Ciclon Larry
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- 21 Ago 2007
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Expongo aquí un asunto que a más de un forero debería de alegrarle o al menos hacerle ver las cosas de una manera más positiva.
Uno que ya ha vivido un poquico, pues llega a un punto donde se la pela reconocer algunas fases de su vida –por suerte superadas- en las que se da cuenta de cuanto gilipollico fue en su momento. Me refiero a la “etapa pagafantera” que muchos de nosotros hemos vivido, algunos superado y otros aún permanecen en ella.
El asunto es que el “pagafantismo” tiene su función en la vida, en la modelación del carácter y en el “éxito social” (no se me ocurre como llamarlo, aunque el término me suena demasiado pretencioso) posterior del sujeto/a.
A ver, no trato de decir que ser pagafantas sea bueno. Ser pagafantas no mola, te pone en situaciones ridículas y encima te hace sufrir un montón. Pero como dice el dicho, “lo que no te mata, te hace más fuerte”.
El pagafantismo tiene fases y una función biológico-social muy interesante:
Digamos que hay dos caminos para "cazar" a la gacela coja: o eres el león machote de la selva o eres el león acojonao. Como leones machotes no hay muchos, creo que los pagafantas son (somos, fui) una proporción mucho mayor que el de los machotes.
Gestación del pagafantas:
- Al principio cuando empiezas a salir, el rollo Disney y los mensajes igualitarios-progres-feminazis te ha hecho deducir, por error, que una mujer te querrá por tu interior, tu comprensión y tu infinita bondad, a pesar de que tengas cara pringao y pinta adefesio. Que debes tratarla como a ti te gustaría que te trataran y que el amor surgirá. El pagafantas ha nacido.
Crecimiento del pagafantas:
- Luego comienzas a interactuar con otras chicas que, por probabilidad, a algunas les caerás bien, a otras les darás lástima e, incluso -aunque poco probable- a alguna le gustarás -seguramente a una desesperada-. El caso es que el pagafantas creerá que su sistema funciona: está conociendo chicas con su jovial forma de ser, incluso se lleva bien con ellas. Se ha olvidado de su pinta de pringao, ha recibido cierta interactividad positiva y empieza a creer que todo es posible. El pagafantas ha crecido.
Climax y posterior declive del pagafantas:
- Nuestro pagafantas, crecido por su ¿exito? amiguil ante las mujeres, se propone ir un paso más allá. Se pone de objetivo esa nueva "amiguita" que ha hecho, esa que está un punto de buenorraca por encima de las demás. Cuando nació, el pagafantas nunca pensó que podría aspirar a semejante presa, pero ahora que ha crecido, “el límite es el cielo”. Entonces, irá a por la tiparraca, confiado en su "buen rollito" con ella y se dará una ostia de narices cuando la susodicha en cuestión le diga que de qué va, que le cae bien y eso, pero que no quiere nada con él. El pagafantas se ha dado de bruces con la realidad, no es amistad sino compasión –o aprovechamiento- lo que tiene, y sabe que esa noche de nuevo volverá solo a su redil a pelársela como un mono.
Muerte del pagafantas y transformación en folla-hembras:
- Todo el universo interior del pagafantas, su concepción de las relaciones hombre-mujer, su “sistema de ligoteo”, ha caído por completo. Surgen múltiples interrogantes: ¿por qué no me hace caso? ¿por qué se ha ido con ese otro pendejo? ¿Por qué, si la trato con respeto y cariño, y trato de que tenga confianza conmigo, no quiere nada más? No decía la Disney que encontraría a mi princesa encantada? ¿No es como en las pelis, en la que el debilucho termina enfrentándose con el capitán del equipo de rugby y finalmente sale victorioso?
Pues no, gilipollas. El efecto catalizador positivo será inversamente proporcional a la cantidad de pagafantismo empleado por el sujeto. Cuanto más haya hecho el gili, más fácil será darse cuenta de que el rollo con las hembras no va por ahí. Por tanto, si es inteligente, cambiará de actitud.
Pero ojo, hay una fase del pagafantas que es positivo y no deberíamos obviar: el crecimiento del pagafantas. Ahí ha tenido un acercamiento real y positivo hacia mujeres. Se ha acercado a la gacela y la gacela le ha dejado entrar en su manada. Sin embargo, en esa fase el pagafantas no conocía la fase del climax pagafantero y se pasó de acercamiento. En esta ocasión, el aprendizaje debería ayudarle a acercarse a la gacela, que bajará la guardia en algún momento, si hemos sido astutos. Ahí, en ese momento, está la diferencia entre pagafantas y el folla-hembras: hay que recordarle a la gacela que eres león. Y si lo haces bien, cazarás más gacelas de lo que imaginas.
