picadilly_circ rebuznó:
Es increíble como podemos atesorar tanta porqueria en pocos años cuyo único propósito es ponzoñar el alma con el veneno del recuerdo.
Eso es verdad, porque si al final hemos cambiado y madurado, ese recuerdo, aparte de ocupar espacio, resulta casi ridículo en ocasiones.
Y, si en cambio ese objeto consigue trasladarnos al pasado, a una época más inocente, de unos sentimientos más puros y menos emponzoñados de la realidad cotidiana, y evocarlos... es una mierda en según qué momentos, porque nos llevan de un estado normal al desánimo de la nostalgia, y la nostalgia puede ser un sentimiento muy hermoso, pero también de los que yo catalogaría de "destructivos" en algunas ocasiones.
Lo de Gable me ha hecho gracia, ya comenté que mejor no confrontar el pasado con el presente, porque pasan estas cosas. Aun así, Gable, lo que tú guardaste (palo de regaliz, por estos lares) fue el recuerdo de esa hermosa niña que hizo bombear con más fuerza tu corazón, y ese momento ha quedado ahí, suspendido en el tiempo. No tiene nada que ver con la mujer que es ahora, ni con el hombre que eres tú. Si quieres tirarlo para no atarte al pasado: guay, pero si lo tiras porque el presente NO ES el pasado, más vale que tires el resto de las cosas que hay en tu casa, incluyéndote a ti mismo.
Reconozco que me he deshecho de TODO lo que me evocase recuerdos pasados, incluyendo mi título universitario (porque en última instancia con un certificado es suficiente), la orla de la universidad, las fotografías en papel, las cartas y documentos personales, los objetos que sólo sirven para recordar, etc.
Creo que ha sido una buena idea, porque a veces es la mejor forma de seguir adelante, aligerar el saco de os recuerdos para que nuestro paso sea más ligero.