QUASIMOCO - The further adventures of Lord Rat

La rata con mochila

Aborto de Forero
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17 Jun 2011
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Me llena de orgullo y satisfacción abrir este hilo, que espero les sea de interés y aprecio, donde les narraré mis viajes, mis aventuras esquizoides, según se le vayan ocurriendo a mi demacrado córtex.

Me llamo Quasimoco, aunque en los círculos francmasónicos, beatnicks y demás colectivos selectos soy más conocido, simple y llanamente, como "La rata con mochila", "Moco" o "Eusebio".

Y, para que no pierdan la pista, les dejo con el índice de episodios, que se irá actualizando según vayan publicándose en ésta, nuestra Santa Casa.


EP I: "Camino del Éxodo"
EP II: "A vida o muerte"
EP III: "Ascetismo onírico"
EP IV: "Also sprach Gehörtenratte"

 
"Camino del éxodo"

CAMINO DEL ÉXODO

Sugerencia de ambiente musical
Escuchar Koop Island Blues koop featuring ane brun - goear.com
Todavía recuerdo, como si fuera ayer, el día en que dejé las parideras en las que me crié.
Era un lugar saturado de desechos, lleno de animales coprófagos con candilomas labiares y quistes encefálicos, todos ellos en un nivel de densidad de población sofocante: cucarachas, gusanos, moscas verdes, gitanos... y, por supuesto, ratas.
Y aquel lugar era, como no podía ser de otra forma, mi inolvidable y añorado Vertedero de Rivas Vaciamadríc.


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Tomando la fresca en mi barrio, abril de 1992

Éramos muchas bocas que alimentar, y eso no supuso ningún problema... hasta el día en que los hijos de puta de la Comunidad de Madrid y su Delegación de Medio Ambiente decidieron borrar mi ciudad-vertedero del mapa, sometiendo a nuestra población de infraseres a un holocausto sin precedentes.
De la noche a la mañana aparecieron docenas de máquinas excavadoras y volquetes, pero eso no fue lo peor. Los facinerosos más retorcidos vinieron armados con plaguicidas químicos, que rociaron con una manguera por todo el área.

Yo no quería dejar mi precioso hogar, con sus líquenes y especies blattodeas endémicas, tan bonitas y espléndidas como el aire en primavera, por lo que decidí aguantar contra viento y marea, junto a mis hermanos myomorfos.

Digamos que no me apetecía, en absoluto, eso de convertirme en un ruin judío desterrado.

Pero pasaron las semanas, los meses, y aquel lugar era menos habitable por momentos.

Las deliciosas heces, base de nuestra cadena alimenticia, comenzaron a escasear a unos niveles alarmantes. Las moscas, cucarachas, gusanos y gitanos se alimentaban de los valiosos excrementos humanos, y nosotras las ratas, a su vez, nos alimentábamos mayormente de estos animales por su alto valor proteínico.


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Foto de recién nacido, marzo de 1986

La hambruna era el pan de cada día, y el pillaje se convirtió en algo cotidiano.
Las cucarachas y las moscas migraron a podrigueras más sustanciosas, quedándonos tan sólo unos pocos allí, en un acto de resistencia ante los elementos, un simbolismo inútil contra lo inexorable, que sería derribado y aplastado tarde o temprano.

Pero era mi lugar, mi patria, mi bandera.
Era mi santa casa.
Recuerdo un día, de joven, que mi padre me habló de los sentimientos de pertenencia, del amor hacia la tierra de uno.
-Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso, es un bálsamo. No se extraña un vertedero. Se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañas si te mudas a diez montes de estiercol. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un vertedero, es un tarado mental. La patria es un invento. Uno se siente parte de muy poca gente. Tu país son tus amigos y eso sí se extraña.

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Cenando con mi padre, en un restaurante burgués que te cagas, y hablando del
sentido
de la vida, la patria, el amor y demás temas perrofláuticos.

Pero yo era un rebelde total, un desheredado del mundo capitalista, un Sin Dios, comunista y buen consumidor de dimetiltriptaminas, por lo que decidií que jamás me marcharía de mi vertedero natal, de mi amada cloaca.
Tenía tantos recuerdos en aquel lugar, me dejaban el jaco y el speed a tan buen precio, había asistido a tantas orgías endogámicas con mis hermanas... que me negaba a marcharme.

