Hoy, especialmente inspirado, quisiera alzar muchas voces de una misma garganta.
Quisiera alzar un grito lleno de odio contra todos los aprovechados y aprovechadas que hay en esta tierra. Contra todos los amagos de persona que uno ha de encontrarse día a día. Contra todos los que le echan cara a la vida y dejan que sean otros los que hagan el trabajo sucio. Contra todos lo especuladores (en todos los ámbitos de la vida) y contra los mentirosos y especuladores. Quisiera destronar a los cuentistas y holgazanes con un clamor de ira, y al mismo tiempo notar que esa ira va despertando tal tempestad que puede congelarles las entrañas.
Quisiera alzar una alabanza llena de admiración hacia tantos heroes anónimos que no pueblan las portadas de los periódicos y no salen en ninguna cadena de televisión. Gente con trabajos grises, rutinas grises, recuerdos añorados, con la constancia de que nunca más podrán volver a ser jóvenes. Sobre todo porque algún día yo dejaré de serlo y quizás me sienta como ellos. Porque admiro a tanta gente corriente, de la cual se piensa que no hay nada que admirar. Pero sobre todo admiro a la gente realmente honrada, porque para mi es un acto de heroismo ser honesto en un mundo que es como un juego en el que todos hacen trampas.
Quisiera susurrar un poco de nostálgia. A tanta gente que un día hizo mi vida especial y que por circunstancias no se encuentran entre las personas que la hacen especial hoy día. Porque fueron importantes y nunca olvidaré que estuvieron ahí. Para ellos siempre todo cuanto escribo, camuflado en cada linea y a la vez a la vista de los ojos adecuados.
Quisiera soltar una gracia de discordia. Discordia por todas las cosas de esta sociedad en las que no estoy de acuerdo y que a la vez me producen sorna. Discordia porque no sé nada de caminos marcados o de senderos de ovejas. Si, por un motivo o por otro nunca me he mostrado demasiado propenso a hacer lo que se considera normal. Bendita diferencia.
Y por último quisiera decirle con voz clara y a la cara a todo el mundo lo que se merece, tanto alabanzas como broncas. Hundir a los miserables y alzar a los que han sabido resistirles. Y todo con una única voz, para finalmene mirarme a mi mismo en el espejo y decirme tanto lo bueno como lo malo.
Pero aún estamos de mañana de Lunes, y mejor será callarse :pla
Quisiera alzar un grito lleno de odio contra todos los aprovechados y aprovechadas que hay en esta tierra. Contra todos los amagos de persona que uno ha de encontrarse día a día. Contra todos los que le echan cara a la vida y dejan que sean otros los que hagan el trabajo sucio. Contra todos lo especuladores (en todos los ámbitos de la vida) y contra los mentirosos y especuladores. Quisiera destronar a los cuentistas y holgazanes con un clamor de ira, y al mismo tiempo notar que esa ira va despertando tal tempestad que puede congelarles las entrañas.
Quisiera alzar una alabanza llena de admiración hacia tantos heroes anónimos que no pueblan las portadas de los periódicos y no salen en ninguna cadena de televisión. Gente con trabajos grises, rutinas grises, recuerdos añorados, con la constancia de que nunca más podrán volver a ser jóvenes. Sobre todo porque algún día yo dejaré de serlo y quizás me sienta como ellos. Porque admiro a tanta gente corriente, de la cual se piensa que no hay nada que admirar. Pero sobre todo admiro a la gente realmente honrada, porque para mi es un acto de heroismo ser honesto en un mundo que es como un juego en el que todos hacen trampas.
Quisiera susurrar un poco de nostálgia. A tanta gente que un día hizo mi vida especial y que por circunstancias no se encuentran entre las personas que la hacen especial hoy día. Porque fueron importantes y nunca olvidaré que estuvieron ahí. Para ellos siempre todo cuanto escribo, camuflado en cada linea y a la vez a la vista de los ojos adecuados.
Quisiera soltar una gracia de discordia. Discordia por todas las cosas de esta sociedad en las que no estoy de acuerdo y que a la vez me producen sorna. Discordia porque no sé nada de caminos marcados o de senderos de ovejas. Si, por un motivo o por otro nunca me he mostrado demasiado propenso a hacer lo que se considera normal. Bendita diferencia.
Y por último quisiera decirle con voz clara y a la cara a todo el mundo lo que se merece, tanto alabanzas como broncas. Hundir a los miserables y alzar a los que han sabido resistirles. Y todo con una única voz, para finalmene mirarme a mi mismo en el espejo y decirme tanto lo bueno como lo malo.
Pero aún estamos de mañana de Lunes, y mejor será callarse :pla