Libros Leer:¿Cuándo y cómo?¿Todo vale?

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Cimmerio

La Diva Caprichosa
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11 Nov 2009
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Ave,escoria:

Vengo del Jeneral,así que no sé ni cómo escriben por estos lares ni cómo se las gastan los lugareños de por acá.

El objetivo de este hilo es conocer las maneras de leer de los foreros.
Y es que no es lo mismo leer el Marca en una tasca con cuatro vinos en el metabolismo;que leer El jueves mientras está uno jiñando;o leer apuntes antes del examen de camino de la universidad;o que se te caiga un libraco en la frente mientras haces la horizontal,tras un largo día de lucha.
No es lo mismo leer los subtítulos de una peli en versión original,que leer las instrucciones de un preservativo.

No es lo mismo leer en tu lengua materna,que en una lengua hermana,prima lejana,bastarda,prima díscola;o en una lengua ajena,enemiga,hostil;una lengua que,aún siendo tu contraria,desciende de una misma puta madre.

Se me ha ido el santo al cielo.
Yo leo,pero nunca sentado.Siempre tumbado y listo para acostarme.Caigo en brazos del Dios del Sueño siempre con una buena lectura en las manos.
Yo leo,pero nunca libros que sean polémicos,mediáticos,exquisita y políticamente incorrectos.
Leo libros prestados,recomendados,robados...Pero jamás seguiré las recomendaciones de los suplementos culturales y/o dominicales;ni del night talk show de turno.Leo libros que son feos,que huelen mal y que sus páginas amarillentas advierten de los restos de ADN de sus antiguos propietarios.Hablo de heces y semen.

CONCLUSIÓN: Si leo un libro es que me lo han dejado,me lo han regalado o lo he tomado prestado.Odio los más queridos por los que nunca leen y siempre recomiendan best-sellers.Me atraen los clásicos de la literatura universal,sin rozar el gafapastismo.Me faltan lecturas,y otras a mí ya me regaron y a vosotros jamás os llegarán.

Leer: ¿Cuándo y cómo? ¿Todo vale?
 
Respecto al cuando:
Si bien es cierto que no hay nada como leer antes de caer rendido bajo los brazos de Morfeo, conviene advertir que muy pocos escritos son aptos para ese momento; deben ser novelas, y de capítulos cortos, en caso de que uno sea maniático. La cabeza, a horas tardías, no da para poesía o ensayo, salvo que hablemos de escritos accesibles aun careciendo de energías. Algunas obras de teatro, por lo directo y claro de sus diálogos, pueden también ser adecuadas. En contraposición, las horas posteriores al despertar resultan ideales para cualquier tipo de lectura. La persona, pletórica, demanda actividad. Algunos se visten como gilipollas y salen a correr; yo prefiero unas páginas molonas.
 
Otro igual por aquí, normalmente antes de acostarme. El género de la lectura me da igual,siempre suelo leer de noche, incluso revistas, curiosamente.
 
Pues yo leo en el metro y la renfe de camino a la uni, y luego durante las clases, por lo que me salen unas 5-6 horitas de lectura al día. La verdad es que soy capaz de aislarme de todo lo que esté ocurriendo a mi alrededor cuando me pongo.


Si no estoy en clase, siempre con música en los oídos también.
 
Los que leen en un autobús en movimiento es que no sé cómo cojones lo hacen.Llamadme nenaza,pero yo me mareo.
 
En Semana Santa volveré a mi pueblo, lo cual significa un viaje de 12 horas de autobús para ir y otras tantas para venir a la siguiente. Eso son horas lecturas hasta que se me caigan los ojos :121

A la ida tengo pensado leerme A esmorga, en gallego, lo único que sé es que narra una borrachera, así que promete. Como no creo que me lleve muchas horas leerlo, completaré el viaje con unos artículos de Derecho Penal.

A la vuelta tocará El Extranjero de Camus, a lo que también sumaré más textos jurídicos.

