No está relacionado con derechos audiovisuales de pornografía en internet ni las atosigantes exigencias por copyrights del gorila proxeneta de Woodman para que no publiquen sus castings completos a niñas muertas de hambre. Todo viene de una investigación sobre abusos sexuales a menores, explotación sexual y trata de personas en pornografía ilegal con beneficios económicos en la comunidad de usuarios de Pornhub, a partir de una serie de denuncias en Twitter con más de un año de antigüedad, de la cual se hizo eco The New York Times:
Opinion | The Children of Pornhub
Reports of nonconsensual underage videos are forcing the platform to clean up its act
www.theverge.com
Nicholas Kristof’s disturbing Times piece uncovers even more problems with the Internet pornography company.
www.nationalreview.com
Pornhub absorbió en la última década a casi todos los tubes de pornografía de internet como RedTube, YouJizz, YouPorn, salvo Xhamster, XNXX o
eFukt... utilizó un servicio freemium con publicidad para ser rentable y se diferenció de los tubes arruinados gracias a una comunidad de generadores de contenido mediante ModelHub que permitía vender escenas cortas en competencia con manyvids, clips4sale. Parejas que salieron del anonimato para grabar sus propias escenas de sexo con calidad profesional, pornstars mediatizadas se hicieron sus propias cuentas, productoras que antes clamaron en contra de la piratería aceptaron abrir un canal con trailers de todos sus videos guarros, todo parecía ser muy rentable frente al gasto de ancho de banda del servidor ocasionado por los parásitos lurkers que solamente se zurraban la sardina sin pagar nada en los videos premium.
MindGeek, la tapadera canadiense de Feras Antoon, Fabian Thylmann, David Marmorstein Tassillo, administradores de Brazzers, Mofos, RealityKings, Digital Playground, Twistys... controlaban casi todo el porno de internet y limitaban a sus competidores en el mayor conglomerado de tubes de piratería para supervisar que se piratearan videos completos de las productoras de la competencia si no llegaban a acuerdos para repartir beneficios con ellos mientras impedían que publicaran escenas completas de los estudios de grabación bajo la matriz de MindGeek.
Hasta que, con decenas de millones de videos, una prosperidad económica boyante... llegó una permisividad que sería la perdición de Pornhub: permitieron que cualquier usuario sin verificación de identidad ni control de edad subiera videos porno de forma aficionada: borrachas comiendo rabo en asientos de coche tras un botellón, videos grabados con nocturnidad con el phone en posición vertical por parkinsonianos... incluso date rape.
Permitieron todo y devengaron dividendos por millones de vistas de video sin comprobar la identidad ni de quienes aparecían en los videos, ni de quien los publicaba para obtener ganancias. Llegaron adolescentes descerebrados, aprovecharon que Pornhub iba viento en popa sin controles sobre su propia comunidad de usuarios que se autogestionaba. Videos de chicas comiendo polla en plano POV que no alcanzaban para Barely Legal, grabaciones de date rape de menores de edad... no solamente no borraban estos videos repugnantes sino que permitían que hubiera ingresos publicitarios compartidos con quienes proporcionaban los contenidos ilegales, disponibles durante el último lustro. No eran sextapes grabadas entre adultos con consentimiento para luego tiempo después hacer una pornovenganza contra la exnovia por despecho, sino abusos a chicas menores de edad.
Lo que sí es reciente es el estallido del escándalo o la explosión de la burbuja, ya en este año 2020 marcado por la pandemia del coronavirus y el mayor consumo de entretenimiento desde los hogares, incluyendo la pornografía en Internet, sobre todo entre padres de familia, no solamente adolescentes y rateros. Por motivos de reputación, empresas procesadoras de los pagos y tarjetas bancarias como Visa, Mastercard, decidieron bloquear el flujo de dinero hacia Pornhub hasta que limpien su mierda y borren todos los vídeos porno ilegales.
