Main man
Limpia, fija e invita a putas a coca-colas
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- 4 Feb 2006
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Durante una época llegué a estar muy loco y de entonces aún conservo algunas manías que creo que podrían empapelar la celda de Renfield, el majara que comía bichos en Drácula.
El de las manías y supersticiones es un tema que me apasiona. Me encanta escuchar las más estrafalarias y compararlas entre sí, a modo de recopilación. No sé los porqués de muchas de ellas, pero la mayoría tienen que ver con la creencia de que si no hacemos algo de aquella manera concreta, las cosas pueden salir mal.
La forera Tarada explicaba una suya en un hilo de hace un par de semanas, no masturbarse nunca justo antes de un examen (superstición que también observaba yo), que me ofreció la idea de este hilo recopilatorio.
Ahí van algunas de las mías:
- Caminar sobre baldosas: procuro no mirar al suelo porque si no, me volvería completamente tarumba, pero seguro que no soy el único que si va caminando sobre un suelo de baldosas grandes, procura no pisar la raya que separa unas de otras.
- Hace años, jugando al futbolín, me inventé una superstición sublime: cuando mi compañero y yo marcábamos un gol, recitaba en voz ni baja ni alta la siguiente salmodia: "Panadería bollería Nuestra Señora del Carmen". Con ello, según mis creencias, aseguraba marcar más goles y ganar la partida.
- Si tengo que hacer una llamada importante, o cuya respuesta me pueda ser perjudicial, no la hago nunca cuando el reloj marca las n horas, 13 minutos y por supuesto nunca entre las 13 y las 14 h.
- Siempre abro el azucarillo para el café de la misma forma: lo rajo sin que la parte rasgada se desprenda del todo, lo vuelco, lo dejo en la parte derecha del platillo y tras remover con la cuchara, ésta siempre viene a posarse sobre el sobre de azúcar. No recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice de otra forma.
- Cuando llamo al gato, si no me mira, me entra como un siroco que me obliga a ponerme delante de él para realizar aspavientos enormes hasta conseguir que me preste atención. Parezco más idiota que el mismo gato, claro.
Propongo apalear en la plaza del pueblo al que diga la superstición o manía más bizarra.
Nota: edito para corregir un muñeco emoticonocabrón que ha salido sin llamarle.
El de las manías y supersticiones es un tema que me apasiona. Me encanta escuchar las más estrafalarias y compararlas entre sí, a modo de recopilación. No sé los porqués de muchas de ellas, pero la mayoría tienen que ver con la creencia de que si no hacemos algo de aquella manera concreta, las cosas pueden salir mal.
La forera Tarada explicaba una suya en un hilo de hace un par de semanas, no masturbarse nunca justo antes de un examen (superstición que también observaba yo), que me ofreció la idea de este hilo recopilatorio.
Ahí van algunas de las mías:
- Caminar sobre baldosas: procuro no mirar al suelo porque si no, me volvería completamente tarumba, pero seguro que no soy el único que si va caminando sobre un suelo de baldosas grandes, procura no pisar la raya que separa unas de otras.
- Hace años, jugando al futbolín, me inventé una superstición sublime: cuando mi compañero y yo marcábamos un gol, recitaba en voz ni baja ni alta la siguiente salmodia: "Panadería bollería Nuestra Señora del Carmen". Con ello, según mis creencias, aseguraba marcar más goles y ganar la partida.
- Si tengo que hacer una llamada importante, o cuya respuesta me pueda ser perjudicial, no la hago nunca cuando el reloj marca las n horas, 13 minutos y por supuesto nunca entre las 13 y las 14 h.
- Siempre abro el azucarillo para el café de la misma forma: lo rajo sin que la parte rasgada se desprenda del todo, lo vuelco, lo dejo en la parte derecha del platillo y tras remover con la cuchara, ésta siempre viene a posarse sobre el sobre de azúcar. No recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice de otra forma.
- Cuando llamo al gato, si no me mira, me entra como un siroco que me obliga a ponerme delante de él para realizar aspavientos enormes hasta conseguir que me preste atención. Parezco más idiota que el mismo gato, claro.
Propongo apalear en la plaza del pueblo al que diga la superstición o manía más bizarra.
Nota: edito para corregir un muñeco emoticonocabrón que ha salido sin llamarle.