Pero llegó el terrible día, el apocalipsis local de aquel zoológico infesto, o por lo menos a nivel personal.
Un buen día regresaba a casa de un guateque con unos amigos cuando, para mi desagradable sorpresa, me encontré con la visión más terrible que un infraser puede soportar: mi madre y todas mis hermanas se hallaban muertas, secas y marchitas, en mitad de las parideras.
Habían comido cucarachas envenenadas.

Fue en aquel trágico momento cuando me sentí un despreciable yidis sin hogar ni pasado.
Fui a hablar con mi padre y le comenté mi idea de partir hacia el éxodo, ir a ver mundo, a buscar fortuna en esta tierra de oportunidades. Le pareció bien la idea y me apoyó mucho.
-En la vida conocerás a muchos hijos de la gran puta, retards amanerados y demás infraseres con cromosomas de más. Si te hacen daño, recuerda que es porque son subnormales. No respondas a su crueldad. No hay nada peor que la amargura y la venganza. Muestra tu integridad y tu dignidad. Y tu pene iracundo, en caso desesperado.
-Te haré caso, padre.
Y de esta forma emprendí mi viaje hacia el infinito horizonte.

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Última foto en el término municipal de Vertedero Rivas Vaciamadrid,
justo antes de partir al éxodo forzado hacia lo desconocido.

Moraleja: Si ya no pintas nada en un sitio, lárgate y a tomar por culo.
¡VIVA LA RATA CON MOCHILA!
 
La rata con mochila rebuznó:


PD: Quitadme eso de la aprobación de moderación para postear, cabrones!!!
Que ya está el primer episodio posteado ("Camino al éxodo") pero no aparece, y queda súper ridículo este primer post a secas...
Es que si te lo quitamos vas a seguir escribiendo, y no se si compensa.
 
La rata con mochila rebuznó:
me encontré con la visión más terrible que un infraser puede soportar: mi madre y todas mis hermanas se hallaban muertas, secas y marchitas, en mitad de las parideras.
Habían comido cucarachas envenenadas.


Joder, y no aprovechaste para follártelas por última vez?
Existe el sidra para las ratas de mierda cómo tu?
 
turmion2 rebuznó:
Joder, y no aprovechaste para follártelas por última vez?

¡Maníaco!
Estoy contando la trágica historia de la muerte de toda mi familia y ustéc pensando en eso...

:roll: Está bien, lo reconozco...
Antes de llamar al tanatorio y tal... refroté mi pene por la boca espumosa de mi hermanita más pequeña.

Existe el sidra para las ratas de mierda cómo tu?

Claro que sí, amigo, pero eso es otra historia...
 
A VIDA O MUERTE

Sugerencia de ambientación musical
Escuchar Blade Runner --> Blues vangelis - goear.com
La vida no podía dar, a aquellas alturas, un giro a peor, por lo que decidí vivir el "aquí y ahora" y olvidar el pasado.
No olvidarlo, eso hubiera sido insultante para la memoria de todo lo que provengo, pero sí al menos no tenerlo presente.

Llevaba caminando cuatro días y tres noches, a la deriva en mitad de los eriales que rodeaban la carretera.
No quedaban aguas fecales en mi cantimplora, y ni una liendre confitada en los tapper-wares. La situación era desesperada a más no poder.

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Sin rastro de víveres, vagando por la N-431.

Cuando creí no poder aguantar más... sucedió algo todavía peor.
Comencé a sentir un cosquilleo en las axilas, la entrepierna y las corvas. Resultó que el pus retenido en los bubones había empezado a hervir por el efecto de aquel calor sofocante. Los bubones pasaron del balnco al gris, de éste al negro, y acabaron estallando uno a uno, como palomitas de maíz en un microondas.
El escozor era tan severo que terminé por defecarme encima de los pantalones, pero el reflujo era blando y empapó toda mi ropa hasta alcanzar el propio asfalto. Las heces líquidas se mezclaron con el pus caldoso, formando una masa grumosa.
Pero fui inteligente cual robóc y, entre estertores y espasmos, en un juego púramente autotrófico, extendí mi cayosa lengua sobre la carretera, tratando de sorber aquel valioso alimento.

Pero al final, queridos amigos, los elementos pudieron contra mí y terminé por desmayarme.

