mister4
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TL;DR he descubierto una "pensadora" que opina que los test de paternidad son mu malos, el link está abajo. Leedlo y comentamos.
Buenos días chicos, hacía tiempo que no escribía nada pero hace poco me encontré con una cosilla que me gustaría que ignoraseis.
Estaba el otro día debatiendo en otro sitio (uno donde funciona el puto buscador) sobre el feminismo moderno y tal. Yo sostenía la tesis que voy a resumir aquí y ahora: el origen de la misoginia es la temible paternidad incierta, que, supongo, no necesita explicación. Las mujeres pueden estar razonablemente seguras de que el bebe que se retuerce en sus tripas es suyo, pero los hombres nunca podemos estar al 100% seguros. Nuestra incertidumbre aumenta en relación explosivamente directa a la promiscuidad de la mujer en cuestión, y por ello en todas las sociedades patriarcales, o en las que la opinión del hombre tiene alguna importancia, la sexualidad femenina ha sido considerada la enemiga de la corrección social. La Iglesia Católica, que es la más nos suena a nosotros y una de las máquinas de represión social mejor engrasadas (hurra! hurra!), dio una solución bastante buena a la paternidad incierta: por un lado demonizaba la sexualidad femenina, y por otro obligaba a los hombres a hacerse responsables del vástago, se tuviesen dudas o no. Poco original, el resto de religiones monoteístas son parecidas, pero funciona: en los países con mayores indices de creyentes, la natalidad es mucho más alta. Por supuesto, religión y alta natalidad tienen otro denominador común además de la represión sexual femenina: la profunda estupidez. Pero ese es otro tema que daría para un subforo entero.
En general fui contestado con ese viejo principio que estaba cansado de leer aquí: "lo óptimo para una mujer es engendrar con un alpha y que los nenes los críe un beta". No entré a pedir definiciones de "alpha" y "beta" porque sabía que el debate acabaría allí, me comí la bala y seguí adelante. Es cierto que he observado una disociación entre la clase de gente que las mujeres "desean" y "quieren". Mayormente quieren a unos a los que se follan como "compensación", (lease poco y mal) de una manutención o de estabilidad sentimental, y desean a otros que se follarían a cambio de nada. Por supuesto, admití, el largo (y creciente) periodo de cría en la especie humana requiere de monogamia y estabilidad, y a la vez las mujeres tienen que buscar los mejores genes para perpetuar, dos fuerzas que no tienen porque converger en la misma persona. La solución de engendrar con uno y encularselo al otro parece servir para arreglar ese problema, dejando sólo un poso de permanente insatisfacción que nosotros llamamos paternidad incierta.
La solución de la Iglesia estuvo bien mientras siguió habiendo Iglesia, pero eso se acabó. Ahora cualquiera que aspire a ser más inteligente que sus animales domésticos es ateo, o agnóstico*, y lo que la Iglesia diga tiende a importarle sólo al fascio radical, que además no tienen problemas en mandar a abortar a la nieta en secreto si el padre pudiera ser un nigro o algo así. La sexualidad femenina es celebrada y la paternidad incierta ha vivido ciertos años de esplendor. La natalidad ha caído en picado y los divorcios son el pan nuestro de cada día**. Pero claro, entre un "beta" y un "omega" hay casi un alfabeto entero, los betas no se rinden sin pelear y los betest of the world, los científicos, dieron una solución radical que volvió a criminalizar la sexualidad femenina otra vez: los architemidos TEST DE PATERNIDAD, muahahaha. Behold your end, bitches! Por unos cuantos euros y con dos bastoncillos, un hombre puede eliminar la paternidad incierta de su vida y dejar a la promiscua a cargo de una maravillosa familia monoparental. Las feministas, incapaces de combatir la ciencia con ciencia, hicieron sus lobbys y sus cosas y en muchos casos consiguieron leyes que obligan al no-padre a mantener a su probadamente no-hijo, pero eso es tal contrasentido, va tan obviamente en contra de la lógica y la moral intersubjetiva, que poco a poco irá desapareciendo. La batalla la han de ganar culturalmente, para después forzar una prohibición total de los test de paternidad, aventuré. Añadí que tenía serias dudas de que existiese un núcleo pensante feminista capaz de convencer a alguien de que un test de paternidad era peligroso o dañino, y se rieron de vuestro querido conforero. He aquí el primero del que tengo la sensación serán muchos artículos en contra de los test de paternidad:
Who’s the daddy? | The Spectator
Está en inglés pero os recomiendo encarecidamente que hagáis el esfuerzo. El resto del hilo comentamos las conclusiones que saquéis, ok? xoxo
* Agnósticos hay de dos tipos: los que realmente son creyentes pero no tienen cojones a admitirlo, o los que son ateos y no tienen cojones a admitirlo. Con lo de la inteligencia me refiero sólo a los segundos.