Un autobús por una autopista no se mueve mucho, está bien para leer (aunque es mejor el tren, claro). Otra cosa es leer en un bus urbano que coge las curvas follao, no para de dar frenazos y que tiemblan los cristales cada vez que acelera, ahí es imposible.
 
Una cosa interesante sobre hábitos de lectura que se le ha escapado al que ha abierto el hilo. ¿Subrayáis las cosas más importante con lápices y tomáis notas? Yo lo hago, pero hay libros donde es difícil tener un criterio y otros que se aconseja leer sin apuntar nada, pues están pidiendo a gritos ser releídos como la primera vez. En los libros de poesía es donde más me gusta marcar, porque habitualmente te encuentras con poemas que destacan por encima de otros, y especialmente con versos que te dejan completamente roto.

Hay otros libros más densos, por ejemplo, ensayos de Foucault, donde si tengo un lápiz en la mano tengo que subrayarlo todo, así que mejor no tenerlo. Otros no recomiendan ser subrayados, por no poder destacar frases concretas. ¿Qué subrayar con especial énfasis en el Ulises de Joyce? ¿O en una novela negra?

Personalmente, creo que voy a copiarle el método a un amigo mío. En todos los libros que tiene, apunta en una hojita las páginas que son más interesantes o representativas de la idea central del libro, y luego la deja entre las páginas a modo de ficha rápida.

¿Subrayáis para luego releer o como parte del ritual de la lectura? Lo segundo lo digo porque alguna razón tiene que haber para que los libros de las bibliotecas estén pintarrajeteados.
 
jorgevm rebuznó:
¿Subrayáis para luego releer o como parte del ritual de la lectura? Lo segundo lo digo porque alguna razón tiene que haber para que los libros de las bibliotecas estén pintarrajeteados.
Yo lo meto todo aquí, que para eso me lo programé con Visual Basic.

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¡¡Qué grande Undertaker!! :121

Yo no pinto nunca en los libros, suelo apuntar las cosas en una libretita que tengo para estas mariconadas.
 
Cimerio rebuznó:
Leo libros prestados,recomendados,robados.

Cimerio rebuznó:
Leo libros que son feos,que huelen mal y que sus páginas amarillentas advierten de los restos de ADN de sus antiguos propietarios.Hablo de heces y semen.

Cimerio rebuznó:
CONCLUSIÓN: Si leo un libro es que me lo han dejado,me lo han regalado o lo he tomado prestado.

¿Por qué?
 
¿En casica, para lecturas duraderas, que posturas adoptáis? (Abstenerse gracias lvl playmobil). Yo ese asunto si que lo veo espinoso. La cama es, de largo, el lugar más majete, pero por poco tiempo.
 
Yo tengo un sofacico en mi habitación y ahí es donde leo, normalmente después de comer y si no puedo a esa ahora pues después de cenar. No leo mucho al día, la verdad, solo una hora o así, pero si un día por lo que sea no puedo leer me siento rara, como que me falta mi dosis.

Nunca subrayo ni escribo en los libros, sin embargo me gusta encontrarme con libros llenos de anotaciones y subrayados de su anterior dueño, me despiertan mucha curiosidad, sobre todo en un caso concreto que me pasó: compré dos libros en fechas y librerías diferentes através de iberlibro y los dos habían pertenecido a la misma persona, la letra y el tipo de anotaciones no dejaban lugar a dudas.
 
Yo el caso más interesante de libros anotados que he comprado es un libro de una comunista portuguesa que durante los tiempos de Salazar se fue a vivir a la URSS, y el socialismo que vió le decepcionó. Alguien que la conocía bien de cerca había escrito notas llevándole la contraria en muchas afirmaciones, se reía de la manera demagoga de contar los hechos e incluso aportaba datos (por ejemplo, sí decía "un camarada...", la anotación manual especificaba su nombre).
 
Suelo leer en la cama, tengo un flexo en la mesita de noche sólamente para eso

PsychoCandy rebuznó:
Nunca subrayo ni escribo en los libros, sin embargo me gusta encontrarme con libros llenos de anotaciones y subrayados de su anterior dueño, me despiertan mucha curiosidad

Me ocurre lo mismo
 
kiloppp rebuznó:

Porque no me van los libros nuevos.Me gustan viejunos y que ponga el precio en pesetas.Intuir que sus propietarios han muerto ya.