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En mitad de la carretera, sorbiendo mis propias heces.

Pero aquello no fue el fin.
Tuve un sueño durante el letargo de mis sentidos, en el que la mismísima Rata Cornuda, dios de dioses, se me apareció.
Y la sagrada Rata Cornuda me habló:
-Eusebio, escucha, Hijo de la grandísima puta, nunca creíste en mí. Te cagaste en todos los dioses habidos y por haber. Dijiste que por simple sentido común no creías en mí, que cualquier atisbo de ciencia me derribaría, que la religión es el opio del pueblo. ¿Qué diferencia hay entre mi opio y el que te fumas todas las noches a escondidas con tus amigotes? -la Rata Cornuda fue directa-, ahora te voy a explicar una cosa. Tú eres la elegida, ahora que he quitado la veda que cubría tus ojos. Vas a predicarme, me adorarás y someterás a quien no quiera hacer lo mismo. Serás mi mano, mi puño, mi espada. Pero, antes de eso, debes recuperarte, sanar las heridas.

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Estampita de la Rata Cornuda, comprada a unos rumanos en la entrada de misa.

Y así, sin más, desperté en una cómoda cama de látex LoMónaco.
Alguien me había estado curando las llagas y alimentándome, ¿pero quién, y durante cuánto tiempo?
¿Horas, días, semanas?

Después de un par de pajas entre las sábanas, a oscuras, obtuve la respuesta.
Un ermitaño un tanto trastornado abrió la puerta de la habitación en la que reposaba, portando un maletín metálico decorado con peluche fucsia.
-¿Ya veo que te has despertado? -el cabrón desprendía una halitosis que me hizo devolver los jugos gástricos sobre la colcha de la cama-. No te preocupes, ahora las echaré a lavar.
-Gracias, señor hermitaño trastornado con halitoris severa. Me llamo Eusebio, aunque mi "aka" de nigga es Quasimoco. Dígame, ¿cómo puedo compensarle por la ayuda que me ha servido?
-Ohm, querido Quasimoco, a eso venía...
Y el ermitaño calvo y con pintas de mendigo borracho puso el maletín sobre la cama, lo abrió y comenzó a sacar el material masturbatorio.

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El ermitaño trastornado borracho y con halitosis, sacando el
variado y erecto material de diversión.

El ermitaño cogió la primera verga y la huntó delicadamente por entre los vómitos que todavía rezumaban por la cama, mirándome con cara de vicio delirante. Después se revolvcó sobre la mezcolanza líquida y comenzó a magrearme por los muslos, lamiendo el falo de goma.
Y, como yo también soy de carne y hueso, no pude evitar una grandiosa erección.
Agarré al ermitaño por su andrajosa barba y le metí la polla en la boca, y se le quedaron los ojos en blanco de semejante excitación. El muy perverso cogió el cipote eléctrico y, sin venir a cuento, me lo metió por el esfinter anal, recto arriba, percutiendo mi próstata.
Obviamente me corrí en cuestión de segundos.

El ermitaño sacó el consolador de mis entrañas envuelto en heces y sangre, pero se lo quité de las manos. Me arrodillé y alcé el bizarrísimo trofeo, clamando a mi nuevo dios la Rata Cornuda, para ofrecérselo como reliquia.
El hijoputa del ermitaño, que era sinoista, no vio con buenos ojos mi ofrenda, y me pegó una patada en las costillas con tal de frenar tal heregía.
¡PERO EL HEREJE ERA ÉL!
Tomé la polla motorizada, cubierta de heces y flujos sanguinolentos, y se la metí por la boca, traspasándole el paladar y llegándole al cerebro, hasta llegarle al otro lado, saliéndole por el cartón. El puto ermitaño murió en el acto, y dediqué su muerte a la Rata Cornuda.

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Ahí me encuentro celebrando mi legítima victoria sobre
la blasfemia y la heregía. ¡Salve la Rata Cornuda!

Seguidamente procedí a saquear la sucia ermita, afanándome de todo lo que pude: pan mohoso, vino peleón, filetes empanados de furcia con herpes, un poco de dinero que había en una hucha y unos ejemplares de la Hustler, para mis futuros ratos de soledad.

