saca-al-tarado
Clásico
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- 22 Mar 2006
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La zorra no es única en el tiempo, las hay desde los tiempos más remotos y seguirán existiendo hasta el final de los tiempos. Tampoco es la misma en el espacio, pues aquí se viene dedicando amplio esfuerzo a retratar a la vulpe hispánica y sus subvariantes por comparación con las de otras latitudes y longitudes. Asimismo no existe una única zorra si aplicamos un filtro social, de edad o de estatus económico. Sólo comparten entre sí el aprovechar hasta la hez el cáliz de un puterío acomodaticio, cambiante según las circunstancias y de apariencia (que no fondo) intermitente.
Sin embargo deberíamos hacer un pequeño esfuerzo de clasificación. ¿Qué les parece si al efecto tomamos un ejemplo que está sonando y sonará en los próximos días, como el de la hija de Laurence Fishburn, Montana, metida a actriz porno?
La nena tiene diecinueve añitos recien estrenados y se ha embarcado en protagonizar una cinta porno con la productora Vivid para (sic) "explorar sus fantasías".
Y una mierda. La zorrita sólo quiere restregar ante su papá hasta qué punto puede arrastrarse y con ello salpicarle con un poco de su fango. Sin conocer ni un solo detalle sobre la vida de la nena aventuraría que en alguna ocasión manifestó ínfulas de actriz. No es descabellado tampoco conjeturar que su padre, si tiene dos dedos de frente, le hiciese alguna observación sobre la necesidad de aprender, estudiar, empezar desde abajo, someterse al peaje de los papelitos insignificantes en obras de teatro o películas de tercera,... vayan ustedes a saber. Apostaría algo también a que en algún momento la niña se enrabietó y lanzó una frase con contenido implícito de "porque yo lo valgo".
Es la venganza arquetípica de la niña bien, de la consentida, la hembra con el mundo a sus piés desde niña, bien acostumbrada a hacer bailar a todos a su son.
¿Hacemos alguna apuesta sobre los, digamos, próximos cinco años de la zorrita? Algunos papeles en el porno, el salto hacia alguna producción "normal" aprovechando el tirón de la escandalera; más tarde algunas declaraciones de arrepentimiento, tal vez una demanda contra la Vivid por haberla engañado, forzado a rodar o cualquiera sabe qué. Un poco más adelante la más que probable realidad de ser una absoluta nulidad para interpretar fuera de abrir las piernas y gemir, el aderezo de un novio (rapero, jugador de fútbol americano o similar que la hostie de lo lindo), el retorno al porno con algún giro de tuerca extremo, con más kilos, operada y reoperada y comenzando a ajarse. Acompañen todo ello de cuantos adminículos degradantes se les antoje.
Más tarde un "papi, sálvame, me siento sucia y utilizada" para, al cabo de un tiempo, volver a morder la mano que le da de comer.
Así pues, zorra ingrata, caprichosa, vengativa y de ciclo cerrado.
Sin embargo deberíamos hacer un pequeño esfuerzo de clasificación. ¿Qué les parece si al efecto tomamos un ejemplo que está sonando y sonará en los próximos días, como el de la hija de Laurence Fishburn, Montana, metida a actriz porno?
La nena tiene diecinueve añitos recien estrenados y se ha embarcado en protagonizar una cinta porno con la productora Vivid para (sic) "explorar sus fantasías".
Y una mierda. La zorrita sólo quiere restregar ante su papá hasta qué punto puede arrastrarse y con ello salpicarle con un poco de su fango. Sin conocer ni un solo detalle sobre la vida de la nena aventuraría que en alguna ocasión manifestó ínfulas de actriz. No es descabellado tampoco conjeturar que su padre, si tiene dos dedos de frente, le hiciese alguna observación sobre la necesidad de aprender, estudiar, empezar desde abajo, someterse al peaje de los papelitos insignificantes en obras de teatro o películas de tercera,... vayan ustedes a saber. Apostaría algo también a que en algún momento la niña se enrabietó y lanzó una frase con contenido implícito de "porque yo lo valgo".
Es la venganza arquetípica de la niña bien, de la consentida, la hembra con el mundo a sus piés desde niña, bien acostumbrada a hacer bailar a todos a su son.
¿Hacemos alguna apuesta sobre los, digamos, próximos cinco años de la zorrita? Algunos papeles en el porno, el salto hacia alguna producción "normal" aprovechando el tirón de la escandalera; más tarde algunas declaraciones de arrepentimiento, tal vez una demanda contra la Vivid por haberla engañado, forzado a rodar o cualquiera sabe qué. Un poco más adelante la más que probable realidad de ser una absoluta nulidad para interpretar fuera de abrir las piernas y gemir, el aderezo de un novio (rapero, jugador de fútbol americano o similar que la hostie de lo lindo), el retorno al porno con algún giro de tuerca extremo, con más kilos, operada y reoperada y comenzando a ajarse. Acompañen todo ello de cuantos adminículos degradantes se les antoje.
Más tarde un "papi, sálvame, me siento sucia y utilizada" para, al cabo de un tiempo, volver a morder la mano que le da de comer.
Así pues, zorra ingrata, caprichosa, vengativa y de ciclo cerrado.