Viajes SIDÁFRICA: NEGROS VIVIENDO EN EL SIGLO XIX

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3 Nov 2006
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Bueno, planto aquí el hilo que le prometí al forero ese de Granada, para comentar como fue mi viaje por Sudáfrica.


El viaje de ida fue bastante menos coñazo de lo imaginado, aunque fueron sus buenas 16 horas (creo). La ruta elegida fue Madrid-Doha-Ciudad del Cabo, aunque ahí cogería otro vuelo interno para una ciudad en medio del Kalahari.
Lo mejor, los impresionantes aviones que pone a tu disposición Qatar Airlines, sin escatimar un solo detalle. Debo decir que jamás en mi vida he viajado en turista tan cómodamente. Hasta la comida era impresionante de buena.


Sin entrar en más detalles, comentaré que mi primera experiencia con Sudáfrica fue al hacer la aproximación al aeropuerto de Ciudad del Cabo, ya que empiezas a ver hectáreas y hectáreas de chabolas; circundan la ciudad hasta perderse en el horizonte y puedes apostar tu alma a que en ellas no vive un solo blanco.


Tras eso, llegada a mi primer destino, Upington.
La ciudad en sí no tiene nada y su oferta cultural se limita a un monumento al burro, un monumento al camello, una iglesia y un museo. Y ya.
La ciudad es una mierda, pero es que las hay peores, mucho peores, os lo aseguro. Pero no adelantemos acontecimientos.
Una vez sales de la ciudad, empiezas a ver zonas urbanizadas, con chaletazos para blancos y pequeños hoteles y zonas de recreo, los cuales son usados para evadirse durante el fin de semana. Es algo que está bastante bien montado, ya que por un precio bastante asequible, al menos para un europeo (unos 50€/persona y noche) puedes alquilarte un chalet de dos habitaciones, ducha interior, ducha exterior, cocina, barbacoa, zona ajardinada y piscina.


Si el primer choque cultural lo sufres al acercarte al aeropuerto de Ciudad del Cabo, el segundo lo sufres al pasear por cualquier ciudad, cuando empiezas a ver que todas las casas están rodeadas de verjas electrificadas y llenas de carteles y pegatinas de empresas de seguridad que garantizan “respuesta armada”. En ocasiones, hasta algunas casas de zonas de chabolas tienen verja electrificada.


Al día siguiente nos pusimos en marcha, dirección Ciudad del Cabo pero haciendo noche en uno de los múltiples Parques Nacionales que hay en el país, el Parque Tankwa Karoo.
En sí, ese Parque no ofrece gran cosa aparte de los INCREIBLES paisajes del desierto y un cielo nocturno que no he visto en toda mi puta vida, pues solo tiene herbívoros y pequeños carnívoros (perros salvajes y chacales).

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De hecho, el desvío que hay que hacer para llegar al puto Parque es un martirio, ya que tienes que coger una carretera en un pueblo de mierda llamado Calvinia, la cual llaman "Carretera de la reparación de neumáticos", pues hay unas lascas que son capaces de hacer ésto:

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Y sí, amigos, la otra rueda trasera estaba exactamente igual. Un doble pinchazo en una carretera sin cobertura de móvil en 100km a la redonda. Tuvimos suerte de parar a 1 km de dos granjas, cuyos dueños nos dejaron usar su teléfono para arreglar temas del seguro y contactar con el Parque para que no anulasen la reserva. Después, previo pago de combustible, nos acercaron hasta la entrada del Parque, donde ya se ocuparon de nosotros. Tuvimos que dejar el coche ahí, donde lo recogería al día siguiente la grúa enviada por la empresa de alquiler y que nos dejó otro coche.

