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Marta Domínguez, la exatleta y exsenadora del PP, que fue sancionada tres años por dopaje, quiere ser Policía Nacional. Recientemente ha realizado las pruebas físicas en Ávila, donde ha sacado matrícula de honor en todas las pruebas, dejando en evidencia al resto de féminas.
-ese ombligo... el horror...
Esto tal vez debería haber abierto un debate, ¿no creen? Igual habría que replantearse las diferencias entre las exigencias masculinas o femeninas. Pero no, se ha tirado por otro debate con más salseo (debate que me parece válido también, eso yes), concretamente hay división de opiniones en si moralmente debería formar parte de un cuerpo que se supone "debe dar ejemplo". No olvidemos que fue sancionada por dopaje, aunque ella afirma no haberlo hecho nunca, guiño, guiño, codazo.
Las pruebas físicas
El forero medio baja de 3' sin problemas, hombre por favor.
Nada más, opinen, ¿son las mujeres por norma general unas vagas y comodonas, deberían cambiar los requisitos o Marta sigue yendo hasta el culo?
-ese ombligo... el horror...
Esto tal vez debería haber abierto un debate, ¿no creen? Igual habría que replantearse las diferencias entre las exigencias masculinas o femeninas. Pero no, se ha tirado por otro debate con más salseo (debate que me parece válido también, eso yes), concretamente hay división de opiniones en si moralmente debería formar parte de un cuerpo que se supone "debe dar ejemplo". No olvidemos que fue sancionada por dopaje, aunque ella afirma no haberlo hecho nunca, guiño, guiño, codazo.
Su presencia en Ávila no pasó desapercibida entre los aspirantes. "Esa mujer creo que es famosa", decía alguno de los presentes, para los que su cara era reconocible, pero sin saber concretamente por qué. Algunos sí la reconocieron e intentaron fotografiarse con la atleta, pero en el recinto de pruebas está prohibido tener el teléfono, por lo que ningún futuro policía pudo inmortalizar el momento, aunque sí contar la experiencia de probarse físicamente al lado de una exatleta profesional.
Las pruebas físicas
La palentina, con el dorsal 101, se prepara para la primera prueba: un circuito de agilidad donde hay que saltar vallas, pasarlas por debajo y sortear un par de varas verticales. En la posición de listos, el pabellón enmudece. El sosiego que no ha logrado el agente con el aparato de megafonía - "¡Silencio, por favor! ¡La gente se está jugando su futuro!"-, se fragua con la figura de Marta Domínguez como centro de atención. El tiempo oficial de 9,2 segundos equivale a una nota de 10.
Apenas un par de minutos después, casi sin respiro, la exatleta aguanta colgada sobre una barra paralela al suelo situada alrededor de tres metros por encima. Cuando resiste 95 segundos, le dicen que se baje, que ya ha obtenido la máxima calificación posible. Pero la mayor exhibición llega sobre el tartán: calza ahora unas zapatillas voladoras y se extraña verla correr sin su mítica cinta rosa; la diferencia con el resto de compañeras es abismal.
En la grada se respira una profunda curiosidad. Varios grupos de agentes se arremolinan con el dedo en el cronómetro, esperando el pistoletazo de salida. Con poco más de una vuelta recorrida, se empiezan a escuchar los primeros comentarios en la tribuna: “Es que le saca ya media pista a la segunda… ¡Y parece que va al trote!”, o, “seguro que no está ni sudando”. Pero también emergen algunas voces de ánimo. El registro de Marta Domínguez en los 1.000 metros es de 3’10”. El tercer diez de la tarde.
El forero medio baja de 3' sin problemas, hombre por favor.
Nada más, opinen, ¿son las mujeres por norma general unas vagas y comodonas, deberían cambiar los requisitos o Marta sigue yendo hasta el culo?