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Buenos días chicos, hacía tiempo que no escribía nada pero hace poco me encontré con una cosilla que me gustaría que ignoraseis.
Estaba el otro día debatiendo en otro sitio (uno donde funciona el puto buscador) sobre el feminismo moderno y tal. Yo sostenía la tesis que voy a resumir aquí y ahora: el origen de la misoginia es la temible paternidad incierta, que, supongo, no necesita explicación. Las mujeres pueden estar razonablemente seguras de que el bebe que se retuerce en sus tripas es suyo, pero los hombres nunca podemos estar al 100% seguros. Nuestra incertidumbre aumenta en relación explosivamente directa a la promiscuidad de la mujer en cuestión, y por ello en todas las sociedades patriarcales, o en las que la opinión del hombre tiene alguna importancia, la sexualidad femenina ha sido considerada la enemiga de la corrección social. La Iglesia Católica, que es la más nos suena a nosotros y una de las máquinas de represión social mejor engrasadas (hurra! hurra!), dio una solución bastante buena a la paternidad incierta: por un lado demonizaba la sexualidad femenina, y por otro obligaba a los hombres a hacerse responsables del vástago, se tuviesen dudas o no. Poco original, el resto de religiones monoteístas son parecidas, pero funciona: en los países con mayores indices de creyentes, la natalidad es mucho más alta. Por supuesto, religión y alta natalidad tienen otro denominador común además de la represión sexual femenina: la profunda estupidez. Pero ese es otro tema que daría para un subforo entero.
En general fui contestado con ese viejo principio que estaba cansado de leer aquí: "lo óptimo para una mujer es engendrar con un alpha y que los nenes los críe un beta". No entré a pedir definiciones de "alpha" y "beta" porque sabía que el debate acabaría allí, me comí la bala y seguí adelante. Es cierto que he observado una disociación entre la clase de gente que las mujeres "desean" y "quieren". Mayormente quieren a unos a los que se follan como "compensación", (lease poco y mal) de una manutención o de estabilidad sentimental, y desean a otros que se follarían a cambio de nada. Por supuesto, admití, el largo (y creciente) periodo de cría en la especie humana requiere de monogamia y estabilidad, y a la vez las mujeres tienen que buscar los mejores genes para perpetuar, dos fuerzas que no tienen porque converger en la misma persona. La solución de engendrar con uno y encularselo al otro parece servir para arreglar ese problema, dejando sólo un poso de permanente insatisfacción que nosotros llamamos paternidad incierta.
La solución de la Iglesia estuvo bien mientras siguió habiendo Iglesia, pero eso se acabó. Ahora cualquiera que aspire a ser más inteligente que sus animales domésticos es ateo, o agnóstico*, y lo que la Iglesia diga tiende a importarle sólo al fascio radical, que además no tienen problemas en mandar a abortar a la nieta en secreto si el padre pudiera ser un nigro o algo así. La sexualidad femenina es celebrada y la paternidad incierta ha vivido ciertos años de esplendor. La natalidad ha caído en picado y los divorcios son el pan nuestro de cada día**. Pero claro, entre un "beta" y un "omega" hay casi un alfabeto entero, los betas no se rinden sin pelear y los betest of the world, los científicos, dieron una solución radical que volvió a criminalizar la sexualidad femenina otra vez: los architemidos TEST DE PATERNIDAD, muahahaha. Behold your end, bitches! Por unos cuantos euros y con dos bastoncillos, un hombre puede eliminar la paternidad incierta de su vida y dejar a la promiscua a cargo de una maravillosa familia monoparental. Las feministas, incapaces de combatir la ciencia con ciencia, hicieron sus lobbys y sus cosas y en muchos casos consiguieron leyes que obligan al no-padre a mantener a su probadamente no-hijo, pero eso es tal contrasentido, va tan obviamente en contra de la lógica y la moral intersubjetiva, que poco a poco irá desapareciendo. La batalla la han de ganar culturalmente, para después forzar una prohibición total de los test de paternidad, aventuré. Añadí que tenía serias dudas de que existiese un núcleo pensante feminista capaz de convencer a alguien de que un test de paternidad era peligroso o dañino, y se rieron de vuestro querido conforero. He aquí el primero del que tengo la sensación serán muchos artículos en contra de los test de paternidad:
Who’s the daddy? | The Spectator
Está en inglés pero os recomiendo encarecidamente que hagáis el esfuerzo. El resto del hilo comentamos las conclusiones que saquéis, ok? xoxo
* Agnósticos hay de dos tipos: los que realmente son creyentes pero no tienen cojones a admitirlo, o los que son ateos y no tienen cojones a admitirlo. Con lo de la inteligencia me refiero sólo a los segundos.
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