Me desvío del tema. Dentro del propio Parque hay multitud de alojamientos desperdigados, siendo la mayoría antiguas granjas compradas por el estado o vendidas al estado por sus dueños. Nosotros optamos por este:

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El alojamiento se puede compartir fácil con otras personas, que no hay riesgo de molestarse los unos a los otros. En el interior tiene su piscina y su barbacoa (todo tiene piscina y barbacoa).
Respecto a los precios, no los recuerdo, así que poco puedo decir, pero el simple hecho de poder sentarte fuera y contemplar el cielo nocturno, como ya he dicho, merece la pena pagar lo que sea que valga.
Uno de los principales problemas, eso sí, los ejércitos de mosquitos que levantan el vuelo a la noche. El TERROR. Las camas tienen mosquiteras, pero ni con esas, amigos, ni con esas.

Ya al día siguiente, después de salir de ese Parque y recuperar el coche (tuvimos que sobornar con 20€ a uno de los trabajadores para que nos acercara a la granja; de hecho, su Toyota ENORME pincho al llegar a la granja, tenía una piedra del tamaño de una cuña de chocolate clavada hasta el fondo), nos pusimos en marcha a Ciudad del Cabo, por fin.
El viaje en carretera son unas 9 horas a velocidad moderada (130-140) por rectas interminables en carreteras de doble sentido. En algunos momentos, el paisaje te ofrece imágenes interesantes que merece la pena capturar.

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Pero en su mayor parte es un trayecto aburrido, solo se anima cuando empiezas a salir del desierto y comienzan las zonas de viñedos. Y es en este punto cuando llega el tercer choque cultural con Sudáfrica: colas y colas y colas de jornaleros (negros, porsupu) dispersados por las carreteras haciendo auto stop y ofreciendo pasta que les acerques a donde quiera Dios que vivan. No quiero ni imaginar las kilometradas que se harán esas pobres gentes para ir y venir del trabajo todos los días.


Una vez has llegado a Ciudad del Cabo y estás con la chorra fuera pensando en todas las cosas superchulas que puedes hacer allí, te das de bruces con la realidad, y es que estás a merced del tiempo: un viento constante, nubes amenazantes permanentes y lluvia intermitente en pleno verano, pueden convertir 5 días de turismo en 5 días de mierda, que fue más o menos lo que ocurrió en nuestro caso. Y eso que cosas para hacer hay a cientos.

La zona en la que me quedé, Muizenberg, está algo alejada del núcleo mayor actividad, posiblemente, que es el WaterFront, pero es tranquila, residencial, con fácil acceso al núcleo urbano (en Ciudad del Cabo SI hay autovías de mil carriles) y tiene una bonita vista a una laguna enorme, con la playa a poca distancia.

El primer día fue más de toma de contacto, ya que llegamos al anochecer (8 de la tarde, noche cerrada).
Pese a ser una ciudad grande y poblada, con nivel de vida alto, los precios siguen siendo muy económicos para cualquier sueldo europeo. Como ejemplo, una cena para dos en un restaurante a pie de puerto en el que hay que cenar con reserva y del que casi nos echan por ir vestidos como gitanos, no superó los 35€. Y hablamos de ostras, pescado fresco capturado en el día y un postre que estaba brutal (no tengo fotos de la comida, no soy de esas).

El anecdotón:

al salir del restaurante nos encontramos esto.

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Como te acercaras a menos de medio metro te pegada un gruñido que flipabas.

Los siguientes días transcurrieron entre playas

Esta, concretamente, es Fish Hoek, muy bonita.
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Interesante el detalle sobre la presencia de tiburones blancos.
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Pinguinos, en Boulder's Beach

Situado en el pueblo de Simon's Town, hay que pagar para acceder a la playa, creo que 1€ al cambio o así. La playa está algo congestionada, pues es ridículamente pequeña, pero oye, te bañas con pingüinos
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Ni puta idea de qué es esa especie de caseta, pero esos tíos tenían pinta de vivir allí.

Esta otra zona está protegida y no se puede acceder a ella.

