Recuerdos de vuestros profesores de juventud.

A mi mensaje anterior le falta añadir que por supuesto a la novia de mi colega me la follé ese mismo día.

La novia era un cardo borriquero todavia mas baja que mi amigo y con 20 kilos de sobrepeso. Cosa por otra parte normal porque mi amigo entre lo enano y el cabezon que tenia era a lo unico que podia aspirar. Asi que cero ganas de frungirla.
 
Recuerdo este instrumento pedagógico que usaban en mi colegio.....

Ver el archivos adjunto 204254

Si no me falla la memoria era algo así:

• En posición vertical: todos de pie
• En posición horizontal: todos con los brazos cruzados
• Un golpe de chasca: Respuesta correcta a una pregunta del profesor
• Dos golpes de chasca: Respuesta incorrecta a un golpe del profesor
• Sonido ininterrumpido: Llamada al orden y al silencio

Y luego era usada también como arma por los profesores, para reconducir a los alumnos, bien golpenado con ella en la cabeza o bien arrojándola contra el alumnado.
¿Fuiste a Maristas?. El manual de uso es exactamente ese.
 
Imagino que en este foro la mayoría seréis chicos "cultos e instruidos" y habéis ido de joven a la escuela o instituto...
Si es así, ¿qué recuerdos tenéis de esos antiguos profesores que os dieron clases?.
¿Lo pasásteis bien con ellos u os amargaron la vida?.
¿Sentís que avanzásteis en el aprendizaje?.
¿Tuvísteis profesores militares?.
Contad vuestras experiencias (divertidas o amargas),
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Pues ahora que recuerdo, tengo a varios:

. La Fideo: más vieja que un nudo, con más canas que ancelloti y siempre empezaba las clases UNO POR UNO (éramos 35), voluntarios sí o voluntarios no, míguel, voluntario si voluntario no, Juan... así uno por uno todos los putos días. Sólo vi una vez en todos los cursos que uno dijera no.

. Los Mapuas: Este de geografía que no sabía prunciar MAPAS y decía sacad los MAPUAS, cada día me hacía la misma gracia, que hijo la gran puta.

. El aprobador: Este profesor, ya en el instituto, daba SOBRESALIENTE A TODOS los alumnos, asistieras o no a sus clases, me daba baste pena porque se le veía un buenazo y nadie asistía nunca. Lo miraba muchas veces entrar y darse la vuelta, tuve que convencer a más de uno que nos quedásemos en clase, era de filosofía. Joder, cada clase que estuve yo entretenía. De hecho una vez me dio clases a mi solo. Esto ya era el NOCTURNO en el instituto.

Y luego todos los hijos de puta que me hicieron bullying en el curso que ya comenté, manda huevos que nadie, incluso en un colegio que estuve lleno de gitanos y expulsados de los maristas tuviese problemas de acoso o algo así, y que en ese puto curso los que me acosaron fueron los profesores, ya os lo conté, lo de que me quedé ciego mirando la pizarra de lado, ahí está la historia. Y como dije eso hoy en día hubiese sido denunciable de haber redes sociales, pena que me pillara en 1993
 
Por contar algo con LOL recuerdo al profesor que me dio matematicas durante 7º y 8º de EGB que era un completo HIJO DE PUTA frustrado la de la vida que lo pagaba con nosotros. Años mas tarde estando ya la universidad un dia de cervezas aparecio un amigo con su novia y me pregunto si habia estado en tal colegio y si habia tenido a tal profesor y antes de poder responder pensando un poco empece a hablar en la lengua de mordor soltando lo cabron que era y concluir que ojala se pudriera en el infierno sin caer en la cuenta de que la novia de mi hamijo era su hija, y curiosamente, se habia muerto de cancer dos años antes. Entonces se desato el LOL porque la hija empezo a llorar y mi "hamijo" quiso hacerse Sir Lancelot y encararse conmigo con la gracia añadidad de que es algo asi como Jose Martinez Almeida y no levanta mas de 1,60 del suelo de tal modo que cuando fui a darle un empujon suave para apartarlo (porque no soy no hombre de peleas) lo desplace como 5 metros, que vamos, si llego a soltarle una hostia lo mando con el padre de su novia.

