naxo
Muerto por dentro+
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La Sanidad Pública española no pasa sus mejores momentos, y eso se nota, sobre todo en las salas de espera, lugar al que terminan por acudir los más variopintos personajes. Y claro, cuando muchos seres de luz se juntan en tan poco espacio, el dios LOL hace su aparición, y el Hospital Gregorio Marañón ha sido el último sitio en el cual ha sido visto:
Detenido por masturbarse en la consulta de pediatría del Gregorio Marañón | Madrid | elmundo.es
Tenemos a nuestro elegante cónforero, con su traje (y estoy convencido que llevaba sombrero y gabardina, aunque no lo mencionan) y zurrándose la sardina enfrente de un público entregado y enfervorecido: familias de gitanos.
Si no fuera por este hecho, estariamos ante un elegido, ya que
Se dice pronto, más de cinco minutos dándole al manubrio, cuando cualquiera de nosotros, y ante el estímulo extra que supone la mirada atenta de varios gitanos, habriamos terminado en nanosegundos, para terminar con un enorme resoplido y acurrucándonos, rabo en mano, en el cómodo silloncete de la sala, esperando ser despertados por la tirantez del grumo seco entre los dedos y el penis.
Detenido por masturbarse en la consulta de pediatría del Gregorio Marañón | Madrid | elmundo.es
Tenemos a nuestro elegante cónforero, con su traje (y estoy convencido que llevaba sombrero y gabardina, aunque no lo mencionan) y zurrándose la sardina enfrente de un público entregado y enfervorecido: familias de gitanos.
estuvo a punto de ser linchado por varias familias de etnia gitana que se encontraban en las consultas infantiles del centro sanitario
Si no fuera por este hecho, estariamos ante un elegido, ya que
Varias personas señalaron que el hombre pasó más de cinco minutos masturbándose
Se dice pronto, más de cinco minutos dándole al manubrio, cuando cualquiera de nosotros, y ante el estímulo extra que supone la mirada atenta de varios gitanos, habriamos terminado en nanosegundos, para terminar con un enorme resoplido y acurrucándonos, rabo en mano, en el cómodo silloncete de la sala, esperando ser despertados por la tirantez del grumo seco entre los dedos y el penis.