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Inmersiones con tiburones blancos

Solo se pueden hacen en Gansbaai, que es la zona asignada a tal efecto, y depende mucho del tiempo, ya que a poco que haya viento o mar picada, te lo suspenden.
Lo normal es quedar con los organizadores a eso de las 8 de la mañana para que te recojan, pegarte el viaje de 2 horas y empezar el proceso: desayuno, travesía en barco (20 minutos), parada a 5 millas de la costa, inmersiones variadas y avistamiento de tiburones durante 2 horas y vuelta.

En mi opinión, es algo decepcionante, ya que no es lo trepidante que te imaginas. En 2 horas apenas verás 4 tiburones, los cuáles no se dejan ver más de 2 o 3 minutos, y rara vez lo suficientemente cerca de la jaula. Aun así, poder tener tiburones blancos tan cerca mola.

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Y mañana seguiré con el Cabo de Buena Esperanza, junto con el tercer Parque Nacional que visité, lo mejor del viaje.
 
Estupendo hilo, me quedo con ganas de más detalle y de más fotografías. Molaría que te extendieses más, la verdad.

También estaría bien que dieses explicaciones del porqué te fuiste a Sidáfrica, que es que es una cosa que uno no entiende. :lol:
 
Esta interesante y ameno el hilo. Siempre son de agradecer.
 
Como decíamos ayer, uno de los momentos más espectaculares fue la visita al Cabo de Buena Esperanza.
Temiendo que el tiempo nos jugara una mala pasada (recordad lo variable del clima), hicimos una escapada casi improvisada tras quedarnos con un palmo de narices y no poder visitar Robben Island, lo cual estuvo bien, pero también mal. Me explico, estuvo bien porque pudimos disfrutar de aquello bastante, y mal porque realmente necesitas un día entero, mínimo, para poder ver todo esa zona del Parque Nacional Table Mountain.

El viaje en coche desde Ciudad del Cabo es largo, pero bonito, bordeando la costa y dejando la montaña a la derecha. Llegado un momento, se empiezan a ver los carteles alertando de la presencia de babuinos y del peligro que entrañan. Efectivamente, en cuestión de minutos llegamos a una cola de coches detenidos y...

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Aquí, la mona con su macaquelo agarrado.

Es curioso ver a los animalillos a su bola mientras se espera. A simple vista no hacen nada, al parecer solo reaccionan al oler comida, que es cuando se ponen histéricos.
Por supuesto, la gente se pasa las advertencias por el forro de los cojones, y después salen en Videos de Primera.

Una vez se reanuda la marcha, llega la peor parte de la excursión, y es la larga espera hasta poder meter el coche, pues las colas de entrada son bastante lentas.

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Los negros, lentos para absolutamente todo. Desesperante.

Una vez dentro, ya hay libertad para dejar el coche y coger un bus, o llevar el coche propio hasta un teleférico que lleva a la Punta del Cabo (no confundir con Cabo de Buena Esperanza); nosotros optamos por llevar el coche y ver un poco aquello, y la verdad que merece la pena solo por ver más babuinos, mangostas y avestruces en plena libertad, entre otros animales que habrá.

Al dejar el coche es cuando nos dimos cuenta de la "cagada", y es que no iba a haber tiempo a ver las dos zonas, la Punta y el Cabo en sí. Debo decir ahora que el Parque, si no recuerdo mal, cierra pasadas las 18.30, y hay multa para el que saque el coche tarde. Además, desde el teleférico hasta el Cabo hay, aproximadamente, media hora de camino + otros quince minutos si se quiere bajar a la playa, lo que hace hora y media de ruta, sin contar el tiempo que se esté parado.

La bajada a la playa está bien, con peldaños de madera bien cuidados. Eso sí, cuando subes, se te ponen los gemelos en las escápulas. Pero merece la pena, ya lo creo.

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El otro camino es el que lleva a la Punta del Cabo, y se puede hacer en teleférico o andando. Si queréis hacer los dos, id con tiempo de sobra.

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Una vista de la playa desde arriba, a la derecha el Cabo.