Los nuevos me recuerdan a los libros al peso del Carrefour.

Así no.
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PsychoCandy rebuznó:
Nunca subrayo ni escribo en los libros, sin embargo me gusta encontrarme con libros llenos de anotaciones y subrayados de su anterior dueño, me despiertan mucha curiosidad, sobre todo en un caso concreto que me pasó: compré dos libros en fechas y librerías diferentes através de iberlibro y los dos habían pertenecido a la misma persona, la letra y el tipo de anotaciones no dejaban lugar a dudas.
A mí me pone de mala hostia.Primero porque lo hacen a lápiz,pero sin la intención de borrarlo en un futuro.Y segundo,porque a lo mejor no me apetece ver esa línea subrayada.Puede que fuese muy reveladora para el anterior lector,pero a mí me dan ganas de acuchillar.Suele pasar mucho con los libros de la biblioteca municipal.
 
Cimerio rebuznó:
Porque no me van los libros nuevos.Me gustan viejunos y que ponga el precio en pesetas.Intuir que sus propietarios han muerto ya.

Los nuevos me recuerdan a los libros al peso del Carrefour.

Así no.
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Lo siguiente viene de perlas:

Lise_Lotte rebuznó:
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Las librerías son un gran escaparate de vírgenes, tanto de nuevas como de viejas generaciones. La gran mayoría de la gente prefiere ir a dichos establecimientos para conseguir libros: les excita la idea de desgarrar las membranas plásticas que los recubren, y ensuciar su inmaculada blancura con sus miradas y sus dedos grasientos. No falta el que disfruta oliendo las fragancias que caracterizan a los vírgenes: intensa, penetrante y provocadora. Son tan putas. Tan vírgenes y tan putas. Somos nosotros los que las desvirgamos, y si lo hacemos bien, las marcamos para siempre. Aún son jóvenes, y no queremos que nos olviden tan pronto.



***************

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Sin embargo, algunos preferimos la dignidad que otorga la madurez y la vejez a la descarada belleza virginal. Un libro abnegado, amarillento y polvoriento tras esperar años, lustros, décadas en un almacén o en el fondo de una biblioteca particular, olvidado, hasta que acabó en un rastrillo. O bien uno que fue amado hasta la saciedad por alguien, pero que por una razón u otra tuvo que ser abandonado, y fue a parar al susodicho rastrillo. Sumergirse en los bajos fondos y encontrarlos no tiene precio. Palpar sus crujientes hojas, oler su delicado aroma a humedad y polvo, cuidarlos y amarlos con delicadeza. Leerlos pasando las páginas con suavidad, por si alguna hoja se saliera de su lugar. Acariciar su portada anticuada y de diseño desfasado. Pensar en su pasado y ponerse melancólico. Vertemos nuestras sensaciones en ellos con más calma y respeto que con los vírgenes. Incluso nos puede dar reparo dejarles marcas, máxime si ya sus anteriores propietarios lo hicieron.

8-)
 
Cualquier momento es bueno para leer. Pero no todas las lecturas son igual de buenas para cada momento.
Aprovecho todos y cada uno de los ratos libres para leer, siempre llevo conmigo mi eReader y si no mi iPhone. Suelo llevar cuentos o relatos cortos de Chejov, Carver, Yates, Murakami... para aprovechar esos momentos de espera entre las consultas de mis pacientes o mientras espero mi turno en algún trámite burocrático que no pueda hacerse por internet.
En mi despacho leo en una chaise longe Le Corbusier que es una de las mejores compras que he hecho para estos menesteres. Antes lo hacía en una daybed y tendía a quedarme sopa con demasiada facilidad.
En mi casa suelo leer en el chaise longe del sofá del salón o en la cama antes de acostarme ya que tanto mi novia como yo tenemos la misma costumbre. Eso sí, dejo las novelas y relatos cortos para la noche, porque tengo una facilidad pasmosa para quedarme dormido.
 