Y por cierto, tengo que decir que aun habiendome encontrado a cabrones e hijos de puta en la vida posiblemente sea la unica persona que de verdad me alegro que se haya muerto. Bien merecido se lo tenia.

En cualquier colegio Marista usaban este invento
 
Antes de nada, me sorprende la cantidad de foreros que fueron a colegios de curas. Explica muchas cosas de este foro
:lol:
:lol:


De mi colegio, concertado pero laico, y del instituto público (pero en buena zona) tengo muchos y variados recuerdos que, poco a poco, van destiñéndose y erosionándose con el tiempo. Para poner en contexto, EGB y BUP/COU entre los 80 y los 90.

- Don Ramón: Seguramente el profesor que más me ha marcado. Profesor de matemáticas, entró en 6º ó 7º. Bajito, enjuto, calvo y con gafas, unos 55 años de antaño. Muy duro e inflexible con la educación, nos hacía levantarnos a todos como señal de respeto cada vez que entraba un adulto en clase. Machacón con el cálculo mental, nos dejó una base de matemáticas digna de escuelas superiores. Más de 30 años después, sigo teniendo una agilidad matemática increíble gracias a él.

- Emilia: tutora de 8º, MILF en toda regla. Alta, jamona y siempre sonriente. Pajas de sangre cayeron cuando vino a clase con unos pantalones negros de vinilo. En la foto de grupo de clase de 8º, le puse los dedos por detrás de la cabeza
✌️
. Me la encontré hace unos 10 años en un centro comercial, la saludé efusivamente y le dije quién era, y no me reconoció. Da igual puta, tu alma seguirá pringada de mis pajas (y seguramente de las de mis compañeros)

- El de gimnasia: No recuerdo su nombre, era como Tom Selleck pero a lo español ochentero. Éramos jóvenes e ingenuos, pero recordando antaño, seguramente era un pederasta. Tenía la mano muy larga con las niñas, incluso en edades pre-púberes.

- La naranja: profesora de gimnasia del instituto. Bajita, gorda, pelirroja, con pecas y unas gafas enormes. Siempre se dijo que había sido profesora de gimnasia rítmica / artística. Tenía especial predilección por las niñas, al principio pensábamos que por feminismo y sororidad, pero resulta que también tenía la mano muy muy larga con algunas alumnas. ¿Qué coño tienen los profes de educación física con el acoso a alumnos?

- Manuela: profesora de valenciano del instituto. Bajita, chubby y con unas tetas como dos cabezas de @Benito . Muy voluntariosa con la lengua de la terreta, y musa de fantasías de medio alumnado masculino cuando venía con las botas altas negras, la mini de cuero y la camisa blanca transparentando la ropa interior. Clavadita a Bella Mona , murieron muchas nutrias apuñaladas repetidamente en su honor. Había una leyenda urbana que decía que salía a veces de marcha por la ciudad y si la veías, te invitaba a beber de forma muy cariñosa.

Tengo muchos más: Damián el de geología que venía de resaca los lunes (murió de cáncer de hígado), Elsa la de lengua que nos hacía comprar los libros de su marido, Pilar la de biología (la gangosa), TODAS las profesoras de música que parecían fumadas, etc etc etc.

Profesores mejores o peores, pero desde luego a AÑOS LUZ de los profesores actuales. Todos con sus problemas y sus taras, pero enseñaban y formaban de una forma infinitamente superior a los profesores de ahora. Y si con aquellos hemos salido todos como hemos salido, imaginad lo que nos viene con los docentes actuales del pinta y colorea, feminismo y ecoresiliencia transversal.
 
Editado cobardemente:
Tuve un profesor que me dijo: Mira qué cero te he puesto, si te pongo otro te puedes ir a correr la vuelta a Francia
El profesor del que he hablado empezó a llamar de uno en uno a cada alumno para que pasasen a por el examen corregido por su mesa en medio de una clase.

Pasa uno y según se acerca le dice “Toma, lo has hecho muy bien”. Había sacado un dos con algo.

Pero lo que quedó para la posteridad fue su mítico “Pepito, BOLO”. Bolo es como llamó al cero como una catedral que le había puesto.
 
Editado cobardemente:
En la universidad usaba un Lancia Beta 2000 Coupe y estudié fuera de Madrid.


