En uno de mis frecuentes viajes al psiquiatra, éste último al constatar que tras 14 años de problemas mentales no sólo no avanzábamos si no que más bien parecíamos retroceder, decidió tirarse un ordago conmigo planteándome dos alternativas a cual más extrema.
(huelga decir que es la primera vez que no miro los tratamientos en Internet). La primera alternativa era esnifar como un medicamento mentolado para despejar la nariz... Sólo que en vez de ser un alivio del resfriado aquella sustancia llevaba Ketamina. Según él estaba dando muy buenos resultados en casos como los míos.
La segunda propuesta fue la que acojono. Al parecer (y no troleo) no había antidepresivo más eficaz que colocarme unos electrodos en la cabeza y lanzar descargas eléctricas controladas (al ver mi cara me dijo que se hacía con anestesia) que el efecto duraba entre 6 u 8 meses y después tenía que volver. Yo le dije que pensaba que esos tratamientos ya no se hacían, a lo cual respondió que solo se hacía en casos crónicos y graves.
Así que así ando instando decidir si quiero hacerme agua el cerebro con pastillas, con Ketamina o con electricidad. Joder, es que lo veo venir si elijo la opción eléctrica, que alguien tenga un despiste y se les olvide ponerme la anestesia y los electrodos me los pongan en las pelotas.
Bueno, opinad, cachondearos... Ya sabéis... Lo de siempre.
A una de mis mejores amigas le hicieron la terapia electroconvulsiva hará unos 6 años.
Arrastraba una depresión desde hacía más de 10 años desde que descubrió que el día que estaba rompiendo aguas su marido no le cogía el teléfono porque se estaba follando a otra.
Divorcio complicado y ella con la niña sola, menos mal que la tía tiene varias carreras y además de dar clases en la universidad tenía un curro en una asesoría. Al menos podía con todos los gastos.
El tema es que psicológicamente ella iba de mal en peor teniendo que ir yo a su casa cuatro o cinco veces porque me decía que se iba a tirar por la ventana teniendo su niña unos pocos meses.
Sobra decir que estuvo tomando todo tipo de antidepresivos y ansiolíticos sin que ninguno la ayudara de verdad. Había épocas en las que mejoraba pero luego volvía a caer en picado.
Al final, aconsejada por su psiquiatra privado se sometió a la TEC. Yo intenté disuadirla pero la decisión estaba tomada tanto por ella como por sus padres y su tío que era uno de los médicos que iba a estar durante el proceso. Además, me puse a investigar un poco y había un programa de Eduardo Punset en el que hablaba de esta terapia como algo estigmatizado pero que daba resultados positivos.
Pues nada, la anestesiaron y le frieron las sienes repetidas veces.
Después de 2 días en el hospital salió y:
- dejó de tomar toda la medicación por orden facultativa.
- estaba un poco ausente y le costaba hilvanar.
- no recordaba muy bien los trayectos en coche y tenía que poner en el navegador para venir a verme al curro, cosa que había hecho cientos de veces, por poner un ejemplo.
- su estado de ánimo mejoró bastante.
Por motivos que no vienen al caso decidí romper un poco el contacto con esta persona y por lo que sé ha tenido pequeñas recaídas, pero conociéndola como la conozco desde hace 30 años sé que eso es debido a que necesita una pareja estable.
Es una tía súper social pero a pesar de todo echa en falta una pareja. Bueno, no es que la eche en falta sino que está en una especie de búsqueda constante de ella.
Resumen: no dejes que te frían el cerebro.