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Las escaleras, que no dejan de ser peligrosas por la inclinación y el fuerte viento. Aunque no se llega a apreciar, al terminar las escaleras hay una ligera pendiente de arena de unos 45º y unos 10 metros de longitud.

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Ni que decir tiene que las corrientes son fortísimas, con un oleaje de flipar. Aunque están permitidos el uso de la playa y el baño, se avisa del peligro que entraña meterse en ellas. Yo, personalmente, no me bañaría, pero ni de coña.
Este es un buen momento para avisar del vendaval que azota de manera constante el Cabo. No cabe duda que es parte de su encanto y su leyenda está forjada, en parte, gracias a ese viento que le ha ayudado a mantener ese halo mítico y a la vez maldito, pero en serio, es un coñazo y, por momentos, hasta peligroso.

Estar en el Cabo, en pie, observando como las corrientes chocan y pensando en la cantidad de barcos que habitarán en el fondo de esas aguas es bastante sobrecogedor. Lo curioso es que no hay demasiada gente allí arriba (creo que no llegábamos a 20 personas en lo alto de la roca), y es algo que yo agradezco, porque así se puede disfrutar más y mejor de esos momentos.

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Esto es lo que tenemos justo delante del Cabo. A la derecha veréis coches aparcados junto a una playa en la que la gente espera que se ponga el sol para aplaudir y cosas así.

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Esto es lo que tenemos bajo los pies.


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Unas chatis :1

Entre el cansancio acumulado y la oportunidad única de estar en un sitio tan absolutamente mágico, uno puede pasarse allí un buen rato, casi sin darse cuenta.

A la vuelta decidí hacer una pequeña incursión a un mirador que está en un desvío señalizado y en el que, sorprendente, no había nadie. Desde allí se puede ver la zona de Punta del Cabo.

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Dice la leyenda que si meas ahí, da igual que te pongas a favor del viento o tras una roca, que acabarás cubierto de tus propios meados igualmente.

Algunos comentarios:

El no poder hacer la visita a Robben Island se debió a la tremenda demanda existente. Robben Island, al ser el emplazamiento de la prisión en la que estuvo confinado Mandela, es de los principales destinos para cualquier turista en Ciudad del Cabo. En nuestro caso, era un martes (creo) y todas las plazas para esa semana ya estaban agotadas, así que sed previsores si queréis visitarlo.

Uno de los sitios que mencioné ayer, pero que apenas expliqué qué era es el Waterfront. A grandes rasgos, es un centro comercial inmenso situado en la zona portuaria de Ciudad del Cabo. Está lleno de restaurantes, tiendas y muelles de barcos turísticos, y siempre a reventar de gente. Tiene diversas atracciones, como música en vivo, actuaciones o un acuario que podría merecer la pena visitar. Además, desde allí se parte para Robben Island.

A la pregunta de Gregory, los precios en Sudáfrica son de risa. Estamos hablando de, aproximadamente, 1/3 los precios de España, especialmente ahora que el Rand está bastante devaluado (cuando yo fui, 1€ = 14 Rands). Que te sirva de guía lo que comenté del restaurante en el que cené. También te puedo decir que cualquier carnicería te vende un solomillo de más de un kilo por 6€ (la carne es de excelente calidad en toda Sudáfrica), o que dejar el coche en un parking durante 8 horas no te costará más de 2€, si es que llega.

El motivo del viaje fue visitar a un familiar que está allí trabajando. Ya aprovechamos y nos pegamos 14 buenos días recorriendo aquello.

No lo he comentado antes, pero ir a Sudáfrica sin protección solar factor 50 es como meter la polla en una turbogirl.
Y aun así, te quemas si no te untas frecuentemente. No hace excesivo calor, ni siquiera en el desierto (yo iba en manga larga), pero en 10 minutos te puedes haber achicharrado fácil.


El próximo día, Pilanesberg.
 
Vaya mierda de andaluc que se quema con el sol estás tú hecho, no?

Madre de LOL, como esto siga así vas a hacerte una guía de la hostia para futuros viajeros. Lo único lo de las chatis, son tordacs tronco.
 