Yo leo o en el bus/transporte público o recién levantado y tras salir de la ducha. Me parece una forma inmejorable de empezar el día, después de un par de capítulos y de camino al curro, ya me pongo la radio y me pongo al día. Por la noche soy incapaz, llego a casa rendido después de currar y hacer deporte, me ducho y me duermo antes de llegar a la cama.

Anotar en los libros no me mola nada, de hecho me pone nervioso dejarle un libro a alguien y que te lo devuelva con algo anotado o las esquinitas dobladas, me puede. Para anotaciones uso la misma libretita Moleskine que uso para el curro.
 
Ahora, por culpa de Internet, apenas leo. Y me consta que eso le está pasando a mucha gente. Me siento horrible por haber abandonado mis libros. Antes de que me pusiera Internet en casa, cuando me aburría, me tiraba al lado de la biblioteca y hojeaba libros y revistas a la ligera, deteniéndome sólo para releer trozos memorables o que simplemente me llamaran la atención. Así es cómo llegué a aprenderme casi de memoria prácticamente todos los libros que tengo.

Recuerdo también que mi ansia por leer era tanta, que hasta comiendo lo hacía (muchas veces acababa ensuciando el libro, pero me la sudaba, la verdad). Mi técnica era poner el libro en pie, y usar el plato de la comida como una especie de abrelibros, vamos, que el plato sostenía el libro y lo dejaba abierto por las páginas que estaba leyéndome. Para eso, siempre es mejor contar con libros de tapa dura. Los de bolsillo son muy engorrosos, parece que tengan voluntad propia, menuda mierda.

Nunca tuve problemas para leer en el autobús, el metro o el tren. De hecho, los momentos en que estoy utilizando un medio de transporte -que no maneje yo, por supuesto- son los únicos que puedo aprovechar para leer (por culpa de Internet, ya sabéis).

Internet tanto ha afectado a la lectura, que estuve dos años dándole a las drogas blandas por la única razón de que mis padres no me dejaban consumirlas dentro de casa, así que debía salir fuera... y fuera no tenía Internet. Me leí Así habló Zarathustra, El lobo estepario, prácticamente todos los libros de Boris Vian (salvo Escupiré sobre vuestra tumba y Que se mueran los feos), etc... bajo los efectos del THC, pues. Lógicamente tuve que dejar de consumirlas, porque no hacían más que ensuciarme el cerebelo, y así sigo, sin leer apenas.

Pero una noche me puse a leer el libro de Roberto Calasso, del que ya hablé antes, en vez de quedarme foreando hasta la extenuación. Y, coño, por primera vez en mucho tiempo, dormí a pata suelta, soltando babas.

¿Apuntes? Muy de vez en cuando. Prefiero leer y luego sacar mis propias conclusiones, viendo el libro desde una perspectiva global. Y cuando subrayo o tomo apuntes, es porque estoy releyendo el libro en cuestión.

No sé qué más decir, es posible que edite luego.
 
Pues yo suelo leer por la noche, una hora al día. Único remanso de paz y silencio en esta puta y ruidosa urbe que es Mandric.

Lo de anotaciones y tal siempre me ha parecido de gilipollas y abominable.

En todo caso me releo el/los fragmento/s que me interesen. En mi librería hay ejemplares originales desde el siglo XV hasta ahora y casi ninguno tiene anotaciones.

Y otra cosa importante. Jamás presto un libro; lo hacía antes y, o no me los devolvían (la mayor parte de las veces) o volvían hechos una puta mierda.

Los libros se recomiendan, se compran o se regalan.
 
YoHiceARoqueIII rebuznó:
Y otra cosa importante. Jamás presto un libro; lo hacía antes y, o no me los devolvían (la mayor parte de las veces) o volvían hechos una puta mierda.

Los libros se recomiendan, se compran o se regalan.

Ya sabes lo que dicen. Hay dos tipos de tontos: los que prestan un libro y los que lo devuelven.
 
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