Eso en la época que un universitario no solía tener coche, y yo usaba esta preciosidad, justo en ese color. Un mojabragas de manual.


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Pues tenía una profesora de Matemáticas de primero que tendría, como mucho, 28 años. Cuerpazo y buenorra para darte algo, y encima daba las clases siempre en minifaldas muy cortas, que dejaban ver sus pedazo de piernas, más largas que un año en la cárcel.

Un día, al salir de clase me dijo que si podía llevarla a su casa, que tenía el coche en el taller, y en el Lancia que la metí. Miraba para ella sentada en el asiento del copiloto, con esas piernazas y esa minifalda que, en la posición en la que estaba me dejaba entrever su delicada ropa interior y de la tremenda erección que me provocó, me costaba hasta conducir.

Estuve oliendo ese asiento varios días, como buen forero y no, no se me ocurrió la feliz idea de decirle que me explicase las integrales mas detalladamente en su casa.
 
Editado cobardemente:
En la universidad usaba un Lancia Beta 2000 Coupe y estudié fuera de Madrid.


Eso en la época que un universitario no solía tener coche, y yo usaba esta preciosidad, justo en ese color. Un mojabragas de manual.


Ver el archivos adjunto 204366


Pues tenía una profesora de Matemáticas de primero que tendría, como mucho, 28 años. Cuerpazo y buenorra para darte algo, y encima daba las clases siempre en minifaldas muy cortas, que dejaban ver sus pedazo de piernas, tan largas como un año en la cárcel.

Un día, al salir de clase me dijo que si podía llevarla a su casa, que tenía el coche en el taller, y en el Lancia que la metí. Miraba para ella sentada en el asiento del copiloto, con esas piernazas y esa minifalda que, en la posición en la que estaba me dejaba entrever su delicada ropa interior y de la tremenda erección que me provocó, me costaba hasta conducir.

Estuve oliendo ese asiento varios días, como buen forero y no, no se me ocurrió la feliz idea de decirle que me explicase las integrales mas detalladamente en su casa.
A mi me dio clases Aitor Esteban, le llegaba para tener un segundo coche en casa o tomarse un taxi.

Si algo eran en mi carrera los profesores era distantes con el alumno; si les daba un infarto en medio de la clase no pedían ayuda.
 
Editado cobardemente:
A mi me dio clases Aitor Esteban, le llegaba para tener un segundo coche en casa o tomarse un taxi.

Si algo eran en mi carrera los profesores era distantes con el alumno; si les daba un infarto en medio de la clase no pedían ayuda.
¿Donde estudiaste tu?

En mi universidad era todo lo contrario, profesores muy jóvenes y enrollados. Mucha camaradería, aunque luego te dabas cuenta de que alguno era un gran hijo de puta.

Dos casos conoci de profesores que se follaron a alguna alumna. Era otra época, eso también. Uno llegó a casarse con ella, lo sé porque inicialmente fue novia mia.
 
¿Donde estudiaste tu?

En mi universidad era todo lo contrario, profesores muy jóvenes y enrollados. Mucha camaradería, aunque luego te dabas cuenta de que alguno era un gran hijo de puta.

Dos casos conoci de profesores que se follaron a alguna alumna. Era otra época, eso también. Uno llegó a casarse con ella, lo sé porque inicialmente fue novia mia.
Deusto.

Solo había un par de jovenes “enrollaos” aunque un poquito rancios ( uno de ellos presidente del Club Taurino de Bilbao) y el resto eran viejales que trataban a chavales de señor y usted no por respeto ( tenían un ego por las nubes) sino para marcar distancias.

En primero de carrera me tocaba al gran Arzallus como profesor pero algo sucedió a última hora y tuvieron que buscar a alguien a todo correr para que nos diese su asignatura.
 
En mi cole nos llamábamos por el apellido incluso entre alumnos y los profesores siempre anteponían señor y usted. Desde párvulos, oigan.

Eran duros, no tanto en los castigos, como en la exigencia ya desde pequeños. No hay un colegio perfecto, todos fallan en algunas cosas y en otras sobresalen, pero a mí me marcó mucho y creo que para bien aquel colegio. Mi grupo de íntimos amigos aún hoy en día viene de párvulos allí.
 
