Le Déserteur rebuznó:
La segunda parte ya entra mucho más dentro de la ficción, y sinceramente no sabría ni como reaccionar, imagino que me enteraría en respuesta a mis infidelidades, en plan, si tu has hecho esto, yo he hecho esto otro. Pero es que la conozco tan bien que se que no es posible que pase algo así.
No lo digo por usted, en concreto, pero todavía me sorprende lo sumamente ingenuos que somos los hombres cuando pensamos que la infidelidad es un gesto básicamente masculino, olvidando el hecho evidente, preclaro, de que cuando un hombre se acuesta con alguien habitualmente es con una mujer, que, al mismo tiempo, está posiblemente realizando una infidelidad con su propia pareja. Creo que la diferencia entre la infidelidad masculina y la femenina es la "publicidad" diferente que le damos en los dos géneros. Los hombres tenemos el grave defecto de que no nos creemos que hemos follado hasta que no lo contamos a los amiguetes, lo publicamos en un foro o hacemos alarde de ello ante cualquiera. Las mujeres actúan de una forma mucho más secreta y subrepticia, siempre buscando excusas creíbles o poniendo todo de su parte para aparentar absoluta normalidad. Nunca se crea a pie juntillas esas frases que ellas saben pronunciar tan calmada y tranquilamente de:
a) Esta tarde voy a quedar con una amiga a tomar un café.
b) Voy a comprar con menganita y zetanita a ver trapos...
c) He quedado con mi madre para hacer una tarta y ver a los primos...
d) Las rebajas empiezan el día X, como sé que a ti no te gusta ir de tiendas, he pensado...
e) Volveré más tarde del trabajo porque tengo papeles atrasados que arreglar.
f) etc., etc.
De hecho, una de las cosas más evidentes que puede poner en tela de juicio la moralidad, la lealtad y la fidelidad de una mujer es que se muestre más cariñosa, más atenta o más locuaz de lo que habitualmente es. Quizás se sienten más culpables que nosotros, quizá todavía pesa sobre ellas la etiqueta de PUTAS cuando son infieles y tratan de mitigarla de esa manera, pero algo muy evidente que podrá comprobar cualquiera con un mínimo de interés y de atención en el asunto es que no espere usted nunca que una mujer venga a contarle que el mes pasado se tiró a menganito al que conoció una noche mientras usted creía que iba al cine a ver el último estreno de una película con una amiga... Ellas tratarán de llevarse a la tumba el secreto.
Lo más triste es que cuando un hombre se acuesta con una mujer que no es su pareja es habitualmente por una descarga y una necesidad puramente física, orgánica, luego vuelve a su casa, con su pareja, le da un besito, se van a la cama juntos y asunto olvidado, mientras que cuando una mujer se acuesta con otro es porque emocionalmente hay algo más que sólo una atracción puramente sexual. Nunca me hartaré de repetir que las mujeres no se acuestan por "amor al arte" y por tener sexo por sexo: siempre aspiran a algo más y, la principal es sin duda buscar un macho que les pueda proporcionar más (de lo que sea) en cualquier sentido: dinero, lujos, hijos, estatus social, distracciones, sentirse más joven o atractiva, romper la rutina... La mayor parte de las infidelidades de las mujeres van buscando de una u otra forma la separación o el divorcio, cambiar X por Z.