Jiji, me he confundido en los motivos del viaje entonces, estaba leyendo hace unos meses el relato de otro tipo en Losviajeros.com.

¿Como de insegura es realmente ciudad del cabo? Al menos el centro y las zonas por las que se mueven los visitantes.
Tengo entendido que en esta ciudad tu integridad física no corre demasiado peligro, pero si tus bienes materiales.
 
Buen hilo.de esos destinos no comunes. Si, como se va por ahi? En cuanto a seguridad tanto por ciudades como por carretera.
 
ilovegintonic rebuznó:
Estupendo hilo, me quedo con ganas de más detalle y de más fotografías. Molaría que te extendieses más, la verdad.

También estaría bien que dieses explicaciones del porqué te fuiste a Sidáfrica, que es que es una cosa que uno no entiende. :lol:

Me uno a las alabanzas, y a la pregunta de HILG, quitando lo de los tiburones cualquier cosa que describes parece que la puedes encontrar en Castilla y León.

¿Ibais con un grupo de mercenarios armados? Lo digo en serio, da un poco mal rollo el país.
 
La tercera parte del viaje que fue digna de mención fue la estancia en el Parque Nacional de Pilanesberg, un sitio en el que estuve una sola noche, pero que deja huella.

Para hacerlo rápido, pillamos un vuelo interno de Ciudad del Cabo a Johannesburgo, donde alquilamos un coche.
Como en todos estos países, en los aeropuertos grandes hay que ir con cuidado, pues siempre están llenos de picaros dispuestos a ayudarte con las maletas, guiarte, cogerte un taxi...mejor evitarlos con una educada sonrisa y seguir con tu camino.

Ya en el coche, te pones en marcha por las amplias autopistas que SÍ hay por aquí y que tanto se echan de menos en otras zonas del país. Es importante decir que hay peajes automáticos, pero cada puesto de peaje cuesta en torno a 20 céntimos de Euro y debe haber 5 o 6 puestos, no más.

Este Parque tiene una cosa buena, y es que está relativamente cerca de dos núcleos urbanos importantes: J'Burgo y Pretoria. En apenas dos horas de coche, te puedes plantar allí y disfrutar de naturaleza salvaje en todo su esplendor, aunque de camino al Parque ya puedes disfrutar, una vez más, de la Sudáfrica profunda: asentamientos de chabolas, carreteras de tierra, poblados, montes poblados de Springboks...y así hasta casi llegar al destino.

Una vez llegas al Parque, y si encuentras un trabajador competente (nosotros dimos con uno que no conocía ni los alojamientos que había en el interior), pagas tu tasa de vehículo para circular en el interior, recoges tu mapita y te diriges al destino. Para esto hay dos opciones: ir por la carretera que bordea el exterior del parque o el truco del almendruco, que es ir por el interior, haciendo tu propio mini safari. En este caso, la experiencia es muy "Jurassic Park" y totalmente recomendable, ya que apenas recorres los primeros 300 metros te puedes encontrar con esto:

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Una jirafa hembra, con las manchas más claras.

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Un señor elefante.

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Una cebra cruzando el camino.

No sé qué interés tendréis vosotros hacia los animales salvajes, pero a mi me atraen muchísimo, y es por ello que estas cosas me hacen disfrutar como un niño, sea un elefante, un impala o un triste ñu.

Y así, dando vueltas por el parque, te puedes pegar desde tu llegada hasta que vas al alojamiento.
En este parque en concreto, la variedad es muy amplia y para absolutamente todos los bolsillos, desde estancias de 450 Rands persona y noche (30€), a estancias de lujo por 8500 Rands (650€).
Nosotros optamos por algo más término medio, una estancia de unos 2000 Rands (160€) por persona y noche. ¿Y qué hay incluido en este precio? Pues además de un excelente trato, que comienza con la pareja encargada de ese recinto concreto esperándote con un refrescante zumo de fruta, también hay incluidos dos safaris (vespertino y matutino), desayuno y cena tipo buffet y snack en cada uno de los safaris.
Ah, y el alojamiento, claro:

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Esta es una vista exterior de las dos "habitaciones". En ambas hay aire acondicionado, los baños de lujo, con ducha exterior amplia (no la use por miedo a las alimañas) y servicio de café de cortesía. Y una de ellas era doble, es decir, que además de la cama de matrimonio, tenía otras dos camas en la planta superior.

