Richard Nixon, que debio su victoria -como se ha dicho- a la bala que cego la vida a Robert Kennedy, estuvo a punto de tener muy mala suerte cuando, al deber abandonar la Casa Blanca, estuvo cerca de ingresar en el hospital de Bethesda. Fue un episodio digno de una pelicula de Hitchcock: los medicos de la Casa Blanca, tratando de internar a Nixon en aquel hospital; este oponiendose con todas sus fuerzas, apoyado por sus abogados y recluyendose en su rancho de San Clemente, protegido por todo un ejercito de guardaespaldas.
La anterior alusion al Hospital de Bethesda que pertence a la Marina de los Estados Unidos, merece una explicacion. El Secretario de Marina James Forrestal, que se oponia con ahínco al reconocimiento del Estado de Israel, fue víctima de una tremenda campaña de prensa, siendo acusado de antisemitismo. EL "buda" de la prensa americana, Drew Pearson (alias Lifchitz), anuncio al mundo por radio que Forrestal estaba mentalmente enfermo. Pese a su formal negativa, fue internado en el Hospital de Bethesda. Nada mas ingresar, anuncio que al día siguiente daría una conferencia de prensa en la que denunciaría la campaña que contra él se había desarrollado. Pero aquella misma noche fatal sucedió algo. Cayó por la ventana. ¿Se arrojó él?..¿fue empujado?. Lo único que se sabe es que murió en circunstancias más que extrañas, y que el principal oponente en América a la creación del "Estado de Israel", desapareció con la mayor oportunidad.
El general Wedemeyer, uno de los mas brillantes estrategas norteamericanos y de los mejor informados sobre asuntos del Extremo Oriente, escribió un informe, que se hizo famoso, sobre los errores de la Mision Marshall, que culminaron con el abandono de Chiang-kai-Check y la toma de poder por Mao-Tse-Tung. Como rehusara modificar el informe, haciendolo acorde con la linea oficial de la administracion Truman, fue relevado de su cargo y se le aconsejo que se sometiera a una revisión médica en el Hospital de Bethesda. Allí fue Wedemeyer (conocido por sus acérrimas convicciones cristianas) y, segun la version oficial, se suicidó arrojándose por una ventana.
La maldicion del Hospital de Bethesda habría de cobrarse una tercera victima: el senador McCarthy. El nombre de ese senador por Wisconsin ha quedado para siempre asociado a la "caza de brujas", creándose un neologismo: el "Mccarthysmo" que ha sido incorporado a la lengua inglesa como sinónimo de acoso injusto a personas inocentes. Sin entrar en valoraciones de Joseph Raymond McCarthy, conviene puntualizar que fue democraticamente nombrado por una mayoría de senadores para que presidiera una comisión senatorial que investigase la infiltración de agentes comunistas en la alta administración de su país. Desenmascaró a más de medio centenar de agentes y espías enemigos.
Para desacreditarle una gran campaña de prensa le acuso de "lunático" que "veía visiones". Lo que se olvida, es que McCarthy no condeno a nadie: él se limitó a acusar ante jueces del Estado Federal...y todos los acusados fueron hallados culpables por democráticos jurados y sentenciados por no menos democráticos jueces.
La Comision McCarthy se hallaba en plena investigacion del Coronel de Intendencia Peress, convicto de perjurio y posteriormente ascendido a General. McCarthy le dijo al general Zwicker, quien había propuesto el ascenso de Peress, que este no era digno de llevar el uniforme. Esto bastó para que el coronel Tydings -nombrado a dedo por el Presidente Eisenhower- disolviera la Comisión McCarthy, cuya muerte política se debió a la inquina personal de Eisenhower que, sin embargo, había utilizado la popularidad del senador de Wisconsin como decisiva baza electoral. Pero no bastaba con la muerte política.
Segun cuenta su biógrafo, Medford Evans, dos agentes de policía se lo llevaron a la fuerza para que lo examinara un psiquiatra, quien ordenó que fuera recluido en el Hospital de la Marina de Bethesda, para ser sometido a un examen mas profundo. McCarthy murió en ese fatídico hospital, pero en esta ocasión no se recurrió al salto por la ventana. Simplemente murió de una "hepatitis no infecciosa", segun indicaba el acta de defunción, aunque un médico declaró a la prensa que el enfermo no padecía hepatitis. La familia exigió que se realizara la autopsia, a lo que las autoridades médicas, insólitamente se negaron y McCarthy fue enterrado apresurademente.
Tras los episodios de Forrestal, Wedemeyer y McCarthy, no puede sorprender la renuncia de Nixon a ser ingresado en el temible hospital de Bethesda, máxime si es cierto, como afirma el ya citado Evans, que ademas se han dado otros cuatro casos de muertes sospechosas en tan enigmático "centro de salud".