cuellopavo
Frikazo
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La galantería, es decir, el trato obsequioso y cortés para con las damas, se ha utilizado siempre con una duplicidad de intenciones diametralmente opuestas. Por una parte el hombre galante puede ser un malintencionado que utiliza la galantería como estrategia para atraer a la pieza erótica, y que hace por tanto de la mujer una víctima, que aunque experimente ciertas gratificaciones en el momento de la efusión galante, deja en ella siempre una sensación de abuso. Pero por otra puede tratarse tan sólo de un hombre cortesano, atento, movido por el afán de halagar u homenajear a la mujer, a la que de esta manera idealiza.
En los años 70 hubo unas reacciones muy violentas contra la galantería por parte de las feministas. El afán de igualdad entre los sexos las condujo a abjurar de unos códigos masculinos de conducta que presentaban a la mujer como algo más frágil, inferior. Además se trataba de erradicar cualquier comportamiento hipócrita en las relaciones entre los sexos, en aras de establecer una mayor franqueza. Se estableció la idea de que la Verdad es necesaria en las relaciones entre los individuos y los sexos, sin darnos a lo mejor cuenta de la dificultad que entraña la verdad en las relaciones humanas, ni de la insociabilidad a la que nos expone. Cuando en una pareja las cosas se trivializan y se acaba lanzando "las verdades" a la cara del otro, todo puede acabar en una carnicería, salvo entre gentes extremadamente civilizadas capaces de asumirlas.
Julia Kristeva considera que "existe cierto espacio de juego, de falsedad, de regalo, de buenos modales, de palabras amables en las que primero no creemos pero que, al repetirse, muestran de repente al otro bajo su verdadero aspecto... Dicho de otra manera, si empiezo por ser amable y galante de manera festiva, puedo dejarme atrapar por el juego y transformar esa actitud aparentemente falsa de forma que constituya una auténtica respuesta al otro. Puede haber un encadenamiento y se puede llegar a un respeto mutuo".
Kristeva piensa que estamos en una sociedad donde la galantería no tiene visos de retornar. Se trata de una sociedad "neutra, zafia, en la que cada cual se encierra dentro de sí mismo" Sin embargo considera que el miedo a la galantería también puede estar retrocediendo "y que si alguien me hiciera un homenaje, aun siendo falso, no me produciría ninguna vejación. Creo que las reacciones de las feministas provenían de una noción de sí mismas extremadamente devaluada, a partir de la cual sentían como un insulto el juego galante. Si por el contrario una mujer se siente los suficientemente segura de sí misma, dueña de sí y convencida del minipoder que posee dentro de su propio campo, puede prestarse al juego e incluso responder". "No se trata necesariamente de volver a los juegos -no desagradables, por lo demás- de dejarse acercar la silla o traer el abrigo, sino de encontrar otras formas de atención".
Aquí, tal y como hacía Bergson al hablar de la cortesía, habría que distinguir entre una galantería de las maneras, otra del espíritu, y una tercera del corazón.
Veo al nuevo Quijote cabalgar por los páramos desolados de la España zafia arremetiendo otra vez contra los nuevos molinos que levanta día a día la ola de vulgaridad que nos asola...
bah, es que hacía mucho que no posteaba un hilo
En los años 70 hubo unas reacciones muy violentas contra la galantería por parte de las feministas. El afán de igualdad entre los sexos las condujo a abjurar de unos códigos masculinos de conducta que presentaban a la mujer como algo más frágil, inferior. Además se trataba de erradicar cualquier comportamiento hipócrita en las relaciones entre los sexos, en aras de establecer una mayor franqueza. Se estableció la idea de que la Verdad es necesaria en las relaciones entre los individuos y los sexos, sin darnos a lo mejor cuenta de la dificultad que entraña la verdad en las relaciones humanas, ni de la insociabilidad a la que nos expone. Cuando en una pareja las cosas se trivializan y se acaba lanzando "las verdades" a la cara del otro, todo puede acabar en una carnicería, salvo entre gentes extremadamente civilizadas capaces de asumirlas.
Julia Kristeva considera que "existe cierto espacio de juego, de falsedad, de regalo, de buenos modales, de palabras amables en las que primero no creemos pero que, al repetirse, muestran de repente al otro bajo su verdadero aspecto... Dicho de otra manera, si empiezo por ser amable y galante de manera festiva, puedo dejarme atrapar por el juego y transformar esa actitud aparentemente falsa de forma que constituya una auténtica respuesta al otro. Puede haber un encadenamiento y se puede llegar a un respeto mutuo".
Kristeva piensa que estamos en una sociedad donde la galantería no tiene visos de retornar. Se trata de una sociedad "neutra, zafia, en la que cada cual se encierra dentro de sí mismo" Sin embargo considera que el miedo a la galantería también puede estar retrocediendo "y que si alguien me hiciera un homenaje, aun siendo falso, no me produciría ninguna vejación. Creo que las reacciones de las feministas provenían de una noción de sí mismas extremadamente devaluada, a partir de la cual sentían como un insulto el juego galante. Si por el contrario una mujer se siente los suficientemente segura de sí misma, dueña de sí y convencida del minipoder que posee dentro de su propio campo, puede prestarse al juego e incluso responder". "No se trata necesariamente de volver a los juegos -no desagradables, por lo demás- de dejarse acercar la silla o traer el abrigo, sino de encontrar otras formas de atención".
Aquí, tal y como hacía Bergson al hablar de la cortesía, habría que distinguir entre una galantería de las maneras, otra del espíritu, y una tercera del corazón.
Veo al nuevo Quijote cabalgar por los páramos desolados de la España zafia arremetiendo otra vez contra los nuevos molinos que levanta día a día la ola de vulgaridad que nos asola...
bah, es que hacía mucho que no posteaba un hilo