Uno que ya ha vivido un poquico, pues llega a un punto donde se la pela reconocer algunas fases de su vida –por suerte superadas- en las que se da cuenta de cuanto gilipollico fue en su momento. Me refiero a la “etapa pagafantera” que muchos de nosotros hemos vivido, algunos superado y otros aún permanecen en ella.
El asunto es que el “pagafantismo” tiene su función en la vida, en la modelación del carácter y en el “éxito social” (no se me ocurre como llamarlo, aunque el término me suena demasiado pretencioso) posterior del sujeto/a.
A ver, no trato de decir que ser pagafantas sea bueno. Ser pagafantas no mola, te pone en situaciones ridículas y encima te hace sufrir un montón. Pero como dice el dicho, “lo que no te mata, te hace más fuerte”.
El pagafantismo tiene fases y una función biológico-social muy interesante:
Digamos que hay dos caminos para "cazar" a la gacela coja: o eres el león machote de la selva o eres el león acojonao. Como leones machotes no hay muchos, creo que los pagafantas son (somos, fui) una proporción mucho mayor que el de los machotes.
Gestación del pagafantas:
- Al principio cuando empiezas a salir, el rollo Disney y los mensajes igualitarios-progres-feminazis te ha hecho deducir, por error, que una mujer te querrá por tu interior, tu comprensión y tu infinita bondad, a pesar de que tengas cara pringao y pinta adefesio. Que debes tratarla como a ti te gustaría que te trataran y que el amor surgirá. El pagafantas ha nacido.
Crecimiento del pagafantas:
- Luego comienzas a interactuar con otras chicas que, por probabilidad, a algunas les caerás bien, a otras les darás lástima e, incluso -aunque poco probable- a alguna le gustarás -seguramente a una desesperada-. El caso es que el pagafantas creerá que su sistema funciona: está conociendo chicas con su jovial forma de ser, incluso se lleva bien con ellas. Se ha olvidado de su pinta de pringao, ha recibido cierta interactividad positiva y empieza a creer que todo es posible. El pagafantas ha crecido.
Climax y posterior declive del pagafantas:
- Nuestro pagafantas, crecido por su ¿exito? amiguil ante las mujeres, se propone ir un paso más allá. Se pone de objetivo esa nueva "amiguita" que ha hecho, esa que está un punto de buenorraca por encima de las demás. Cuando nació, el pagafantas nunca pensó que podría aspirar a semejante presa, pero ahora que ha crecido, “el límite es el cielo”. Entonces, irá a por la tiparraca, confiado en su "buen rollito" con ella y se dará una ostia de narices cuando la susodicha en cuestión le diga que de qué va, que le cae bien y eso, pero que no quiere nada con él. El pagafantas se ha dado de bruces con la realidad, no es amistad sino compasión –o aprovechamiento- lo que tiene, y sabe que esa noche de nuevo volverá solo a su redil a pelársela como un mono.
Muerte del pagafantas y transformación en folla-hembras:
- Todo el universo interior del pagafantas, su concepción de las relaciones hombre-mujer, su “sistema de ligoteo”, ha caído por completo. Surgen múltiples interrogantes: ¿por qué no me hace caso? ¿por qué se ha ido con ese otro pendejo? ¿Por qué, si la trato con respeto y cariño, y trato de que tenga confianza conmigo, no quiere nada más? No decía la Disney que encontraría a mi princesa encantada? ¿No es como en las pelis, en la que el debilucho termina enfrentándose con el capitán del equipo de rugby y finalmente sale victorioso?
Pues no, gilipollas. El efecto catalizador positivo será inversamente proporcional a la cantidad de pagafantismo empleado por el sujeto. Cuanto más haya hecho el gili, más fácil será darse cuenta de que el rollo con las hembras no va por ahí. Por tanto, si es inteligente, cambiará de actitud.
Pero ojo, hay una fase del pagafantas que es positivo y no deberíamos obviar: el crecimiento del pagafantas. Ahí ha tenido un acercamiento real y positivo hacia mujeres. Se ha acercado a la gacela y la gacela le ha dejado entrar en su manada. Sin embargo, en esa fase el pagafantas no conocía la fase del climax pagafantero y se pasó de acercamiento. En esta ocasión, el aprendizaje debería ayudarle a acercarse a la gacela, que bajará la guardia en algún momento, si hemos sido astutos. Ahí, en ese momento, está la diferencia entre pagafantas y el folla-hembras: hay que recordarle a la gacela que eres león. Y si lo haces bien, cazarás más gacelas de lo que imaginas.