Un artículo interesante sobre el tema del vello corporal, válido y de interés para la L.A.R. y para la L.P.R.
Es del periódico chileno La Naciónm día 6 de agosto de 2003.
Vello púbico:ni un pelo de más, ni de menos
No es secreto que para las mujeres los pelos son un tema estético o de comodidad según su ubicación y cantidad. El vello púbico es uno de los más complicados, están en una zona privada por excelencia y no siempre queda claro en qué cantidad es lo aceptable o lo “más atractivo”. Duda razonable por cuanto no es una zona que se exhiba habitualmente y las que son de público conocimiento forman parte de la pornografía, práctica que dista mucho de la estética y comodidad hogareña.
Hoy por hoy, depende de cada mujer si recorta o afeita su vello púbico, lo mismo que si se afeita o depila sus piernas y axilas. Es su cuerpo.
Sin embargo hay que tener claro que poseer vello púbico es normal, afeitarse no. (
la negrita es de la editora, perteneciente a la LAR :D )Aunque no hay prescripción médica que recomiende lo contrario.
Sólo la estética o la comodidad guían la decisión. Lo que para algunas es complicado y laborioso no lo es para otras. Al afeitarse pueden irritarse los delicados tejidos de la vulva y muslos, causando moretones e irritaciones, dependiendo de la sensibilidad cutánea de cada persona. Mientras que otras mujeres pueden hacerlo sin experimentar esta irritación.
Pero los pelos no siempre han sido un tema estrictamente personal, en la década de los sesenta, el cuerpo en las mujeres era un tema político dentro de la sociedad occidental que entendía (y entiende)que la mujeres se quitaban los pelos del cuerpo debido a presiones sociales y expectativas de belleza controlados por los hombres. Las feministas de esa época llamaron a las mujeres a tomar el control de su cuerpo y no quitar sus pelos. Había que dejarlo crecer libremente y la depilación era vista como esclavitud a la sociedad y a los hombres. Era la búsqueda de la libertad individual.
Lo bueno y lo malo
Pero hoy cómo y cuánto pelo dejo y en qué lugar es una decisión estrictamente personal que pasa por conocer los beneficios y dificultades de las aternativas.
Por ejemplo, depilar o afeitar la zona púbica puede tener beneficios en el sexo porque, aún cuando no los quite totalmente, el vello púbico cuando es largo y espeso puede disimular completamente los órganos genitales de la mujer, dejando menos visibles sus formas y colores. Por la misma razón, si lo recorta o lo afeita, su conformación queda en evidencia.
La visibilidad de los órganos femeninos pude tener efectos positivos en las mujeres tanto en las adolescentes como de adulta porque permite un mayor conocimiento de sus órganos genitales que estarán al descubierto y con los cuales mantendrá mayor contacto a través del proceso de depilación que exige mirar su vulva regularmente. Esto redunda en mayor conciencia y conocimiento de su anatomía, apreciándola más.
Esto es como darse cuenta que sus órganos genitales son más que un conjunto de vellos. Una vagina es un órgano suave con pliegues y tonalidades.
Pero distingamos los beneficios, los que acabamos de describir nada tienen que ver con los gustos o la estética de ellos o de ellas.
Para el sexo, la ausencia del vello púbico o mantenerlo corto puede tener sus ventajas si la pareja lo encuentra atractivo o excitante (lo que también puede suceder a la inversa, o sea con una vellosidad abundante) y como resultado más deseable ya sea para ver lo que ellos están a punto de lamer o penetrar.
Para la practica del sexo oral, a menudo la suavidad de un pubis depilado proporciona mayor sensibilidad, dejando la piel totalmente expuesta al estímulo que recibirá.
La presencia o ausencia de pelos en los organos sexuales también forma parte de las fantasías sexuales, ayudando a la representación de determinados papeles: colegiala mala, la esclava sumisa, o la exhibicionista seductora.
¿Y cómo?
Hay varias alternativas, una es que sólo recorten el vello para lo cual no se requiere de técnicas, sino de una tijeras y una peineta. Si se quiere mayor sofisticación también se puede emplear una clásica máquina de afeitar, manual o eléctrica. Puede probar distintos largos, hasta encontrar el que le acomode.
Pero afeitarse tiene sus complicaciones que, aunque no son las mismas para todas, lo más probable es que se produzca irritación y picazón.
Para aminorar estas consecuencias, lo más aconsejable es usar la gradualidad, es decir que no pasen de la abundancia a la escasez total. Recuerden que la vulva tiene tejidos muy delicados. Por eso es preciso reconocer sus propias capacidades capilares y encontrar la práctica que les resulte más amigable.
La otra alternativa es la depilación con cera, miel u otra crema similar, que a diferencia de la rasuración, extrae el vello de raíz, exponiendo la piel con menos frecuencia a la irritación que provoca el proceso, aunque tiene menos posibilidades de gradualidad, es una fórmula que se puede emplear tanto personalmente como en centros especializados.