Podría contar decenas de anécdotas escolares, yo era bastante impopular, especialmente en el instituto, debido a que siempre iba a contracorriente, a la mala relación con los compañeros de clase y cierta actitud díscola frente a todos. En el bachillerato tuve a un profesor que era de Madrid, llamado Paco Ortega, como el de los tebeos esos del jueves, y el tipo era un poco como yo, se llevaba mal con todos los demás profesores, y sus clases eran un dislate. El jambo impartía filosofía, pero en lugar de calentarnos el melón con autores, corrientes de pensamiento y teorías filosóficas muchas clases consistían en hablar con él de cualquier tema, aunque fuera por completo ajeno a la filosofía, con muchos momentos divertidos, y otros de extravagancia y risión, como cuando defendió el nudismo y animó a la clase a apuntarse al tema, o en otra ocasión, cuando traje unas revistas de penthouse y playboy a clase y se puso a verlas con nosotros. Eso sí, nos dijo que eran muy blanditas, y que a él le iban cosas más duras, la follaina salvaje y tal.

El único problema de este buen hombre, que en realidad nos enseñó poca cosa, pero nos divirtió muchísimo, es que tenía un serio problema con las drogas, y en consecuencia un comportamiento errático, además de cambios de humor frecuentes y una higiene bastante deficiente. Cuando se acercaba a ti, su cuerpo y ropa (casi siempre vestía con las mismas prendas) desprendía un hedor raro, muy asqueroso, como a moho y sudor, y no podías permanecer mucho tiempo a su lado. Años después, con ocasión de unas prácticas del CAP, regresé nuevamente al que había sido mi instituto, y me dijeron que el pobre Paco Ortega había causado baja definitiva en el instituto, y que incluso tuvo que venir una ambulancia a llevárselo para terminar internado en la planta psiquiátrica de cierta capital de provincia. Fue una noticia triste, porque es el profesor más cercano con el que traté a lo largo de toda mi vida estudiantil.

En cuanto a las anécdotas más infantiles, cuando cursaba 7º tuve como tutor a un hijo de la gran puta, al que llamábamos Pepón, un tipo despreciable, cojo y bastante amargado. Sin embargo, tenía algunas ideas que me atraían, como por ejemplo, cuando se reía y criticaba a los julandrones en clase, era un hartón de reír, siempre recuerdo lo de "Juanito se casa con Perrazo", los odiaba con toda su alma. Como profesor era basura, no impartía las clases de las asignaturas que daba, Ciencias Naturales y Matemáticas, y se dedicaba a criticar a su mujer porque se duchaba con la puerta del baño cerrada con pestillo, o porque en casa no hacía tan bien como él quería las tareas del hogar. Su trato con los alumnos era generalmente despectivo, nunca aprendió nuestros nombres y su manera de dirigirse a nosotros era "eh niño/a", e incluso en algunas ocasiones nos amenazó por cosas sin importancia con calentarnos el hocico. Un día una compañera de clase tuvo un ataque de epilepsia, una tipa que era de una familia de mierda, bastante infrahumana, y la tipa se quedó como lela emanando baba de sus fauces. Entonces él se levantó y empezó a agitarla con violencia a la vez que le decía "eh niña, despierta", sin el más mínimo tacto. Hasta que otros alumnos, con más sentido común decidieron avisar a los profesores de otras clases. En otra ocasión tuvo una importante bajada de humos cuando un padre, cabreado con el trato despectivo que dispensaba a su vástago, decidió ponerlo en su sitio y lo zarandeó tras cogerlo de la pechera. El asunto fue bastante sonado, y no tuvo mayores consecuencias, ni denuncias ni nada. Pero desde ese día a aquel alumno no le dirigió la palabra en todo el curso.

