Amsterdam
Veterano
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Esta mañana se me ha vuelto ha hacer tarde, siempre que llegan estas fechas invernales, el frescor de la mañana hace que me encuentre en la cama como en el cielo se deben encontrar los ángeles.
Pero ya son muchos los días que me levanto con esta depresión a estas horas de la mañana a las que me da por pensar de si no estaré perdiendo el tiempo y mi vida en este trabajo de mierda, donde las recompensas son muy pocas y los disgustos muchos.
Hoy, sin ir mas lejos no tengo ganas de trabajar, como casi todos los días últimamente. Este trabajo es lo que tiene, algunos días tienes pocas y otros días no tienes ni puta gana.
Y es que, el que tengas que ir haciendo visitas a sitios donde nos les gusta que les visiten, que tengas que venderle un producto a alguien que no quiere comprar nada o que intentes ganar dinero en un sitio donde la “religión” es enriquecerse a costa de cualquier individuo mediante cualquier método legal o ilegal es algo depresivo y frustrante pues son pocos los días en que algo o alguien te da esperanzas, aunque solo sean falsas.
Hoy he visitado un centro institucional, donde los trabajadores se encontraban (en mi parecer) en la gloria. Despachos con vistas, poco trabajo, funcionarios, trabajadores para una empresa donde nunca entrará en quiebra, un trabajo donde el esfuerzo es recompensando aunque sea económicamente ( y despues los muy hijos de puta se quejan).
En las múltiples visitas que realizo al cabo del día me he dado cuenta que hay infinidad de empresas, eternamente poderosas económicamente, donde hay muchísimas personas disfrutando de su auge y de su estabilidad. Y siempre me ronda la misma pregunta en la cabeza, ¿Cómo han llegado a contratarse en dichas empresas? ¿Cómo han llegado hasta ahí?.
Hasta hace pocos años, reconozco que vivía engañado pensando que estaban ahí por meritos propios, pero lo vivido en mis carnes en el tema laboral me ha hecho recapacitar y darme cuenta de la transparente y consabida realidad.
Están ahí por “enchufe”, por que alguien muy cercano a ellos y sobre todo muy cercanos a los “jefazos” de dichas empresas o instituciones los han situado en el “Edén” de los proletarios. Y lo digo con conocimiento de causa, por que incluso para un trabajo que no quiere nadie como el mío, osease de agente comercial de una marca de un producto invendible necesite de una buena amistad para poder “disfrutar” de este trabajo donde poder ganar (sacrificar) la vida. Está claro que sin una buena oposición sacada no hay lugar como funcionario, pero también tengo claro que la mayoría de esas personas han estado “contratadas” (sumando puntos regalados) antes de tener definitivamente ese puesto de trabajo, y para llegar a estar “Contratadas” es condición indispensable estar “Contactada”.
Entre visita y visita en mis traslados en coche escucho con devoción la radio y sus cuchicheos, entre los cuales hoy he oído en las noticias que resumen a cada hora las aventuras de un famoso atracador de bancos capturado después de varios años de investigación y búsqueda.
Describían con algunos detalles la vida y milagros de este ratonero delincuente, donde los días en el trópico, adquisiciones de vehículos de lujo y trato con bellas damiselas bañaban sus ociosos días-años del ahora maltrecho individuo.
A sus 45 años había dado con sus huesos en las frías rejas de un presidio donde pasaría una buena temporada esperando la jubilación no muy lejana de la penitenciaría.
Esta noticia me ha hecho sumergirme en mis pensamientos mientras circulaba por la ciudad, comparando la vida de el delincuente con la mía, comparando los problemas del atracador con mis problemas, y después de mucho pensar he llegando a la terrible conclusión de estar perdiendo mis días anodinos y terriblemente depresivos en una cárcel mas grande que la que le esperaba al procesado reo.
No tengo amigos ni familiares que me enchufen. Puede que a partir de ahora mire con otros ojos a los bancos de mierda.
Pero ya son muchos los días que me levanto con esta depresión a estas horas de la mañana a las que me da por pensar de si no estaré perdiendo el tiempo y mi vida en este trabajo de mierda, donde las recompensas son muy pocas y los disgustos muchos.
Hoy, sin ir mas lejos no tengo ganas de trabajar, como casi todos los días últimamente. Este trabajo es lo que tiene, algunos días tienes pocas y otros días no tienes ni puta gana.
Y es que, el que tengas que ir haciendo visitas a sitios donde nos les gusta que les visiten, que tengas que venderle un producto a alguien que no quiere comprar nada o que intentes ganar dinero en un sitio donde la “religión” es enriquecerse a costa de cualquier individuo mediante cualquier método legal o ilegal es algo depresivo y frustrante pues son pocos los días en que algo o alguien te da esperanzas, aunque solo sean falsas.
Hoy he visitado un centro institucional, donde los trabajadores se encontraban (en mi parecer) en la gloria. Despachos con vistas, poco trabajo, funcionarios, trabajadores para una empresa donde nunca entrará en quiebra, un trabajo donde el esfuerzo es recompensando aunque sea económicamente ( y despues los muy hijos de puta se quejan).
En las múltiples visitas que realizo al cabo del día me he dado cuenta que hay infinidad de empresas, eternamente poderosas económicamente, donde hay muchísimas personas disfrutando de su auge y de su estabilidad. Y siempre me ronda la misma pregunta en la cabeza, ¿Cómo han llegado a contratarse en dichas empresas? ¿Cómo han llegado hasta ahí?.
Hasta hace pocos años, reconozco que vivía engañado pensando que estaban ahí por meritos propios, pero lo vivido en mis carnes en el tema laboral me ha hecho recapacitar y darme cuenta de la transparente y consabida realidad.
Están ahí por “enchufe”, por que alguien muy cercano a ellos y sobre todo muy cercanos a los “jefazos” de dichas empresas o instituciones los han situado en el “Edén” de los proletarios. Y lo digo con conocimiento de causa, por que incluso para un trabajo que no quiere nadie como el mío, osease de agente comercial de una marca de un producto invendible necesite de una buena amistad para poder “disfrutar” de este trabajo donde poder ganar (sacrificar) la vida. Está claro que sin una buena oposición sacada no hay lugar como funcionario, pero también tengo claro que la mayoría de esas personas han estado “contratadas” (sumando puntos regalados) antes de tener definitivamente ese puesto de trabajo, y para llegar a estar “Contratadas” es condición indispensable estar “Contactada”.
Entre visita y visita en mis traslados en coche escucho con devoción la radio y sus cuchicheos, entre los cuales hoy he oído en las noticias que resumen a cada hora las aventuras de un famoso atracador de bancos capturado después de varios años de investigación y búsqueda.
Describían con algunos detalles la vida y milagros de este ratonero delincuente, donde los días en el trópico, adquisiciones de vehículos de lujo y trato con bellas damiselas bañaban sus ociosos días-años del ahora maltrecho individuo.
A sus 45 años había dado con sus huesos en las frías rejas de un presidio donde pasaría una buena temporada esperando la jubilación no muy lejana de la penitenciaría.
Esta noticia me ha hecho sumergirme en mis pensamientos mientras circulaba por la ciudad, comparando la vida de el delincuente con la mía, comparando los problemas del atracador con mis problemas, y después de mucho pensar he llegando a la terrible conclusión de estar perdiendo mis días anodinos y terriblemente depresivos en una cárcel mas grande que la que le esperaba al procesado reo.
No tengo amigos ni familiares que me enchufen. Puede que a partir de ahora mire con otros ojos a los bancos de mierda.