tratas como un perro te morderá.
Yo he ido mucho de putas, y me gusta bastante mojar el churro, y en mi experiencia creo que he ido constatando esto que digo. Me ha pasado de todo, pero en general si las tratas educadamente se relajan y te tratan mucho mejor (follan más, se les van las prisas, te besan mejor, te la chupan con pasión, etc.)
Recuerdo algunos polvos memorables y otros que han sido una verdadera frustración. A mi me gustan mucho más las españolas que las extranjeras, aunque tengo en la memoria una brasileña y una polaca que follaban como diosas(otro día os contaré estas aventuras).
Lo que sí os quería contar es el polvo memorable que me eché a una catalana de primera categoria.
Estamos hablando de los años en que todavía las pesetas eran pesetas.
Yo, imagino que como otros muchos, lo primero que leo del periódico son los clasificados (eso sí en un lugar discreto y sin hacerlo descaradamente), hacia días que se anunciaba un pisito con chicas españolas, al final me decidí a llamar y me presente en el para probar.
Me recibio una chica bastante guapa, morena, delgada que hacia las veces de la Madame: me contó que no eran profesionales y que el sistema era llamar a la chica que estaba trabajando en su trabajo normal y se acercaría al piso; yo no tenía prisa y espere un rato, llegó de la calle una chica muy simpática que decía que se había escapado un momento del trabajo, follamos lo mas bien. Como me gustó el sistema y me puso bastante caliente empecé a frecuentar ese piso, siempre chicas españolas de muy buen rollo e implicadas.
El último día, estaba como había pasado otras veces, la madame sola; pero esta vez sucedio algo inesperado para mi, me habló de las chicas que podían venir y al final me dijo que ella también estaba disponible. La verdad, yo ya la había echado el ojo, pero no me había atrevido a preguntarla, así que le dije que encantado follaría con ella.
Soy bastante sibarita y me gustan los servicios tranquilos y cómodos, otras veces había estado con las chicas en un Yacuzi, sin embargo esta vez me cojió desprevenido y no llevaba dinero suficiente ( creo que el servicio con yacusi era del orden de 20.000 una horita larga) Ella me preguntó el servicio que quería, por supuesto sabía que las otras veces había soltado la panoja, así que le dije que aquella tarde solo llevaba 17.000 y me dijo que aceptaba.
Estabamos solos en el piso, lo que me puso más cachondo, me hizo esperar 5 minutejos y apareció con una bata blanca que inmediatamente se abrió delante mio.
Madre mia, vestida parecía largiducha y flaca, pero desnuda estaba buenísima; entre las piernas tenia un felpudo moreno intenso pero arreglado y lucia dos tetas naturales bien terciadas. Lo primero que hizo fue acercarse y besarme en la boca con pasión, llevando la mano hacia la rajita comprové que estaba mojada.
Mientras se llenaba el agua del yacuzi empezó el primer asalto. Casi sin darme cuenta estaba dentro de ella, sin goma ni nada. La pedí que aflojara la marcha por que yo estaba muy caliente y podría irme en cualquier momento, me hizo algo que me volvió loco (era la primera vez que me lo hacían), estando yo echado boca arriba se metió en la rajita solamente el glande de mi polla y empezo a hacer circulos con las caderas. Acabamos este primer polvo dentro del agua, yo me corrí dentro de ella y me pidió que no la sacara porque quería correrse ella también.(yo creo que se corrió).
Después un momento de relax y pasamos de nuevo a la cama (el servicio era de una hora larga ) allí tuvimos un segundo polvo también memorable, y como dice Sabina "juegos, risas, escesos, como pueden caber tantos besos en una canción..."
Al final todavía nos quedamos charlando un rato desnudos sobre la cama, por eso sé que es catalana, casada, 28 años en aquel tiempo...; tenía la impresión de haberme follado a un ligue de discoteca.
Pero al día siguiente comprendí, o más bien imaginé el misterio de aquel polvo fantático.
El anuncio en el periódico desaperació y no volvió a publicarse más, en los días sucesivos llamé insistentemente al teléfono que yo conocía y nadie contestó, incluso me acerqué hasta el piso pero ya nunca nadie contestó.
Yo creo que había sido su último día y ella quiso echarme un polvo a mi....
 
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