Tengo más anécdotas, como cuando le dije a una profesora que era una hija de la grandísima puta, y que sus clases eran una mierda como ella. Esto se debió a que la tipa, que daba una asignatura absurda que se llamaba "imagen y expresión" o algo así, en la que solo hacíamos dibujitos y manualidades absurdas, dio las notas del trimestre a viva voz. A mi me odiaba y no me dirigía ni la palabra, y yo no sabía el motivo. Cuando dio mi nota en alto, y dijo "suspendido", lo hizo como disfrutando, saboreando el momento y no me pude aguantar más y le dije lo que era. Acto seguido abrí la puerta y me largué a mi casa. Al día siguiente, me vino la tutora con la psicóloga para "hablar" conmigo, y urdieron toda una teoría de que yo tenía problemas en casa y que de ahí mi reacción, además de problemas de autoestima y otras gilipolleces. No les di pie a que montaran su relato porque les expuse cual era el problema, y además no me retracté de nada. Al final la profesora, una hija de puta oriunda de Bilbao, por cierto, decidió que iba a tratarme mejor, para pacificar el asunto. Yo me avine a razones, sobre todo por interés en la nota, por superar esa asignatura y no verme envuelto en más problemas, que no eran pocos.

De momento esto, en otro momento más.
 
Podría contar decenas de anécdotas escolares, yo era bastante impopular, especialmente en el instituto, debido a que siempre iba a contracorriente, a la mala relación con los compañeros de clase y cierta actitud díscola frente a todos. En el bachillerato tuve a un profesor que era de Madrid, llamado Paco Ortega, como el de los tebeos esos del jueves, y el tipo era un poco como yo, se llevaba mal con todos los demás profesores, y sus clases eran un dislate. El jambo impartía filosofía, pero en lugar de calentarnos el melón con autores, corrientes de pensamiento y teorías filosóficas muchas clases consistían en hablar con él de cualquier tema, aunque fuera por completo ajeno a la filosofía, con muchos momentos divertidos, y otros de extravagancia y risión, como cuando defendió el nudismo y animó a la clase a apuntarse al tema, o en otra ocasión, cuando traje unas revistas de penthouse y playboy a clase y se puso a verlas con nosotros. Eso sí, nos dijo que eran muy blanditas, y que a él le iban cosas más duras, la follaina salvaje y tal.

El único problema de este buen hombre, que en realidad nos enseñó poca cosa, pero nos divirtió muchísimo, es que tenía un serio problema con las drogas, y en consecuencia un comportamiento errático, además de cambios de humor frecuentes y una higiene bastante deficiente. Cuando se acercaba a ti, su cuerpo y ropa (casi siempre vestía con las mismas prendas) desprendía un hedor raro, muy asqueroso, como a moho y sudor, y no podías permanecer mucho tiempo a su lado. Años después, con ocasión de unas prácticas del CAP, regresé nuevamente al que había sido mi instituto, y me dijeron que el pobre Paco Ortega había causado baja definitiva en el instituto, y que incluso tuvo que venir una ambulancia a llevárselo para terminar internado en la planta psiquiátrica de cierta capital de provincia. Fue una noticia triste, porque es el profesor más cercano con el que traté a lo largo de toda mi vida estudiantil.

En cuanto a las anécdotas más infantiles, cuando cursaba 7º tuve como tutor a un hijo de la gran puta, al que llamábamos Pepón, un tipo despreciable, cojo y bastante amargado. Sin embargo, tenía algunas ideas que me atraían, como por ejemplo, cuando se reía y criticaba a los julandrones en clase, era un hartón de reír, siempre recuerdo lo de "Juanito se casa con Perrazo", los odiaba con toda su alma. Como profesor era basura, no impartía las clases de las asignaturas que daba, Ciencias Naturales y Matemáticas, y se dedicaba a criticar a su mujer porque se duchaba con la puerta del baño cerrada con pestillo, o porque en casa no hacía tan bien como él quería las tareas del hogar. Su trato con los alumnos era generalmente despectivo, nunca aprendió nuestros nombres y su manera de dirigirse a nosotros era "eh niño/a", e incluso en algunas ocasiones nos amenazó por cosas sin importancia con calentarnos el hocico. Un día una compañera de clase tuvo un ataque de epilepsia, una tipa que era de una familia de mierda, bastante infrahumana, y la tipa se quedó como lela emanando baba de sus fauces. Entonces él se levantó y empezó a agitarla con violencia a la vez que le decía "eh niña, despierta", sin el más mínimo tacto. Hasta que otros alumnos, con más sentido común decidieron avisar a los profesores de otras clases. En otra ocasión tuvo una importante bajada de humos cuando un padre, cabreado con el trato despectivo que dispensaba a su vástago, decidió ponerlo en su sitio y lo zarandeó tras cogerlo de la pechera. El asunto fue bastante sonado, y no tuvo mayores consecuencias, ni denuncias ni nada. Pero desde ese día a aquel alumno no le dirigió la palabra en todo el curso.

