Siempre me he sentido fascinado por la perfección del cuerpo humano. sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal), una de las cosas que jamás dejarán de fascinarme es, cómo transforma la sustancias ingeridas en sustancias de desecho, por ejemplo, como te jalas un bocata de chocos (tremendo) y luego tu cuerpo los transforma en un lustroso zurullo o en los siempre agradables de escupir mocos.
Los mocos, son fascinantes, cuando tienes uno a punto de salir, es una experiencia mísctica, es como el espíritu de Bruce Lee, no lo puedes ver, pero sabes que está ahí, puedes sentirlo, y luego cuando lo escupes... joder, eso es algo que no se puede describir con palabras, las bellísimas formas que va tomando a medida que avanza, como gira sobre un eje de rotación, la parabola que describe y el momento culimante: El impacto contra el suelo o similar. Este es un momento para deleite del moquero, que puede apreciar las características de su obra: Densidad, consistencia y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) el bellísimo color del moco, similar al de un lienzo pintado al óleo.
Otra de las sustancias que siempre me han llamado la atención son los vómitos, éstos entran dentro del género de las sustancias semitransformadas, ya que si tu por ejemplo, has ingerido macarrones, al extraerlos conservan su apariencia, aunque ligeramente transformadas (mas que nada el color). Recuerdo durante un viaje en autocar, como una señora expulsó el plato de lentajes ingeridas poco antes. Cuando llegamos a la siguiente estación de autobuses pude ver la bolsa... Increíble!!! Aquellas lentejas estaban intactas, daban ganas de hecharlas en un plato y papeárselas.
Hay tantas formas de vomitar como personas hay en el mundo. Algunos lo hechan poco a poco y otros a toda presión en un increíble flujo de líquidos, grumos y tropezones. Éstos últimos son los que dan lugar al fenómeno de la trallación nasal. Me explico:
Al trallar, se cierra mediante una especie de válvula el conducto que separa la nariz de la boca, pero cuando la trallada es muy potente esta válvula puede no resistir la presión y ceder, de modo que parte del flujo sale por la nariz, esto no me lo acabo de inventar, lo he visto con mis propios ojos. Es impactante a la vez que emocionante ver salir macarrones por el conducto nasal de un amigo. Otro de los fenómenos vomitiles que han llamado la atención es el fenómeno del doble escape. Sólo he comprobado que se de en un amigo mío muy propenso a la trallada cuando salimos de fiesta. Este amigo, se ha hecho a la idea de que cuando bebe tiene que vomitar, porque sinó vomitará en casa y sus padres le pinzarán borracho. A veces sin embargo, no ha ingerido la cantidad de alcohol suficiente como para vomitar y es en este momento cuando se produce el fenómeno. Su posición es la siguiente: Tronco doblado formando un ángulo de 90º con las piernas, culo en pompa y cabeza mirando al suelo. Pues bien, la fuerza abdominal que debe aplicar para extraer el mezcla hace que se contraiga su sistema digestivo en su totalidad, con lo cual no sólo expulsa la trallada sinó que por el agujero sur, expulsa ingentes cantidades de gas metano, mezclándose de este modo el sonido de sus arcadas y de sus pedos.
Pues bien amigos este cronista sólo ha vomitado una vez a causa de una borrachera, y son no pocas las que me he cogido. Fue el día de San Juan de 2002, volvíamos yo y mis amigos, de camino a casa, para quedarnos en una rave de pastilleros que había en la playa. Yo sin embargo estaba tan borracho que decidí irme a mi casa a dormir la mona. Llegué, me puse el pijama, me acosté, cerré los ojos y... Oh mierda!!!! Todo daba vueltas, y las ganas de hechar la papilla aumentaban con cada uno de estas vueltas. Luche contra las arcadas para dormirme y me dormí. De repente me desperté de una superarcada y antes de que pudiera levantar la cabeza heché la mitad de la tralla en la cama, otro poco en el suelo de la habitación y una cantidad ínfima en el váter. Mi madre se despertó y me preguntó si me había fumado algún porro. Le dije que no, y pensé: Uno no, unos cuantos. Volví a mi cama llena de sustancias de deshecho, que no podía limpiar en aquel momento, pues sabía que si mi madres se daba cuenta me mataría. Como seguía borrachísimo no me importó dormir entre mis propios deshechos, entre los que me estuve revolcando toda la noche. Al día siguiente sin embargo, mi madre se dio cuenta (eso estaba cantao) Aunque gracias a Dios la bronca no fue del todo grande.