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Esta es la vista interior de una de ellas. Brutal, absolutamente.

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Aquí tenemos, al fondo, el salón "común", ya que era compartido por las cuatro casitas, las nuestras y otras dos situadas en el otro lado. Dentro del salón había una cocina completa, comedor y salón con equipo de música y pantalla plana. Las dos neveras estaban repletas de bebidas de todo tipo, y era lo único que costaba pasta.
Nosotros bebimos bastante, entre cermezas, sidras, zumos y refrescos, y solo nos costó 20€. Como he dicho, los precios son muy, muy asequibles.

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Esa piscina, aunque pequeñita, era muy socorrida, sobre todo para los que se quedan más de una noche (no fue nuestro caso). Uno de los que también estaba ahí alojado nos contó que era asiduo del parque, y muchas veces pasaba tres carajos de los safaris, que prefería quedarse ahí metido tomando birras y viendo pasar delante de él a toda clase de animales; hay que decir que ese recinto está en el interior del parque, y solo lo separa una alambrada electrificada.

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Una vez hecha la presentación de la estancia, te ponen al día de todo aquello, y llama la atención el aviso serio acerca de las serpientes, escorpiones y arañas, y sobre todo acojona los avisos sobre especies concretas, como la mamba negra. Respecto.

Ya en el parque, pues lo esperado, es decir, ver a unos animales concretos y no ver a otros.
Cuando se va a un safari en Sudáfrica, siempre está el reclamo de los Big Five (elefante, leon, búfalo, leopardo y rinoceronte) y la verdad es que ver los cinco es bastante complicado, por no decir imposible. Elefantes y rinocerontes son fáciles de ver, pero leones, búfalos y, sobre todo, leopardos, son muy huidizos. Yo, me quede sin ver leones y leopardos.

Algunos de los que sí vi, en el spoiler.

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Rinocerontes, el animal más protegido. Nunca se refieren a él expresamente como "rinoceronte" cuando los guías se comunican por radio. Siempre hablan de "animales", "algo" o cosas así. La radio es abierta y los furtivos están al acecho.
Por cierto, por fin pude aprender la diferencia entre rinoceronte blanco y negro.

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Facóqueros, comiendo tierra, literalmente. Al parecer, es su manera de absorber minerales.

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Otro elefante. Son enormes, los hijos de puta.

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Búfalos, os lo prometo.

Los guías de los safaris, a su vez encargados de las zonas de las estancias "hoteleras", son gente bastante preparada. Al parecer, necesitan aprobar algo parecido a una carrera, en la cual tienen que conocer todo sobre zoología, geología y botánica. Además, tienen que ser amantes de la naturaleza vocacionales, ya que viven en las reservas y apenas entran en contacto con la civilización.

No hará falta que diga que me apenó de la hostia tener que irme de ese paraíso para ponerme rumbo a J'Burgo, donde pasamos el fin de año. Sobre todo porque esa ciudad no ofrece nada, absolutamente nada.
Lo único que destacaría es el casino, uno de ellos, donde puedes echarte tus buenas risas y comer de puta madre. Eso sí, glamour cero.
Además, vuelta a la ciudad, vuelta a la sensación de inseguridad, con casas en plena ciudad con verja electrificada, taxis que te dejan, no en la puerta, si no dentro del hotel...en fin, un asco.

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Mandela, Mandela everywhere...

