caco3
Freak
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He estado leyendo las consecuencias de los últimos atentados frustados de Londres: no poder llevar equipos electrónicos como equipaje de mano. Yo ahora mismo estoy en Canarias en el domicilio paterno y me traje un portátil. No sé cómo irá la cosa, pero como no pueda volver con él en la mano, y lo tenga que facturar, ya me puedo ir olvidando de él: Iberia me lo devolverá hecho trocitos y la única duda es en cuántos.
Por otro lado, desde el 2001, tenemos que sufrir tediosos controles de policía y acudir bastante antes al aeropuerto.
Todo eso está muy bien, puesto que se realiza por la propia seguridad del pasajero. El problema está en cuando se analiza la causa.
La condición necesaria para que un tío pretenda volar un avión es que crea en las mentiras de Mahoma.
Eso significa que el que no cree, no será el terrorista, por lo que es innecesario que sufra los controles y las restricciones. Y, sin embargo, todo el mundo tiene que pasar por los controles y someterse a las mismas normas.
¿Y por qué coño? Eso que se lo hagan a los moros que ellos son el problema. A mí que me exija la Compañía la partida de bautismo o un certificado del cura de mi barrio en que da fe de que soy cristiano, lo haga constar en el billete, y que me dejan pasar como se pasaba antes. Y el moro que apostate o que se trague el control de policía y que meta el mp3 en la maleta.
Por otro lado, desde el 2001, tenemos que sufrir tediosos controles de policía y acudir bastante antes al aeropuerto.
Todo eso está muy bien, puesto que se realiza por la propia seguridad del pasajero. El problema está en cuando se analiza la causa.
La condición necesaria para que un tío pretenda volar un avión es que crea en las mentiras de Mahoma.
Eso significa que el que no cree, no será el terrorista, por lo que es innecesario que sufra los controles y las restricciones. Y, sin embargo, todo el mundo tiene que pasar por los controles y someterse a las mismas normas.
¿Y por qué coño? Eso que se lo hagan a los moros que ellos son el problema. A mí que me exija la Compañía la partida de bautismo o un certificado del cura de mi barrio en que da fe de que soy cristiano, lo haga constar en el billete, y que me dejan pasar como se pasaba antes. Y el moro que apostate o que se trague el control de policía y que meta el mp3 en la maleta.