Madre mía, cuidas a tu hijo todos los días desde su nacimiento, cientos de noches en vela, que si hay que darle de comer al mequetrefe y todo el día sufriendo por lo de la muerte súbita de bebé mirándole cada dos por tres.
Ya va creciendo y menudo susto verle andar y encima empieza a hablar y hasta a relacionarse y toda la vida con el alma en un puño. Y ya con 16 17 piensan sus padres, bueno, ya más o menos... Y sufren sobre todo el fin de semana cuando sale el querubín, y se quedan despiertos hasta que llega. Pero nadie se espera, y menos en Austria, que tiroteen a su muchacho en el colegio.