linfocito_A
Forero del todo a cien
- Registro
- 1 Sep 2004
- Mensajes
- 235
- Reacciones
- 0
Me levanté temprano. Me rasqué con fruicción los huevos y pensé que ya iba siendo de pasar la gillete por el vello, para desgracia de centollos y champiñones mutantes. Fui al baño y empecé a mear, tenía la vejiga a reventar y el líquido amarillento salió con tal ímpetu que escribí mi nombre en la tapa del WC y en buena parte de la pared de azulejos con margaritas.
Terminé y me giré, enfrentando mi imagen apocalíptica a un espejo lleno de chorretes y lefa reseca. En mis sienes, venas como la manguera de un bombero palpitaban al compás de mi pulso: me puse berraco y no fui capaz de evitar una erección.
Mi compañero púlpura latía aún con más ahínco que las venas de mis sienes. Ante el temor de que aquello no diese más de sí y acabase reventando, comencé a frotar mi bate con las palmas de las manos lubricadas por un lapo de color verdoso que haría las delicias de Nick Nolte.
Y entonces ocurrió, me excedí empujando hacia abajo mi miembro tanto, que conseguí rozar con la punta del glande mi, hasta el momento, desflorado ojal. Y sentí placer...
Entonces fué cuando me dí cuenta de que me gustaba tener mi polla en mi culo, mi mente se abrió y vi claro desde el principio que mi sino estaba en disfrutar por la retraguardia, barrenar el bujero del amor con mi nardo hirviente, traspasar el prieto esfínter en busca del húmedo, blandito y acogedor recto.
Y así lo hice, amigos. Me penetré profundamente hasta que mi lefa se mezcló con los callos de anoche.
Deberíais probarlo, chicos, tal vez vosotros, en lo más profundo de vuestros lamentables seres, también seáis gays.
Terminé y me giré, enfrentando mi imagen apocalíptica a un espejo lleno de chorretes y lefa reseca. En mis sienes, venas como la manguera de un bombero palpitaban al compás de mi pulso: me puse berraco y no fui capaz de evitar una erección.
Mi compañero púlpura latía aún con más ahínco que las venas de mis sienes. Ante el temor de que aquello no diese más de sí y acabase reventando, comencé a frotar mi bate con las palmas de las manos lubricadas por un lapo de color verdoso que haría las delicias de Nick Nolte.
Y entonces ocurrió, me excedí empujando hacia abajo mi miembro tanto, que conseguí rozar con la punta del glande mi, hasta el momento, desflorado ojal. Y sentí placer...
Entonces fué cuando me dí cuenta de que me gustaba tener mi polla en mi culo, mi mente se abrió y vi claro desde el principio que mi sino estaba en disfrutar por la retraguardia, barrenar el bujero del amor con mi nardo hirviente, traspasar el prieto esfínter en busca del húmedo, blandito y acogedor recto.
Y así lo hice, amigos. Me penetré profundamente hasta que mi lefa se mezcló con los callos de anoche.
Deberíais probarlo, chicos, tal vez vosotros, en lo más profundo de vuestros lamentables seres, también seáis gays.
Freak
Veterano
Novato de mierda
Asiduo