Tengo más anécdotas, como cuando le dije a una profesora que era una hija de la grandísima puta, y que sus clases eran una mierda como ella. Esto se debió a que la tipa, que daba una asignatura absurda que se llamaba "imagen y expresión" o algo así, en la que solo hacíamos dibujitos y manualidades absurdas, dio las notas del trimestre a viva voz. A mi me odiaba y no me dirigía ni la palabra, y yo no sabía el motivo. Cuando dio mi nota en alto, y dijo "suspendido", lo hizo como disfrutando, saboreando el momento y no me pude aguantar más y le dije lo que era. Acto seguido abrí la puerta y me largué a mi casa. Al día siguiente, me vino la tutora con la psicóloga para "hablar" conmigo, y urdieron toda una teoría de que yo tenía problemas en casa y que de ahí mi reacción, además de problemas de autoestima y otras gilipolleces. No les di pie a que montaran su relato porque les expuse cual era el problema, y además no me retracté de nada. Al final la profesora, una hija de puta oriunda de Bilbao, por cierto, decidió que iba a tratarme mejor, para pacificar el asunto. Yo me avine a razones, sobre todo por interés en la nota, por superar esa asignatura y no verme envuelto en más problemas, que no eran pocos.

De momento esto, en otro momento más.
Esperamos sus relatos con gran expectativas.
 
Ya os comenté lo de ese profesor de gimnasia que era MILITAR y de férrea disciplina que imponía terror hacia su persona...una especie de VON RUNDSTEIN a la española.
El caso opuesto lo representaba un profesor de literatura en 2° BUP que era algo afeminado - moña. Mucha gente apenas asistía a las clases que daba pero a mí me gustaba ir porque me entraba una risa enorme verle hablar (no lo podía disimular y a veces me daba vergüenza estallar de risa) y me quedaba para "divertirme" un poco. Le apodamos "el bello ninfo".
 
No sé si lo he contado ya, pero nunca olvidaré a la señorita Marián, maestra de Lengua Castellana y Literatura. Debía ser efebófila cuanto menos, si no pedrófila directamente. Una tarde de junio, a finales del curso de 7º de EGB, iba con una camisa blanca sin sujetador, y se le transparentaban casi todos los tetos. La mafia de la clase nos sentábamos al final del aula, como en todos los colegios, y el rollo era llamarla para que nos explicara algo que no entendíamos. Entonces venía a nuestras mesas y se inclinaba para ver qué cojones queríamos. Rodeada de golfos de catorce años se debía sentir en la gloria y notar una especie de subidón prohibido y tal, porque se le ponían los pezones duros como piedras. Empujaban la tela de la camisa hacia afuera pero una barbaridac. La tía veía cómo la mirábamos descaradamente y a los cinco minutos la volvíamos a llamar porque alguno de nosotros no entendía no sé qué pollas del sintagma nominal, y la tía, habiéndose olido el pastel desde la primera llamada, volvía una y otra vez hasta un total de por lo menos siete, y creo que me quedo corto.

Claro, todos nosotros con el rabo duro como el acero, ella que lo sabía y volvía y volvía a ponernos los pezones duros casi a la altura de la boca. Es una escena con la que me he podido hacer miles de pajas a lo largo de mi vida, y de nuevo creo que me quedo corto. Me gusta pensar que, si ella hubiese estado segura de que aquello nunca se iba a saber, se hubiera despelotado y se hubiese abandonado a un gangbang salvaje con seis o siete adolescentes salidos como monos.

Como dato adicional, decir que cuando cumplí los 18 volví por el colegio con la intención de atacarle a saco, pero me encontré con la fatídica noticia de que se había ido a currar a otro cole en otra provincia andaluza. Nunca más la volví a ver, pero estoy convencido de que de haberla encontrado me la hubiese follado violentamente entre los arbustos del Parque Amate.
 
Deusto.

Solo había un par de jovenes “enrollaos” aunque un poquito rancios ( uno de ellos presidente del Club Taurino de Bilbao) y el resto eran viejales que trataban a chavales de señor y usted no por respeto ( tenían un ego por las nubes) sino para marcar distancias.

