Gunnr30
Forero del todo a cien
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- 28 Abr 2010
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Os dejo unas reflexiones que he leido en internec (ladrillo va):
Después de leer varios hilos sobre gente que se da de baja en badoo o les putean en wasapp con citas inexistentes... He llegado a la conclusión que aquella mítica frase sobre que pintar como Dalí o era facilísimo o era imposible, tiene una vigencia absoluta cuando se trata de las mujeres.
Están los que se comen el tarro sobre estrategias a seguir, que si ser indiferentes que si mostrar lo que no son...
Todos parecen sufrir, algunos llegan al odio y al desprecio hacia la mujer porque no hace lo que ellos quieren, se sienten humillados constantemente por ellas, burlados y ninguneados, y con ello frustrados por no conseguir una compañera sexual o alguien con quien compartir afectos. Lo que les conduce a la amargura y a una espiral que alimentan constantemente de descrédito de la mujer, sobre lo mala y estúpida y dañina que es.
Para mí con las mujeres solo hay dos opciones:
Que ellas anden detrás de ti, o que tú andes detrás de ellas.
Si perteneces al primer grupo, todo lo que hagas les parecerá bien, incluso te perdonarán infidelidades con sus mejores amigas, culpandolas solamente a ellas y tratando de hacer lo que sea para retenerte.
La opción de la indiferencia solo funciona si son ellas las que andan tras de ti, y haces que les supongas un reto. Si ya de por sí eras invisible ante ellas, haciendote el indiferente, lo serás más.
Lo que quiero decir es que si perteneces al segundo grupo, el de los que andan detrás de ellas, nada de lo que hagas, absolutamente nada, les parecerá suficiente.
Pertenecer a un grupo u otro, lo dará el carácter o la genética, siempre hay líderes y siempre hay gregarios, siempre en todos los grupos hay alguien a quien todos escuchan y otro al que nadie parece prestar atención, diga lo que diga o haga lo que haga. Si el líder suelta una gracia, todos reirán y les parecerá digna de risas y elogios, si la misma gracia la suelta otro, pues ni siquiera le escucharán.
Lo veis en cualquier cuadrilla de amigos o corrillo que se forma en el trabajo, siempre hay uno que destaca, que es popular y otro u otros que no son tenidos en cuenta, tomados en serio, carecen de carisma, de popularidad. No es que no tengan conversación, es que su conversación no interesa a nadie.
Con las mujeres pasa exactamente igual, si no tienes ese don, esa habilidad, para generar carisma o atracción, constantemente se estarán preguntando por qué están contigo. Da igual que seas cariñoso, lo verán como algo pegajoso que les agobia, o que seas generoso con ellas, no lo valorarán o simplemente como una forma de parasitarte sin el menor atisbo de culpa por su parte.
Así pues, mi consejo es que si no eres un líder, si no tienes la menor dificultad a la hora de conseguir mujeres, ni te plantees andar detrás de ellas, sería para ti ese un camino lleno de dificultades, de baches y de desengaños, a cual peor, que te irán apagando lentamente, así como tu ilusión por vivir, disfrutar de la vida y estar con una mujer. Con las mujeres, amigo mío, o te es facilísimo o te va a resultar imposible, hagas lo que hagas.
Cuando yo tenía veinte años, no hacía nada que me hiciera merecedor de la menor atención por su parte por encima de vosotros, ni las prestaba la menor atención ni trataba de complacerlas lo más mínimo; sin embargo siempre encontraba mujeres revoloteando a mi alrededor, como también a otros compañeros o amigos, que me tomaban como a una especie de líder, primer inter pares, al que seguían y a su manera admiraban y querían.
Ahora que me encuentro en la mediana edad, resulto invisible para las mujeres, así como para el resto de hombres, que no ven en mí, ningún tipo de referente. Supongo que piensan, porque alguna vez lo han comentado, que soy una buena persona, inofensiva, quizá carente de carisma, popularidad o el menor magnetismo. No es algo que me preocupe eso, porque en determinados ámbitos prefiero mantener ese perfil, que las mujeres no me codicien pero tampoco me teman y que los hombres no me tomen como una amenaza, simplemente pasar desapercibido de un mundo, una sociedad, que cada día me interesa menos y sí más mi pequeño mundo apacible y solitario, al que ya no estoy dispuesto a renunciar.