El camino entre el Parque y J'Burgo si es más entretenido, ya que se puede pasar por diversos puntos de interés:

Cradle of Humankind, un Atapuerca Sudafricano que puede merecer la pena si hay tiempo. No fue nuestro caso, que íbamos algo pillados, pero me habría encantado verlo. Eso sí, cuidado al pillar el desvío, que parece que el sitio está al lado y un carajo, hay una buena kilometrada.

Lion Park, ya cerca de la ciudad y un sitio ideal para estar con la familia, ya que permite tener una experiencia cercana con los animales salvajes que son más difíciles de ver en un parque. Sobre todo, abundan leones (muchos de ellos "actores" en películas) y guepardos, tan habituados al trato humano que no reaccionan apenas cuando te plantas con el coche a su lado; a mi, no me gustó demasiado.
No obstante, tienes posibilidad de dar de comer a una jirafa (asco, pero divertido) y de jugar con cachorros de león. Eso sí mola.

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No os dejéis engañar por lo monísimos que son, estos tenían 3 meses y podían arrancarte la cara de un zarpazo, sin problemas. Mi madre, sin ir más lejos tiro al suelo a uno que tenía sobre ella cuando le dio un arañazo :lol:

Tras esto, vuelta a la realidad, al pueblo de mierda en el que me quedaba y a hacer tiempo hasta que tuve que coger el avión de vuelta. Realmente, hay poco que contar, pero si queréis ver lo que es una ciudad (de mierda) pequeña de Sudáfrica:

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Al fondo igual se ve la caterva de negros tumbados a la sombra, en plan tranquilo.

Y esto es una "ciudad" decente. Hay poblados, en el amplio sentido de la palabra, que no están asfaltados, la gente va descalza y no hay ladrillos en las viviendas.

Y con esto, amigos, doy por concluido el grueso el hilo. Hay mucho que me he dejado sin contar, por olvido, por mantener una coherencia en la historia...así que si tenéis dudas, preguntas...cualquier cosa, adelante. Os ayudaré lo mejor que pueda.

Edito, que he visto preguntas anteriores:

Perrino, te aseguro que el Sol quemaba de la hostia. Lo tienes todo el rato sobre el cogote, y solo 10 minutos de exposición te dejan achicharrado. Donde peor lo pasé fue en el coche, que te achicharras a través del cristal.

LeChuck, las ciudades allí son todo lo inseguras que los habitantes te dicen que son. Mi "peor" experiencia fue con un par de mendigos que me pidieron suelto, les di tres monedas que no llegarían en total a 20 céntimos y listo.
Lo peor, para mi, es lo que cuento en mis posts: ver las alambradas electrificadas, los avisos de respuesta armada, los taxistas dejándote casi en la cama...eso es lo que me da sensación de seguridad y de autentico acojone.
Y bueno, siempre hay alguien que conoce a alguien al que han atracado o matado.

Jean, las carreteras no son inseguras, pero si hay algunas peligrosas para la integridad física, tuya y del coche. No hay kamikazes, y sí puedes encontrarte con patrullas de carretera que igual consideren que tus papeles no estén todo lo en regla que deberían; se arregla con unos Rands y listo. Esto es historia contada de primera mano, le pasó a mi anfitrión.

Croquet, en Castilla encuentras un carajo y medio, no me jodas. Bueno, si cambias rumanos por babuinos, quizás sí, pero en serio, el país en general merece la pena.
Si eres prudente (no ir por ciertos sitios, no ser ostentoso...), no debería pasarte nada, pero igual te toca la china y te jodes.
 
Gracias majo, y buen relato.

Yo es que, como he dicho más de una vez, soy un poco ario para esto de los viajes (o paleto, según se mire) y me chocan estas aventuras.
Luego moriré atracado en Zurich, pero bueno, a mí no me compensa andar con esa sensación psicológica de que puede abordarte en la carretera un grupo de 3 ó 4 mandingos con kalasnikoves (aunque la probabilidadad real sea del 1%).
 
Yo anduve por esos lares en Enero del 2006. Tampoco lo recuerdo como el mejor viaje de mi vida, pero es curioso visitar el pais.

