No se lo tome a mal, señor
@Cimmerio, pero empiezo a echar en falta en sus fotos algo más de vida, de personas humanas haciendo cosas. Los paisajes, las casas, los coches y las comidas están muy bien, pero creo que es el momento de dar un paso más. A no ser que allí esté todo desierto. Al final hay confinamiento o cómo va la cosa?
Se hace lo que se puede. Me quedo hasta septiembre, y no todos los días son domingo.
Sin ir más lejos, hoy he sufrido mucho.
Cuando le quitas la palomita a un viejo adúltero, pues el viejo adúltero acaba desquiciado durmiendo en el coche, y te busca por la mañana para hablar contigo amigablemente.
Podría haberle enganchao del pecho bien enganchao, pero en un encuentro violento la policía, le daría la razón a él, aunque tuviese yo un cuchillo clavado en la espalda; me comería tres semanas detención, y me mandarían a mi pueblo.
El hijoputa debería dormir en su casa, a 1000 km, en la ciudad de Yokohama, a las afueras de Tokio, junto a su mujer y sus dos hijas, pero el cabrón no acepta que su palomita ha volado del nido.
Y hállome aquí, varado, con un puto loco de la colina peligroso, que no tiene nada que perder, vigilándome las espaldas.
La palomita le dice que sólo somos amigos, pero al final, tendrá que matar al pollo si quiere terminar la relación con él de una puta vez.
La moraleja del cuento es, que si la palomita no me dice que me vaya, aquí no me mueven ni con agua hirviendo, aunque venga el soplapollas a tocarme los huevos a diario con la yakuza, 5 cuchillos y la puta madre que lo parió.
No me he comido 10 años de mierda de emigración, trabajos basura y tal, para que me achante un puto pollavieja.
Vine a éste mundo como la Voll Damm, doble o nada.