Compartamos pues, amigos foreros, nuestras experiencias y conocimientos sobre el tema.
Los mocos, son fascinantes, cuando tienes uno a punto de salir, es una experiencia mísctica, es como el espíritu de Bruce Lee, no lo puedes ver, pero sabes que está ahí, puedes sentirlo, y luego cuando lo escupes... joder, eso es algo que no se puede describir con palabras, las bellísimas formas que va tomando a medida que avanza, como gira sobre un eje de rotación, la parabola que describe y el momento culimante: El impacto contra el suelo o similar. Este es un momento para deleite del moquero, que puede apreciar las características de su obra: Densidad, consistencia y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) el bellísimo color del moco, similar al de un lienzo pintado al óleo.
Otra de las sustancias que siempre me han llamado la atención son los vómitos, éstos entran dentro del género de las sustancias semitransformadas, ya que si tu por ejemplo, has ingerido macarrones, al extraerlos conservan su apariencia, aunque ligeramente transformadas (mas que nada el color). Recuerdo durante un viaje en autocar, como una señora expulsó el plato de lentajes ingeridas poco antes. Cuando llegamos a la siguiente estación de autobuses pude ver la bolsa... Increíble!!! Aquellas lentejas estaban intactas, daban ganas de hecharlas en un plato y papeárselas.
Hay tantas formas de vomitar como personas hay en el mundo. Algunos lo hechan poco a poco y otros a toda presión en un increíble flujo de líquidos, grumos y tropezones. Éstos últimos son los que dan lugar al fenómeno de la trallación nasal. Me explico:
Al trallar, se cierra mediante una especie de válvula el conducto que separa la nariz de la boca, pero cuando la trallada es muy potente esta válvula puede no resistir la presión y ceder, de modo que parte del flujo sale por la nariz, esto no me lo acabo de inventar, lo he visto con mis propios ojos. Es impactante a la vez que emocionante ver salir macarrones por el conducto nasal de un amigo. Otro de los fenómenos vomitiles que han llamado la atención es el fenómeno del doble escape. Sólo he comprobado que se de en un amigo mío muy propenso a la trallada cuando salimos de fiesta. Este amigo, se ha hecho a la idea de que cuando bebe tiene que vomitar, porque sinó vomitará en casa y sus padres le pinzarán borracho. A veces sin embargo, no ha ingerido la cantidad de alcohol suficiente como para vomitar y es en este momento cuando se produce el fenómeno. Su posición es la siguiente: Tronco doblado formando un ángulo de 90º con las piernas, culo en pompa y cabeza mirando al suelo. Pues bien, la fuerza abdominal que debe aplicar para extraer el mezcla hace que se contraiga su sistema digestivo en su totalidad, con lo cual no sólo expulsa la trallada sinó que por el agujero sur, expulsa ingentes cantidades de gas metano, mezclándose de este modo el sonido de sus arcadas y de sus pedos.
Pues bien amigos este cronista sólo ha vomitado una vez a causa de una borrachera, y son no pocas las que me he cogido. Fue el día de San Juan de 2002, volvíamos yo y mis amigos, de camino a casa, para quedarnos en una rave de pastilleros que había en la playa. Yo sin embargo estaba tan borracho que decidí irme a mi casa a dormir la mona. Llegué, me puse el pijama, me acosté, cerré los ojos y... Oh mierda!!!! Todo daba vueltas, y las ganas de hechar la papilla aumentaban con cada uno de estas vueltas. Luche contra las arcadas para dormirme y me dormí. De repente me desperté de una superarcada y antes de que pudiera levantar la cabeza heché la mitad de la tralla en la cama, otro poco en el suelo de la habitación y una cantidad ínfima en el váter. Mi madre se despertó y me preguntó si me había fumado algún porro. Le dije que no, y pensé: Uno no, unos cuantos. Volví a mi cama llena de sustancias de deshecho, que no podía limpiar en aquel momento, pues sabía que si mi madres se daba cuenta me mataría. Como seguía borrachísimo no me importó dormir entre mis propios deshechos, entre los que me estuve revolcando toda la noche. Al día siguiente sin embargo, mi madre se dio cuenta (eso estaba cantao) Aunque gracias a Dios la bronca no fue del todo grande.
Compartamos pues, amigos foreros, nuestras experiencias y conocimientos sobre el tema.