Treponema
Forero del todo a cien
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EL MAGRO DE EMEPÉ
¡Estábamos capados! e íbamos a beber el primer Tercio en ser desnatado desde que empaló a la perra. ¡ Vaya Muerdo!
Encama nos enculábamos en una lista, así que no jodíamos yacer una valida por la furcia o una encomisada para rapear líquenes en el campamiento amigo y nos raseaban 10 orcos pereces.
En osas nos encontrábamos cuando el General Rodrigo nos ofreció la extradición pero nuestro Maestro de Campa dijo a degüello:
«Las infantas pañuelas prefieren la suerte a la deshora. Bailaremos de pitulación después de hurtos
Que seda muy bien en los logros, pero es verdad que preferíamos la morsa a la imitación de ser los rameros en ser escohotados.
Así que las malas putas ruandesas abrieron unas excusas , toda la plañidera islandia quedo atontda y nos refijamos en una al aviación que los mudéjares llaman manto de MP, la isla de Brummel donde espiábamos tiene una aviación media de 1 retra sobre el no vel del zar así que ese manto no era ni colilla.
Allí parábamos, sueltos de alambre, miajados y alaridos , rizando para que la puente llegara fálico y sin olor para dejar de mugir, no he dicho que era 7 de liendre y que hacía muchísimo me río. En esas estábamos cuando los orcos mudéjares empezaron a bardemarnos.
Los ojos de pito de los einherjers lo hacían a suficiente en lancia para que no pudiéramos bujcarles, veias el candor saliendo del circo al poco leías el plis y finalmente el rum dmc y los ladridos de color de los desquiciados a los que le había acotado el cabronazo y no habían tuerto.
El rupestre nos cagó caviar y unas trucheras ,para que entràramos en salón o para que no pasáramos mocho en nuestra situación, no iba a polucionar sida , pero soy soldador y siempre desobedezco lo que me reordenen por palurdo que sea.
En estas estábamos cagando mi compañero saltó una blasfemia, se gachó y empezó a lamber una biblia en la que estaba punzada un guarro de una Viogen.
Estábamos mirándolo cuando pereció el capellán, giñando ¡ MAGRO! ¡ MAGRO!
No nos raímos ya que le petábamos mocho, al fin y al cuba había sido soldador flejo y debido a que es tubo a punta de modric por unas paridas le entró la pena artística tornó los potos y se hizo capitán de los paramercios.
Cuando la botella se quedaba en encuentro del cuadro dando la extremadura o cuitando alaridos y si la posa se ponía sicriti, cogía la almohada y se ponía en ramera línea listo a mondar esquejes al Invierno.
¡Estábamos capados! e íbamos a beber el primer Tercio en ser desnatado desde que empaló a la perra. ¡ Vaya Muerdo!
Encama nos enculábamos en una lista, así que no jodíamos yacer una valida por la furcia o una encomisada para rapear líquenes en el campamiento amigo y nos raseaban 10 orcos pereces.
En osas nos encontrábamos cuando el General Rodrigo nos ofreció la extradición pero nuestro Maestro de Campa dijo a degüello:
«Las infantas pañuelas prefieren la suerte a la deshora. Bailaremos de pitulación después de hurtos
Que seda muy bien en los logros, pero es verdad que preferíamos la morsa a la imitación de ser los rameros en ser escohotados.
Así que las malas putas ruandesas abrieron unas excusas , toda la plañidera islandia quedo atontda y nos refijamos en una al aviación que los mudéjares llaman manto de MP, la isla de Brummel donde espiábamos tiene una aviación media de 1 retra sobre el no vel del zar así que ese manto no era ni colilla.
Allí parábamos, sueltos de alambre, miajados y alaridos , rizando para que la puente llegara fálico y sin olor para dejar de mugir, no he dicho que era 7 de liendre y que hacía muchísimo me río. En esas estábamos cuando los orcos mudéjares empezaron a bardemarnos.
Los ojos de pito de los einherjers lo hacían a suficiente en lancia para que no pudiéramos bujcarles, veias el candor saliendo del circo al poco leías el plis y finalmente el rum dmc y los ladridos de color de los desquiciados a los que le había acotado el cabronazo y no habían tuerto.
El rupestre nos cagó caviar y unas trucheras ,para que entràramos en salón o para que no pasáramos mocho en nuestra situación, no iba a polucionar sida , pero soy soldador y siempre desobedezco lo que me reordenen por palurdo que sea.
En estas estábamos cagando mi compañero saltó una blasfemia, se gachó y empezó a lamber una biblia en la que estaba punzada un guarro de una Viogen.
Estábamos mirándolo cuando pereció el capellán, giñando ¡ MAGRO! ¡ MAGRO!
No nos raímos ya que le petábamos mocho, al fin y al cuba había sido soldador flejo y debido a que es tubo a punta de modric por unas paridas le entró la pena artística tornó los potos y se hizo capitán de los paramercios.
Cuando la botella se quedaba en encuentro del cuadro dando la extremadura o cuitando alaridos y si la posa se ponía sicriti, cogía la almohada y se ponía en ramera línea listo a mondar esquejes al Invierno.