Pero no dejo de pensar en vosotros y en mí mismo, y como os esforzais por algo que cada vez os resulta más desalentador, conseguir la atención de una mujer, una implicación mínima con vosotros, sin daros cuenta de que eso es algo que se tiene de manera natural o no, buscarlo a base de regalos, de poses, de suplicar casi mendigando su atención, de andar detrás de ellas como perrito en celo, solo os condenará ya digo a mayores cotas de frustración, a pérdida de vuestra menguante autoestima, a sentiros mierda en definitiva, y descargar ese malestar con un odio ya indisimulado hacia las mujeres, porque no os quieren, no os desean, no las importais y se permiten el lujo o la crueldad gratuita de mostraros esa indiferencia, ese desdén cotidiano en numerosos gestos y pequeñas y grandes afrentas para vuestro ego.
Es un juego ese autodestructivo, mejor es tirar la toalla, aceptar la realidad, no les interesais a las mujeres, no os sintáis menos por eso, de hecho la mayoría de los hombres no les interesan lo más mínimo, solo buscan al líder, al alfa, al guapo y popular, y desentendeos de ellas, como decía Visilleras es un juego en el que la única victoria es no jugar.
Si eres del grupo de los populares, de los alfas, ningún consejo que te dé, te va a ayudar, siempre encontrarás a alguna suspirando por ti, te lo propongas o no. Si no eres de ese grupo, hagas lo que hagas, nunca suspirarán por ti, podrán tolerarte de mala gana, tras muchos ruegos y requerimientos, como ultima opción, fácilmente intercambiable por otro. Nada que te vaya a llenar o a hacerte sentir genuinamente bien o feliz con esa persona.
Y eso es todo. La vida es así de puta, nadie dijo que fuera fácil o justa, pero el secreto de la felicidad o al menos de combatir el sufrimiento es ser consciente de lo que uno es y lo que uno tiene y sobre ello jugar sus cartas para encontrar el mayor bienestar o el menor malestar posible, sin complicarse la vida en batallas perdidas de antemano.
Ese es mi consejo ahora que cada cual haga lo que quiera, o pueda o sus hormonas le dicten si no es capaz de controlarlas, el resultado va a ser el mismo. Como decía Groucho Marx: Partiendo de la nada, alcanzar las mayores cimas de la miseria.
Grabatelo en la mente: Con las mujeres o es facilísimo o es imposible.
Y actúa en consecuencia.
Solo quiero ahorraros sufrimientos innecesarios en una vida ya de por sí bastante complicada y fatalista.
https://www.burbuja.info/inmobiliaria/amistoso-dialogo-hombres-y-mujeres/513473-o-facil-o-imposible.html
Quizas es demasiado pesimista, pero no va desencaminado del todo creo.
Uno les ha enlazado este foro. Igual viene sangre nueva a estos lares...
Después de leer varios hilos sobre gente que se da de baja en badoo o les putean en wasapp con citas inexistentes... He llegado a la conclusión que aquella mítica frase sobre que pintar como Dalí o era facilísimo o era imposible, tiene una vigencia absoluta cuando se trata de las mujeres.
Están los que se comen el tarro sobre estrategias a seguir, que si ser indiferentes que si mostrar lo que no son...
Todos parecen sufrir, algunos llegan al odio y al desprecio hacia la mujer porque no hace lo que ellos quieren, se sienten humillados constantemente por ellas, burlados y ninguneados, y con ello frustrados por no conseguir una compañera sexual o alguien con quien compartir afectos. Lo que les conduce a la amargura y a una espiral que alimentan constantemente de descrédito de la mujer, sobre lo mala y estúpida y dañina que es.
Para mí con las mujeres solo hay dos opciones:
Que ellas anden detrás de ti, o que tú andes detrás de ellas.
Si perteneces al primer grupo, todo lo que hagas les parecerá bien, incluso te perdonarán infidelidades con sus mejores amigas, culpandolas solamente a ellas y tratando de hacer lo que sea para retenerte.
La opción de la indiferencia solo funciona si son ellas las que andan tras de ti, y haces que les supongas un reto. Si ya de por sí eras invisible ante ellas, haciendote el indiferente, lo serás más.
Lo que quiero decir es que si perteneces al segundo grupo, el de los que andan detrás de ellas, nada de lo que hagas, absolutamente nada, les parecerá suficiente.
Pertenecer a un grupo u otro, lo dará el carácter o la genética, siempre hay líderes y siempre hay gregarios, siempre en todos los grupos hay alguien a quien todos escuchan y otro al que nadie parece prestar atención, diga lo que diga o haga lo que haga. Si el líder suelta una gracia, todos reirán y les parecerá digna de risas y elogios, si la misma gracia la suelta otro, pues ni siquiera le escucharán.
Lo veis en cualquier cuadrilla de amigos o corrillo que se forma en el trabajo, siempre hay uno que destaca, que es popular y otro u otros que no son tenidos en cuenta, tomados en serio, carecen de carisma, de popularidad. No es que no tengan conversación, es que su conversación no interesa a nadie.
