En el fastuoso palco del Bernabéu se gastan bromas entre algunos de sus visitantes que se dan el “queo” de “cuidado con las carteras, cuidado con las carteras”, avisando de que no es blanco todo lo que reluce en ese balcón del fútbol nacional, porque desde que llegó Calderón, amén de palmeros, pelotas, buscavidas y famosos de todo pelaje, también han pasado por allí gentes bajo serias sospechas judiciales cuyos “currículum” procesales están empezando a salir, como no podía ser de otra manera —que diría Zapatero— y se veía venir.
La sombra de la corrupción ‘malaya’ de Marbella vuelve a extenderse por el palco del Real Madrid que preside Calderón, porque uno de sus habituales visitantes, el ex comisario Florencio Sanagapito, persona muy relacionada con el vicepresidente blanco, Pedro Trapote, ha sido detenido por orden del juez de Marbella e imputado por varios y presuntos delitos emparentados con la trama del inefable José Luis Roca, quien permanece en la prisión de Alhaurín.
No es el primer caso, porque en su día y por otros motivos, también de la ‘operación Malaya’, ya fue encarcelado el constructor Fidel Sanromán, de quien se dijo que puso los avales de Ramón Calderón en su candidatura a la presidencia blanca, después que ambos —los dos buenos amigos del citado Trapote— estuvieran juntos en la directiva que se hizo con el control de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, de donde fueron descabalgados tras la imputación de Sanromán en la ‘operación Malaya’. La que todavía puede deparar sospechas que van incluso desde España a Francia (pisos en París), y que veremos si no invitan también a declarar al empresario discotequero Trapote, a quien sus amigos llaman Trapone, al tiempo que lo presentan como una estrella adinerada del famoseo nacional por causa de festejos que organiza en espantosas fincas, y en los que gusta acompañarse de un combo de periodistas y de personajes conocidos, como el marido de la infanta doña Elena, Jaime de Marichalar.
Las andanzas del tridente, Calderón, Trapote y Sanromán, eran de muchos conocidas, pero ahora se amplían con la detención e imputación de este ex colaborador de Rafael Vera, y al parecer del famoso Roca, hilo o conexión que podría conducir a una nueva madeja de la que sólo Dios sabe lo que nos puede deparar. De momento, podemos afirmar que en el entorno de Trapote impera el pánico y la ansiedad por la especialísima relación del discotequero con este santo (Sanagapito), que es menos rico pero casi tan santo como el otro (Sanromán), que Dios los cría y todos ellos se juntan en Marbella o en el palco del Madrid, que bien podría ser el del Palermo como las cosas sigan así.
Y quede constancia de que esto del ladrillo, corrupciones e imputaciones no es un asunto sólo del Real Madrid, porque el Atlético lo tuvo con los Gil —y por allí anda uno de la familia, Miguel Ángel, con la ayuda de Enrique Cerezo en pos del gran pelotazo del Manzanares—, como en su día ocurrió con el Barça y otros equipos, porque los ricos del ladrillo se han hecho con el control del fútbol español, aunque la camada Marbellí es para asombrar. No en vano Sandokán, otro malayo, fue el dueño y señor del Córdoba, y el ex presidente del Sevilla, Caldas, también ha aparecido por el lío marbellí, ciudad que ha dado, por lo que se ve, mucha clientela para los más altos palcos del fútbol nacional y para los juzgados de la ciudad.