Según la mitología griega Lycaon, Rey de Arcadia fue condenado por Zeus a vivir como un lobo. Este es el origen de la palabra “licántropo” y de la multitud de leyendas variadas sobre la maldición del hombre lobo. Todas las leyendas presentan diversas características y diferencias en cada parte del mundo(sobre todo Europa) donde existen tales mitos y múltiples variaciones sobre el origen de la maldición: la mordedura de un hombre lobo, el beber agua recogida en la huella de un lobo, hechizos gitanos, etc.
Entre los siglos XVI y XVII estas leyendas y supersticiones tuvieron su máximo apogeo en Europa, donde enfermos mentales que sufrían el mal de la licantropía protagonizaron muchísimos asesinatos y desapariciones. Casos muy célebres en esa época de asesinos que devoraban a sus víctimas y confesaban tener el poder de convertirse en lobos cuando había luna llena.
En el cine el hombre lobo aparece por primera vez en The wolf-man (1924) con John Gilbert en el papel principal, aunque la primera película importante sobre el licántropo es El lobo humano (1935) de Stuart Walker.
Y poco después aparecería el hombre lobo más famoso de la historia del cine, Lon Chaney jr. en El hombre lobo (1941) de George Waggner película realizada en pleno apogeo de las películas de terror de la Universal. Tras ésta Lon Chaney jr. encarnó al licántropo en Frankenstein y el hombre lobo (1943) de Roy William Neil, La zíngara y los monstruos (1944) y Abbot y Costello contra los fantasmas (1945).
Menciono aquí también como curiosidad Yo fui un hombre lobo adolescente (1957) interpretada por Michael Landon y dirigida por Gene Fowler jr.
Como no, la siguiente parada en películas del hombre lobo pasa por la Hammer Films, con La maldición del hombre lobo (1961) de Terence Fisher, una de las mejores aproximaciones al personaje que se hayan hecho protagonizada por Oliver Reed.
En 1975 Peter Cushing protagoniza La leyenda del hombre lobo de Freddie Francis.
La revitalización del hombre lobo, sin embargo, no vino de la Hammer en esta ocasión, sino de nuestro país. Durante la década de los 70 Paul Naschy, nombre artístico de Jacinto Molina fue el máximo responsable de esta revitalización con su personaje Waldemar Daninsky, comenzando con La marca del hombre lobo (1968) de Enrique Eguiluz y a la que seguirían Las noches del hombre lobo (1968) de René Govar, Los monstruos del terror (1969) de Tulio Domichelli, La furia del hombre lobo (1970) de J.M. Zabalza, La noche de Walpurgis (1970) y Dr. Jeckyll y el hombre lobo (1971) ambas de Leon Klimovsky, El retorno de Walpurgis (1973) de Carlos Aured y La maldición de la bestia (1975) de Miguel Iglesias.
A finales de los 70 Naschy funda la compañía Dálmata Films y dirige y protagoniza El retorno del hombre lobo (1980), La bestia y la espada mágica (1983) y El aullido del diablo (1987).
En el 82 también protagoniza en clave de humor Buenas noches, señor monstruo de Antonio Mercero.
En España Pedro Olea también se acercaría al hombre lobo pero desde la perspectiva de un suceso real en El bosque del lobo (1971) interpretada por José Luis López Vázquez.
Mientras tanto en los EE.UU. en 1981 se produjo un hecho curioso: dos directores, John Landis y Joe Dante iban a dirigir sendas películas que le darían un aire nuevo a los films de los hombres lobos. El primero con Un hombre lobo americano en Londres, con unos espectaculares efectos especiales, y el segundo con Aullidos, una película también de magníficos fx y que alcanzaría tanto éxito que tendría las siguientes secuelas: Aullidos II: Stirba, la mujer lobo (1985), Aullidos III: Los marsupiales (1987), Aullidos IV (1988), Aullidos V: El regreso (1989) y Aullidos VI (1991), todas ellas muy inferiores al film original.
Siguiendo con las posibilidades que daban los efectos especiales y el avance de la tecnología, el irlandés Neil Jordan dirigió en 1984 En compañía de lobos, una de las mejores películas que existen sobre el mito del hombre lobo enraizada con la tradición de los cuentos infantiles.
En 1985 Daniel Attias adaptaría una novela de Stephen King en Miedo azul por un lado, y por otro nos llegaría una parodia interpretada por Michael J.Fox, Teen Wolf: De pelo en pecho de Rod Daniel, que incluso gozaría de una secuela. Al igual que ocurrió con las películas de vampiros, los 80 fueron importantes para las películas serias sobre el tema pero también para las parodias más o menos afortunadas. A Teen Wolf hay que sumarle Una pandilla alucinante (1987) de Fred Dekker y Mi madre es una mujer lobo (1989) de Michael Fisher, entre otras.
De los 90 lo más reseñable es Wolf (1994) de Mike Nichols con Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer, y Paul Naschy retomando a su personaje preferido en Licántropo: El asesino de la luna llena (1996) de F.R. Gordillo y Un hombre lobo americano en parís (1997) de Anthony Waller, secuela de la película de Landis.
En la década actual la cosa parece que interesa porque se han realizado con mayor o menor relación con los licántropos y entre otras: Ginger Snaps (2000) de John Fawcett, El pacto de los lobos (2001) de Christophe Gans, Dog Soldiers (2002) de Neil Marshall, Underworld (2003) de Len Wiseman, Van Helsing (2004) de Stephen Sommers y la española Romasanta (2004) de Paco Plaza basándose en los mismos hechos que inspiraron el film de Olea del 71.
cutipaste