Pocos sitios encontrarás con el encanto de Brujas, Gante o Lovaina (ciudad con muchísimos estudiantes) o con la fiesta de Lieja.
En esta última ciudad me he cogido yo algunas de las borracheras más grandes de mi vida. Hay una zona de fiesta llamada Le Carre en el que hay como 20 bares en cuatro calles y donde puedes vivir en tus carnes la degeneración humana y hasta qué punto puede llegar. Además, celebran dos fiestas al año llamadas algo parecido como San Toré y San Nicolás. Yo estuve en la que hacen en marzo. El primer día hacen todos un desfile montados en camionetas, ataviados con batas blancas y con hectolitros de Jupiler de la mano.
Esa misma noche, todos van a Le Carre a beber como cerdos y a aparearse como putas. Tal es el grado de degradación al que llegan estos belgas que cierran los baños y cubren los bares con bolsas de plástico en donde mea la gente sin ningún problema. Una cochiquera a la que merece la pena acudir alguna vez.
El plato fuerte viene al día siguiente, cuando van a un descampado, hacen una fosa y se tiran todos y todas a rebozarse de barrio mientras cientos de estudiantes arrojan ahí una mezcla de cerveza, licor y orines. He estado dentro de ahí y es lo más parecido a una batalla de Braveheart que he visto en mi vida.
He tenido la feliz suerte de pasar la Nochevieja en ese agujero infecto al que se refiere como el El Dorado de la depravación. Y realmente si, secundo solemnemente cada una de sus afirmaciones aunque debo hacer hincapié en el asco y repugnancia que me produjo un porcentaje altísimo de los seres que en esa ciudad habitan.
Me da casi pena que mi primer post verse sobre un lugar que sólo recomendaría con fervor a alcohólicos, delincuentes, yonkis y prostitutas, pero así es, si bien al menos va a acorde con el tono general del foro.
Veamos:
En Le Carré puede ocurrir que, situándote en el punto central, cuatro peleas multitudinarias entre moros, vagos y maleantes puestos hasta el ojete te corten el paso de todas las salidas. Puede ocurrir que entres en un local y que en un intervalo de apenas cinco segundos tres repugnantes infraseres manoseen el trasero y las ropas de tu acompañante y no poder malencararte con convicción sin que instantáneamente un grupo de yonkis con los ojos inyectados en sangre te salen encima blandiendo armas de lo más variopintas. Puede ocurrir que allá donde mires veas sangre, vómitos, veas la más repulsiva de las mierdas, o simplemente a un turco afanando una cartera. Mires donde mires, todo apesta.
En definitiva, en ese lugar ninguna mujer de relativo (y digo relativo) atractivo puede adentrarse sin ser literalmente vejada y asfixiada por especímenes selváticos que pueblan esa fauna de chaperos. Podrás mamarte a dolor hasta perder el sentido, pero ni eso puede hacer a uno obviar el hedor que desprende esa ciudad, y en especial esa zona.
No encuentro mejor manera de continuar que con las palabras de un tipo sabio:
Redivivo rebuznó:
Bélgica es el corazón podrido de Europa, donde todas sus virtudes y su decadencia se revelan resplandecientes y sórdidas. Un país escaparate lleno de miserias interiores, tristeza y rubias y longuilíneas walkirias trotando sobre rabos de sarracenos y mandingos. Una sociedad condenada a lo espúreo y lo enfermizo, colonizada, tomada a golpe de turbante y alcoholismo, sin esperanzas ni posibilidad de redención. La hiperfragmentada Europa, llena de cubículos nacionalistas y ridículos, se fragmenta una vez en la capital de su impostada Unión. Brujas y Gante son más turísticas, pero la metástasis también las afecta.
Vuelvo a casa jodido, sin dinero, habiendo follado lo justo, pero renovado porque cualquier cosa es mejor que ese lugar y todo lo que actualmente habita en él.
Voy a ver si me como un buen pollón.
Asiduo
Freak