En primero de carrera me tocaba al gran Arzallus como profesor pero algo sucedió a última hora y tuvieron que buscar a alguien a todo correr para que nos diese su asignatura.
Coño, pero es que Deusto es de Jesuitas.

Posiblemente sea la Universidad más rancia que exista en España, con mucho prestigio, eso también hay que decirlo.

Ahí no pegan profesores ni modernos, ni jóvenes, Profesores serios, viejunos y con mala leche es lo que me imagino. Y algún cura, eso también.

Espero que, al menos, te preparasen bien para la vida de mierda que te esperaba.
 
Recuerdo a todos y cada uno de los profesores que fueron unos hijos de puta, pero a uno en concreto si lo pillara por banda no sabría como reaccionar. Insultos, humillaciones, vejaciones y burlas durante 3 años, de 6º a 8º de EGB.

Recuerdo el último día de colegio, casi todos mis compañeros llorando y yo más feliz que nadie por perder a todos de vista.

Con los años envié un escrito al colegio explicándolo todo, ya que el colegio cumplía 50 años y querían que los ex-alumnos explicaran su experiencia en el puto colegio público. Dos hojas absolutamente brillantes llena de vejaciones y humillaciones. Por supuesto pasaron de mi puta cara.

José María, chivo hijo de la gran puta, algún día te reventaré.
 
En 8º de EGB en lugar de manualidades, o ética, cada 3 meses te apuntabas a un taller. Mecánica, dibujo, escultura, barro y mierdas así. Yo vi uno de costura, y dije, esta es la mía. Me apunté y estaba lleno de tipas. Nos enseñaban a enhebrar la aguja, a coser botones y demás mierdas. Mi abuela, que en paz descanse, era costurera, y le pasaba las tareas a ella, y yo los viernes por la tarde tocándome los cojones y haciendo el subnormal para variar. Llegaba a casa, le decía a mi abuela lo que más o menos había que hacer, y lo hacía en 3 minutos.

El problema es que mi abuela era muy buena costurera, y si había que coser un botón, lo hacía con filigranas. Si había que unir dos trapos ella lo hacía con un arte y maestría absolutamente brillante. Era una artista con la aguja y su máquina de coser que aún conservo.

El problema vino al final, cuando la profesora me sacó y me dijo con sorna y mucha mala leche, que enseñara al resto de la clase como se hacían ciertas filigranas y puntos. Evidentemente no sabía ni meter el hilo por la aguja y me follaron bien follado.

Me pasó igual cuando me apunté a un taller de electricidad y le dije a mi vecino, electricista, que me ayudara a hacer un circuito con bombillas... pues no va el hijo de puta y monta un circuito con luces alternas e interruptores por todos lados que era una puta filigrana. Al final lo mismo, follado por subnormal e inútil.
 
En 8º de EGB en lugar de manualidades, o ética, cada 3 meses te apuntabas a un taller. Mecánica, dibujo, escultura, barro y mierdas así. Yo vi uno de costura, y dije, esta es la mía. Me apunté y estaba lleno de tipas. Nos enseñaban a enhebrar la aguja, a coser botones y demás mierdas. Mi abuela, que en paz descanse, era costurera, y le pasaba las tareas a ella, y yo los viernes por la tarde tocándome los cojones y haciendo el subnormal para variar. Llegaba a casa, le decía a mi abuela lo que más o menos había que hacer, y lo hacía en 3 minutos.

El problema es que mi abuela era muy buena costurera, y si había que coser un botón, lo hacía con filigranas. Si había que unir dos trapos ella lo hacía con un arte y maestría absolutamente brillante. Era una artista con la aguja y su máquina de coser que aún conservo.

El problema vino al final, cuando la profesora me sacó y me dijo con sorna y mucha mala leche, que enseñara al resto de la clase como se hacían ciertas filigranas y puntos. Evidentemente no sabía ni meter el hilo por la aguja y me follaron bien follado.

