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misfosforos
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La tipología del fracaso
Sobre mi mesa, unos cuantos folios apilados que rezan: "Tipología de las lenguas."
Realmente es un tema fascinante, y me interesaría por él si justamente ahora mi mente estuviera por la labor.
En lugar de ello comienzo a cavilar una cuestión de distinta índole inspirada en la anterior y sin absolutamente ningún punto en común: La tipología del fracaso.
Es posible fracasar en cualquier campo, ámbito, oficio e indudablemente representará un escollo insalvable en la consecución de nuestras expectativas. Por normal general, desde el punto que alguien se toma las molestias de intentar algo es por el interés interés que en mayor o menor medida manifiesta hacia algo.
No me malinterprenten, pues no quiero decir que todos los fracasos iguales y es precisamente ese el meollo de esta reflexión.
Hay fracasos súbitos, como una caída que no se espera y cuyo dolor se siente antes incluso de ser conscientes de la situación. Dejan un sabor a tierra en los labios y a menudo nos damnifican más a causa de su naturaleza repentina.
Por el contrario, hay otros que fraguamos día a día; unas veces en el absurdo pensamiento de que aunque estemos avocados a renunciar a lo que aspirábamos, acaecerá una especie de milagro y todo llegará a buen puerto.
Lo peor en esta situación, no es caer en las garras de un destino al que en el fondo sabíamos que nos enfrentaríamos tarde o temprano, sino vivir viendo que se acerca cada vez más un final infausto.
¿Y vosotros?¿Qué tipos de fracasos habeis sufrido en vuestras carnes?
Sobre mi mesa, unos cuantos folios apilados que rezan: "Tipología de las lenguas."
Realmente es un tema fascinante, y me interesaría por él si justamente ahora mi mente estuviera por la labor.
En lugar de ello comienzo a cavilar una cuestión de distinta índole inspirada en la anterior y sin absolutamente ningún punto en común: La tipología del fracaso.
Es posible fracasar en cualquier campo, ámbito, oficio e indudablemente representará un escollo insalvable en la consecución de nuestras expectativas. Por normal general, desde el punto que alguien se toma las molestias de intentar algo es por el interés interés que en mayor o menor medida manifiesta hacia algo.
No me malinterprenten, pues no quiero decir que todos los fracasos iguales y es precisamente ese el meollo de esta reflexión.
Hay fracasos súbitos, como una caída que no se espera y cuyo dolor se siente antes incluso de ser conscientes de la situación. Dejan un sabor a tierra en los labios y a menudo nos damnifican más a causa de su naturaleza repentina.
Por el contrario, hay otros que fraguamos día a día; unas veces en el absurdo pensamiento de que aunque estemos avocados a renunciar a lo que aspirábamos, acaecerá una especie de milagro y todo llegará a buen puerto.
Lo peor en esta situación, no es caer en las garras de un destino al que en el fondo sabíamos que nos enfrentaríamos tarde o temprano, sino vivir viendo que se acerca cada vez más un final infausto.
¿Y vosotros?¿Qué tipos de fracasos habeis sufrido en vuestras carnes?