Mal...
Alguna mente pensante habrá pensado que era una idea brillante, pero no deja de ser un insulto a la gente que trabaja o vive del campo. Por cosas como está la izquierda cada vez causa más rechazo en el mundo rural. Antes esto vendía, ahora da asco y pena. Pero la izquierda sigue aferrada a sus costumbres y no termina de enterarse.
Hay que prestar atención a los detalles del bodegon. Han buscado una finca llana, con olivos pequeños y al lado del camino. Que no tenga que andar mucho y no se manche de barro. Primer hay que mirar su outfit. Zapatillas nuevas y relucientes. El chándal con el que sale los domingos a comprar El País. Nadie va trabajar al campo así. Te pones lo más viejo que tienes.
Luego la forma de trabajar. Dándole a las ramas bajeras todo el rato. Ni cinco segundos dándole a la única rama alta. Ahí que tirar del peine para eso y cansa.
Menudos apesebrados y barrigas agradecidas tiene que ser los que se han prestado a eso.