Nicholas Kristof no deja de reconocerse como adalid de la protección de los menores, pero es un pregonero oportunista, epígono de las investigaciones previas de
Laila Mickelwait, fundadora de
Exodus Cry, promotora del hashtag
#TraffickingHub en Twitter. El carro es muy grande y van a subirse más periodistas y políticos pseudoprogres.
Credit card companies are working with TrafficJunky — an ad company owned by Pornhub's parent company, MindGeek, and used to monetize Pornhub
endsexualexploitation.org
The payment companies said they would investigate financial links after The New York Times reported that videos on Pornhub depict child abuse.
www.nytimes.com
At Pornhub, nothing is more important than the safety of our community. Our core values such as inclusivity, freedom of expression and...
help.pornhub.com
La reacción de PornHub llega muy tarde, con años de retraso, ningún esfuerzo hicieron por proteger a los menores de edad de criminales infiltrados en su comunidad de pornografía aficionada, toda esa retahíla delirante que sueltan sobre su nueva tecnología contra child sexual abuse material (CSAM) con software de huella dactilar y photoDNA para identificar fisonomías de menores de edad es todo lo que pueden decir ahora mientras en sus primeros años toda su obsesión era controlar la piratería de la pornografía en Internet bajo la matriz de la tapadera canadiense MindGeek y comprar la totalidad de los tubes piratas para que no publicaran escenas completas de sus propias productoras para luego establecer acuerdos comerciales con las demás empresas del sector en relaciones jerárquicas dependientes de su matriz e incluso extenderlos a todo usuario anónimo de Intenet que quisiera beneficiarse de publicar videos porno aficionados siguiendo el mantra Internet is for Porn, nadie pensó que la piratería del porno sería rentable hasta para aficionados que no tenían otra videocámara que la del cacaphone. Al no haber revisado que subían vídeos de sexo con menores de edad, adolescentes borrachas y date rape, ha sido su perdición.
Ahora la secta feminazi contragolpea a MindGeek en su cuartel secreto de Canadá, con senadoras marimachos como Julie Miville-Dechêne, congresistas trasnochados como Arnold Viersen, se sube al carro para que los políticos y la casta parasitaria se lleven una suculenta cuantía de multa del imperio de la pornografía, que movía casi diez mil millones de dólares desde PornHub, cuando ni los derechos humanos ni la protección de los menores les importan una mierda, no os fieis ni de quienes permitieron los abusos sexuales a menores o ignoraron conductas ilícitas de trata de personas ni de quienes solamente quieren reputación, medallas, rédito político e indemnizaciones, que solamente deberían ir a las verdaderas víctimas, sin que se desvelara su identidad.
Este año empezaron a salir víctimas ya adultas que dan la cara tras haber encontrado sus videos sexuales cuando eran menores de edad mientras exnovios se aprovecharon para putear a las chicas y obtener beneficio económico, sin contar la vulneración a su intimidad en imágenes difundidas masivamente con millones de visualizaciones. Ya son más de 40 mujeres quienes reclaman indemnizaciones a PornHub. Zuleidy Piedrahita Vergara era una aprendiz de proxeneta de tamaño miniatura al lado de estas tramas de pornografía de menores. Kote Kabezudo se especializó en abusos sexuales a chicas menores de edad con medios técnicos mucho más prosaicos, pero no os he leído decir ni pío:
Últimas noticias sobre Caso Kote Cabezudo : Sin Filtros
PornHub intenta limpiar su reputación ahora diciendo que tenían a moderadores revisando unos 1200 videos porno en turnos de jornada completa de 8 horas, interesante empleo para poner en el curriculum con mención summa cum laude. Me llama la atención la hipocresía de ambos bandos, también en PornHub al decir que son los primeros en poner los sistemas de verificación de edad de forma obligatoria mientras que redes como Instagram, Snapchat o TikTok permiten videos eróticos de menores, lo que no reconocen es que no son videos sexuales sin consentimiento de la chica, como si fuera comparable a videos musicales de poses ridículas sin desnudo. Asistimos, por tanto, a la eterna batalla entre el bien y el mal, con una justicia miope que delimita la línea divisoria entre los buenos y los malos.