b. gillespie
Asiduo
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Siempre me ha resultado, cuanto menos, curiosa la relación entre creatividad y locura, como ésta se da en el jazz. Muchos son los genios del jazz que en algún momento de su vida tuvieron que pasar una temporada encerrados en un psiquiátrico, el cornetista Bolden, Mingus, Young, Charlie Parker, Thelonius, etc.
Uno de los sin duda más importantes, prolíficos y geniales compositores de jazz, Thelonius Monk era conocido por su tendencia natural al aislamiento, tanto así, que raro era ver al genio entablar conversación alguna. De hecho se dedicaba a más que hablar, a elaborar sentencias cortas y lapidarias, algunas de éstas son: "Pierdo muchas de las cosas que se escriben sobre mí. No leo los periódicos ni las revistas. Por supuesto que me interesa lo que ocurre en música, pero no lo que se escribe sobre música". Sobre el racismo decía: "No se prácticamente nada de eso. No me interesan los musulmanes". Este tipo de comentarios le hicieron merecedor del sobrenombre de "Mad Monk": el loco Monk. Era Monk una de esas personas introvertidas, de las que no reaccionan en el momento ante algo que le pudiera hacer. Al final todo esto se iba acumulando hasta entrar en hondos pozos depresivos de los no había cómo sacarlo. Este genio dejó la música de repente sumiéndose en el autismo hasta el final de sus días.
El cine le ha dedicado al jazz algunas obras maestras importantes como “Thelonious Monk: Straight no chaser”, el cual recoge material en vivo del Monk, así como entrevistas de aquellos que lo conocieron. Otra obra a tener en cuenta fue “Bird”, largometraje que muestra la breve y trágica vida de Charlie Parker, su ascenso y posterior caída debido a una vida llena de excesos en el alcohol, el sexo y las drogas.
“Sentimos el vacío de Thelonious apartado del borde del piano, el interminable diástole de un solo inmenso corazón donde laten todas nuestras sangres, y del piano, el oso se balancea amablemente y regresa nube a nube hacia el teclado, lo mira como por primera vez, pasea por el aire los dedos indecisos, los deja caer y estamos salvados, hay Thelonious capitán, hay rumbo por un rato”
Julio Cortazar, La vuelta al día en ochenta mundos
Hay locuras que merecen la pena.
Uno de los sin duda más importantes, prolíficos y geniales compositores de jazz, Thelonius Monk era conocido por su tendencia natural al aislamiento, tanto así, que raro era ver al genio entablar conversación alguna. De hecho se dedicaba a más que hablar, a elaborar sentencias cortas y lapidarias, algunas de éstas son: "Pierdo muchas de las cosas que se escriben sobre mí. No leo los periódicos ni las revistas. Por supuesto que me interesa lo que ocurre en música, pero no lo que se escribe sobre música". Sobre el racismo decía: "No se prácticamente nada de eso. No me interesan los musulmanes". Este tipo de comentarios le hicieron merecedor del sobrenombre de "Mad Monk": el loco Monk. Era Monk una de esas personas introvertidas, de las que no reaccionan en el momento ante algo que le pudiera hacer. Al final todo esto se iba acumulando hasta entrar en hondos pozos depresivos de los no había cómo sacarlo. Este genio dejó la música de repente sumiéndose en el autismo hasta el final de sus días.
El cine le ha dedicado al jazz algunas obras maestras importantes como “Thelonious Monk: Straight no chaser”, el cual recoge material en vivo del Monk, así como entrevistas de aquellos que lo conocieron. Otra obra a tener en cuenta fue “Bird”, largometraje que muestra la breve y trágica vida de Charlie Parker, su ascenso y posterior caída debido a una vida llena de excesos en el alcohol, el sexo y las drogas.
“Sentimos el vacío de Thelonious apartado del borde del piano, el interminable diástole de un solo inmenso corazón donde laten todas nuestras sangres, y del piano, el oso se balancea amablemente y regresa nube a nube hacia el teclado, lo mira como por primera vez, pasea por el aire los dedos indecisos, los deja caer y estamos salvados, hay Thelonious capitán, hay rumbo por un rato”
Julio Cortazar, La vuelta al día en ochenta mundos
Hay locuras que merecen la pena.