Moraleja: Si alguien osa blasfemar contra tus creencias, machácale el cráneo con lo primero que tengas a mano, ofrécelo en sacrificio a tus dioses y, después, róbale.
¡VIVA LA RATA CON MOCHILA!

 
La rata con mochila rebuznó:
Antes de llamar al tanatorio y tal... refroté mi pene por la boca espumosa de mi hermanita más pequeña.

Que menos que si las querías, les dieras tu último adiós.

Toma, para la paja del recuerdo.

dead-rat.jpg
 
Siga ustec contandonos su historia que nos tiene en ascuas :lol:
 
HerbMan rebuznó:
Siga ustec contandonos su historia que nos tiene en ascuas :lol:

Si la cosa es que ya está posteado el segundo episodio ("A vida o muerte"), pero cada vez que lo intento me sale esta puta mierda:

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Estoy triste... :sad:
 
EP II: "A vida o muerte"

A VIDA O MUERTE

Sugerencia de ambientación musical
Escuchar Blade Runner --> Blues vangelis - goear.com
La vida no podía dar, a aquellas alturas, un giro a peor, por lo que decidí vivir el "aquí y ahora" y olvidar el pasado.
No olvidarlo, eso hubiera sido insultante para la memoria de todo lo que provengo, pero sí al menos no tenerlo presente constantemente.

Llevaba caminando cuatro días y tres noches, a la deriva en mitad de los eriales que rodeaban la carretera.
No quedaban aguas fecales en mi cantimplora, y ni una liendre confitada en los tapper-wares. La situación era desesperada a más no poder.

9459carretera-desierto.jpg

Sin rastro de víveres, vagando por la N-431.

Cuando creí no poder aguantar más... sucedió algo todavía peor.
Comencé a sentir un cosquilleo en las axilas, la entrepierna y las corvas. Resultó que el pus retenido en los bubones había empezado a hervir por el efecto de aquel calor sofocante. Los bubones pasaron del blanco al gris, de éste al negro, y acabaron estallando uno a uno, como palomitas de maíz en un microondas.
El escozor era tan severo que terminé por defecarme encima de los pantalones, pero el reflujo era blando y empapó toda mi ropa hasta alcanzar el propio asfalto. Las heces líquidas se mezclaron con el pus caldoso, formando una masa grumosa.
Pero fui inteligente cual robóc y, entre estertores y espasmos, en un juego púramente autotrófico, extendí mi cayosa lengua sobre la carretera, tratando de sorber aquel valioso alimento.

Pero al final, queridos amigos, los elementos pudieron contra mí y terminé por desmayarme.

4961charco-de-heces.jpg

En mitad de la carretera, sorbiendo mis propias heces.

Pero aquello no fue el fin.
Tuve un sueño durante el letargo de mis sentidos, en el que la mismísima Rata Cornuda, dios de dioses, se me apareció.
Y la sagrada Rata Cornuda me habló:
-Eusebio, escucha, hijo de la grandísima puta, nunca creíste en mí. Te cagaste en todos los dioses habidos y por haber. Dijiste que por simple sentido común no creías en mí, que cualquier atisbo de ciencia me derribaría, que la religión es el opio del pueblo. ¿Qué diferencia hay entre mi opio y el que te fumas todas las noches a escondidas con tus amigotes? -la Rata Cornuda fue directa-, ahora te voy a explicar una cosa. Tú eres la elegida, ahora que he quitado la venda que cubría tus ojos. Vas a predicarme, me adorarás, y someterás a quien no quiera hacer lo mismo. Serás mi mano, mi puño, mi espada. Pero, antes de eso, debes recuperarte, sanar las heridas. Hasta pronto.

7192rata-cornuda.jpg

Estampita de la Rata Cornuda, comprada a unos rumanos en la entrada de misa.

Y así, sin más, desperté en una cómoda cama de látex LoMónaco.
Alguien me había estado curando las llagas y alimentándome, ¿pero quién, y durante cuánto tiempo?
¿Horas, días, semanas?