Yo estuve en Johannesburgo y Cape town, y un par de días en el parque Kruger Park (menuda mierda, te pasas horas echandole kilómetros al parque sin ver nada de nada).

Más tarde buscaré fotos en el disco duro, que alguna por ahí tendré.

Lo que me llamó mucho la atención desde el avión es lo verde que es todo. Tenía la idea de desiertos y mierda everywhere, pero es un país muy verde.

Johannesburgo tiene unas infraestructuras espectaculares (ya quisiera esas autopistas en D.F), pero la ciudad en sé está echa una mierda. El apartheid ha recluido a los negros en la ciudad, y a los blancos en privadas y condominios cercados en las afueras. Como anécdota, contratamos un taxi para ir por las zonas chungas de la ciudad (de Bilbo que es uno), y el taxista nos echaba una manta por encima de vez en cuando, al grito de "agachaos ideputas, que os limpian el forro). Bendita juventud....

Allí puedes ver la casa museo de Mandela, iglesias tiroteadas en asuntos del Apartheid, y una mina de oro de las más grandes del mundo. Ya no se usa, pero tiene, si no recuerdo mal, 1km de profundidad, y los negrillos subían y bajaban andando todos los días. Obviamente muchos pasaban a formar parte del paisaje antes o después.

Lo que si acojona un poco es conducir de noche entre pueblos o ciudades. No hay una puñetera luz, y los negros "emigran" a quien sabe donde a cualquier hora del día. Las posibilidades de echarte unos cuantos al radiador del coche son generosas, y de que después una horda de conguitos te despelleje y te coma vivo, son del 110%. Así que ojito con conducir de noche.

De ahí nos fuimos a Ciudad del Cabo con, ojocuidao, "Kulula airlines". Pensaba que el viaje entre Venaresh y Kathmandu en aerolineas de Nepal era lo más "hipster" que iba a hacer en mi vida, pero todo se puede mejorar.

Avión de hélices, negros ebrigüer, cajas con microhondas, cestos de mimbre como equipaje de mano, hieleras con pescado y pollo... Aquello te lo cuentan y no te lo crees. Eso si, había una azafata negrita que si me lo pide, le hago un combo hijo+sidra apelero por el ohio.

Nos quedamos en un hostal en ciudad del cabo, indigente style. primera y última vez que hago una locura así. Dos noches aguantando a un hijodelagranputa que roncaba como si no hubiera un mañana.

Al lío, comenzamos por subir en teleférico a table mountain, en donde pudimos ver la fauna y flora local, incluyendo alguna que otra especie de ratón-cobaya (después lo ilustro todo con fotos).

Tras el correspondiente paseo por las merindades, teleférico de vuelta y con el coche fuimos a no se que punta (creo que es donde comenta el amigo Naxo). Baño en una playa desértica, frió increible que menguó mi ya de por si escuálido micropene de por vida, visita a una reserva de pingüinos y regreso.

El segundo día lo dedicamos a pasear por Cape Town. La zona del muelle tiene cierto aire a una ciudad de texas, pero más cutre. Ahí no sentimos ninguna inseguridad.

Para no pasar por allí sin dejar huella, hicimos nuestro aporte a las arcas locales pagando la pertinente multa de tráfico. Y todo por aparcar en una calle, en sentido contrario (es decir, si el tráfico iba de arriba a abajo, nosotros dejamos el coche de abajo a arriba). Con eso te dicen que al menos 5 metros los has hecho en sentido contrario, y se jodió. Son negros pero listos como robocs.

De regreso a J´burg y dos días en el parque kruger, que fué la cagada del viaje. No se ve ná de ná. El que quiera safari, mucho mejor en Kenia (este viaje lo cuento en otro hilo), o el que quiero hacer, en Uganda para ver Gorilas.

Y de regreso pasando por París.

P.D. Viajad, hijosdeputa, que no hay mejor cosa en esta vida que conocer.
 
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