Me pasó igual cuando me apunté a un taller de electricidad y le dije a mi vecino, electricista, que me ayudara a hacer un circuito con bombillas... pues no va el hijo de puta y monta un circuito con luces alternas e interruptores por todos lados que era una puta filigrana. Al final lo mismo, follado por subnormal e inútil.
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A mi me tocaron una banda de catalanas amargadas. Profesores hombres alguno que otro, catalanes pero buena gente.
Recalco lo de catalanes por que para ellos soy charnego; ni mucho menos. El tema es que no te querían oír hablar en castellano ni en el patio.
Ahora con 51 años en mis espaldas, viviendo toda la vida en un municipio de Barcelona, no me da la gana expresarme en catalán.
Hay cosas que se deberían revisar, te meten a 4 desgraciados en los colegios y te marcan de por vida a los niños.
A la mínima señal de mal ambiente con mis hijos, voy al cole y al cuello.
Puede que no sea el hilo más idóneo, me quería desahogar. A mí me insultaron los maestras alguna vez, pero no me dieron alguna de las bofetadas que se repartían a veces.
 
Editado cobardemente:
No sé si lo he contado ya, pero nunca olvidaré a la señorita Marián, maestra de Lengua Castellana y Literatura. Debía ser efebófila cuanto menos, si no pedrófila directamente. Una tarde de junio, a finales del curso de 7º de EGB, iba con una camisa blanca sin sujetador, y se le transparentaban casi todos los tetos. La mafia de la clase nos sentábamos al final del aula, como en todos los colegios, y el rollo era llamarla para que nos explicara algo que no entendíamos. Entonces venía a nuestras mesas y se inclinaba para ver qué cojones queríamos. Rodeada de golfos de catorce años se debía sentir en la gloria y notar una especie de subidón prohibido y tal, porque se le ponían los pezones duros como piedras. Empujaban la tela de la camisa hacia afuera pero una barbaridac. La tía veía cómo la mirábamos descaradamente y a los cinco minutos la volvíamos a llamar porque alguno de nosotros no entendía no sé qué pollas del sintagma nominal, y la tía, habiéndose olido el pastel desde la primera llamada, volvía una y otra vez hasta un total de por lo menos siete, y creo que me quedo corto.

Claro, todos nosotros con el rabo duro como el acero, ella que lo sabía y volvía y volvía a ponernos los pezones duros casi a la altura de la boca. Es una escena con la que me he podido hacer miles de pajas a lo largo de mi vida, y de nuevo creo que me quedo corto. Me gusta pensar que, si ella hubiese estado segura de que aquello nunca se iba a saber, se hubiera despelotado y se hubiese abandonado a un gangbang salvaje con seis o siete adolescentes salidos como monos.

Como dato adicional, decir que cuando cumplí los 18 volví por el colegio con la intención de atacarle a saco, pero me encontré con la fatídica noticia de que se había ido a currar a otro cole en otra provincia andaluza. Nunca más la volví a ver, pero estoy convencido de que de haberla encontrado me la hubiese follado violentamente entre los arbustos del Parque Amate.

Uffffffff.
 
A mi me tocaron una banda de catalanas amargadas. Profesores hombres alguno que otro, catalanes pero buena gente.
Recalco lo de catalanes por que para ellos soy charnego; ni mucho menos. El tema es que no te querían oír hablar en castellano ni en el patio.
Ahora con 51 años en mis espaldas, viviendo toda la vida en un municipio de Barcelona, no me da la gana expresarme en catalán.
Hay cosas que se deberían revisar, te meten a 4 desgraciados en los colegios y te marcan de por vida a los niños.
A la mínima señal de mal ambiente con mis hijos, voy al cole y al cuello.
Puede que no sea el hilo más idóneo, me quería desahogar. A mí me insultaron los maestras alguna vez, pero no me dieron alguna de las bofetadas que se repartían a veces.
Imagino que estarías en un pueblo del interior. Yo estudié en Barcelona y el catalán solo se hacía dos horas a la semana, y todo lo demás en castellano. Todos más charnegos que nuestra puta madre y orgullosos de ello.

Yo por suerte mis hijos no han tenido problemas ni movidas con profesores, pero si hubiera notado el mínimo resquicio de humillación o mierdas, hubiera actuado en consecuencia.

Ningún niño tiene que pasar por las manos de un hijo de puta que le amargue la vida. Les das lo mejor, les das cariño, y luego viene un fulano y lo jode todo. Ni de coña.
 
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