Después de un par de pajas entre las sábanas, a oscuras, obtuve la respuesta.
Un ermitaño un tanto trastornado abrió la puerta de la habitación en la que reposaba, portando un maletín metálico decorado con peluche fucsia.
-Ya veo que te has despertado; llevas dos días y medio inconsciente -el cabrón desprendía una halitosis que me hizo devolver los jugos gástricos sobre la colcha de la cama-. No te preocupes, ahora las echaré a lavar, sin prisa.
-Gracias, señor ermitaño trastornado con halitoris severa. Me llamo Eusebio, aunque mi "aka" de nigga es Quasimoco. Dígame, ¿cómo puedo compensarle por la ayuda que me ha servido?
-Ohm, querido Quasimoco, a eso venía...
Y el ermitaño calvo y con pintas de mendigo borracho puso el maletín sobre la cama, lo abrió y comenzó a sacar el material masturbatorio.

4078ermita-o-consoladores.jpg

El ermitaño trastornado borracho y con halitosis, sacando el
variado y erecto material de diversión.

El ermitaño cogió la primera verga y la huntó delicadamente por entre los vómitos que todavía rezumaban por la cama, mirándome con cara de vicio delirante. Después se revolcó sobre la mezcolanza líquida y comenzó a magrearme por los muslos, lamiendo el falo de goma.
Y, como yo también soy de carne y hueso, no pude evitar una grandiosa erección.
Agarré al ermitaño por su andrajosa barba y le metí la polla en la boca, y se le quedaron los ojos en blanco de semejante excitación. El muy perverso cogió el cipote eléctrico y, sin venir a cuento, me lo metió por el esfinter anal, recto arriba, percutiendo mi próstata con gran entusiasmo.
Obviamente me corrí en cuestión de segundos.

El ermitaño sacó el consolador de mis entrañas envuelto en heces y sangre, pero se lo quité de las manos. Me arrodillé y alcé el bizarrísimo trofeo, clamando a mi nuevo dios la Rata Cornuda, para ofrecérselo como reliquia.
El hijoputa del ermitaño, que era sionista, no vio con buenos ojos mi ofrenda, y me pegó una patada en las costillas con tal de frenar tal herejía.
¡PERO EL HEREJE ERA ÉL!
Tomé la polla motorizada cual alabarda, cubierta de heces y flujos sanguinolentos, y se la metí por la boca, traspasándole el paladar y perforándole todo el cerebro, hasta llegarle al otro lado, saliéndole por el cartón de la coronilla.
El puto ermitaño murió en el acto, y dediqué su muerte a la Rata Cornuda.

3623ermita-o-muerto.jpg

Ahí me encuentro celebrando mi legítima victoria sobre
la blasfemia y la heregía. ¡Salve la Rata Cornuda!

Seguidamente procedí a saquear la sucia ermita, afanándome de todo lo que pude: pan mohoso, vino peleón, filetes empanados de furcia con herpes, un poco de dinero que había en una hucha y unos ejemplares de la Hustler, para mis futuros ratos de soledad.
Y me eché una siesta.

Moraleja: Si alguien osa blasfemar contra tus creencias, machácale el cráneo con lo primero que tengas a mano, ofrécelo en sacrificio a tus dioses y, después, róbale.
¡VIVA LA RATA CON MOCHILA!
 
Cómo el buen juden que soy, no puedo, sino sentirme agraviado por las palabras "sinoista" (que es en realidad sionista) y "heregía" (que se escribe herejía), pero lo que más me ofende es que desperdiciara ese estupendo cádaver del ermitaño (y no hermitaño) sin ningún coito post-mortem o haber sacado filetitos de cerdo kosher.
 
turmion2 rebuznó:
Cómo el buen juden que soy, no puedo, sino sentirme agraviado por las palabras "sinoista" (que es en realidad sionista) y "heregía" (que se escribe herejía),

Corregido queda (¿se escribe asín, no?).
En el próximo episodio filtraré el texto por el Word antes de postear, para hebitar este tipo de ofensas contra nuestra querida lengua kasteyana.

pero lo que más me ofende es que desperdiciara ese estupendo cádaver del ermitaño (y no hermitaño) sin ningún coito post-mortem o haber sacado filetitos de cerdo kosher.

Me encontraba cansado y exhausto, después de semejante hazaña heroíca en honor a la gloria de la Rata Cornuda, y todavía me estaba recuperando de la deshidratación.

Bela_Lugosi rebuznó:
Veis lo que habéis conseguido? Ya ha escrito otra vez.

Y lo que le espera, hamijo, lo que le espera... :wink:
 
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