Aconseguí asisistir el domingo pasado al encuentro de fútbol entre l'Atlético de Madrid i el Barça. Desde el fondo sur del estadio colchonero, se repitieron todo tipo de insultos contra el Barça, Catalunya, etc... de forma repetida.
Bien, hasta aquí nada nada extranyo, nada que no suceda en otros campos de la geografia espanyola.
Pero hubo un momento especial. Durante la primera parte, al fondo sur empezó una cancioncilla que en pocos segundos retronaba y era coreada unanimemente por todo el estadio que decia literalmente: "Laporta cabrón, España es tu nación!". Repito, que fue coreada de forma generalitada y con un nivel decibélico bastante espectacular.
Lo que me impresionó fue la enorme carrega de complejos que llevaban esas palabras. Complejos de querer obligar a una persona a ser de una patria que no es y de la cual no quiere ser. Quizás ésto último es lo que nos cabrea más.
Hombre, yo diría a los espanyoles que no es saludable enojarse con alguien que no tiene ganas alguna de ser uno de los suyos. Más bien al contrario, recomendaria un poco de refelexión sobre porque muchos catalanes no somos ni, por nada del mundo, queremos ser espanyoles.
Ah, por cierto, presidente Laporta, me pensaba que ya le admiraba demasiado.
Pues no, teniendo consciencia de los sentimientos que provoca usted en muchos espanyoles, sepa usted que mi admiración y estimación ahora es superlativa.
Bien, hasta aquí nada nada extranyo, nada que no suceda en otros campos de la geografia espanyola.
Pero hubo un momento especial. Durante la primera parte, al fondo sur empezó una cancioncilla que en pocos segundos retronaba y era coreada unanimemente por todo el estadio que decia literalmente: "Laporta cabrón, España es tu nación!". Repito, que fue coreada de forma generalitada y con un nivel decibélico bastante espectacular.
Lo que me impresionó fue la enorme carrega de complejos que llevaban esas palabras. Complejos de querer obligar a una persona a ser de una patria que no es y de la cual no quiere ser. Quizás ésto último es lo que nos cabrea más.
Hombre, yo diría a los espanyoles que no es saludable enojarse con alguien que no tiene ganas alguna de ser uno de los suyos. Más bien al contrario, recomendaria un poco de refelexión sobre porque muchos catalanes no somos ni, por nada del mundo, queremos ser espanyoles.
Ah, por cierto, presidente Laporta, me pensaba que ya le admiraba demasiado.
Pues no, teniendo consciencia de los sentimientos que provoca usted en muchos espanyoles, sepa usted que mi admiración y estimación ahora es superlativa.
