La última palabra
Novato de mierda
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- 5 Ago 2014
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No importa lo que diga la RAE, somos hombres ya cuajados, capaces de sortear la inveterada jerarquía de los académicos y de otorgar nuestra propia semántica a los términos en litigio. Es el momento de trazar un frontera que el diccionario apenas insinúa. Principio con un consejo y una advertencia: practicad ambas virtudes pero aprended a diferenciarlas. Porque uno es fiel a un coño y leal a una persona, a un proyecto, a décadas de convivencia con cachorros y planes de pensiones entreverados. Uno es leal a un enfermo al pie de su cama en un hospital. Uno es leal cuando en sus últimos estertores busca la mano, persistente, balsámica que apretó años y años por los caminos de la vida. La lealtad es regresar a casa con las copas justas y el carmín camuflado, es empujar un carrito cada sábado por los pasillos de los alienantes supermercados, es proyectar hacia el futuro sueños compartidos y ridículos, es pensar en el mismo instante el mismo recuerdo intrascendente. La lealtad está llena de poemas malos y cepillos de dientes, de ropa tendida y coches de segunda mano. La lealtad es inevitable, es humana, es inaplazable y provoca ternura. La fidelidad está al alcance de un perro, de un cigüeño y su cigüeña porque un imperativo biológico les aconseja tomar ventaja en el proceloso envite de la perpetuación.
Para ser leal hace falta amor del bueno, amor del que perdura e insiste y se rebela contra el desgaste, el tedio, la lacerante cotidaneidad. La fidelidad es más básica, memos heroica, sólo necesita disciplina y, oh miserable condición humana, falta de oportunidades. No nos engañemos, muchos miran el partido desde el banquillo esperando la ocasión de saltar al ruedo para plantarse delante del morlaco a dar las estocadas que no da en casa. Se puede ser leal durante décadas sin faltar a un compromiso superior, y en cambio, pecar de palabra, obra y pensamiento, cada noche en cada paja. No hay que sobredimensionar una cópula de minutos y ponderarla al nivel de 30 años de matrimonio. No toma ventaja el marido que vegeta durante años una inmaculada fidelidad, desdeñoso y marchitado, que un compañero, atento, lisonjero y con tendencias disolutas. Se puede ser inmoral con la bragueta en orden, sin sedimentos extraños ni huellas de terceros, y en cambio ganarse el purgartorio sin un expediente intachable.
Muchas mujeres llevan mejor unos cuernos discretos que unas ausencias escandalosas. Porque lo malo no es el engaño, lo malo es el abandono, el estar sin estar, la inercia de los días y el acostumbrarse a una convivencia emponzoñada y flácida. Lo realmente trágico en todo este asunto, no es andar follando en corral ajeno, es no cumplir en el propio, ni dentro ni fuera de la cama, no llevar a la suegra al Loro Parque, ni invitar al cuñado al Bernabeu ni acodarse de decirla la contraria cursiladas con la frecuencia debida. Si, esta es una verdad que pocos vais a discutir. Tampoco se puede discutir que hay que tener los cojones bien plantados para abrir un hilo casi a las dos de mañana cuando todos los foreros andan cubriendo hembras de postín. Como es imposible negar lo que todos sabemos. Es un hilo dedicado a Tools, que con toda seguridad, no lo va a leer.
K arma y valores.
p.d. Jesus, que desabrido eres. No me cuentas nada. Pero igualmente cumplo, porque soy leal.
Para ser leal hace falta amor del bueno, amor del que perdura e insiste y se rebela contra el desgaste, el tedio, la lacerante cotidaneidad. La fidelidad es más básica, memos heroica, sólo necesita disciplina y, oh miserable condición humana, falta de oportunidades. No nos engañemos, muchos miran el partido desde el banquillo esperando la ocasión de saltar al ruedo para plantarse delante del morlaco a dar las estocadas que no da en casa. Se puede ser leal durante décadas sin faltar a un compromiso superior, y en cambio, pecar de palabra, obra y pensamiento, cada noche en cada paja. No hay que sobredimensionar una cópula de minutos y ponderarla al nivel de 30 años de matrimonio. No toma ventaja el marido que vegeta durante años una inmaculada fidelidad, desdeñoso y marchitado, que un compañero, atento, lisonjero y con tendencias disolutas. Se puede ser inmoral con la bragueta en orden, sin sedimentos extraños ni huellas de terceros, y en cambio ganarse el purgartorio sin un expediente intachable.
Muchas mujeres llevan mejor unos cuernos discretos que unas ausencias escandalosas. Porque lo malo no es el engaño, lo malo es el abandono, el estar sin estar, la inercia de los días y el acostumbrarse a una convivencia emponzoñada y flácida. Lo realmente trágico en todo este asunto, no es andar follando en corral ajeno, es no cumplir en el propio, ni dentro ni fuera de la cama, no llevar a la suegra al Loro Parque, ni invitar al cuñado al Bernabeu ni acodarse de decirla la contraria cursiladas con la frecuencia debida. Si, esta es una verdad que pocos vais a discutir. Tampoco se puede discutir que hay que tener los cojones bien plantados para abrir un hilo casi a las dos de mañana cuando todos los foreros andan cubriendo hembras de postín. Como es imposible negar lo que todos sabemos. Es un hilo dedicado a Tools, que con toda seguridad, no lo va a leer.
K arma y valores.
p.d. Jesus, que desabrido eres. No me cuentas nada. Pero igualmente cumplo, porque soy leal.