Asta
Freak
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Joder, que mal rollo...que mal rollooooo.
A ver, por dónde empiezo...
Bueno, pues para comenzar, que soy una gilipollas, que merezco la reprobación de la raza humana y que me siento fatal.
En mi curro (dos mesas más al lado de la mia para ser más exáctos) trabaja desde hace mil años un "a modo" de individuo rarísimo, que realmente no sabe hacer la "o" con un canuto y que se quedó calvo totalmente por un ataque de nervios que, progresivamente, le fué despejando todo el cartón e incluso el pelo de las cejas.
Este ser, al que llamaré Teodoro, es un auténtico paranoico. Tiene en la mesa, milimetricamente colocados (no es exageración: tiene marcado con puntitos a lápiz las zonas en la que debe ir hasta un humilde clip) todos los utensilios. Una vez, Teodoro se enfadó con la secretaria (hasta lloró a gritos) porque ésta utilizó su teléfono y no lo dejó en el orden oblicuo que tiene designado para el cacharro en cuestión. Estamos de acuerdo en que cada mesa de trabajo es el micromundo privado del usuario, pero tendríais que haberle visto, colorado como un energúmeno y escupiendo de rabia.
Teodoro está diagnosticado de "mania persecutoria", todos intentamos ser cuidadosos con él, pero es demasiado gilipollas. Parece que se hace el loco, de verdad. Va por el pasillo y si alguien, por prisas, pasa a su lado sin saludarle, se marcha de la oficina llorando "porque se me ignora".
Teodoro también se vá de la oficina si hablamos de cerderías, cosa muy habitual todo sea dicho de paso, porque "me ofenden ese tipo de historias". Se vá tantas veces por cualquier cosa que ya tiene una farola torcida de apoyarse en ella. Le vemos desde la ventana y no entendemos como el jefe mantiene a un ser tan inútil. A veces pensamos que tiene un morro que se lo pisa, pero es que es esa farola, llora y patea el suelo.
Teodoro llega tarde todos los santos dias, no saluda, se va antes que nadie y acusa falazmente a los demás compañeros si el de personal le echa bronca -"es que nadie llega a su hora"...
Todoro no te mira nunca a los ojos, nunca te rie un chiste y da mucho asco si te lo imaginas con un calzoncillo trasparente y botas chirucas. La verdad es que Teodoro es odioso, pero intentamos no aumentarle su patología psiquiátrica.
Ayer Teodoro fue ingresado en un hospital. Por mi culpa.
Harta de que todos estemos pringando los viernes por la tarde por algo que no viene al caso, menos él....ayer por la mañana (suelo llegar la primera al curro) le desordené varios milímetros los utensilios de la mesa y le puse en la silla un vaso de plástico. Fue una idiotez pueril, pero no pude evitarlo.
Preso de rabia, cuando Teodoro llegó y vio "el desorden" empezó a cagarse en todo lo que se menea y salió escopetado...pero no le vimos salir a la calle.
A las dos horas, el portero llega corriendo y nos dice que oye gemidos y lamentos suaves en uno de los wáteres del aseo de caballeros.
Teodoro se intentó suicidar tirándose al suelo desde la taza del wáter. Se tiró varias veces hasta que se rompió un tobillo. Decía que quería acabar con todo, pero que no tenía cuerda para ahorcarse y pretendía partirse la crisma a base de saltos.
Me siento fatal....
A ver, por dónde empiezo...
Bueno, pues para comenzar, que soy una gilipollas, que merezco la reprobación de la raza humana y que me siento fatal.
En mi curro (dos mesas más al lado de la mia para ser más exáctos) trabaja desde hace mil años un "a modo" de individuo rarísimo, que realmente no sabe hacer la "o" con un canuto y que se quedó calvo totalmente por un ataque de nervios que, progresivamente, le fué despejando todo el cartón e incluso el pelo de las cejas.
Este ser, al que llamaré Teodoro, es un auténtico paranoico. Tiene en la mesa, milimetricamente colocados (no es exageración: tiene marcado con puntitos a lápiz las zonas en la que debe ir hasta un humilde clip) todos los utensilios. Una vez, Teodoro se enfadó con la secretaria (hasta lloró a gritos) porque ésta utilizó su teléfono y no lo dejó en el orden oblicuo que tiene designado para el cacharro en cuestión. Estamos de acuerdo en que cada mesa de trabajo es el micromundo privado del usuario, pero tendríais que haberle visto, colorado como un energúmeno y escupiendo de rabia.
Teodoro está diagnosticado de "mania persecutoria", todos intentamos ser cuidadosos con él, pero es demasiado gilipollas. Parece que se hace el loco, de verdad. Va por el pasillo y si alguien, por prisas, pasa a su lado sin saludarle, se marcha de la oficina llorando "porque se me ignora".
Teodoro también se vá de la oficina si hablamos de cerderías, cosa muy habitual todo sea dicho de paso, porque "me ofenden ese tipo de historias". Se vá tantas veces por cualquier cosa que ya tiene una farola torcida de apoyarse en ella. Le vemos desde la ventana y no entendemos como el jefe mantiene a un ser tan inútil. A veces pensamos que tiene un morro que se lo pisa, pero es que es esa farola, llora y patea el suelo.
Teodoro llega tarde todos los santos dias, no saluda, se va antes que nadie y acusa falazmente a los demás compañeros si el de personal le echa bronca -"es que nadie llega a su hora"...
Todoro no te mira nunca a los ojos, nunca te rie un chiste y da mucho asco si te lo imaginas con un calzoncillo trasparente y botas chirucas. La verdad es que Teodoro es odioso, pero intentamos no aumentarle su patología psiquiátrica.
Ayer Teodoro fue ingresado en un hospital. Por mi culpa.
Harta de que todos estemos pringando los viernes por la tarde por algo que no viene al caso, menos él....ayer por la mañana (suelo llegar la primera al curro) le desordené varios milímetros los utensilios de la mesa y le puse en la silla un vaso de plástico. Fue una idiotez pueril, pero no pude evitarlo.
Preso de rabia, cuando Teodoro llegó y vio "el desorden" empezó a cagarse en todo lo que se menea y salió escopetado...pero no le vimos salir a la calle.
A las dos horas, el portero llega corriendo y nos dice que oye gemidos y lamentos suaves en uno de los wáteres del aseo de caballeros.
Teodoro se intentó suicidar tirándose al suelo desde la taza del wáter. Se tiró varias veces hasta que se rompió un tobillo. Decía que quería acabar con todo, pero que no tenía cuerda para ahorcarse y pretendía partirse la crisma a base de saltos.
Me siento fatal....