Con las mujeres pasa exactamente igual, si no tienes ese don, esa habilidad, para generar carisma o atracción, constantemente se estarán preguntando por qué están contigo. Da igual que seas cariñoso, lo verán como algo pegajoso que les agobia, o que seas generoso con ellas, no lo valorarán o simplemente como una forma de parasitarte sin el menor atisbo de culpa por su parte.
Así pues, mi consejo es que si no eres un líder, si no tienes la menor dificultad a la hora de conseguir mujeres, ni te plantees andar detrás de ellas, sería para ti ese un camino lleno de dificultades, de baches y de desengaños, a cual peor, que te irán apagando lentamente, así como tu ilusión por vivir, disfrutar de la vida y estar con una mujer. Con las mujeres, amigo mío, o te es facilísimo o te va a resultar imposible, hagas lo que hagas.
Cuando yo tenía veinte años, no hacía nada que me hiciera merecedor de la menor atención por su parte por encima de vosotros, ni las prestaba la menor atención ni trataba de complacerlas lo más mínimo; sin embargo siempre encontraba mujeres revoloteando a mi alrededor, como también a otros compañeros o amigos, que me tomaban como a una especie de líder, primer inter pares, al que seguían y a su manera admiraban y querían.
Ahora que me encuentro en la mediana edad, resulto invisible para las mujeres, así como para el resto de hombres, que no ven en mí, ningún tipo de referente. Supongo que piensan, porque alguna vez lo han comentado, que soy una buena persona, inofensiva, quizá carente de carisma, popularidad o el menor magnetismo. No es algo que me preocupe eso, porque en determinados ámbitos prefiero mantener ese perfil, que las mujeres no me codicien pero tampoco me teman y que los hombres no me tomen como una amenaza, simplemente pasar desapercibido de un mundo, una sociedad, que cada día me interesa menos y sí más mi pequeño mundo apacible y solitario, al que ya no estoy dispuesto a renunciar.
Pero no dejo de pensar en vosotros y en mí mismo, y como os esforzais por algo que cada vez os resulta más desalentador, conseguir la atención de una mujer, una implicación mínima con vosotros, sin daros cuenta de que eso es algo que se tiene de manera natural o no, buscarlo a base de regalos, de poses, de suplicar casi mendigando su atención, de andar detrás de ellas como perrito en celo, solo os condenará ya digo a mayores cotas de frustración, a pérdida de vuestra menguante autoestima, a sentiros mierda en definitiva, y descargar ese malestar con un odio ya indisimulado hacia las mujeres, porque no os quieren, no os desean, no las importais y se permiten el lujo o la crueldad gratuita de mostraros esa indiferencia, ese desdén cotidiano en numerosos gestos y pequeñas y grandes afrentas para vuestro ego.
Es un juego ese autodestructivo, mejor es tirar la toalla, aceptar la realidad, no les interesais a las mujeres, no os sintáis menos por eso, de hecho la mayoría de los hombres no les interesan lo más mínimo, solo buscan al líder, al alfa, al guapo y popular, y desentendeos de ellas, como decía Visilleras es un juego en el que la única victoria es no jugar.
Si eres del grupo de los populares, de los alfas, ningún consejo que te dé, te va a ayudar, siempre encontrarás a alguna suspirando por ti, te lo propongas o no. Si no eres de ese grupo, hagas lo que hagas, nunca suspirarán por ti, podrán tolerarte de mala gana, tras muchos ruegos y requerimientos, como ultima opción, fácilmente intercambiable por otro. Nada que te vaya a llenar o a hacerte sentir genuinamente bien o feliz con esa persona.
Y eso es todo. La vida es así de puta, nadie dijo que fuera fácil o justa, pero el secreto de la felicidad o al menos de combatir el sufrimiento es ser consciente de lo que uno es y lo que uno tiene y sobre ello jugar sus cartas para encontrar el mayor bienestar o el menor malestar posible, sin complicarse la vida en batallas perdidas de antemano.
Ese es mi consejo ahora que cada cual haga lo que quiera, o pueda o sus hormonas le dicten si no es capaz de controlarlas, el resultado va a ser el mismo. Como decía Groucho Marx: Partiendo de la nada, alcanzar las mayores cimas de la miseria.
Grabatelo en la mente: Con las mujeres o es facilísimo o es imposible.
Y actúa en consecuencia.
Solo quiero ahorraros sufrimientos innecesarios en una vida ya de por sí bastante complicada y fatalista.
https://www.burbuja.info/inmobiliaria/amistoso-dialogo-hombres-y-mujeres/513473-o-facil-o-imposible.html
Quizas es demasiado pesimista, pero no va desencaminado del todo creo.
Uno les ha enlazado este foro. Igual viene sangre nueva a estos lares...