Te equivocas, lo que seduce a las mujeres no es el misterio, el misterio sólo les gusta en las películas y únicamente si al final se desvela todo con pelos y señales. En su vida les gusta ser deleitadas con verdades absolutas, conocimiento desgranado y masticado previamente, por eso predominan las mujeres en titulaciones universitarias donde su única labor es repetir como loros lo que otros han dicho antes y por eso han sido siempre minoría en aquellas en las que se requiere un mínimo de curiosidad por lo desconocido.
Lo que tú llamas misterio es una farsa en la que algunos viven, un teatro en el que actúan como gente de éxito siendo los más pringados del panorama. Y lo que les gusta a ellas de eso no es la incógnita, es la notoriedad de quienes viven por y para el público, el ya manido efecto tarima. La trama se resume en vestir bien y presumir de follar mucho. Lo primero es lo único que ellas entienden, el precio del vestuario, el reflejo de una cartera abultada en un atuendo con las mejores marcas. Lo segundo influye más en el resto de hombres, que ensalzan la personalidad triunfadora de quien folla más y le sitúan en un estatus ganador por tan vacuo logro. En conjunto se obtiene admiración por ambos sexos de un plumazo, atacando a sus más básicos instintos y ostentando el título de "macho alpha" a través de una mentira dicha tantas veces que se vuelve una verdad.
No hace falta ser guapo ni atractivo, os lo aseguro. Solamente sacarse todo el partido que se pueda, leer revistas de moda y ser un puto maniquí que vive por y para su imagen, llevando el mismo peinado que el futbolista de moda y la ropa del galán de teleserie de turno. Lo que se viene llamando prostituir tu integridad por un sucio puñado de pestilentes e infectos coños.