Menos mal, qué susto me he llevado. Según he leído lo tajante del título, hasta pensé que podría estar respaldado o tener un mínimo de sentido, pero no, veo que seguimos manteniendo las buenas costumbres, respetando los clásicos.
Menos mal que ha venido el paladín Sir Mierda a mostrarnos el ideal de belleza, porque desde que se fue Doberman ya nos estábamos olvidando todos de que somos unos puercos sin sensibilidad alguna, incapaces de admirar el mundo que tenemos alrededor.
Es verdad, a las mujeres no nos atraen los hombres, y menos ahora que ya no salen ni en los billetes, nos hemos pasado todas a las catedrales y los puentes.
La ricachona que se lo hace con el jardinero en el cobertizo, y se la juega, lo hace por lo bien que le miran las rosas y las doncellas, no por verle lleno de tierra y sudoroso en el jardín, porque además eso es de pobres. Bueno, claro, esto es una excepción y lo hace solo para sentirse deseada y tirárselo mientras se mira en el espejo a ella misma porque ella lo vale.
Cuando tu amiga desinhibida por el alcohol te mira por fin con la cara de perra en celo que llevas deseando meses, es solo porque en esa fiesta tú eres el rey.
Cuando un tío acaba de salir de la ducha y el agua le sigue resbalando por encima, nos fijamos en la marca de las toallas. Si parecen traídas de Valença, a por otro.
Por no ponerte ejemplos de interacciones sociales en contextos normales, sino de cosas sacadas un poco de madre.
Bienaventuradas seamos por compartir mundo con estos poetas que se enamoran de las líneas de nuestro cuello y la cadencia al caminar, porque de ellos es la nobleza del mundo y tres cuartos del reino de los cielos.
En esto estamos todos igual, influye, claro, pero no estamos en lados opuestos del mundo. Pero no te preocupes, mucha gente cae en la generalización estúpida, no vas a sentirte solo.
PD:(Después de lo de la ducha me he quedado petada y ya no me apetece escribir, lo siento si el cierre es demasiado brusco)