Aprovechando que esta puesto este post, voy a tener mi sesión de odio de hoy, y me desahogo contando una cosa que he visto hace dos dias y desde entonces que tengo en la cabeza dándole vueltas y poniéndome malo de recordarlo.
Normalmente suelo pensar para mis adentros: no, tienes que ver las cosas desde otra perspectiva, no puedes ir pensando 'qué hijos de puta' a cada uno que te cruces porque andarías todo el dia amargado, modera tu furia. Pero es que no hay manera, se encargan de ponerte en tu sitio a cada poco. Parece que no pueden vivir tranquilos si no les odias.
Hace dos o tres dia iba por Canillejas, barrio popular de Madrid, de esos que parece que aún son un pueblo, y que por desgracia se están llenando de chusma por eso de que son barrios baratos.
De pronto veo a unos cinco metros a unos cuantos chiwacas de estos, de unos 11 o 12 años, con las pintas de rigor, el pelo engominado haciendo una cresta uno, la gorra de malvado calada hasta las cejas otro, en fin, que se van haciendo dañinos para la vista desde pequeños. El sentido común y el haber lidiado y convivido con esta gente, ya te hace inmediatamente poner más atención, y sin poder evitarlo les miras con asco y mala cara, llega un momento en que es imposible no hacerlo.
Están todos mirando hacia la derecha, y riéndose, y había otro que estaba en el sitio hacia donde miraban. Entonces uno dice 'no, que hay mucha gente, venga'. Entonces veo hacia donde miraban, y viene por la calle de la derecha un chaval de su misma edad, español, con más cara de crío, el típico pringaíllo de la clase, escuchando con los auriculares y todo ensimismado. A saber la que le tenían preparada. No sé si el tipo estaba al loro, ni la de collejas que le habrán dado estos monos, pero la cantidad de odio que están generando les pasará factura algún dia. Y viendo estas cosas, uno no puede más que desear que así sea, y que la factura sea de las gordas.
Que hijos de puta siempre ha habido, eso está claro, pero es que a estos sus padres no les ponen una mano encima ni de coña (tienen que usarla para sujetar la botella), y la policía les hace descojonarse de la risa, con lo cual la cosa va hacia una situación muy jodida.